Wednesday, May 18, 2011

Textos de Teoría de la sustentabilidad / 1-7


Segunda parte / Indice / Salicio
1.

«Hay, donde Troya estuvo, una tierra contraria a la de Frigia»: Virgilio, Bucólicas

[«Est, ubi Troia fuit, Phrygiae contraria tellus»: Virgilio, Eclogae]

Al pie del monte Ida, está Dardania.
En el norte de Tracia, los dárdanos
y son los hijos / dardanios / de príamo, dardánidas.
Mejor que nadie les crea, que ni Homero
ni Virgilio les recuerde... son asesinos,
colonos / fundadores / que matarán
lo que nazca de mal vientre y regazo,
A la propia Troya matarían si pudieran,
a la madre Electra, a semillas fundamentales
de la Arcadia, allí donde Yasión murió,
víctima de Dárdano, asesino.

Quien quiere un trono, a las bravas,
termina así, como dardanios,
sacándose el ojo, cautivo del desprecio
de sus pueblos, expulso, escondido
en isletas de Samotracia.

Cada dárdano esconde la simple sombra
del lugar de la ausencia, se desata en desvelo
y aunque quiera hablar sobre amor
como el rey Dárdano enamorado de Batía,
hija de Teucro, Phrygiae contraria tellus:
Una tierra contraria a la de Frigia
tiene como trono, es troyano infame,
asesino, fratricida, voz de amores contrariados
y sus hijos serán los erictonios.

Al pie del monte Ida, está Dardania.
donde nadie sabe el valor de la alabanza
porque la queja lastima
y hay un dejo de rechazo o abandono
en la brisa y no es posible una vida coherente,
sostenible, comprometida y feliz

2.

«La enfermedad de la modernidad: el no-fundamento. Las palabras, por cargadas que estén, no nos asombran ya. Las guerras, las revoluciones, las enfermedades sin número no nos asombran ya. Ni siquiera la desaparición de la vida en la tierra nos asombra. Es debido a que el no-asombro es una enfermedad mortal»: Basarab Nicolescu, Teoremas poéticos

Hay un hombre de ayer
que se parece
al hombre quejumbroso de hoy.
Uno que olvidó el fundamento.
E inhibido fue por las deficiencias de lo vital.
No tiene conciencia de la luz sustentable
que sirve como Lichtung de la presencia,
verdad del no-ocultamiento con que Titiro
se vale ante Melibeo cuando canta
a Amarilis, su amada; Titiro es tranquilo
y no sufre aunque hay confusión
y angustia en las campiñas.

Hay un hombre de ayer, tan tirrio,
muino, culipateado, que duele en el presente
meramente saberlo; abandonó su tierra
con su rebaño de cabras.
Vio a los rudos soldados quitarle lo que es suyo,
o de su padre, o su pueblo,
y va por el bosque umbrío, malgastando
la voz dulce de las égloglas.
Ese trapo con voz es Melibeo, jodido ser,
ese trapo de hombre que escuchara
a Titiro y es tan distinto a él,
no concibe a los dioses, y en su camino
a Roma se parece también a Nemoroso
y, sin embargo, Titiro al dios que más ama
lo asocia al pueblo frigio,
al ario tracio del Asia Menor.
A Pan, Titiro sacrifica un cordero
pero el hombre de ayer, cabrero Melibeo,
nada. En el presente, sin discontinuidad
no le brota la conciencia y sin conciencia
no comprende su discontinuidad.

3.

Cuando las palabras cargadas de amor
o de dolor ya no asombren a ninguno,
cuando no haya relámpagos en la libertad
que abra los ojos a los seres discontínuos
ocurrirá que moras, sabiendo o no sabiendo,
en el habitar de la indecencia, imposición
de apresamiento. Lo Dispuesto
es —tu êthos—, modulado técnicamente
por los salteadores y ya no tendrás
[das Wohnen], morada que te honre.

En el habitar serás lo peor
del hombre moderno, uno que abandonó
su tierra, uno como el cabrero Melibeo,
pastor lamentador, que no tiene hembra
ni cosechas, pero avanza, sin rumbo,
por campiñas, predios confiscados,
reducidos a despojos por nuevos colonos
tras la batalla de Filipos.

4.

a Asinio Galo, hijo de Asinio Polión

Niños nacen todos los días
y no hay por qué invocar a musas sicilianas,
a inspiradoras de Teócrito.

Puede que sea que la mujer
de Asinio Polión está de parto,
no que haya libros sibilinos
que destacan el retorno de la Edad de Oro,
profecías sobre el advenimiento mesiánico
o del Mensajero por judíos, esperado.

