Monday, December 17, 2007

La época de las armas


Tienen el sol de su parte
estos verdugos,
varones de la medianía.
En sus hornos, en pocas horas,
las armas se fabrican.

Fundaron el tiempo nuevo
que apresura las horas.
Domestican a perros todavía
y se mueven en carros
y, ad nutum, con multitud
de utensilios sobreabundan.

En este tiempo sin mitos
(¿saben ellos de estructuras eternas?)
tienen su tiempo histórico de muerte;
aún así, por sus nombres nuevos,
el varón que a-luz-sina
el fin de la guerra,
el dolor y el bandidaje,
los conoce y desprecia.

Del libro Estéticas mostrencas y vitales
de Carlos López Dzur

El tiempo y el lucro


En el guiso de las horas
varones del imperio han sido
y van para el conteo
y aman el pillaje
en el rodaje de los días.

Desde el nuevo alfolí
(donde no descansa la codicia)
se mide la riqueza y el lucro
de hombres que huelen todavía
como sus cuevas y lo saben:
Dios, si es fe, no embellece nada.
El sol es enemigo de tu casa.
No hay fácil consolación
si al enemigo hay que amarlo.

27-6-1985 / De Estéticas mostrencas y vitales

El origen del alarde y la homofobia


Como obseso demonio del sol
y, por soles desmentidos,
se aupó el hombre de gran vitalidad,
el héroe que rechaza la muerte
y las tristezas, el varón aprobado,
el que dice pirámides
y dioses inmortales,
el que no ve a ninguno
sino yéndose al traste, pero...
se ve a sí mismo, eternizado...

Bravo en la cuencas del Tigris,
dijo: La mujer no existe.
En Nínive, fue gestor de reyes
y por ello hizo alardes babilónicos.

El varón se extendió desde el Cáucaso.
Rebasó el Caspio y echó de manga
a las niñas de los campos.
Sacó ventaja de ellas y ahora existen,
pavitontas, en riesgo,
y son como la ramera de Judá,
nueras para la guasca,
a la puerta, esperan su infamia
lo mismo que su gozo)
y con Asarhaddón e hijos,
corruptores al mando,
invadieron a Egipto
e imitaron los látigos
de Asiria.

De Estéticas mostrencas y vitales
de
Carlos López Dzur

El hombre histórico-real


Pero también, con 5,000 años
de presencia, estaba la cuna de varones
con hacha, transgresores
que dijeron, sapo soy de otro pozo,
de casquilucios, me aparto,
soy el investigador, la mansa factura
de las niñas, gemido más melódico
del arpa y lo más noble del deseo
y digo lo que desagrada al mundo,
a las mayorías,
al Orden,
al espejo.

22-6-1985 / De Estéticas mostrencas y vitales

Capricho místico y timocracia


Con 5,000 años de presencia,
o poco menos, el sol egipcio se formó
entre los hombres, se detuvo
en el pueblo, caminó sus andurriales.
En sus sentimientos de aprobación,
en sus valles multitudinarios,
produjo larvas con el viento Solano.

En su cuarta esfera, fiestó
el sol tunificado, populacheante,
y, en saragüetas del regocijo,
se lo creyó, deificado, cuando dijo:
Tengo comunidad, Sol y pueblo,
estoy completo, me aman.
No conozco miseria.


Un absoluto omniconclusivo
fue la penumbra,
con su poco de luna y su cosecha.

En las memorias de la arcilla
y su cetro de lodo resolado, según leyendas,
también nació el que no tuvo sexo,
el dios lunar, infrasexuado,
y la fe bisexualoide que eristica:
uno en todos soy
y de los cancos de nadie vivo.

Como irregularidad inexplicable
que origina cambio en Todo,
aún en la muerte espacio-temporal
del estar vivo con el deber que muerde,
que ahoga y falsifica, los dioses
del timócrata trajeron el capricho.

De Estéticas mostrencas y vitales

Las ménades y el desfasaje


A mí, porque soy varón
y quise serlo antes que llegara
la noche con sus hijos, las estrellas,
antes que se apresurara la mostración
a seducir todo lo oculto,
me dieron amor en su espejo circular
los astros y yo especulaba,
sin oir a las ménades del mundo
y me sabía padre de imágenes
no devueltas por sílice,
acaso sólo promisorias todavía.

Las voces soterradas de las ménades
aprendieron a mentir
y eran sólo miradas, indocumentadas,
palabras, en aparente desfasaje,
vidrios simulados en interrogatorios,
espejos chuecos, donde otros
distorsionados, mentidos, quedaban
con chumbas extremidades
y chata credulidad,
barrigón que no tenían semblante
y con información deshonesta
se permitieron certidumbre.

Yo no. Yo era padre antes del menstruo
y escapé de la luna volátil
y sus correspondencia de aséptica lujuria
y del rumbo de penumbra
y a esos espejos, mentirosos,
tolvaneras cognitivas de lo impuro,
dejé como a Sara en la sal
de la hecatombe
y fuí el rejego que pulsa
los mecanismos transgresores.

En los espacios unívocos, lineales,
que la Razón instrumental supuso únicos,
antes de que nacieran los que me llaman,
Carlos, Abram, padre mío,
me armé del hacha divisoria
y ví al hijo glorioso y deseado.
Yo ví más allá que el espejo
de los días.

3-1-1990
Del libro Estéticas mostrencas y vitales

La echada y el amor


A mí, porque soy varón
y quiero serlo
y es hermoso el dolor en rijo,
explorar las raíces,
oler a la mujer y abundarse
en semillas, verse en el reto del azar
como pez-espermajo,
el primer amor dijo:
Voy a ser como el gozo,
echada originaria
, abandonarse
al salto cuántico,
y querré a tus hijos y besaré
sus huesos antes que tú
quieras besarlos
y por ellos amarme.

Entonces, con su primer amor,
me lamieron los pómulos,
cerraron mis ojos y eran felices,
las apasionadas
y con alardes secretos, intersubjetivos,
me amaron y yo las quise.

Quiera yo, o no, vino la fe,
o de ella el vino,
el cachondo trago
y lo desconocido.

Mi boca bendijo los muslos abiertos
y el vientre que a mi sangre acunara
y a mi pasión y apellido
que llamaron, no fui yo quien lo hizo,
identidad y orgullo; nuestra familia,
Carlos, tu ser-con posibilidades,
julepe dionisíaco, Tu látigo,
tu salida de tí mismo,
tu noche y mi escándalo.

Del libro
Estéticas mostrencas y vitales / Free Registry Cleaner and Spyware Remover Scan

El salto cualitativo

Yo dí el salto al abismo
cuando ví la luz que me invitaba
a dejar la caverna del mutatis mutandi.
Del salcocho de cerdos no quise mi alimento.
En rehalas de rebaños ovejunos,
dicté: soy soberano y con sinarcas
que desprecian a mis hijos
y les dan sus sobrantes,
no quiero mi banquete.
Innecesario exordio son
sus prolegómenos,
predicantes de miseria.


Dí el salto de fe
y mi alma era una risa,
la gloria de mi fruto
más amado, el vetarro vencido
en el deslinde, la gruta del deleite
por rutas de movimiento eterno.

Del libro Estéticas mostrencas y vitales
Revista Sequoyah

Hatuey y Guabá

Como tres jaurías, olorosas a brea
y sorgo, a olivo, a vendavales lejanos,
se acercaron a las playas y ladraron;
desde la islita de Tortuga
les vieron los caribes.

En las cercanías de Maisí,
Puerto de Palma, Hatuey se puso
a la cabeza de valientes
y les cortaba el paso,
pero eran muchos perros infernales
y espadas de acero muy filosas
y por los visos de sus cuerpos
se numeran a los muertos y perdidos.

En Yara, con llagas y cenizas,
les vio el Guabá y Hatuey
que ya es un mártir cubierto por las llamas
y el árbol, su cruz en el naciente infierno.

Entonces, hicieron otros viajes
y llamaron a Cuba, Fernandina
y el Puerto de Carenas atrajo
a los virreyes y estos subieron
con trajes de metal, calzados
con botines de macizo cuero.

Entraron al viejo paraíso, Boriken,
Guaniguanico, avanzaron
los hijos de la Noche y el Erebo,
con perros que son lobos
de sanguinario hocico,
con asesinos que son leones alados
con cabezas humanas y que se llaman
iberos-castellanos, hidalgos,
conquistadores de cristianismo rancio,
súbditos de Fernando el Católico.

Entraron y con ellos... el alma
de sacerdotes belonarios,
el bayú de su indecencia codiciosa,
el bagazal de los ingenios
como hacienda, el atracón de sangre,
el culto a la rodilla y la obediencia;
entraron y en 75 días cayó Tenochtitlán
y treinta años desapareció
la etnia dulce y cantarina del Caribe,
se quedaron caraibas, por esquivos,
y tapuyas, nómadas, intrigosos
ya teñidos con óleo de carapa;
se quedaron piratas sin ley ni rey,
otros que bien bailan, hijos de batuque
y embelequería, los benthianos,
hombres con huesos de baracoa,
indios ladinos, bizcos, cómplices
ante gendarmes y funcionarios
de Gran Bonete y gesto petulante,
hijos de hazaña oscura...
II.

... pero los valientes se fueron a la muerte;
cantaron sus últimos areitos,
dieron su adiós al río, subieron
al monte santo de Yukiyú,
se fueron porque ni aún la guerra
es más infame que la esclavitud
y la ausencia de gracia y reposo;
se fueron pero quedaron
las huellas de sus pasos,
fetiches de su iconografía.

3-5-1983 / Estéticas mostrencas

Adaptación natural

a Charles Darwin

Un día se fue por rumbos de peligro
(¡ay, ese dios que se va y viene!
pero siempre regresa más divino)
hacia los sequedales y vio el dolor
del cáctus y las ortigas y el tormento
y, aún cuando supo sobre el éxodo ingrato,
bendijo su partida, su huyilanga ad nútum
y, al regresar, aprendió a paso de tortuga
que lo bueno es más agradable que lo malo
y se hizo duro como piedra y terco
y a la condición del suelo
llamó cimiento del sustento
y levantó las bellotas del camino
y supo que hay cosas dulces
en el fango y lo amó más
y el dios y el hombre comprendieron
porque hay, por el contrario,
los que no aman y maldicen
y pagan su dolor en karma
con cuchillos y aguijón
y son ellos, los mimes,
sangüijuelas, ácaros
del Erebo.

De Estéticas mostrencas y vitales

Estos fueron los dioses

a Eliut González Vélez

Estos fueron los dioses de Nuestra Tierra,
Eliut, ángeles nemorales, ninfas
de bosques y riachuelos, taínos
que echaron sus campanas al vuelo
y armaron con sus güiras y tambores
su risueño regocijo, Ceres-omnias
de areito entre espesos matorrales.

En mis bosques litaban sus salmos
y su dios, húmedo fue como el beso;
desataba la lluvia, avisaba
el temporal de Barlovento
en rutas del Caribe
porque sabía ser Capitán
de navegantes al ritmo
de piraguas y sambucos.

Ellas, las adorables, tenían el pelo largo
y en inocencia primitiva de mis trópicos,
yo las hallé desnudas, olorosas a yuca,
a culén, a poleo, hábiles con sus uñas,
tejedoras, pacientes, dueñas de lo suyo.
Y tenían dioses-hombres y dioses-invisibles
que, como ellas, danzaban en las aguas,
flotaban en los cielos y, en vertical faena,
entregaban la lluvia sobre campos,
echaban bendiciones a la tierra,
conjuraban el fracaso
al perpetuar su dulce ecología.

