Wednesday, April 22, 2009

Meditaciones sobre el hijo de Seth

a José Manuel y Cusa / en Juncal

The name of this Titan [Prometheus] means fore-thought,
or foresight:
Max J. Herzberg

Prometheus, beautiful, rebelliuous one!: Mackaye



1. Cómo eras en los días de Eterna Primavera

Un día fuíste mi consejero. Entonces no dijíste
ser-para-la-muerte, y confié en tí, hijo mío,
en días de Eterna Primavera y Abundancia.

Te dije:
La necesidad no existe porque el hombre
es bueno y feliz muere, lentamente.
Es que la muerte es un sueño placentero.


Un día, cuando forjé los años, víste las estaciones
(anticipaste la muerte de la espiga, ríos secos.
Díste profecías de caudales mermados
en charcas de líquida plata), ¿verdad, profeta?

Pero la Edad de Primavera descansó para que venga
el sol más cerca de los hombres y las bestias
y te ví, Hijo de Seth, mucho más triste.

Te enojaste porque nació el hambre
y el rechazo a lo infértil, limitante, no pródigo.
Y empezaron a odiarse unos y otros.

Tú,. quien no odiabas, paulatinamente transformado,
pensaste en el odio y su por qué, pero dijíste:
«No es que sea malo por naturaleza el hombre»...

Eras perfecto, Prometeo, tan hermoso.
Tú no tenías rebeldía. No conocías el odio.
Eras todavía el varón sublime, mi bodhisattva.


2. Cómo fuiste en el día de la escasez

El día que nació la guerra y fabricaron armas
de plata y bronce, nació tu hermano al que llamé
Epimeteo, uno que ve después que tú, no antes,
uno que oye lo que ya dijíste, uno débil
como ya son los hombres de la Arcadia.

Aquella nueva raza, moldeada con el barro
de ríos escuálidos de la Edad de Hierro me deprimió.
Hijo de Seth, Titán de Shiva-Parvati, aprende que aún
el dios que te saca del cenegal se apesadumbra.

Hijo de Neftis, niño de Rudra-Shiva, veloz salvador,
Thot-Hermes, Mitra-Buda, quédate conmigo. Oriéntame.
Voy a destruir esta raza criminal que me deshonra.
No quiero dejar que las bestias salvajes se la coman
y suban a mí sus ayes de maldición a mi nombre.



3. Cómo pides en el día del desamor

«Come», he said to Jupiter, "let us give these poor creatures the blessed gift of fire. With fire they will not need to fear the cold. With fire they can make themselves tools and weapons.»: William Vaughn Moody: The Firebringer


Con voluntad será sustituída la representación
y la estructura de lo real; con lo beneficioso
morirá lo absoluto y, en esta crisis de razón
(por algo me dijíste, Oriéntame, no me dejes solo),
en mi hacer, mi praxis, la verdad llegará
tan placentera, sin paradojas,
como el mejor de los correlatos ontológicos.

Pero me has desaprobado. Contigo estuve
en el Olimpo de tus atenciones. Te dije:
No mates al hombre. No tengas de él
ni vergüenza ni miedo. Lo que ha cambiado
no es el amor que te profeso desde la edad remota.
Es la idea de que la necesidad no existe.

Si matas a ese pueblo prescribes el destino histórico.
Matarás la maduración moral del que te ama.
Me deyectas en la angustia de la pérdida
y el olvido de los dioses que he bendito.

Te ausentarás de mí, Júpiter. No soy yo
quien me ausento. Philía, te pide el pueblo
a quien falta Tu Belleza, Tu Justicia y Tu Fuego.
Amor te pide la Hija de Pobreza, amor
el Hijo de Seth por la simiente de Poros.

4. Cómo te ví tras la bruma de las edades

The rock, the vulture, and the chain: Lord Byron


Te pensé como un niño de Seth.
Así te ví tras bruma de los días y comencé
a tejer sin emociones turbulentas,
en el intricado ser-ahí, tu temperamento nato.

