Thursday, July 31, 2008

La simpatía humana




Sin simpatía humana, ¿de qué nos sirve la razón equilibrada?
Sin amor fraternal ilimitado, ¿cómo declarar que conocemos
sacrificio, valor, cooperación, alianza humana universal
para enfrentar lo injustamente divisorio, lo crítico y urgente?

¿Cómo hemos de ser civilizados en una sociedad
organizada como conspiración para el robo y la opresión?
¿Dónde está la riqueza de lo natural, dónde la abundancia
de lo productivo, donde un credo de porvenir
para que no exista ignorancia ni degradación?

¿Quién nos destruirá los templos de piedra
y hará instituciones orgánicas y vivas
que garanticen la dicha de nuestra humanidad?

¿Quién, sensible hasta el dolor,
quién comprometido en verdad,
quién lo suficientemente humano?

12-09-1989 / De El hombre extendido


Mundopoesía

La palabra mágica y poética




«La poesía se sitúa no en el orden de la repetición sino del acontecimiento. Implica una renovación del lenguaje que a, su turno, significa una (re)creación de la realidad»: Gonzalo Portocarrero


El habla cotidiana hace a muchos mudos, sordos, caducables.
El lenguaje a veces es vacío. Llena los ojos
con letras, atasca los oídos con sonidos, da señales
que jamás obedeces. Es un desgaste
de tiempo y de retornos que al alma nada llevan.
Poco nutren.

Por el contrario, la palabra huye
de la esclavitud del referente.
Se desata del concepto puramente figurativo
de los signos; se desafana de las mentalidades
que son ruido y jeringoza de la tradición
metafísico-representativa.

A su vez, la palabra siempre es un milagro.
Es un pezón lactativo. Es una coincidencia mágica.
Te abre, te sorprende, te interseca y te percibes
por ella nombrado, conocido, interactuante.

Una palabra tiene que ser un abrazo,
solícita convocatoria de un espejo,
un verte-siendo-uno-con-otro.
Ante la palabra nunca te sientes mudo,
nunca te sientes sordo. Tú con ella aconteces.

Ella mata las soledades y te muestra un tañido
y, a lo lejos, una voz de campanario
y un refugio y un hallazgo y una compañía.

Así son las palabras cuando son significados esenciales
y no sólo nexos entre cosas. Encadenamientos.
Así los poemas, verbos en el otero de la visión fundante
donde la voz se vuelve obra y el mundo existe
antes que las cosas, burdas cosas del habla
y las designaciones, posdichas con desprecio del Ser.

«Lo que dura lo fundan los poetas»: ser-lenguaje,
¿no es cierto, Hölderin? Y el ser no es otra cosa
que su darse cuando el evento, del ser y del lenguaje,
es uno sólo y sincero, recíproco, unitario.

3-12-2002 / Del libro «Heideggerianas»

Los vecinos hostiles

Tuesday, July 29, 2008

Uno, el apelante, ¿qué puede?





Uno, ¿qué puede? si lo han robado.
Han quitado la justicia que creyó tener,
la certidumbre. Uno está preocupado
hasta las nachas, creyendo ser libre,
siendo esclavo, creyendo ser trascendente,
aunque lo vapulean en raseros del tiempo.

Uno está tejido en las horas
en aras de proyecto y, al final, se da cuenta
que su tesoro está perdido, que lo hallará
la muerte sin un carajo en las manos,
sin perdón en boca, sin ganas de ser bueno.

Uno ha perdido la libertad y la verdad.
Uno es pobre apelante en el tribunal
de las palabras, las esencias y el sentido.

Uno, ¿qué puede? acaso presentarse
como leguleyo, o ser-acompañante
más canalla, abogaducho de afilado colmillo
y esperar gato por liebre, fiarse de que habrá
de prepararse una disponibilidad,
de quién o qué carajo a darnos el consuelo
por el hurto, o compensación ya devaluada
de lo hurtado... ¿Qué se puede, si acaso, disimulo
de agonía, perreta ante ese final que vendrá,
mostrándonos sus dientes con mueca de burla?

Caso perdido. Y vuelve el apelante
a vivir de lo que se dice, «se opina» que hicíste
el ridículo y eres una comidilla, sotta voce,
del fracaso... y uno va y se distrae con lo que halla.
Se va al cine por estar oscuras, se va a la taberna
para atontarse en licores, se va a los triunfos
de otra gente, Don Nadie, nunca éxitos de suyo.