Bendijeron sus dioses con cemíes
y con flautas de cañutillo
nació su sincera melodía,
salmo y aliento con que vibra
la geografía misma del Caribe.

¡Oh soles genealógicos!
ustedes bendijeron los ojos
que tienen multitud de conexos,
compartieon el pan-casabe
y el ágape y el bienestar general,
lo colectivo, tribalidad del gozo.

Aún pequeños en el universo inmenso
en lunas se reciclan
por esperanza procreativa,
¡ay de heredarse! y en nuevos cielos
pervivir en la arcilla...

De Estéticas mostrencas y vitales
Yayo el Turco / Estéticas mostrencas y vitales

Friday, December 14, 2007

La paradoja humana


¡Qué paradoja es el hombre!
El hombre que han definido desde los cielos…
Vanidad de vanidades y sólo vanidad.

Es la contingencia y es la necesidad:
definida direccionalidad de lo que anhela,
no ser inmortal, rumbo que no conoce,
senda en que se ha perdido, en pantanos
de estancia, enroscado en culebras temerarias.

¡Qué paradoja mi ser-ahí, en temporalidad insatisfactoria,
en asco y naúsea, según me corroboran mis días
de desaliento, mi sed de ser que no se sacia!

26-11-2005


Click here / ¿Quién funda mi lenguaje?

La copa de José

¿Por qué habéis vuelto mal por bien?
¿Por qué habéis robado mi copa de plata?:

Génesis 44:4

Es mi copa no sólo ente de plata.
Es la presencia de mis bendiciones.
Ningún ladrón robará la alegría de su vino.
Ni compraventa la urdirá para el hurto.

En mi tazón yo paladeo la alegría.
Y Zafanat-panea distribuye sus emociones
conforme al siervo que agradece y escucha.
En mi copa se colman mis verdades íntimas.
Es mi don y mi servicio. Es la presencia eterna
del Poeta, su movimiento en los tiempos de exilio.

Ninguno, ante los cinco siglos de escasez
que vivimos, retendrá su abundancia
ni tampoco los residuos de mis lloros y ausencias
ni mis quehaceres; mi copa se restaura y se pervive.

En cinco siglos de porvenir, de múltiples satisfacciones,
ninguno, sólo yo, el vendido por sus propios hermanos,
sabrá regocijarse, pues mi copa devela su regreso.
Mi copa anuncia sus rescates y se confiesa por misericordia.

Es mi copa, no sólo ente de plata.
Es la vasija donde vacío mis versos, el amor
donde se cobija y alimenta el nexo de mis generaciones
y cada pequeño benjamita, dicha de su pueblo,
sustentador del padre que los ama.

3-12-1998

Desde hoy serán claros mis rumbos /
El lector cósmico / ¿Quién funda mi lenguaje? / Click here

La piedra de Jacob

Y esta piedra que he puesto por señal
será Casa de Dios:
Génesis 28: 22

Yo dije: ¡Cuán terrible es este lugar!
La Tierra. La fragilidad humana. Malkut,
el temor de la Maya y las tentaciones.
Tenía una piedra dura, mi almohada,
cuando de mis ojos se ausentaron
todas las estrellas detrás de nubarrones.

No sospeché que Betel fue llamado Luz,
lugar oculto del hallazgo. Inicial zozobra.
Pero esperanza fue la piedra de mi cabecera
tan pronto dormí lo que la carne puede.

Soñé con la presencia lo que el espíritu dice.
Ví los peldaños de las onticidades; pero
también los espacios profundos, la escalera
hacia el cielo, los divinos engramas que se inician
en Malkut y en los cuatro elementos.

Desde la luz, no hay encubrimiento.
Jacob bendice y la piedra trasciende
y hasta quema las manos que la cubre
de aceite y la levanta como señal
para el alma y su litoral de aprioridad,
original y sublime. «Esta que sea mi casa»,
mi portal de futuras palabras, mi hallazgo
y mi sentido. ¡Bendito sea este lugar terrible!»

4-02-1998


Poetas del Mundo / Te van a sonreir, hijo mío / El lector cósmico

Paideia / Educación


La excelencia educativa del pasado,
si en algún momento, fue añorable
en términos de lo mejor de su propósito
no fue simplemente la areté para el soldado.
Adrenalina… hasta el perro la tiene
y con ella se comporta en la jauría.
Valentía es otro cosa, aristós,
lo más justo y necesario.

¿Destreza en el combate?
¿Quién asocia a la virtud matar a otro,
sino alguno que sea más dotado de bruteza,
más salvaje? ¿Dónde radica lo viril?
¿Ser una máquina de músculos,
gimnasta que desata con crueldad su distonía,
o se esconde detrás del narcicismo?

Hay mujeres valientes y a la par, delicadas,
así varones magnánimos, a los que no falta
ni templanza ni justicia. Es la areté que hoy
nos falta; lo mejor de los buenos.

Cuando se trata de pandeia y areté,
virtudes que educan, convóquese
en vez de la oratoria y la gimnasia
una equilibrada dosis de autoresponsabilidad.
Sofrosyne / Templanza y Dikaiosyne, Justicia.

Del Libro de la guerra / Click here

Thursday, December 06, 2007

¿Quién funda mi lenguaje?

El destino regala la lengua fundante nombrante
para que el ente sea:
Martin Heidegger

Y el espíritu de Dios sobrevuela por sobre las aguas: Talmud

El portal es como el beso, una boca lo da
y hace presente todo lo presente. Un labio hay que lo anhela
y que no se retira hasta que tiene delante la original palabra,
la bendita saliva, la voz de ese algo prometido,
no sólo su fe. Algo como algo.

Ese beso que nombra que algo SEA, por jota o Jet
o equis, que sea Vida, Acceso, apofánsis, algo y más que algo
y, por ser, lo devela. ¡Sea la luz, sea el beso delótico!
sin el cual no hay verbo ni un nivel arriba
ni un nivel abajo ni vida esencial en la cima
ni vida que vitalice abajo. Sea el portal para jaiut
otro labio / destino / ente del ser
que espera, que interpreta, que se abre.

Como un beso es la entrada a mi palabra.
El portal de mi poesía se hace de besos.
Como un beso la casa del lenguaje, el poema,
el comprehender, la expresividad de las declaratorias.
La interpretación circumvidente.

Como el suspiro fundante, sea el susurro del enamorado
y el sexo de la primera vez, coito donante que potencia
el acceso al misterio femenino / masculino
desde mi propia alma, como nivel superior de mi energía
y ascenso de la óntica semilla / ontológico beso
hasta el logro del espacio abierto.

Y luego que ascienda aquel / aquella que proyectó su luz.
La que ronda, el que sobrevuela: los besantes.
Que no sean ellos / los vivientes / jaiot / críos
para el águila que puede destrozarlos.

Que no estén abandonados por el tzadik que examina
porque, después vendrán las intuiciones discursivas,
el lenguaje amargo, el desgaste del beso.
La consciencia mundana. Los abismos.
2.

El acceso al ente implica necesariamente
el acceso a su ser. Se tiene consciencia de algo
en el modo de su existencia:
Martin Heidegger


¿Dónde vive Jatoteret, aquel que besa desde la Cima del mundo,
aquella / águila / madre que sobrevuela sobre la creación
de todo mi lenguaje, aquel que unió la inmanencia
y trascendencia en esta boca que clama,
entre la vida esencial y el temor
y ese amor que presenta los entes, con el logro del beso?

Beso tan simple como el ver lo que ambos
han visto, siendo como roces de besos
sin que falte el encanto y la estructura del cómo
aquel que besa se retira y toca sin tocar,
aquel / aquella / que nombró el amor / por primera vez,
y se asomó presentándose…

Aquella / aquel que recibió algo como algo
se hizo comprehensible y recibió dación
desde la inmensidad del apriori
y ascendió en sobrevuelo porque toca sin tocar.
3.

Un espacio unitario tiene que estar ya dado
para cada concepto, un todo en el cual puede ser dado
a través de la intuición:
Martin Heidegger
Y las criaturas vivientes [jaiot] corren y retornan
como la aparición de un relámpago:
Talmud


El portal es el espacio único por el que regreso
al infinito, al ver total, al reino, a la Cima,
a los siete cielos; tarea distinta el aprehender sucesivo,
la tierra, los ocho vértices del cubo, la boca circuncisa
de Zot en Janucá, el corazón circunciso en Yom Kipur.

Mi portal es el prepucio de oír. Octavo día de Sucut.
Tarea distinta cualquier beso que no sepa
cómo pudo la boca interrogar su ser.
Como ente en su ser guardado es el beso
que entra a mi portal, celoso el poema
que el suspiro recoge.

Como espacio de privacía
la estrofa y el nido, luz autoreferenciada
el que besa y te nutre y te mima,
con ese amor fundante y su alimento.

8-02-1990 / De Teth mi serpiente

Sunday, December 02, 2007

Consejos al edificador


Y Elohim dijo al edificador que no halló la roca
y a la Naturaleza no tuvo por sagrada:
El sacrílego no me honra. Y, por milenios,
ha sido así y yo, con severidad lo juzgo
porque soy celoso…

Cambia el hombre pero no yo
ni los dioses que por mí han hablado.
Yo soy constante, edificador. No el mortal
que, en vértigo despierta cuando pierde a los dioses
y, en el olvido de su Ser, su finitud construye.

El edificador oyó pero aún se jactó
que conserva una idea moral de humanidad
y que Adama ya no necesita de ensoñaciones pretéritas
ni sumisión a las alteridades ni a los restos de lo que ha sido.

«Pues no reconstruyas en la arena
Templo alguno ni casa cerca de la mar;
ni busque un alto monte ni bajura en todo tu camino
porque el templo verdadero es la mujer,
y la sigo llamando Eloha, la reina, lo femenino,
la Presencia, lo Imperecedero».

«No construyas hasta que no sepas que la roca
es Ella y la pared con buen material es su hermosura
y los cimientos profundos de su seguridad
como útero protegen la sustentación.
A quien en la Naturaleza de Tipharet sazoné
con identidad y autoridad
como hembra sobre Melekh, tu rey, llámala
Lilith, como en antiguo, Eurinome, Ain Soph,
porque como una casa o un templo
luz de mi luz recoge».

«A la contenedora llámala Tomadora del Todo.
Autoridad le dí sobre las aguas, poder de luna
en la marea, astucia de serpiente sobre las arenas».
Envestida con hermosura, ¿quién ha construído más
para la Casa Divina y Terrenala del Hombre?

2.


Para la Gran Obra, aportarás un rasgo,
una medida, unos límites y una posibilidad;
pero antes que edifiques algo, ve y consulta
a la que alegría para la vida atisona en el predio.
Apresúrate y ve porque no siempre en las cuevas
se esconden y en primavera se le ve.

Para la Gran Obra, allí donde combaten las desmesuras
con la medida de lo bello, la luz y la oscuridad,
invócala, que sea Ella la que limpie el claro del bosque.
Ella es equilibrio mediador y, por algo, la Belleza triunfante,
el fundamento, idóneo recipiente, necesidad de Adán.
11-07-1991

Lamento por la ausente

Cuando más esencialmente se abre la obra, tanto más sale a la luz la singularidad de que la obra, sea en lugar… Cuando más esencialmente sale a lo abierto este impulso que emerge de la obra, tanto más extraña y aislada, se torna la obra: Martin Heidegger

Cuando te fuíste de Malkut
después de las primeras primaveras,
Adán lloraba.