Te quise así, portavoz de tu propia claridad.
En tus taínos supuse a los Antiguos,
a bodhisattvas de Yocajú, heredero
del patrimonio de Aquel Conocimiento

que parece perdido, renegado y burlado.
Mucha miseria enterró tu arcaico paraíso.
¡Ay, Chivo aventa'o, cabrón de Makara, cabra
que tira al alto monte, cuando estás en la bajura...!

5. Cómo verte en clandestinaje saturnino

Te percibí, en arrebato clandestino,
armado con amor espacio-temporal,
heroico a medias, mercurial, luciferino.

No te hallé en rodillas, ni en cadenas
del ciclo demiúrgico de águilas.
Hallé a un combatiente temerario.

Ahora que te encuentro, hijo putativo
de Saturno, me pareces tan frío y tan austero
como aquellos que irrumpieron en tu vida
con caballos y perros, con eficacia de sus cañoneras.

A ratos los recuerdas. Uno de ellos pareces.
Uno que no quiere conocer a nadie.
No das la bienvenida. Uno eres que saquea
lo que se asoma a tus ojos. Uno que no se concibe a sí
comunitario, respetuoso de lo ajeno y orgulloso de lo suyo...

Ya no eres dúctil ni tierno, ya no como Seth,
el tejedor de las razas celestes, padre
de los últimos peregrinos en úteros maternos
y cuevas, donde se muere y se renace al mismo tiempo.

6. Cómo acercarme a tí y dialogar

Ahora, ¿qué quieres? si has naufragado en sensatez estéril,
si carente de sinceridad me parces, si harto en vorágine
de sensaciones, aún sigues apetente de emociones pasionales,
masoquistamente gozoso del dolor inducido, si estás
anhelando el águila que te come las entrañas
para racionalizar el odio, el odio privado y colectivo.

Tus secuaces son aquellos que jamás te llamaron
Mi Hijo ni subieron al Olimpo del Oír Y, sin embargo,
a tu odio han declarado Su Asesor.

Y yo te recuerdo cuando eras Amor y no acusaste
a nadie de haberte secuestrado del cobijo
que hallaste entre los pobladores.

No te olvides que también doy la Arcadia y yo, por igual,
vacío mi Philía en islas de pobreza, yo dialogué
con los niños de Anu, el Cielo en la Sumeria,
yo, entré a la Pirámide de Keops, con el nombre
de Zeus-Amón en mis labios, yo, el cátaro albigense,
me escondí de las tropas de Monfort en la Cueva de Lomibres,
en Ussat-les-Bain, y aún invocaba el nombre
de quien pidiera: «Oriéntame, quédate conmigo».
Tú y yo, Padre-Hijo, nos hemos escindido.

7. Cómo unificarnos después de la separación

Sin embargo, ¿qué pasó con tus ruegos?
¿Algún caso hicíste cuando te dije: Bendice
al pueblo con el fuego de Tu amor inmenso;
házlo eterno, dialoga con ese mundo sub-divo?
que comienza a circular en paradojas
de «si eres bueno o malo»...

Y los que huyeron de tu búsqueda en Ariège
desde los centros termales, por odio a tí se bautizan
(irónicamente, más se cree en el agua tibia
de la tierra maldita que en los cielos sublimes).

El fuego que robé es para ellos, Kether-Jojmah-Binah,
me dices. Y yo te digo: el fuego más sublime es el espíritu.
No sólo creas en el fuego de las piedras
ni el árbol de la esfera despreciada de los cinco sentidos.

Como un respondón, me declaras, padre contra hijo:
«Es que yo el niño divino lo seré en reediciones;
es que tú sigues siendo Júpiter,
el señor de las águilas y buitres, y me ataste
a la roca del tormento; y Eton, tu sanguijuela voladora,
comerá por los siglos de mis hígados.

Tú, padre, la envíaste,
tú, el que castigas y atas con cadenas
el corazón de tu veedor-profeta».


Y si hicíste el poder despótico
y la necesidad, insaciable, perentoria,
que me bendiga, entonces, otro. No tú.

8. Cómo tratar a quien no quiere bendición


Quienes construyeron barcos, por ejemplo,
y los vieron irse tan lejos, alegan
que no pueden alcanzarlos,
quienes doman bueyes y montan en caballos,
quienes graban calendarios y anotan la seca tragedia
de sus ríos y sus montes, los que escriben
cómo se combate la sarna y la viruela
o para qué sirve un mosquito o un veneno inoculante,
ellos me han oído. Para ellos, hablo.
A ellos muestro las cosas del futuro.