Lo más seguro es que el hijo por nacer
(ya que Octavia, por igual, exhíbe gran barriga
y famoso es entre cónsules y trivunos)
es el epitalamio con el que Marco Antonio se place
¿Profecía pagana / virgiliana / del nacimiento
de Cristo? ¿Qué dice Constantino I,
Eusebio de Cesárea y Agustín de Hipona
y San Jerónimo sobre el hijo de Polión?
No. No... este asomo de niño es
tan sólo gozo, regocijo
ante el fin de las guerras civiles
que precondicionan el futuro próspero.

La Naturaleza habla con las formas
del niño que navega aún en la placenta
y en nada es urgiría a la Sibila de Cumas
a que explique este evento. Nace
al madurar la crisis del reino de Saturno.

No es la Edad de Oro la que irrumpe
ni el regreso de Astrea, diosa de la justicia,
ascendida a los cielos con su lugar
entre constelaciones. Ha nacido el niño
que a medida que crezca recogerá los frutos
de la tierra y dejará de afanarse
por la guerra, la ambición y la avaricia.

5.

Alétheia, el no-ocultamiento
(Unverborgenheit)

No es una utopía de las periferias
del Peloponeso. La tierra que es hermosa
(aunque no esté en manos propias
sigue hermosa). Arkadía tiene la belleza
de las Arcas de la cercanía, Et in Arcadia ego,
y sea que muera, en ella estoy, a ella
pertenezco, de la naturaleza transitoria
lo inevitable es que muera,
pero el planeta es hermoso
y en el oeste de Lykaion ví las montañas
y en el Monte Mainalo la nieve
y una armoniosa selva, incontaminada.
He visto el colapaso de Roma,
el advenimiento del Imperio Bizantino,
pero no es una utopía.

Arkadía sigue llena de pastores,
a veces simples seres / rústicos dioses /
emplazados por el idílico paraíso de sus horas;
llena de pastores libertinos, dragones
la Arkadia genuina
donde el varon que remodula su estancia
asume su habitar y estará tal vez
en medio boscajes, sustentados misterios
y mitos, en lo espontáneo de la vida natural
y la modestia, pero así lo quiere
y será de los Buenos Salvajes.

Y, pese a la invasión de turcos otomanos,
el Orden renace, llega
no será con visiones pre-técnicas
ni completamente trascendentes.
No será una utopía de las periferias
del Peloponeso. Es la ética de su habitar,
como estar-en-el-mundo, genuinamente
en medio de las cosas, sin ocultamiento.

6.

Nacerá el Niño / Semilla / de nuevos
y antiguos tiempos, pastorcillo
y labriego, perpetuo poeta de la Arcadia.
Ha de ser el jibarito que se abra paso
como el redentor en los montes.
Su teoría de idilismo individual
hará que se lo llame el Pueblo Soberano
y sustentable y libre, materializador
de la utopía y el que viene es mayor
a las primeras alabanzas de Virgilio
a la vida laboral del campo,
la sencillez, la paz feliz,
la comunión natural ya que este tiempo
de la profecía cumplida,
se utiliza el espacio, el río,
los aires, con mayor eficiencia
para que no exista la escasez
ni la premura ni el despilfarro
de recursos y se deje al fin
de creer en los amos foráneos del despojo,
credores de la dependencia
y la desesperanza.

7.

El niño desocultador en la verdad del ser,
es que habita, Wahrheit des Seins
y no diga entonces que nació
del Imposible y de lo Irrealizable.
Dígase aleteado en Alétheia y en Léthe,
impulsado por el no-ocultamiento
y en la altura inocultada, del ser.
No se diga que nació de la utopía
o un discontínuo distópico.
Dígase el desocultador provocante
del que Heidegger hablara
como Das herausfordende Entbergen
VERDAD que al hombre destina su ser
para que asuma todo,
de antemano y de manera irrefrenable,
como material de la producción.
La verdad / digna Alétheia como si abriera
los cielos da materias primas e instruye:
«Toma las aguas, ahora han ido bajando
de la atmósfera, apacentándose en tus montes.
Agua entrego y tómala con los rayos,
en los vasos del firmamento...»

Todo la luz de los cielos, soles
y astros, gravitaciones invisibles y fotovoltaicas,
házls electrones, momientos generatrices.
Bendigo con tu mano la tierra en los ríos;
transforma el espacio entero con la configuración
de tus construcciones, házte recursos
y aparejos con la fuerza del viento,
pozos de oculta Léthe, con ríos subterráneos,
utiliza las fuerzas gravitaciones,
las caídas del agua, recoge lluvia,
guarda y almacena la magia de lo dado
en las bajuras y en las elevaciones.
Con la luz solar, el material humano
es material de dioses
El nombre de la zona o ámbito abierto
donde habita es tan nuevo que provoca
la curiosidad del niño puro
en su elemento originario:
la verdad del ser, Wahrheit des Seins.

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39.