Te dijo: Regresa, amada mía.
Sin tí no hay obra en el Templo.
Ni rey en Adama ni realidad efectiva.
Ni esencia originaria de verdad.
Sin ti el sexo no es obra sagrada
ni con el cuello del ganso me consuelo.

Con manos de utensilios se ultrajará
mi humanidad. En la habitualidad de siglos
mis hijos rechazarán mis penas,
el impulso extraño de mi soledad.

En entramados de materia-forma gozarán
de sí mismos. Olvidarán el perdón que los limpia,
la Mano que les dio su alimento, la renunciación,
la sal pura de mi nombre y mi carne.

Entraste en la cueva antes de que yo pudiera
hallarte y detenerte. Tus pies fueron tan ligeros.
Parecía que volaste hacia la cumbre de un Dios Verde
(que no era yo). En invierno sufro el frío de mujer.

En sabbat y luna llena es cuando imploro
por nostalgia tu claro en el valle, tu apertura.
Presencia quiero de tí y darte hijos delante
de mi Dios. Pónte bajo mi vientre, doncella.

La Torre del Prepucio humedecida está
Y, con la mano en el muslo, promesas
han goteado ya del pene como índice Aralot.
Hoy conozco la finitud en medio de abundancia.

Me ha mirado la muerte y se ha compadecido.
Se apareció en la angustia por causa de mi severidad.
En refugio de cotidianidad me escondí.
Y la humanidad, conmigo.

17-05-1991


*

Lamento por la ausente

Cuando más esencialmente se abre la obra, tanto más sale a la luz la singularidad de que la obra, sea en lugar… Cuando más esencialmente sale a lo abierto este impulso que emerge de la obra, tanto más extraña y aislada, se torna la obra: Martin Heidegger

Cuando te fuíste de Malkut
después de las primeras primaveras,
Adán lloraba.

Te dijo: Regresa, amada mía.
Sin tí no hay obra en el Templo.
Ni rey en Adama ni realidad efectiva.
Ni esencia originaria de verdad.
Sin ti el sexo no es obra sagrada
ni con el cuello del ganso me consuelo.

Con manos de utensilios se ultrajará
mi humanidad. En la habitualidad de siglos
mis hijos rechazarán mis penas,
el impulso extraño de mi soledad.

En entramados de materia-forma gozarán
de sí mismos. Olvidarán el perdón que los limpia,
la Mano que les dio su alimento, la renunciación,
la sal pura de mi nombre y mi carne.

Entraste en la cueva antes de que yo pudiera
hallarte y detenerte. Tus pies fueron tan ligeros.
Parecía que volaste hacia la cumbre de un Dios Verde
(que no era yo). En invierno sufro el frío de mujer.

En sabbat y luna llena es cuando imploro
por nostalgia tu claro en el valle, tu apertura.
Presencia quiero de tí y darte hijos delante
de mi Dios. Pónte bajo mi vientre, doncella.

La Torre del Prepucio humedecida está
Y, con la mano en el muslo, promesas
han goteado ya del pene como índice Aralot.
Hoy conozco la finitud en medio de abundancia.

Me ha mirado la muerte y se ha compadecido.
Se apareció en la angustia por causa de mi severidad.
En refugio de cotidianidad me escondí.
Y la humanidad, conmigo.

17-05-1991


*

Al pequeño Moshé


Borínquen, la tierra del Edén,
la que al cantar el Gran Gautier llamó
la Perla de los Mares, mira que si te mueres
por mis pesares...:

Canción popular puertoriqueña


Yo Soy el hondero que lanzó
la piedra y te eligió. Herí la frente
donde no está el sello de tu bendición;
yo dije Soy en el Caribe.

Yo Soy en las perlas de tus mares
y te dí un pedacito del Edén de Mi Promesa.
Ve y reposa. Consuélate que el Gran Gautier
está conmigo. Lo besé y al pequeño moshé,
Ramón Emeterio Betances, quien te dio
Diez Mandamientos de los Hombres Libres
y un conato isleño de antiguo drama,
cuando entre Soco, que es Judá, y Azeca,
desafiada fue Israel, también
lo recibí en mis brazos. Lo guardo.

*

¡A tocar el shofar!


... pero el día de juicio se anuncia
en mi pequeño abecedario de senderos.
El poema es mi pedacito laríngeo
de verdad, mi salmo de consolación.

La serpiente canta en el Shofar
y su juicio es: Dejarás abierta la puerta,
Universo cerrado, porque aún circulo
y soy la intuición para tus días
de alabanza y de Yom Hadín.

Mi propia voz es la voz de Ella
y mi trompeta invisible canta la formación
y el mundo y la abundancia de Itra.
El rumor de las aguas de mi Isla /
la risa y la dulzura de la Amada / Ella,
con humildad, las ofrezco en el Altar
y, por ésto, serán inscritas y selladas
las madres,
las vecinas / os,
los patriotas, los cantores,
los rebeldes y sus causas
en el Porvenir de Adam.

Entre los que son vistos por los peces
de los ríos, aquellos que no aprendieron
a nadar contra corriente, Justicia verdadera
verán y el Destino necesario
que fue, es y será,
les será revelado en el amanecer
después del Yom Terúa.

5-11-1999


*

Alamat / el encubridor


A tí, quien destituyes a la Serpiente antigua
de su Malkut, a mi hija en Yetzirah,
a mi amante la Emperatriz,
a mi esposa misteriosa, a la Novia / Amada,
isla-descanso, sinagoga de reposo,
a tí vendré con pleito, por burlar
a la Eva que te dí, y te juzgaré como Acab
y te llamaré Alamat, Encubridor.

Si limosnas conocieres de Chesed,
más intensa será la vergüenza
de tu mendicidad. Temblará tu mano
cuando toques otra que venga
de Netzach, el poder.

En tu garganta no estuvo mi canto.
En tus pies no víste la serpiente que te envié.
En tus mejillas, no me santificaste;
en el corazón, no cumplíste
lo que ordené como sagrado mizvot:
Da de tu pan diario al pobre
(sea que lo dividas a mitad)
y bendícelo con paz,
con el más puro shalom.

1-08-1994


*

Beth / Señora de la casa


Desde cualquier jardín que cultives,
a su propio paraíso, lo llamará
la señora de la Casa.

Beth será su nombre.
Se esconderá entre lirios de verdad
y, al verte, se fundará la rosa
y los cinco sentidos con que tú,
el Amante, la nombra.

Cuando a ella digas, «Yo quiero / te amo»,
piénsalo bien: las experiencias observadas
se permutan, los jardines son mágicos
y ella está desnuda, la Eva serpentina
atrae y repele; a todo lo refulgente
que víste en cielo y tierra,
sólo Ella se lo traga desde el principio
por su linda boca de manzanita,
lo regresa a lo oscuro.

*

La amada / La reina


Para conocer el éxtasis, o la divina vibración,
Shiva debe abandonarse a la percepción sensual de la mujer.
Cada mujer es la esposa de Shiva:
Rita Ashby


... pero la mujer que ama y juega
con este mundo de varones y el valor
de sus colores y penumbras,
desde los cuatro puntos cardinales,
a todo lo que él percibe, ella lo triplica
para formular los tres tiempos de su control.

El mismo sol exaltado sobre las geografías
que ha dicho su cosecha de futuro,
con ella y por ella, será perfeccionado.
La luna que recicla sus presentes,
el relámpago que aconseja sus futuros,
de la mujer que más ama
será la recompensa.

Todo lo sabe esa madre
que es negra, como su umbral uterino,
y, desde el espacio interior, lo externa
y enrosca al hombre y lo echa a pique
cuando ya es su cadáver.

Ella se adelantó y cortó su cabeza
con la espada que decapita al ego
y las fuerzas restrictivas del destino.

* Del libro inédito Teth mi serpiente

Sensualidad



Teth, la serpiente del Fohat,
la Amada es una fuerza real y tan poderosa
en la destrucción como en la integración:

Alonso Berrío Cárdenas


Toda la tierra que conozco
y me fue dada será por tí el décimo amor
si me bendices, árbol a tu izquierda
que la Gloria une a la victoria de Netzach
sobre las tribulaciones.

Toda soy yo para el hombre placentero.
Tú lo hicíste ya, Yesod,
al darme la vagina de la ramera ardiente;
tú que me hicíste sensitiva en las esquinas
de delicia, y aún frágil ante el golpeador
que, entre canallas, busca mi disfrute.
Tú me darás lo más pulcro, deseable,
y mi anatomía virginal será tu premio.

Por tí ya no seré llamada Adolorida
y con mis bayas negras te daré
alimento y flores; alegraré tu fuerza;
improvisaré, como guardiana, lo que te aloca
y te priva del sueño y del control;
sujetarás al león en descarrío,
porque a veces lo crucial está oculto,
tras un velo, el inconsciente.

6-19-1997 / Teth mi serpiente


*

Te bendeciré, Eva


Te juzgaré, Eva mía, pero yo no castigo
dos veces el Yesod y, desde él, sólo pedíste
un amado, tan grande y sabio como soy
(no cambio, sustento)
porque el Verdadero y Fiel Almondad,
¿quién es, Serpentica de Yetzirá?
El verdadero Amor / Unidad / el Sabio
de las edades, Ackam, Achad / Ahebah,
¿quién es, sino el soy más allá
de lo Ontico, más acá de curvos
espacio-tiempos?

*

La esencia y enigma del origen



¿Y qué mayor temor hoy en día
que el temor a pensar?:

Martin Heidegger

Y ví a la mujer, ¡ay! demonios, ¡qué enigma su hermosura!
… que hasta olvidé que mi vida está bajo las raíces
del Arbol del Terror. Ví a la que dijo: ¡No temas! ¡Que soy la protectora!
y hablaba desde un cuervo, porque yo era una perdiz
y podía ser un hombre, el hombre que se tragara vivo
Y, ¿por qué bailas delante de mí y con un hacha me amenazas?
«No, yo danzo en el fondo de mí misma y hablo el lenguaje
de los pájaros; ¿te das cuenta que puedo ser la perdiz
y el buitre y el cuervo? Yo conozco el secreto de la Muerte
y de tu batalla, pequeña perdiz, y quiero que me veas,
vestida con un collar tan sólo, y te dejes llevar, sin miedo,
por la senda del Velo de la Muerte. ¡Desnúdame tú!

Y ví a la mujer, ¡ay demonios! y mis ojos se fueron
a sus senos, a su espléndida belleza de mujer,
a su vulva, a su musgo suave, a su tálamo…
y no ví el hacha ni que mi alma salió de la perdiz
y como un aura de luz formó un gigante
y siete cabezas tenía, porque el alma es Legión.

2.


Hoy rompo las imágenes de entrada
para poder estar cerca de los sueños puros.
Rompo con las emociones fáciles a cambio
de esta violencia sin víctima que cura:

Néstor Barreto


Sólo me interesaba poseerla, porque ¡ay, ramera!
diosa hiperbórea, tú si encantas, tú si asesinas
deliciosamente y tus brazos me acogen
como serpientes, te enroscas ricamente
a mis muslos, a mi garganta. Me asfixias
con besos que no tienen iguales, me danzas
desde un afuera de M(s)í Mismo que desconocí
hasta hoy; ¿qué importa lo que hagas el hacha?
Es en la muerte que me arrancas el lonco.
Es en la muerte que te veo, tal cual eres,
Liberadora, asesina y prostituta.