En la comunicación que doy para el reposo profundo
aprende en el amor puro, inclusivo, no existe el robo.
No me acuses, no soy apropiador de nada.
No me juzges ajeno, foráneo, sólo agradece.
Danza en lo propiamente universal de tu psiquis.

Sin embargo, dejé que te llevaras el fuego.
Lo que tomaste, sin saberlo, fueron leños
de mis enseñanzas y con ellos, malagradecido,
encendíste Tu Tradición y la aldea en areito
cantó y bailó en Tu Tiempo e identidad.

Pero yo era un nativo que te cuidaba.
Abrí el espacio y cupe en él. Te tengo cerca, Hijo.
Tú eres mi Hijo de Seth. Ayer, mañana y siempre
porque Mi Tiempo es Tu Círculo.

Estoy contigo. Encendíste la mecha y dijíste:
«¡Este fuego tan mío alguna vez no estuvo en mis alcances!
Me faltó. Lo esperaba. Aprendí a descubrirlo».


Por mi parte, te digo: «Hijo no es cierto».
Fui yo quien tuve que sentirme como un niño
para que me vieras en lo profundo de tu alma:
hijo deseado de mis causas.

Más allá de toda alienación, yo soy
el fuego convocado de justicia,
lo más tuyo, el amor puro
del Gopijana vallbha.


9. Cómo hacer la ética menos evolucionaria y más compadecida

Forgiveness is less matter of understanding than of a more profound notion of the heart, a trascendence. The importance is not so much that it absolves the one forgiven as that it cleanses the one who forgives: Dra. Gobondo Madkizela, en: The Quality of Mercy


Un día vendrá la felicidad. No desde una inmediatez
tonta e inconexa, hermano mío. No desde la instantaneidad
del rencor que sentimos de golpe por Aquel que nos aplasta
con Su Mano. Dílo a Pandora, Epimeteo y cuídala
aunque no conozcas cara a cara la esperanza.

Oye, sin embargo, que la hay. Apréciala en su devenir.
Nunca dés por sentado lo que el fenómeno encierra
ni cómo lo percibes; perdona al que te tienta y no lo odies
para que seas más limpio ante quien te oprime y escupe.

Un día, seas inocente o seas perverso, tendrás
la visión de la bestia todopoderosa, la gran depredadora
del camino evolutivo, y se anunciará el Genocidio Universal
y el dios, ya no compadecido, que se anticipa con su amenaza:
«Destruiré ese pueblo malo, lo haré morder el polvo,
porque no me ofrenda y sus propias vilezas,
de unos contra otros, se tornarán contra mí.
Si los dejo crecer, multiplicarse, asaltarán mi Olimpo».


No resientas con el mismo odio que yo. Cautela.
La evolución no termina todavía.
En la jarra contensiva de longue durée,
se guardó la esperanza; sé paciente, hermano mío.

10. Cómo darte a Pandora y ser yo en ella

Una mujer mortal será enviada, tan bella tentación
que los dones de las diosas tiene; viene, llegará
a ti con la jarra de ilusiones,
con evolución lenta, imperceptible.

Trae los males y las plagas, las tinieblas del frenesí
y las tribulaciones, pero yo vengo en Ella.

Que no sea la Jarra lo que aceptes, te aconsejo.
Lo gratis, como simiente de falsedad, es y crece.
Has como yo, hermano mío, beneficio con lo necesario.
No digas que se cansa Tu Padre de destruir al hombre
y pedir el amor incondicional, el culto a su poder incomprensible.
El Padre tendrá su esencia en Ella.

Hermano mío, cuando venga la mujer,
tómala, si quieres, pero no abras la Jarra.
Es otra forma de homicidio la que ensaya
el Reverso Misterioso de las cosas.
No destapes la botella de las lamentaciones.
La esperanza existe y está venciendo males en secreto.
No reposa; pero no saques los males al espacio.
No los tientes/
No los liberes
para que vuelvan a comerse al mundo.

06-17-2001 / Del libro Teth, mi serpiente

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