Y la muerte, en vela, siguiendo tu rastro y alegando
«el proyecto definitivo yo lo doy. Tú muérete.
Admite tu destino. El hombre es ser-para-la-muerte».

Pero para morirte bien, te vuelves obediente
y, en el peor de los casos, implorante.

Salíste a ver en qué mundo has vivido, rodeado
de ladrones, putarracas, ídolos, hipócritas,
embusteros de mil colores y los perdonas a todos
antes de echarte de narices en la cura del ser
y hacerte pastor del ser, alegando que es empeño
de conocerte a sí mismo y a los demás...

Uno, el implorante, ¿qué puede?
ahora que dice que los entes son inteligibles,
el último escondite de la verdad / Verum /
y del ser y el sentido y la angustia.

Ahora que sólo un dios puede salvarnos,
uno se mete en la poesía, reinvindica palabras,
movilidad, historicidad y relaciones,
se caga en las mugres de la temporalidad fija
y el proyecto arrojado y la estaticidad.

¡Como quiere uno lo abierto como si fuera
el agujero de la fosa, cómo quiere uno el esqueleto
en caída libre al seno el misterio, en medio
de los fuegos artificiales, tan indiscretos de la Lichtung.

Uno quiere iluminarse en la absoluta historicidad del Ser.
Uno quiere el fundamento infundado de todo aparecer.
¡Pero está angustiado todavía, irremediablemente
angustiado todavía! Uno, ¿qué puede?


23-8-2002 / Del libro inédito Heideggerianas

">MundoPoesía / Uno el aopelante

Mi tesoro, el lenguaje




El poeta nombra a los dioses y nombra a todas las cosas en lo que son. Ese nombrar no consiste en que algo ya conocido antes sea provisto sólo de su nombre, sino que al decir el poeta la palabra esencial, mediante esa denominación, lo que es resulta nombrado como lo que es. Así es conocido como ente. Poesía es auténtica fundación del ser: Martin Heidegger


En la ausencia, en el ocaso, yo lo he perdido todo.
Y soy tan pobre, para mi vergüenza, como un pedazo
de pan viejo que lo desprecia el chucho,
el perro más mugriento y pulgoso.

Miren lo que el olvido ha hecho de mí.
Y hasta dios ha desaparecido
junto a lo que llamo 'cosas' sin saber
ver sus entes. ¡Miren qué pobre soy!...
que no sé si soy ciego y si la claridad
no existe, no sé si me entregaron ser.

No sé si me enviaron gatos
cuando a mi cuenta, cazaba
e hice disparos.

Ahora que nada tengo en certidumbre,
la tristeza me viene como un rezo,
la angustia arde como si fuera un pabilo
y yo me abrigo en lo más oscuro de la mecha.

La técnica aconseja lo que sabe: ¡déjate dominar
y come de mi escándalo! El pensar meditante
para nada te sirve; yo soy la que uno
las cucharas al plato y te digo:
«¡Pobre eres, pero civilizado!
Olvidado; pero atado al pie
de mis enseres, oscuro, pero amarrado
al acontecimiento apropiador
(¡ah, la Ereignis!) no porque te lo pida.
Eres jodidamente libre y subjetivo».

Ahora, que no sé objetivar lo ahí dado,
que los eventos me huyen, como si fuera leproso,
que los sucesos espacio-temporales son
tan fantasmagóricos, nombro las cosas a gritos.

Invoco y llamo, ¿qué importa que no sepa
lo que llamo? ... si nada tengo, si soy ínfimo humano,
triste, perjudicado, remordido, contraproducente...

Y es por eso que digo estas cosas:
para ser lo unico que soy y lo unico que puedo,
para ser tal como soy y me permite el lenguaje
con que grito, para ser el poeta
que se rasca la angustia de los huesos...

29-9-2002 / De Heideggerianas

Wednesday, July 23, 2008

Emotividad


... porque hoy, en Luna llena,
sentí cómo se esparce el color de su brillo
como llamada al geotropismo de la Tierra,
dije que mi nombre es Luna.

Así llamaré mis emociones,
así escuché que mi cuerpo será
lo que esa Luna quiere,
denso material de lágrimas,
rocío sobre las hojas verdes.

Este es mi cuerpo.
Una humedad lunar que tuvo patria
en las altas esferas de las generaciones,
lugar que interseca Sol y Cielo,
semejanza oculta y selenita
que me ha dicho: «Renace» al tiempo
que me recuerda: «Mírame...»