¡Pero qué feliz me hicíste, Freya!
Que desencadenaste mi espíritu y de mi alma
ha quedado una sombra leve, cráneos heridos
que sangran sobre tus senos. Me ensartaste
en tu collar después de nuestro orgasmo tan intenso.

2-03-2002

*

Los amantes



El Loco pidió casa.
Tú, Beth, la fundaste. No él.
Como amantes de Zaïn, consentimos.
Fuimos gemelos de orfandad prometida,
discurso de silencio de hoor-paar-krat.

Entreví tu silueta, estructuras femíneas
con cuarzo blanco elaboradas,
y, en el rastro pre-eval de Tu Palabra, silencio.
No dije entonces: «Te amo».

Antes tuve que asegurarme
que entrabas por los ojos.
¡Somos bestias! advertimos.
Busqué en el índigo niñas en tus pupilas,
ancestros de iris y miradas.

Apenas entendimos, pero, al fin,
lo logramos. Fuíste el canto,
levanah de luna llena
y, con razón, te quise.

2
.

Bajo el húmedo clotis de tus selvas
besé el briah violacéo de tu isla.
Celé tu territorio, horda endogámica,
pero te hicíste serpentina de repente.

Te enroscaste en el eje de mi árbol
(¡y yo, simple bejuco, externa apariencia
de tu arrastre!) Eras más sabia, Teth,
que las muchas cabezas del dualismo.

Te conoció el león y la serpiente.
Te saltaste los siglos del bípido carnívoro
ya que tienes ígneos tallos de ascenso
para el arcano evolutivo.

El ermitaño y tú tendrán manos abiertas,
muslos que se ligan, recíprocos.

3.


Los amantes se jalan por olfato.
Se imperan en el altar de su arrastre.
Son serpientes elementales de su propio holocausto.
Los esclavos del tiempo los maldicen.
En el aditón y el cuchillo no saben lo que hacen.

Ella se ofrenda a menudo
y funda el corazón para el zarpaso.
El charafote es una espada
con hoja generosa y ancha,
¿pero quién hay que la sostenga y viva sin dolor?
El puñal duplica las cabezas de serpiente;
pero, ¿quién es el que devela los secretos?
El holocausto convoca
sus ritos multitudinarios.

3-10-1996

4.

A riesgo de enemistarme con Eva
le he dicho algunas verdades…:
Néstor Barreto, en:
Legión: Poema Pánico


Que somos terrenales, adamévicos, lo sé.
Somos amantes no agotados en la verdad
me lo mostró la torsión de los entes
y cómo se presenta, en rechazo a lo que anhela
cosear en nuestro mundo, sin disfrute,
pese al mero gusto por la forma de quienes
no son amantes, excepto trasgos sin lugar
en la estancia constante.

En tierra y mundo estamos, Eva y yo,
y nos entendemos. El agazapo de los dioses
que nos niega los nombres, nos aboca
a simetrías y reflejos, a ficciones presenciales;
pero, en la intimidad cuando nos copulamos,
por consejo nos dicen: Tengan por miseria
las esencias adquiridas, impacientes,
los iguales comportamientos de mortales.

Son filtros, bebedizos, pócimas con perfiles
de mentira / encubrimiento / alarma / náusea.
No son filtros del Cuidado o mis patrones específicos.
Busquen el Rostro. Fijen sus figuras enteras
en las estancias de Su amor constante,
no por el mero gusto de la forma coseante.

*

Saturday, December 01, 2007

Schickung / Destinación

La angustia es la realidad de la libertad:
S. Kierkegaard

Bienvenidos los que creen
que el mundo es insufrible, cruel y oscuro.
¡Les tengo una noticia bienhechora, fenomenal!

La realidad depende de la cura, pero no lo real.
De modo que es posible jugar en el Gran Patio
del ser-tranquilizado y esconderse
de la angustia de ser libre.

¡Quieran, hijitos tristes, que con querer
se gana y se cuida lo alcanzable y llevadero!
¡Quieran que hay entes manifiestos
que agradecen el apego y la llevanza!

Serse por anticipado ya en el mundo
no siempre es soledad o berrinche.
Quieran, chicuelos esclavizados de contento,
darse al encuentro que, aún en las penumbras,
hay descanso y conusuelo.

En el gran patio óntico están las cosas
manifiestas, intramundanas.
No siempre son juguetes, pero bien
que divierten...

¡Abran los ojos, hijitos tristes,
vayan sin muina al circo cotidiano
y verán los ríos salvajes, esteros
y ninfas del julepe, retozonas!

... pero eso sí...
no se aparten del Uno.
La cura angustiadora vigila los portales
y está ofreciendo, por amor,
un ser sí mismo más amplio
que todos los patios y los entes:
el destino de la luminosidad.

7-7-1978

Del libro Las zonas del carácter / Sequoyah 1 / Sequoyah 2 / Sequoyah 3 / El hombre extendido / Heideggerianas

Friday, November 30, 2007

La sangre que se escurre


Noviembre de 1957. Hombres de sangre ardiente enlutaron la tarde. Sábado a las 3:00 pasado meridiano. Don Felino, el dueño del barecito, sospechó unos signos agorantes de tragedia. Se lo dijo al propio Lolo Nuñez:
«Es el tercer ron que vendo a tu compadre Lencho y quisiera que fuese el último».
Agregó una amenaza: «Tu compadre se pone majadero con mi hija y, si lo sigue haciendo, lo tundiré a trancazos.

A la mano, bajo el mostrador, tenía el madero.

«No temblará mi brazo cuando se lo parta encima, amigo Lolo».

Al paso de las horas, la tragedia sospechada se intensificaba. Entre cerdo y cerdo que el matarife Lencho destasajaba en su casa, regresaba horas más tarde. Horas tras horas y cumplía con el mismo ritual: elegía un disco de la vellonera de la barra, bolero descarnado de la época; se surtía del agasajo contingente de mirándola y apretaba sus labios para no soltar, con indeseada grosería, unas palabras que ofendieran a ella ni a su padre ni a clientela presente. Sin embargo, son muchas las señales que delataran la pasión que lo carcome. Lencho no es listo. Es matrero. No verbaliza fácilmente lo que quiere. O lo que siente. Es más que solitario, traicionero. Mira con ojos lujuriosos que hasta el mismo Lolo lo reprende cuando Lencho visita su casa y observa que ni con doña Ana, su comadre, disimula sus lascivias y desalientos. «Lolo si tiene suerte y es más viejo», alega Lencho.

Mas Lolo Nuñez, vecino en Tablastilla, está en la inopia. Ana, su mujer, tiene tres hijas de un primer matrimonio. Lolo la hizo procrear cuatro más, los suyos. Al menos, cuando se acuerda, Lencho Colón es generoso. De algún cerdo que mata, lleva a la casa alguna grosura y calma el hambre de todos. «Aquí, compay Lencho, para que coman los nenes». Es que son siete, en total y, por de pronto, Lolo compra al fiado. Siempre lo mismo, la carne es lujo, máxime cuando no está empleado plenamente.

Lencho ha vuelto. Es el cuarto asomo suyo a la tiendita de Felino. Marca sus discos en la vellonera. Entrega un billete de diez dólares a quien, por su gusto, lo mandaría al demonio. Felino observo el gesto de escarnio en la boca de su hija. Lolo lamentó que el compadre abriera la boca vulgarmente, insinuara besos. Lleva unos tragos demás y en el pensamiento una muchacha, tan sensual y pizpireta que presupuso que le meneaba el rabito. Y, si es así, ¿por qué estos celos?
Propuso una canción descorazonada para la vil ingrata. Pidió dos conitos de ron porque apuraba el primero sin inmutaciones. Así palo tras palo, el color se escurría por su garganta con más velocidad que antes.

«Esta Navidad no la paso solo»,
gritó ante Felino.
«Conmigo no será», murmuró la muchacha, casi evitando que su padre la oyera. Mas se hizo rotunda la osadía del borracho.

«A usted es que me refiero».
Don Felino respondió con el gesto de buscar la tranca y despedirlo a golpes. Por fortuna, a fin de evitar confrontaciones, el buen Lolo concilió el asunto con presteza. Tomó a Lencho con delicadeza por los hombros. Lo hizo mirar a su rostro; ya sólo tenía ojos para la hembra. Se envalentonaba y no lo convencía la amistosa persuación y serenidad de Lolo Nuñez. A los 40 años de edad, si bien se daba sus traguitos, éste aprendía del buen consejo, la necesidad y la mesura. Felino era un tunante presuntuoso.

«Compay, ya, ya... deje éso. Usted no está para hacer amenazas ni peticiones. Anda bebido»

«Es que estoy loco por ella, Lolo. Voy a pararle el caballito a esa mujercita para que me respete».

«Ella le dijo que no, así que deje eso. Mire que bebido, sufre más».

«No me amenace con eso. Bebo para no sufrir».

«Es lo que haré, pararle el caballito para que me respete».

«¡No, no! ¡Has perdido el juicio!»,
lo aguantó por un brazo para que no avanzara hacia ella y le diera una bofetada prometida, según lo que había dicho una semana antes.

Forcejearon.

«No me ofrezca más consejos, ya! Se acabó».

«No seas bobo, Lencho. Entiende».


Este epíteto de bobo lo ofendió más que su interpretación de que Lolo Nuñez le obstaculizara el romance que lo emperró con la hija de Don Felino. Se buscó entonces el cuchillo con que clava la garganta de los cerdos, después que da un marronazo sobre los cráneos porcinos para atontarlos y que se queden quietos.
No valdría otro consejo. Delante de todos los presentes, sacó el cuchillo carnicero y dio unas cuatro puñaladas al amigo. De repente, viendo con terror el cuchillo-matacerdo, empapado hasta el mango por la sangre de Lolo, dijo:
«Lo hice porque es un entrometido, pero no quería hacerlo».

Un segundo de reflexión, al ver lo que había hecho y escuchar los gritos y clamores de todos, salió del lugar con el cuchillo en la mano. Lo vieron salir, rumbo a Tablastilla, los hijos de Andrés Pulga que azuzaron a la chichería a ir tras él. Con el revuelo dentro del bar, se coló la noticia. Avisaron a Ana y llamaron un médico. Cuando huyó, cuchillo en mano y el puño sangriento, no fue como se creyó en tareas del oficio. Asesinó al compadre. Quedaron siete huérfanos.
Ahora, en Tablastilla, con una cajita de ataúd que Guilo Vargas hizo, el sótano se acabó de llenar. La casucha es insuficiente. Se apretujaban, unos a otros, los trece vecinos más compadecidos. Siete niños y la viuda. Lloraban porque mataron con cuchillo matacerdo a Lolo Nuñez. Se inquietaron porque su sangre salía de las heridas, incoagulable, y se escurría del cajón. El chorro era sonoro porque, no fue mero gotear. Fue un caudal de llanto lastimero. Se recogía en un baño de lavar ropa que se puso bajo el rústico féretro.

En un comienzo, la sangre salpicó el piso hasta que lo observaron e informaron con el grito de alarma. El cajón no está forrado ni el cuerpo embalsamado. No se estila en Pepino entre vecinos tan pobres. Los Nuñez eran de esos. Han tratado de enfriar el cadáver con hielo y sal, con lástimas y rezos. No se puede hacer más.

«¿Cómo fue?», preguntó un curioso cuanto más quedito pudo. «¿Quién fue el que lo mató?» Se oyó la pregunta, sin embargo, como si utilizara un altavoz. Tanto fue el silencio.

