Sunday, December 02, 2007

La esencia y enigma del origen



¿Y qué mayor temor hoy en día
que el temor a pensar?:

Martin Heidegger

Y ví a la mujer, ¡ay! demonios, ¡qué enigma su hermosura!
… que hasta olvidé que mi vida está bajo las raíces
del Arbol del Terror. Ví a la que dijo: ¡No temas! ¡Que soy la protectora!
y hablaba desde un cuervo, porque yo era una perdiz
y podía ser un hombre, el hombre que se tragara vivo
Y, ¿por qué bailas delante de mí y con un hacha me amenazas?
«No, yo danzo en el fondo de mí misma y hablo el lenguaje
de los pájaros; ¿te das cuenta que puedo ser la perdiz
y el buitre y el cuervo? Yo conozco el secreto de la Muerte
y de tu batalla, pequeña perdiz, y quiero que me veas,
vestida con un collar tan sólo, y te dejes llevar, sin miedo,
por la senda del Velo de la Muerte. ¡Desnúdame tú!

Y ví a la mujer, ¡ay demonios! y mis ojos se fueron
a sus senos, a su espléndida belleza de mujer,
a su vulva, a su musgo suave, a su tálamo…
y no ví el hacha ni que mi alma salió de la perdiz
y como un aura de luz formó un gigante
y siete cabezas tenía, porque el alma es Legión.

2.


Hoy rompo las imágenes de entrada
para poder estar cerca de los sueños puros.
Rompo con las emociones fáciles a cambio
de esta violencia sin víctima que cura:

Néstor Barreto


Sólo me interesaba poseerla, porque ¡ay, ramera!
diosa hiperbórea, tú si encantas, tú si asesinas
deliciosamente y tus brazos me acogen
como serpientes, te enroscas ricamente
a mis muslos, a mi garganta. Me asfixias
con besos que no tienen iguales, me danzas
desde un afuera de M(s)í Mismo que desconocí
hasta hoy; ¿qué importa lo que hagas el hacha?
Es en la muerte que me arrancas el lonco.
Es en la muerte que te veo, tal cual eres,
Liberadora, asesina y prostituta.

¡Pero qué feliz me hicíste, Freya!
Que desencadenaste mi espíritu y de mi alma
ha quedado una sombra leve, cráneos heridos
que sangran sobre tus senos. Me ensartaste
en tu collar después de nuestro orgasmo tan intenso.

2-03-2002

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