... porque yo soy psiquismo de tu origen,
tu emotividad verdadera, tu nostalgia;
yo te daré el Shekinah, puerta de cielo,
yo soy tu esencia, emoción curiosa de regreso...

«Mírame hasta que te duermas
con el color de mis rayos,
con la magia de mis plenilunios».

5-12-2005 / De Teth mi serpiente

Thursday, July 03, 2008

La belleza


Lo más bello que existe desplegado en lo humano,
por supuesto, mujer, tú...Por tí se desvela,
con alerta perceptiva, el que escribe
por lujuria sus portentos. Lo mismo
quien con sólo verte se consuela y suspira.

Ninguno de los dos te disocia.
Juntos declaran: «Hembritud, ¡qué cosa hermosa eres!»
Con tu belleza sólo has querido agradar como Venus,
exquisita, como dulce bocado del ansia sobre la geografía.

Afrodita, no que seas violenta y peligrosa.
Es que no saben de la verdad oculta.
Hay algo más que la desnudez deliciosa:
hay jugos de belleza nauseabundos.

Que te apetezca el que hijos te dará para que ames,
tierna, incondicional, más puramente:
también lo has querido
(porque hay misóginos salvajes que no entienden
tu delicadeza, porque hay homofobias
que a todo lo desprecian con rencor
y, cuando no, lo arrebatan. Lo roban).

Para ellos, jamás comunicaría este secreto de mi verso:
¿Existe algo más bello que tú? ¿algo que sea
tan igualmente hermoso y no lo sepan
ni la hembra ni el varón todavía?

Y tú, Venus amada, lo dijíste;
yo sólo pregunté por deseante.
Me recordaste el juicio de París.
Me enfrentaste a la Eride y sus discordias.

Afrodita, desnuda, humilladas Atenea y Hera,
la reina de las diosas y los celos.Menelao, rey de Esparta,
cariancho y temerario el ladrón concupiscente,
París, raptor de Helena, y el trágico desenlace,
la guerra de espartanos,
la guerra contra Troya, la violencia.

Algo más bello que la piel y la forma es
lo que ni siquiera vemos con los ojos mortales.
El cuerpo libre de las necesidades,
el amor liberado de la vanagloria.

La belleza es una verdad ilusoria y relativa.
Un fantasma entre la sombra y lo tangible.
La belleza se disocia fácilmente con hambre,
con dolor, con sufrimiento. La belleza se ensucia
y se corrompe con el cuerpo.

Bello sólo la persona del ser.
La chispa del espíritu.
Bella la dignidad profunda, eterna
y cognoscible de la divinidad.

23-3-2002 / Del libro Tantralia

http://carloslopezdzur.blogspot.com/

Estética de servicio


Hace tiempo que por serme-en-tierra
y pertenecer a mis fantasmas custodiantes,
soy un preso, con clamor de opulencias
y muchas veo y no me pertenecen.

Saqué del diccionario, por mi cuenta,
la palabra impersonal. Todavía para mí
no tiene refulgencia; comegenes destruyeron
otros nombres y vocablos, apenas si dejaron
un lastre de la palabra trascendencia...

Otra suerte tuvieron los sentidos.
¡Qué impecablemente conservados están
en la radiancia de la arcilla,e n el sol tibio,
en la arisca candela!

La maravilla estética que con sustancia
se expresa me dijo de placeres cognoscibles.
Le dio rangos, preconizó sus proezas.
Cuando escribas un verso en lo que tengas
de alma, llámalo servicio, no fruto de tu ego.

Usted verá, hace tiempo yo no existo
para nombrar la tristeza ni carencias ni absolutos;
no me empeño en recuperarlo que se pierde.

Ya sé que amarrada a los pies va la cadena.
La estética que faltaes liberarse y pisar firme.
Hace tiempo sólo me liberta
un pensamiento: Para algo sirvo.
El servicio desata mis cadenas.

03-05-200I / De El hombre extendido

A Hrsikesía


Busco al Señor de los Sentidos.
Quien pueda aprehenderme en su mirada.
Quien sepa cómo duele pasar indiferente.
Es que no quiero fijarme
a la creencia que estoy solo.

Si el odio me creciera de veras,
al punto que me creyera condenado,
sería por causa de negar la relación personal
con que me ato a lo que tiene sentido
y no lo veo ni lo encuentro ni investigo.

Pues ya, por mucho caminar, tengo una pista.
Busco al Señor de los Sentidos.
Alguien que tenga ojos, pupilas sin defecto;
busco al que oye, huele, toca, emite voces,
despierta a los dormidos.