Aconteció que Don Lencho Colón, vecino del callejón de Guillo El Soco, ya había destasajado, entre las 2:00 y 3:30 de la tarde, unos cuatro lechones, huyó del colmadito del barbero Don Felino, hombre pacífico, emprendedor, que vendía, entre 1950 y 1955, cuanto podía. Surtía hasta al fiado. Cortaba el pelo, despachaba sus rones y vivía así, ajetreado.

«Lo agarraron ya», informa uno que lo supo. Se paró en las afueras de la casita del velorio en Tablastilla. Felino que salió y expresó pésames; pero tenía que saborear este gusto de informarlo. El policía Echevarría, quien se daba unas cervecitas, junto a Vitín Oppenheimer, vio la avanzada de la muchachería y le dijeron que Lencho, ebrio y alucinado, llevaba el cuchillo carnicero.
«¡Suelta ese puñal!», ordenó como dos o tres veces.

«No», se negaba. «Es que no sé lo que me pasa. No sé ni lo que he hecho». «Tira el cuchillo al suelo porque voy a esposarte. Mira el revólver con que te apunto. No huyas porque te doy un balazo. No huyas porque si avanzas, te corro a tiros y te lo vacío el arma en tus espaldas», explicó el guardia.
Y, según continuaron los rezos y los pésame, importaba saber por qué un compadre mató al otro. «¿Quién es el culpable y cuál es el motivo?»

Don Felino sí que lo ha dicho. Ha vivido con un ojo en Olguita, hija suya, que, por linda y rompecorazones, a todos encandila por la bajada a Pueblo Nuevo. Alguien enamorado a lo divino, residente en lo profundo del Callejón de Guillo, es el asesino. Un fisgón de Olguita, diablesa protegida. Por su causa fue que vivía entre infeliz y contento. La espíaba al observarla parada en la Loma de Stalingrado.

Y, es verdad, la hija de Felino es bonita, alegre, coquetona, mas a nadie suelta prendas todavía. Sí. Es la hija de don Felino quien tuvo a Lecho como ajíaco. Es la espinita clavada que lo angustiara porque «las felicidades perfectas no existen, ni muriendo». Se queja con el compadre. Oye del acusma de su alma mil recriminaciones. En más de una ocasión dijo: «Estoy loco por ella. Hago cualquier cosa por tenerla y hacerla mía esta Navidad». Comenzó a sentir el dolor de los celos pues la hija de Felino sonríe a todo el mundo. Lo ha escuchado y no lo quiere. Tiene un hijo abandonado. «Es mala gente», le dicen quiene saben que él es irascible, posesivo. Tanto que a Olguita le gustaría convencerla de que se ande con cuidado. Si es que ha de ser suya, «mejor que no sonría tanto, porque yo la quiero pa' mí y para que sea madre de mi hijo». Don Lencho, tras veinte años de prisión, fue a buscar a su compadre. No recordaba que lo había matado. Repasó, en medio de pesadillas y alucinaciones, la última conversación que con él había tenido. Recordaba las palabras de su amigo.

«Estás mal, compay Lencho. Va a irte mal si buscas una muchacha tan joven y jariosa. Tú no le interesas y se lo dijo a su padre. No es a tí a quien ella quiere».

«Pues eso me lo tendrá que decir a mí».
«¡No la busques más! No sufras con ese embuste de que puede quererte».
«Que venga y me diga que no soy hombre pa' ella; si tiene otro pretendiente que lo vaya largando, porque le voy a quitar la cabuya que ella se da por caliente».

«Es que, por joven y en la edad de marido, son muchos los que la rondan»,
insistió Lolo.

«Pero aquí hay hombre y mejor que yo ninguno», dijo el enamorado.

Había sufrido otra pena de la que tenía muy confusos sentimientos. Mientras cumplía su condena carcelaria, a Freddy, su hijo, le dieron 20 puñaladas. Entonces, se preguntaba cómo pudo haber sido.

«¿Dónde está viviendo mi compadre?», pregunta Lencho. No recuerda que lo mató hace 20 años.

«¿Qué le pasa Lencho? Los muertos ya no perdonan», le dicen.
«Yo maté a uno, no a dos. ¿Por qué vienen a joder conmigo?»

8-6-2006


Saturday, November 17, 2007

Su desnudez consoladora


¡Qué reaccionaria es la tristeza!
¡Qué revolucionaria es la alegría!

Extor Henrique Martínez


Cristalizado con formas fue lo que, al parecer, no lo tiene
y la mujer, ella en particular, con esfuerzo de su alma,
lo ha querido. La ví cantando el SI de las aprobaciones.
Consolidaba los colores magenta de su carne.
Quería decir existo desde la suma completa de sus nervios.

Entonces era violácea, como carne amoratada de Neptuno.
Pero la ví en la balanza, en su lucha con instintos y emociones.
Le dí el esplendor externo de Nogah. La probé frente
al metal de bronce. Entre violentos, se trastocó en eficiencia.

Entre clementes se mantuvo íntegra, victoriosa,
y suplicó: Dáme existencia, afírmame aunque me cueste
el ropaje con que me hayas vestido.

Estoy desnuda en el Netzach,
pero no me observa nadie. Sólo tus ojos, Chesed,
mi padre íntimo, el que no me avergüenza,
el que ama mis emociones por su Misericordia.

1-05-1996

El gran proyecto


Lo que importa es que es perfectamente posible
para cualquier ser cambiar las variables…. Decidir
por Sí Mismo un destino diferente para su existencia:

Diego de Villarroel


Contra el rostro mortal de los neutros,
noveleros, hijos de las moscas
de la plaza, hijos del Olvido,
limpio mis labios, convalezco
de las distorsiones de sus burlas
y mi larga estancia en las resignaciones.

Me anticipo al Gran Proyecto:
palpar esta sustancia, beber del agua,
abrir al fin en su totalidad la puerta
al Ser que me echó al mundo.

2.


Vivo por la serena compostura.
La fuerza abre sus fauces. Muerde.
El toro, desde su larínge, ruge en ausencia
de una palabra de plata que tenga
las creaciones de esmeraldas.

¿Quién que oiga los ultras de la energía
ignora que desde lunas se recoje la luz?
¿Quién ha de ser el Sufriente, el mensajero
de Hermes, el trimegisto, tres veces
grande por clemencia?

¿Quién Jachin y Boas del vínculo amoroso
y el proyecto, el pacto del que llama
por receptividad del que oye?

¿Quién que sea como la Madre al hijo?
¿Quién como la hiedra que en la pared de la Torá
recoge su adherencia, su fe? ¿su circunscisa alma
y su sábado de reposo? ¿Quién el que admita
las siete leyes de la Mente Subjetiva profunda?

3.


Teth, la serpiente, es mi fuerza.
Mi hiedra, dulce y bella, con su collar
de rosas, es ya mujer del infinito.

Encadena las potencias de mi bestia.
Anula mis gesticulaciones. Con un interior
de paz, purifica mis instintos naturales.

En el infinito ata mis bravuras. Las transmuta.
Y en la tierra oscura, como Emperatriz, me desata
y me pasea como cordero y siervo acepto.

Teth abre mi boca. Se asoma a mi mente.
Apacienta mis rugidos, me acaricia con sus manos.
A los ojos de mi emoción encara su mirada.

¡Qué tiernamente me examina el aliento;
con qué tangible calidez transmite su armonía!
Iluminadora es la fuerza dulce de Teth.

4.


Por causa de centralidad, el corazón se abre.
Se abre como león que antes nadie ató
al verlo enfurecido, ¿quién abrirá sus fauces?

A la vida del sol la Puerta nos accede.
Al hambre de ser de los leones, en actitud pasiva,
virginal, Ella entreteje al devenir pasado,
a la presencia viva, al porvenir
que es acto receptivo que enfrenta lo salvaje.

En lo alto, el Infinito; en lo bajo, la fuerza bruta
y el temor, con reperperos y la chusma
que habla con rabaneras porque no conoce
a Teth, collar de rosas y damianas.

El Gran Simpático retoza con el sueño
de energía en la Vasija y el Gran Bazo transmuta
los glóbulos sanguíneos, volviéndolos blancos
como copos de nieve y lana de oveja mansa
en Cálix de hermosura. El león fue vencido. Punto.

Barredora del ser, con escoba de misericordia,
la criada-bruja, es la magnífica Tiroides.
¡Cómo nos limpia, el hígado santo de Tu Gracia,
el esplénico Siervo esplendoroso!

5.


El sufrimiento es un accidente innecesario
de nuestra libertad; pero nuestra perfección
(en Dios), una necesidad de nuestra libertad:
El dolor en una ontología en la fe


¿Quién como él? Que nos apuntala…
El que nos da el Oriente y nos saca del Norte
de lo oscuro y del Mal Viento de la muerte…

¿Quién el que con nosotros amanece
y trae el sol del equilibrio y la templanza?
¿Quién con fuego nos prueba y en leños
de vitalidad nos aporta la Llama?

¿Quién que nos auto-restrinja con muerte
esperanzadora, al tiempo que, con implacable
celo y persuación, nos da una rosa blanca?

El que ya ha perdido toda fe y comienza
a perder toda caridad, ¿con quién se sentará
a llorar, quién ha de ser su consuelo?

¿Quién volverá a recordar que con la ruptura
personal, vital y cotidiana, con ese Amor que nos
amó y dio sus alas, el pecado es intenso
y la Divinidad se relaciona a lo remotamente numinoso?

Pero, ¿quién te habló de Sí como un quejido
de hambre y sed desde el Bazo propiciador,
restaurador nocturno de los glóbulos blancos?

¿Quién hay que comunicara, Desinféctate,
que soy la Tiroides Cósmica y esplénica
y glandularmente te reparo?

6.


Gran proyecto es el pentalfa del hombre.
En el plexo solar, su corazón está erguido como roca.
De la bilis de su angustia, hicíste un Perro Mudo
que ante el rigor no ladra y que de las sombras
de la Ley no se asusta. Dulce lo hicíste, Josibí.

Lo soltaste en los montes, Ateo.
Como Curiel ha sobrevivido cada experimento
que lo asesina ante el Mashiaj de su alma.

Todo lo que navega en la mar … que mudo sea como el perro taíno.
Atempera la tormenta, Josibí. Que se quebrante, sin jactancia
el corazón ganancioso que no edifica su Beth, bohío alguno.

Para todos será la Luz, hasta para el berengo
porque para el proyecto del hombre,
indispensable es que se entiendan las Siete Leyes
del Universo, bajo eL amparo del Turey subjetivo.

Dirás para quienes advengan asociados en areyto, oye y mira.
En medio de sonajeros de maracas y güiros, el dios Sol-Luna
también tiene un tambor de vibraciones. Le gusta el ritmo.

Con cuartos menguantes de Luna, hizo lapsos,
sucesiones, ritmoterapia. Dos columnas, hizo para nombrar
los opuestos, Severidad es. Lo mismo que Misericordia.

7.


Para que al Ego mates , a esa báquira, cerda obesa,
salvaje, con cientos de cabezas, a esa pulga
presuntuosa, hablantina, cuyas palabras son huevecillos
de gusanos, carrocha de berzotas, realidades ilusorias,

distrubuyó la síntesis en el Pilar de la Armonía
de los contrarios. Invento de Dios es la dialéctica.
En la base del ser, en medio de lo ente, se la dio
como el fruto dulce. Cómela, dijo, mi sabor tiene.