«Ellos van a la guerra, combaten con la muerte
a la vista... Y yo prefiero tres veces estar
en el frente de batalla y no parir un hijo»:
Queja de la hechicera Medea, hija del rey Eetes,
ante Jasón, en Eurípides, Medea

En la Tierra de Nadie hay serpientes
que no duermen. No hay modo de cobijarse
en lo profundo del ser,interiormente.

No hay nada que llevar, dientes mágicos,
sí, para la muerte. El precio de traerse
lo anhelado es tan sangriento.

Acaso hay tesoros o botines que ameriten
el precio de traerse, ¿el vellocino dorado,
piel de carnero? ¿Oro perdido
que codician avaros y verdugos?

Hay en la Tierra de Nadie, donde falta
el aramio, la represa, el labrantío,
mujeres, como Medea, que son tan poderosas
como los civilizados que en la Cólquida
se matan y aventuran.

La competencia en esos mundos
es uncir bueyes de vanidad grandiosa
y ver que brotan de los surcos amenazas,
tecnológicos alardes de homicidios.

Para adquirir el vellocino,
lo mejor de la aventura de 50 navegantes
en la barcaza de Argos, el más valiente
vio a padre e hija, en la miseria emocional
de la Tierra de Nadie.

Se repugnan, unos a otros, padre,
hijos, hermanos,
rivalizan encarnizadamente.

La traición es la magia de esos mundos.
Todo es tecnología de las muerte.
Nunca se avanza por cercanía en la Cólquida.

Duro es la ida y más duro el regreso.
El asedio de Sirenas, el ataque
de Escila y Caribdis.

Son muchos monstruos en la Tierra de Nadie,
donde la Cuaternidad ha perdido el sentido.

40.

«Sólo siendo Dios o bestia, el hombre podría vivir»:
Aristóteles

«El hombre ya no era parte de en un sistema equilibrado
de relaciones simbióticas con la otras especies.
El hábitat tendía a quedar degradado; no estaba
siendo rehabilitado por otros organismos con diferentes
necesidades bioquímicas»:
William Catton, Jr.
La industrialización: Preludio del colapso

Le tienen miedo a esta situación que cunde
en Arcadia / Tracia / Roma / Anatolia central
y toda Grecia y Cólquida / verse atados a Até.

Atado a lo insensato y al engaño, até Mores,
a la vieja robusta, «de pies ligeros» y que va
por lo mismo, a recorrer la tierra
por ofender a los hombres y se anticipa a todos.

Vieja de las Ruinas / Fatalidad es llamada.
No agradece ni ofrendas ni Litai ni oraciones
dichas para aplacarla. La Fatal irrumpe

con su aliento lleno de bacterias / no quiere
que nazca el héroe jasón verdadero / heraclés /
zoon politikón / homo politicus / que no sea

lo que hoy abunda / la bestia / guerrero condonante
de caprichos / mercenarios / homo colossus /
que lo destruyen todo. Enemigos de los oprimidos.

Cuando echen anclas en Salmideso, argonautas
del conocimiento, vean que allí yace Fineo,
ciego y adivino, lúcido y famélico.

También vean las Harpías, monstruos voladores
con rostro de Até, garras y alas,
robustas gesticulaciones y torsiones
en sus pies ligeros; allí está el hambre

que ellas imponen a los visionarios,
a rebeldes cegados por demonios...
y todo en beneficio de progreso dependiente
del consumo de recursos y energías
que deterioran el entorno
y el celoso ecosistema
de la Arcadia.

Allí está la falsa sustentabilidad en ingesta.
Se depende de pactos fáusticos y se hipotecan
el futuro a cambio del presente exuberante,
la industria de homicidios, noción
de guerra y esclavismo.

Vean, argonautas que la vida es más difícil
y menos sostenible cada día.
Y con Hera se incita a Até Mores.
Fatalidad es llamada. Y con Afrodita,
castigo, humillación y llanto.

Cuando echen anclas la isla de Lemnos,
argonautas del conocimiento, vean que allí yacen
mujeres sin varón, y una reina Hipsípila,
que no da culto a quien la castiga
y prefieron ese olor desagradable
de la plaga a complicidad con el mundo
insostenible de su tiempo.

Allí está el hombre que no aprende
en torno a sus conflictos y sus ingratitudes
y problemas de eficiencia y sostenibilidad
de sus ejércitos y nadie quiere oír
sobre la función sustitutiva del engaño
y cada robo y objeto / tesoros / vellocinos.

Allí se anuncia y se dota de cualidades
lo que realmente méritos no tiene.

Argonautas del conocimiento, cuando vuelvan,
de la Cólquida dejen allá la Fatalidad de Até,
la seductora maga del asesinato/

Atada sea, mea Hada y triturada
la osamenta de Medea entre Rocas Azules
del mass médium, molida sea

para la no demanda de los consumidores,
salvada sea de la fantasía, diferenciada
sea de la necesidad respecto a lo que no lo es.