El que destruye la creencia armada
de que el alma es sorda, impersonal, incognoscible.
Pues no. Quiero a quien pueda despertar con luz los ojos míos,
quiero al que me mira, celosamente, cuidadoso, espión
por ese amor que es cálido, gimiente, emocionado.

Busco el arquetipo vivo, la energía personalizada
de mi yo: el Señor de los múltiples sentidos.

03-06-2001

De El hombre extendido

Amor personal


Desde donde te amo, sea mi alma
el espacio de un microbio,
doy mi movimiento,
te cerco, te busco gustosamente,
te entrego mis sentidos, me desvisto
para que hagamos el amor.

Eres el enorme lecho, la fuente de placeres,
yo me integro como amante.
Es que eres el inspirador de mis sentidos..
El yo, mi yo, es la flauta de tus manos.

No me niegues tú la melodía;
soy estructura de tu ritmo, piel de tu canto.
Desde donde te amo, ya existes
como mi destino, movíste ya las tabas.

La sensualidad eres tú, el disfrutador
comienza contigo, se extiende
como un hombre movido por tus ínfulas,
ínfulas de amor, hoy y para siempre

03-02-2001

De El hombre extendido

Wednesday, July 02, 2008

A Ingrid Betancourt


a Ingrid Betancourt

Ahora, Ingrid, pón la tristeza a un lado.
Ofrenda el doble corazón, el que resiste.
Tú dentro de tí lo rescataste.

Nadie libera, sólo el corazón desde sí mismo
trae las nuevas, la canción de libertad
reconstruyente, reconstruída, liberante.

Bien sabes lo que eres,
bien sabes lo que vales para el mundo.
Tu fuerza es símbolode todos,
ya eres la joya rescatada de tu pueblo.
Ya eres la heroína serena en el fondo de tí misma.

Piensa que no siempre las hembras de tu signo

sobreviven al puño social y estrangulador de los violentos.
Los antidemocráticos no son justos en el reparto
del oxígeno verde ni del pan que da esperanza
para el explotado más vilmente vencido.

Los antidemocráticos, como los corruptos,
no liberan nunca. No socorren.
Agradécelo todo, no estás sola,

pero dialoga a tu propio símbolo.
A tu martirio vivo. A tu reciedumbre.

Sin estos arquetipos aprendidos de seguro
te habría mordido la locura.
Pastrana te habría entregado a la hecatombe.

Las derechas son más sucias que la FARC
y los paramilitares más crueles que ninguno
de los sicarios de la droga y el vicio.

Ingrid, te recuerdo en este recomienzo
que en bardomas de injusticia se enterró
a una dama de Ica. Estuvo sola como tú
y para ella no hubo madrugada ni milagro.

La atravesó el asta de su propia bandera cuando
al cerro de Los Molinos entraron los crueles invasores,
los colonialistas a escupir los anhelos soberanos de Perú...

Catalina Buendía estaba allí, parapetada, valiente,
digna en el alba del Pacífico por su causa,
la de todo su pueblo.Y murió sola, con terror.

Ingrid, te recuerdo a Teresa Bustos, cansada,
enloquecida, degradada, en cárcel
que la llevó a la muerte, por desgaste, en 1810.

Quiso el Alto Perú libre con la misma pasión
con que tú anhelas el Gran Crepúsculo en Colombia,
una mañana de paz, que sea de Luz y Canto.
Y ella sí, realmente, estuvo sola, no podía
inclusive estar más a solas consigo. Enloqueció.

Seis años y medio son demasiado tiempo.
Son mucho sufrimiento para tu cuerpo humano.
Mas tú sí eres excelsa, tu corazón es hermoso.

Entonces, pon a un lado la tristeza.
La corrupción política persiste.
El hambre se esparció por otras bocas.
La muerte está por las ciudades.

Los desplazados también van con tristeza por el mundo.

Y debes revestirte otra vez del anhelo de los verdes árboles,
con la saya inmaculadade las bendiciones.
Sonríe otra vez, Ingrid, como si Melanie y Lorenzo*

ya estuviesen contigo y cuatro mosqueteros*,
desde su Parlamento, te accedieran con el saludo:
«¡Sigue, sigue!»


* Hijos de Ingrid
** Los «Cuatro Mosqueteros» fueron los parlamentarios María Paulina Espinosa, Guillermo Martínez Guerra y Carlos Alonso Lucio, junto a Ingrid.