La mejor Vasija, idónea copa de tu bendición,
se coció en el éter. Como vaso que se atesora
por útil e imprescindible, vivo y orgánico al ser,
fue para que el Ego que cree que ya lo sabe todo.

Chesed, Padre Amoroso, la pensó y dijo:
Sublime anatomía por semejanza, mi bazo,
mi crátera en la Noche del Hombre y mi órgano
que restauradora la luz. Ciertamente, él la pensó
y la distribuyó en la arcilla.

21-3-1989


8.


Y el leviatán y el behomot batallarán cuando el Sol
conquiste la tierra que al caído entristece y con violencia
retiene. En bolsa de pescador está metido el niño inocente
y el pez pequeño que no tiene aire, sino asfixia.

El gran proyecto es que no se descarríe por siempre
el ser que se arma en los mares de angustia y berrenchines,
que pierda el puñal de su Razón y vea Su Guardián
en el Inconsciente tiene un sitio y mi pacto.

Ladra, Num, porque tú serás del Leviatán triunfante.
Malkut te ha llamado Su Pentalfa. Con cinco frutos,
te levantará y mientras el sol exista,
tu corazón es el sitio de Mi roca.

9.


Por causa de luna, tu mudez dejará las orillas,
el residuo, los viles metales de la Piedra Bruta.
Como cemíes, dormirás desnudo y bandas
de algodón te ornarán los brazos y pantorrillas.

En el centro del Gran Silencio, con marea controlada,
se acabará tu angustia, y estrellas serán
en los reinos de marisma y fuego tu comprobación.

Investígate, vigila, recicla tus marismas, pueblo bendito.
No en vano se te llama, el hijo de Turey en los cielos
y en cinco puntas crecen tus cinco frutos, sub divo.

24-3-1989


10.


Tú, favorito de mi Serpiente, tú, mi niña en el pantano,
verás la Bestia que busca tu desastre.
En islotes de Langerhans te comerán los zafras,
te molerán tus azúcares. De tu páncreas harán
sus berenjenales, pero yo estoy contigo.
Seré el bohique en secreto, seré tu amor en los cemíes.

Tú dejarás la cueva. Vendrás a mis poblados.
Y en fiestas santas te sentarás a mi diestra sobre un dujo.
Cincelarás la piedra bruta y, con Venus bajo el azul de cielo,
escucharás trompetas de yagrumo, mi Jabao, gayumbas
de hueso, el shofar que denuncia los crepúsculos.

Misión tiene tu alma: Búscame; seré tu espada de Zaín;
seré el garrote y como guanín, disco de oro pondré
en los pechos de tus guerreros; gran proyecto tiene
tu raza de valientes, pueblo mío.

Caza y pesca dí a tus varones por oficio.
Pero las guerras del espíritu serán por lunas milenarias.
De modo que caza y con tus flecha dispara
hacia el punto vacío del Tzimtzum, yergue tu cabeza
y no la hundas en la falsa imitación del que escarnece
el mundo, mientras ignora el poder de los milagros
y la santidad de tus bohiques. Pesca.
De la realidad amarga, sacarás mis dulces peces
porque yo estoy contigo como el Aon mudo.

8-03-1990


11.

… a Venus, arquetipo del amor femenino

El amor es lo que sana el sufrimiento:

Mauricio Cubaque M.


No seas esclavo de la fatalidad, hijo de Samed,
porque vivas en tierras de disturbio. La Bella de Pandemos,
la niña de Pafos, la Urania del Cielo, sus ojos ha clavado en tí.

Doncellas aderezó con sonrisas.
En Acidalia se ha bañado
y, desnuda como está, te dice: Véme.
Como Dione te insta: Fructíficame.

Busca limas y granadas conmigo.
Al monte de Erice acompáñame.
Recaudaremos brezos.
Brezos como abrazos juntaremos.

La fatalidad todo lo confunde. Del genitivo femenino
construye sus pentáculos de inversión, apariencias externas
de burla, intolerancia, prejuicio. De la justa alegría se ríe
con sus sarcasmos. De lo hermosura de las hijas
de Talasa, el ojo de Ayín con ilusiones impuras se harta
y en el Gran Viaje de la Líbido se detiene
al observar las charcas de lujuria de los asnos.

Con bestias de bipolaridad, espejos deformados
por pasiones, se entretiene. Garras tiene la fatalidad,
hijo de Samed, ojo de Ayín caído. Escucha su lamento
y no permitas que se defraude por tu causa.

El error y el dogmatismo no lo pongas en el cubo,
junto a las perfecciones. A la diosa del Amor
apártala de las mujeres engañosas y frívolas.

Con las corintias que venden devociones
no ligues el amor y la dulzura. No te unas en Cipris
con la matricida. Con la niña rodeada de palomas,
con la Venus que monta sobre un cisne,
comulga. Escúchala desde lo profundo del alma.

No maldigas la consciencia, no dejes a medias
el Gran Viaje de la Líbido, no azotes
a quien te da su ternura y te habla,
desde el lenguaje de las transformaciones.

9-09-1989

12.


Como una bendición del Shehejianu


Fue un día de púrpura y estaño después que Gueburá
meditó sobre el color de la vida y de la sangre.
Para el sexto día a la luz diferenciadora de ojos medúseos,
se te dijo Alma Humana y con delicadeza de sus vapores,
del mundo de su aliento, el Alma Divina, Gueburá,
en centralidad de tu cuerpo, ubicó la Vasija
en que te veas contenido, resguardado, digno del rojo
de tu vino y libre de la anemia pálida del pez perdido.

Con sabiduría de su esfera te adhirió las moléculas.
Alguno tendría que ir a verte, a supervisarte en el proceso.
Estabas en la fragua de tu infierno, en la gloria de tus puertas.

Sólo él te dijo: No temas. El advenir es menos bello
que las plenitudes. Vasija de honra te dio el Hacedor.
Te han diseñado el Bazo con sabiduría.

Por de pronto, el Alma humana fue al manantial.
Y dijo: Bondad de Gueburá son las aguas.
Y dos peces, de ojos abiertos, vigilantes,
Quien me da pan trenzado, en miel mojado,
y la manzana de la primera noche y purificaciones
en Rosh Hashaná. Y dulce es la ambición del Bazo
y cada sorbo de Su Copa en ríos humanos.

21-03-1989

13.


El bazo, un órgano utilísimo, pero frágil.
Si se lesiona, generalmente no se puede
rehabilitar. Por sus múltiples funciones
(producir células sanguíneas, destruir los
glóbulos rojos envejecidos y almacenar
sangre de reserva), el bazo es, sin duda
alguna, un órgano polifacético:

Alvin Silverstein, M. D., en:
Human anatomy and Physiology
>

Y El vio que era bueno. Y para alabar
Tu Vasija en la carne, una legión de soldados,
todos macrófagos, incoloramente interpuestos
en tu sangre, se añadió a los eritrocitos.

Defenderán los predios de Tu vasija, en medio
de la linfa y limpiará de bacterias tu vino.
Y El vio que era bueno y tú víste que también
es santo el globulito rojo, el peón oxigenenante,
que en tu sangre, oficio tiene: cuidar el templo
del Gran Simpático en tí. Y el vio que era bueno.

Y Gueburá, el amoroso, también.
En el Gran Plasma, como peces en el agua,
vive el ángel rojo de la hemoglobina
y el ejército leucocito que contra invasores
echa su grito por el sólo don de ser plaqueta
en Tu Reino, ¡oh, divina es ella en la sangre!

Y el vio que era bueno. Bueno es, dijo Gueburá:
Alabado sean, los glóbulos blancos junto
a los eritrocitos. El plasma y el agua son sus reinos.
Bendito sea el pús y, quien espera tranquilamente
su salida al astral y estancia fuera del cuerpo,
sin derrame de sangre ni violencia!
Que no se diga de él ¡sangre de atole!
ni sangre fría. Ni incoagulable.

¡Sál de la sombra, pez de la cueva,
pez de los ríos amargos, pez de Marah,
sub-anfibio, pez evolucionario!

Más allá de los astros y los arrecifes
a Quien más severo has creído, Tarea se dio.
Detrás del estómago, te dieron Vaso y filtro,
reserva y bendición. Y Gueburá admitió
la tarea y juntó a sus ángeles, todos los dijeron:
Y dijo Dios que es bueno.

¡Házle en el plexo esplénico el Bazo / el receptáculo /
mi Vasija santa al hombre, házle el filtro hepático,
el siervo purificador, házle el ángel del hígado!

Y cuando lleno esté de Mí, tráelo al espacio,
a mis mundos sagrados de éter y astralidad fecunda.

14.


Los pecados meten la baba o caldo de cultivo
para los gérmenes patógenos… y el resultado
de esa confluencia es podredumbre psíquica
o gangrena: Diego de Villarroel

Los remugados piensan mucho y se mueren.
A sus reflejos defensivos no hacen caso.
En sicosis disociativas se llaman justos y gregarios
y se enconchan en sus almajas, maldiciendo
pese a que una voz hepática y del hígado
sus voces valiosas como huacas les dicen:
Te pasaré mi energía.
Te restauraré en la noche. Clama a mi Luna,
hijo de los remugos pálidos del hígado.

Con el Yo de sus iras, sorbos de bilis en vez
de vino es lo que beben estos edomitas, enemigos
de Jacob y la promesa. Cirrosis hepática son sus sueños
tan vanos, no salidas a los jardines astrales donde Dios /
Geburá / les invitara antes de la existencia de Esaú.

Desechos órganicos son su mala alquimia.
Y por eso no duermen, noctívagos sin paz.
Desde sus pulmones se mueren y son los peces
asfixiados que desde Marah escapan a la orilla.

El caldo de cultivo se introyecta en sus almas,
pero desoyen al Santo Bazo, la Vasija
de Dios en el plexo de su esplénico humano.
Soy justo, soy gregario, proclaman,
con retortijones intensos y señales de humo.
aún van por los desiertos de Idumea
y son desagradecidos, procaces y vilolentos.

15.


a Shekinah en Luna Llena


Este vino, color ojo de gallo, es sabor de escondites.
Y baja a mi garganta como sustancia
que valoro y bebo a gusto.

En la trastienda de mi placer, ufano, se remulle
el viento tenue y penetrante. Que la Shekinah
avanza ha de ser. Avanza en luna Nueva.

Este ojo de boticario que ahora te describe
un huracán de calma y ensueño, ha de ser ella
con sus ojo de ágata o de cimófana y tigre.

Es el verde horizonte y el prado
y la paronza. Es la cueva elíptica y el diseño
que llevara al manantial donde ella vive.

La niña que salta la cuica te reclama para ese aroma
de vino y añejada luz que se llama La Carne,
copa de Keter desde el origen, vaso humano.

Y la niña que saltará a tu copa es la dueña
de tus ojos; otras niñas han saltado en los míos.
Déjala que ponga su mejilla y te remulla
con el calor de una brasa.

Hasta el beberse un vino
nos calienta la cara.
¡Cariciosamente!

No digas si de la copa juntos beben y se sacian…
Ebrios de amor, ya no se mira más el vino
y, por salvahonor, más se sienten los muslos
y la humedad de la amada, pues nada de ella
es fruto seco ni más salud tiene que los fresnos.

Ya son vigías de la noche; se han besado
y es vulvoso promontorio el poder de Shekinah.
Sube a sus muslos porque ella ha cerrado
las compuertas de sus ojos serraniegos
y levantó sus tobillos y codos a los cielos.