Y que no sea esencia de lo atemorizante
si con Jasón llegara a su reino
de Yolcas y mugres
que ha arrebatado Pelías.

41.

En la ciudad insolidaria la de hijos
de la Escila exiliadora, Caribdis de caribes
y de truhanes, allí donde no se patrocina
la óptima utilización de los recursos
(los dones naturales del sustento),
todos dudan de todos, no hay amigos,
no hay entes fieles, ni esperanza
por desdeño a la participación comunitaria.

Tenebrosa ciudad ví, camino a Cólquida
y, aún aquí, todo se administra tensamente.
Stress se llama el gobierno,
stress el Sumo Sacerdote, stress
la calidad del aire urbano. El alma tiene
el peso del SO2, NOx y otros venenos concentrados,
como espureo aparato de partículas suspendidas
en amargo trayecto de sed y de vacío.

Stress se llama esta incapacidad de producir
el pan para el mercado interno. stress el alimento
disputado con el hambre a las puertas
de la casa, stress la demanda global
de alimentos y estos negros sacerdotes
de la carestía que abaten nuestros pozos profundos,
templos residuales de Dafnis a fin de priorizar
el uso urbano y envenenar acuíferos
y las aguas superficiales de los manantiales.

42.

Como manantial convertido en mujer,
'Sicilia muerta' que viaja, subterránea,
desde la Arcadia hasta Ortigia, como islote
endurecido y agónico, ¡ay! con voz
del Dafnis ciego y su lamento
ante las degradaciones inducidas por el hombre,
ruego a Pan que vuelva de las altas cumbres
del Liceo y el Ménalo
y, si por cima, desea el Hélice,
ponga sobre mi pecho un molino.
Hagan que giraen y fluyan aguas de mi pozo,
y suba energía del viento sobre mis manantiales.
Que me devuelva la vida porque soy
liquidez pura del fondo de la tierra,
vello encinar cubriendo un pozo.

Que del escarpado túmulo de Licaónida
sobre esta tumba de Arcade
me devuelva la isla,
con aquella amada solidaria,
con aquel espíritu original donde fue fundado
mi Hallazgo, mi ética en la verdad
de la Madre Benéfica / Alma parens.

Sin este Pan que se fue a las cumbres del Liceo,
¿quién enseñará las artes de siringa
cuando sea yo quien muera?
¿quién que festeje lo natural, el instinto,
los rústicos misterios, la protección
de las bestias del campo.

42.

«Elisa soy, en cuyo nombre suena
y se lamenta el monte cavernoso,
testigo del dolor y grave pena
en que por mí se aflige Nemoroso»:

Garcilaso de la Vega

‘Tamen cantabitis, Arcades’, inquit /
‘montibus haec uestris; soli cantare periti /
Arcades’: Virgilio, Bucólicas, X, 31-33).

Testigo del dolor y las bajas eficiencias
en la conducción de los sustentos, yo no canto
el abandono de la existencia terrena,
ni la renuncia al placer en pos de la vida de ermitaño...
yo canto, con pesadumbre, el paisaje
convertido en monte cavermoso y ruinas,
yo lamento por el monte y me consuelo
el nombre de aquella Elisa, biodiversa,
silvestre, bien amada y bien rotada
por mis brazos como el mejor cultivo
de mi dicha; yo soy la memoria nemorosa
de lo que alguna vez fue
espacio autosuficiente y productivo;
con ella tuve una granja de abrazos,
grande hortaliza de besos
y cada beso fue un rábano / múltiples rabaneras.

Cada mirada remolacha robada de sus labios
y zanahorias, los asuetos de gozo mutuo,
caricias del repollo contra
su culantrillo...

«Tomate el tiempo», ella decía
con voz de apio feliz, chile sobre el ciliantro...
«y vive y goza de mí», equilibradamemente
y sostenible, praxis de sustentabilidad
deseamos, gozo, de elisium / deliciae...

... yo no canto el abandono de la existencia terrena,
ni la renuncia al placer en pos de la vida de ermitaño,
festejo la Arcadia, ‘Tamen cantabitis, Arcades’
y, sobre todo, la delicia, la arcadia
de Elisa, bendita por la diosa de los bosques.

Primera parte: Soliloquio de Nemoroso / Del libro TEORIA DE LA SUSTENTABILIDAD de Carlos Lopez Dzur
____

Primera parte: Soliloquio de Nemoroso / Indice / Teoría de la susentabilidad / Segunda Parte; Soliloquio de Salicio / Salicio / En La Naranja / Indice / Salicio / Indice: Nemoroso / Indice / Tijuana; Dolor de parto /

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