13-9-1989


16.


Nos toca alguna vez decir…
Se acabó la emoción que te entretuvo.
Se cerró la Puerta de Dalet para que pase
la muerte y entre a los olambrillos de su calle
a ciegas, a tientas y, en fin, que busque la quidad
en cada cosa, menos en tí. Ya no de su mundo.

Puedes decir que le romperás la nariz
con el portazo, cuernos con tu desprecio.
Que no vuelva a asomarse, o levantar
los techos en Salamanca, porque no puede
ser eterno ese herirse y ese padecer
con que persiste y los que aman
y juntos beben del mismo Vino
quieren su paz, morir en su recuerdo.

Se quebró el ojo del diablo que miraba en secreto,
espiosamente, en la cuenca protegida del corazón
en ascenso y el cubo de tus protecciones en la Luz.

El acto final fue cuando encendíste tus ojos,
ojos menos parleros que los ojos del mundo,
ojos de buen cubero que se meten en la mentira
y la acusan y delatan porque con la agudeza precisa
abaten la distancia, el desafecto y la inquina.

Ojos que instan a que no los mires,
ojos que siendo colectivos, por hermosos,
son genuinos, ¿quién puede resistirles su mirada?

7-03-1994

Del libro Teth mi serpiente

Thursday, August 30, 2007

Coatlicue


... el apego a los objetos («ragâ») transforma a los objetos en la perfecta satisfacción o plenitud del Sí-mismo en aspiración determinada hacia determinados objetos: Javier Rou

Me has querido bien,
paciente, sana, vigorosamente.
Que yo sacara dulzura de la peña
y me lavara en el río
donde te bañas y alimentas
ha sido tu esperanza.

Pensaste que yo doy vida,
pero más vida hay en tí,
depósito silvícola, centinela de kakón.

Te difaman, hígados de indio,
y se equivoca: tú, más candidez
sacrificaste ante el Hades
por los hijos perdidos en la sombras.
Negro luto quemas en rituales
siendo adorable sin saberlo.

Más finos y tersos tus pétalos,
flor oscura, que las de muchas mañanas
y en tu vivir, Coatlicue,
menos arrugas y dolor dejaste.

Han sido tan limpias tus llamas,
fuego purificador, porque litas.
Lo sé porque me has querido
y el altar no miente
en la paciencia que atestigua.

¡Soy el residuo más dulce
que creaste en el carbono!

5-14-1980 / De Tantralia

Tantralia / poemario completo / Tantralia 1 / Tantralia 2 / Tantralia / 3 / Tantralia / 4 / Tantralia / 5 /

Kama


... a substance-principle of which man's constitution is composed. Kama is the driving or impelling force in the human constitution; per se it is colorless, neither good nor bad, and it is the seat of living electric impulses, desires, aspirations, considered in their energic aspects: G. de Purucker


El alma hay que extraerla sin carencia.
Por eso voy por Coatlicue.
Quizás a la casa de Celeo.
¡Que salga ese kakón y la despierte!

Mi ansiedad de mexitin
da sus frutos en las noches,
pero me falta a Baubo por nodriza:
alguien que me perturbe
en la ausencia de istacoate
cuando mi estera está vacía.

Quiero que a flor de carne amanezca
la serpiente rolliza de alegría.
Que la niña sea una estrella:
y la bragueta sea la cuna
y ella vivaracha, lasciva, salerosa.

15-7-1980 / De Tantralia
El Gringo Cubero / La capitoleña / La paliza / La sangre que se escurre / Bernardino Sánchez

Ixchel, diosa de la Luna


Antes que conociera la Puerta del Sol
y a Siva, con su media-luna, ví el astro de la noche.
Venía como lechuza, llena de conceptos,
fría como el agua, invernal como el norte,
pasiva y receptiva, dependiente, vampírica.

Animal biológico es la mujer que pasa.
Devenir cíclico, mujer que crece, decrece, se va,
desaparece; yo fui su primer muerto.
En la casa del resplandor, Kinich Ahau,
ella fue el ojo malo, ojo malo de luna.

Al irse, ¿quién cree que lloraba sus partidas?
Yo, por Ixchel, la fea, cuyas serpientes
le sirven por diadema. Me hería la prisa
de su noche. La quise tercamente
como quieren los conejos y borrachos.

Un día que la retuve
me mordió un pedazo de alma,
de Rayi-Prakriti, de materia.

Me enamoré de ella. Y fue tan simple
lo que hice. Más súbitamente que violento,
me detuve en su sexo, despojé su hazaleja.

Comí del musgo púbico. Chupé en la charca
del jugo vaginario y canté 108 veces
el sonido-raiz de la vulva vibrátil: bhagabija.

Frag. 7 / Rapto de Europa

Nature unrelenting’s dominion’s and its pattern,
The Ardhanarishvara, the union of spirit and material,
the Being and his Shakti (force) are inevitable:

Vajrayana, maestro budista


En vísperas de la irrupción de los nuevos etruscos
(de la tecnología, el ocio, el lujo y frívolas bisuterías
de la conducta), en escenario decorado
con la Maya del civismo, te raptaron, Mujer.

Los que no merecen la reina, los ágamos,
seductores gimnofóbicos, pistoleros
con las caras de gualda, abejorros
de jolgorio violento, te llevaron consigo.

En la época del lenguaje dividido
del amor, te raptaron, Europa,
y pensaron de pronto en violarte
y robarte la (k)cama y tus nichos sagrados
en los montes y el río que tienes como fondo,
lo tentador que atrae por su humedad,
tu ritmo cósmico de luna, tu olor
de yoguini, tu cadera que amenaza
cuando rota, en chacra-puja.

A tu hogar llamaron la prisión materna.
Tiranía, Materia voluntariosa, bruja perversa.
De tus ritos dijeron que son peligro de opresiones.
Temieron en tus bosques, los cipreses escondidos
(esperaron tener armas de hierro,
caballo y cuchillerías). Sólo después
llegaron los fuñinges / cobardones con alardes.

De Tantralia

Europa, la reina


Como hordas de arrebato se presentaron
ante tí, Europa, te quitarían el poder,
la colmena, la unidad bienhechora,
tu rol matriarcal, tu frenesí emocional,
Grandiosa Reina… y tú, mera Devadasi,
eras el más perfecto y limpio de los lotos.

Alumna que danzas con sabiduría,
hembra que del orgasmo
hicíste un arte de melao, el mahasukha,
¡oh! más azuquita, mami!

En ese bosque, womb-like-place,
tu cueva abierta entre el mons púbis,
¿acaso no se cantaron idóneamente
los mantras más potentes y feraces,
tu Fertilidad, tu mística leche,
nuestro alimento, el pasto abierto?

En ese altar de la Kula,
¿acaso no nos díste el lenguaje
y el reloj del corazón los primeros latido
y te aprendimos tanto, porque no fuimos
otra cosa que zánganos, lo más estéril
e inmaduro del ser-entitativo,
lo meramente orgánico,
sin la noción del Atman?

De Tantralia

Monday, August 20, 2007

Magna Dea

Lilith ha sido vinculada también con unos seres … parecidos (esta vez diurnos) a las ninfas de los campos, de tersos cuerpos etéreos, relucientes de sol; criaturas indomables, inocentes, ardientes y salvajes, que fascinan y enloquecen a los campesinos, enamorándolos sin remisión: Paloma de San Miguel, sicóloga


De cierto que te imaginé, primera dama de la Historia
y eras mucho más que lo que había supuesto.
Eras la diosa magna, la altivez de lo proscrito,
Hija de los Abismos, eje del cosmos,
árbol de mi vida y mi muerte.

Contigo se asocia, no fuente alguna de pecado
(te desagravio: el pecado no existe). Eras madre
de mi previa humanidad, sabiduría profunda y yo,
creyéndote por crédulo, cosa menos, imaginándote
en carencias de plausibilidad y disparatada metaforería.

Lilith, en el nombre de las mujeres oprimidas
por su aún vigente capitalismo despojador y siniestro,
te bendigo; en el nombre de las víctimas
de las violencias ejercidas por el orden social patriocéntrico,
te exonero de los crímenes que se te adjudican;
en el nombre de los niños, doy tu nombre de Lilith
no como La Nocturna, sino como Reposo
y no te hace sombra una Lechuza de leyendas.

Eres veedora, la que más ve entre densas tinieblas
y desde las altas cumbres se requiere de vista;
Veedora, porque aún ves lo oculto del proceso
que se forja en la semilla, o en la matriz
de la Mar, o la hondura del pantano.

No hay perversidad en tí, heroína femínea.
No hay un esplendor sacrílego en tu cabellera.
No enredas corazones de enamorados
ni órganos sangrantes ni hay desdén
en tus hechizos; nada acumulas en cuevas,
nada hurtas, nada te apropias, nada celas
que no sea tu libertad, tu esplendor humano.

¿Quién ha sido más generosa con su sexualidad?
¿Quién más pródiga con el alimento? Tu ardor genésico,
tu rol de Madre Tierra, ¿quién es la dichosa hada
que habita las Montañas, el Lago y que danza
en las orillas de los arroyuelos?

4-19-1990 / De El hombre extendido

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No teman a La Bestia


a Lilith, esposa de Adán y primera mujer
antes del nacimiento de Eva


Contigo haré las paces porque yo me siento
igual que tú, si es cierto lo que dicen tus acusadores.
Que abríste la puerta de lo prohibido.
Que rechazaste el orden del Establecimiento
y aquello que pretendió ser la mala ley
contra tu rango / privilegio de Primera Madre.

Amaste la Luna llena, lo sé y toda autonomía.
¿Y cómo te llaman hoy? Luna Negra.
Con la autopertenencia te reclamas desde el ovario,
a las mamas desnudas y tu cabello ondulado,
abundante, es rojo y lo rizas y con él inventas
tu perfil y media luna y te ocultas con un manto
y, ¿quién ha visto tus nalgas tan hermosas
que no se desdiga en delirios, al soñarse
otra vez en el gozo de tu opulenta figura?

Haré las paces con el misterio que te alude,
bello animal, ambivalente corazón del inframundo.
Te veo en tránsito a una civilización que te olvida;
pero son ellos los seres aberrantes, malignos ellos
que cometen desacato y te maldicen,
comen de tu pan y se van, opositivos,
desagradecidos, tentados por los homicidios,
ávidos del deseo, porque nada más hermoso
ha sido visto, desde que nacíste,
perfecta entre las bestias, más perfecta
que el simio y el primate que es el hombre.

«Mala bestia», te llaman, «Doble-Opuesto,
diablesa, Luna Negra, Serpiente, Apátrida,
Infanticida, Transgresora».


Aquí estoy organizando esta memoria.
Te anticipo con amor: Lilith, me agradas.
Y nada humano es más real que tú.
En consecuencia, te llamaré como Adán
al bendecirte, mi descanso. Y aseguro ya
que fuíste, has sido y serás La más amada,
Caminante nocturna, Placer Militante
de la hembra más grata y adorable.


4-13-1990 / De El hombre extendido / Zoomblog

La Bestia / Hayo Bischat


We have to have a concept of peace that includes conflict… in which conflict is loving conflict. As Karl Jaspers said: Every real dialogue is a loving combat: Sam Keen


Un día comencé a imaginarla. La invitaría
a mi lado. La vería en las penumbras.
Los que me hablaron sobre Ella jamás se aproximaron
a su sombra ni a distancia… El odio no les permitió la simpatía.
No me dijeron que es tan bella. Me engañaron.
Su aparición es espontánea.
y, su entidad, la más inevitable…

Un día la llamé, Criatura Libre,
bestia del corazón onírico,
y la exhorté: «Habla conmigo».

Me dijeron que no invoque demonios y medité,
«¿cómo desagradarme yo con lo que eres,
si los demonios no existen?»


Amé tu idea con las polivalencias de tu posible ente.
Te mencionó brevemente el Libro Isaías; me solazaron
las referencias que de dí me dieron. Sobre todo, que te dijeran
la indómita, impetuosa, criatura rotundamente bella.

Te integré a mi corazón como el más antiguo
de mis símbolos. Te dije: ¡Madre mía! cuando voces
armadas de cuchillos, o pedernal hiriente, te llamaron
fatídica, rebelde, en súmero himno descrita por lujuria.

Un día te contuve en mi lenguaje. Te integré
a mi diálogo de vida; dejaste de ser una abstracción
del sinsentido. Te hallé contigua a este amor de infinito
y esta cercanía que es mi aquí, mi cuerpo mismo.

Y te imaginé, primera dama de la Historia.
Te ví en lecho de ramas, árbol abierto.
En el vientre del tronco yacías.
Esa fue tu cama flotante en el cauce del Eufrates.

¿Cómo llamarte Bestia, Innana, si vives en el jardín sagrado
y te gusta el rumor dulce de las aguas? ¿si eres
como un bebé que navega cuando vas rumbo a Uruk
para dar alegría? Un día vendrían a decirte
cuán bella crecíste como Lil, la noche, y cuántos guiños
de luz dejaste de tus ojos en el rastro de lo oscuro…

4-3-1990 / De El hombre extendido / Blogspot

De «El hombre extendido»


Tiene en sí, dijo el Ser, un secreto,
¿y cuál es? ...un torbellino que tira
hacia las cumbres lo mismo que al abismo.

El ser se durmió por un instante y la voz,
voz de los sueños privados en los hombres,
voz de ramera en comunión social de los humanos, calló.

Fue el reposo creador, larva del caos.
El secreto fue sordo, asesino,
mudez que clava a los ojos
con puñales, voz fiera,
secreta profecía.

Por su garganta de poesía,
se atropelló su canto: el ser y el pensamiento
son idénticos cómplices.
Se aman y se odian en silencio.

9-2-1980 / Carlos López Dzur / Brasil

Creación de la mujer

Yo, el creador,
descubridor del maiz,
fabricaré a la mujer.
La pondré en las milpas
como una mialma, alma mía.

¡Sí, ella será la flor más blanca
del nabaco, mi alegría!
No verá su rostro la ceniza
¡puño del sol, jamás!

Será luna y arrebol
la mujer de mis manos.
De rato a rato, verdaderamente,
en sus muslos, el día de Inti
gozará sus mollejas
y será dulce, blanda, vibrante,
si es que el coito fue
alguna vez amargo y torpe.

¡Voy a crearla y no para que muera
como alimaña atrapada en el mocuño!
¡Quiero que nadie la ofenda!

Y quien se atreva a hacerlo
por cualquier objetivo de sustancia:
¡que rompa y pague porque será más
luminosa en la noche, mi creación!

13-5-1979 / De El hombre extendido

Thursday, July 26, 2007

Los sofistas


Para que no vaya ninguno tras la pista
del poetizar que filosofa y de su origen,
rastro por rastro, esencia por esencia,
se juntaron estos opinantes de la felicidad barata,
gazmoños de cinismo operativo y ética triunfante.

Fue una fiesta por Esparta. Un simposio de invasores.
Varieté de domingo hicieron del capricho,
chorizo con papas la satisfacción del gusto.
Cobranza taquillera. Cerraron puertas al final
y en el transcurso y ante el primer bostezo.

Gorgios de Sicilia ya lo dijo: No hay posibilidad
de conocer el mundo. Ni existencia de verdad objetiva.

La vida es un enigma. Un juego. Y una enema.

«¿Cómo empezaron?», preguntaron a Crátos.
¡Cínico, pata de perro, filósofa en su casa ya tiene!
el lenguaraz, viajante. En esquinas de la Nada,
adepto es de capillas polisémicas sin habla.
Es mudo, paseador de fonemas entre pulgas
de su perra vida y el rabo de lo dicho. Es sordo.

¿Cómo se inició todo lo que ha sido definido
como traición a Mnemósyine, la memoria
y partera del lenguaje? ¿Dónde se fundó el mundo abierto
y por éste, asomante la aparición del Ser
en el Claror de la Ereignis?

Cerrar lo abierto, reorganizar el presente,
desacreditar el origen, desagradecer lo futuro.
Respondieron cuando Anaxágoras discursó
sobre el origen de semillas / homoeomorias
de todos los objetos y Empédoclos observó
las raíces, infinitamente divisibles de todo
lo que existe: Tierra, Aire, Agua y Fuego.

Otros hablaban desde fruiciones aberrantes
(¡ellos, tan cínicos, ellos... estolos
con mediaciones tramposas, eruditos a la violeta
con humor absurdo, sospechoso!)

«¡Que se callen los jonios y los naturalistas!»,
propusieron, que les corten las lenguas
a Tales de Mileto, a los que aprenden
en Focea y son oyentes en Efeso; callémolos.
Desterremos a Anaximando y Anaxímenes,
a Heráclito, Empédoclos, Demócrito...

Y en Elea, colonia griega en el Sur de Italia,
en favor de la estupidez más práctica,
se juntaron, moralistas apocalípticos casi todos,
predicadores de inmovilismo, creyentes
en el Uno perverso y el Diez de perfecciones.

Se juntaron los shamanes de la clase dominante,
con sirvientes empresariales
y maestros de lambisconería y oscurantismo,
genios del espectáculo, con desubicadas iságoges
de kitsch y panderetas, con hipermnesia violenta
de roedores, con la propuesta final de la fruición
y el fanatismo, fiesta de los símbolos fascistas.

«¿Cómo se inició todo? No entiendo»,
se preguntaban los atenienses,
uno que otro antiesclavista,
uno que otro ateo, herejético
por hablar del peligro
del Despliegue de la Esencia
y la apofánsis del Ser inagotable.

«¿Quiénes son estos enemigos
que, desde la pólis oligáquica
de Esparta, nos importan la maldición del fin,
el sinsentido, la Anaisthesia?

Empobrecimiento de todas las pulsiones.
El fin de todo auxilio.
La pérdida del rastro de la esencia en la Poesía.

4-17-1982 / De Heideggerianas / Tantralia Completo / Hijo de Seth

Wednesday, July 25, 2007

Fluye del cántaro


Abre tu cuerpo, hija del bosque babilonio.
Libra las tapaderas del bronce y el escudo
y hallarás que son tus muslos,
dos curvas secantoides, belleza de Agma,
harina de los prados vírgenes.

¿Y qué con los ríos y cisternas escondidas,
si antes fueron la roca del ovario, tu clotis?
Juana / aún pura y doncella / en el arco
de las libertades, te dará manantiales.

Subirán a tu vientre como soles
los pranas de los silfos
y verás el agua tibia del Mañana.

2.


Ceramista de la boca viva, sácame
de la matriz, yo soy el niño del futuro,
pez de tus formas, flor
de los partos más dulces que la miel.
Pónme en la canción libertaria del cáliz.

Canta mi primer latido
como anticipo que mi crátera te brinda
y prueba el agua.

Fluye, con esperanza dialéctica,
en los cambios; combate por la Urania.

De Estéticas mostrencas

Vasijas / 2


Hijo de Adama, tu silueta es un casco hiperboloide
y tu hueso en el Monte Moriah, urna cineraria
donde echarás el fénix invisible de las cosas
y ofrendarás tu ser con fuego
como aroma de holocausto.

No tengas pues miedo a la Misa Mayor;
sin existenciales nos quedamos
en el rasero de Don Nadie.

Sopla, vomita con las gárgaras de vino
alpiste de tu llama, chispa y semilla
de tu vuelo; chupa de los vasos del Arezzo
las gotas rojas, la infinita sangre del deseo.

Isograma es tu memoria,
zoomorfas sístulas etruscas
y ánforas corintias.

A todo ha dicho SI, Urano el loco,
el genio en el eje rotatorio y excéntrico.
Los normales del mundo no son cuerdos;
los criminales, ni héroes ni felices.

De Estéticas mostrencas

La nueva Era

Quien haya olvidado su corona de espinas
(porque no quiere existencialismos a su paso),
quien en su frente ceñida por los siglos,
la tuvo, venga.

Imprégnese en Acuarius,
Era del Soluto y el acceso
por Urano regida.

De su Siervo más fiel,
pida los vasos del Atica.

Aprenda a morir por su canción
y por su geografía
y por su vino
y por su ninfa.

Aún el Delfín más estúpido de Francia,
oyó a la campesina,
la vio llovida sobre el campo,
porque Urano dice
lo que se debe amar concretamente.

La Gran Vasija / La vasija llena / La vasija rota


Abre la boca, ceramo de luz viva.
Sacia tus sedes en la arcilla.
Apura tu copa de dolor. Hoy llueve.
Revelado fue lo que has de amar,
hijo de epher.
La utopía progresa
con Dam y con marah.

Tu polvo es tiempo.
Tu sangre es congoja.
Pégate al ánfora, acaricia el cuello largo
que es mujer Gaia / Juana / jarra y vassu
que humedece el desierto como a labios
y es como Venus, placer
que perfecciona las pasiones.

Pide tu cuartillo de la Gran Vasija,
crece en el espacio, tu rincón en la farra
pues es también tu victoria sobre Keres.


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La vasija llena

Un día el en-sí que vivía en la Tiniebla
dejó de estar bajo la copa viviente
que le movió sus ramas y le dijo:
«Sé un árbol. Mueve tus propias hojas,
engorda tronco y tallo; yo te ayudo,
porque yo soy tu apriori organizante,
yo te doy sombra cuando estés sudoso y sofocado;
pero, púlsate, garrapata, véte por un poco
de luz; me estorbas, yo te ayudo
a ordenar tu frágil envoltura, tu plasma frío,
tu silueta desorganizada;
yo soy el En-sí, te doy mi espíritu,
mi memoria arcaica».

Un día hizo caso el hijo del En-Sí.
Se robó para el recuerdo
un arquetipo y se echó a caminar,
creyendo que había hurtado;
pero la Copa Viviente se sintió satisfecha
y en silencio le dijo adiós al hijo.


20-11-1977 / Las zonas del carácter

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La vasija rota

No hizo Aquel que es el Arbol más alto,
frondoso, raíz profunda, a su fruto para que cayera
tan torpemente del racimo y se dijera:
yo soy el mero-en-sí de la materia.
No. Siempre no. El árbol-madre-padre
le instó cuanto más pudo: Estiércol
pulsa tu aroma, o tu hedor, pero aférrate
a la brisa, a codos muévete, como lombriz
hazte arrastrar a la otra orilla, sál a ver
tu luz que otros espacios te esperan.
Busca pulsión, que es lo mínimo que doy;
búscate espíritu, origen profundo de energía.

Y se quedó allí, donde la muerde
un abejón y se la traga un gusano...
Y se quedó donde el agua pudrida
no origina nada, ni llena el cántaro.

Y entristeció el Padre de las Bayas
y lloró el Vientre de la Vida.
Nació aquel hijo del oquedal
y será la vasija rota.


20-11-1977 / Las zonas del carácter


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