Thursday, April 14, 2005

De «El libro de la guerra» (2)

Los condecorados

Aplaudidos en ágape de pueblo,
condecorados tras el último quejido del regreso,
esta tierra bendita les da la bienvenida.

Habían vencido las penurias
y los miedos de otras balas,
las noches de barracas, bases y refugios.

Los aviones se vomitaron en Belgrado
como fuego; su poder de bando,
depredó lo que pudo.

Allá, donde hay niños
(que no saben que es la OTAN),
aquí, donde hay otros tristes, una medalla
es olvido, o ceremonia, o nada.

No para todos hay nombres de ínfulas triunfales
ni consuelos ni recibimientos,
¡pero aún son humanos
e impotentemente tristes y heroicos!

15-4-1999


Tijuana
*

El mejor soldado

Chalcis ... was believed to have introduced
the use of bronze weapons:
Pierre Grimal


Quien se recluta para el bronce
y se mete en los brazos de esa amante, Cálcis,
(y puede que él no lo sepa
porque nunca requisa la bermeja voluntad
de lo que emerge debajo del capricho)
suele ser un ser de rúbrica,
una alimaña de bronce,
el curete ruidoso de las cuevas
de Creta; él se replica en el soslayo
de las cosas y la geografía.
Cuida la niñez del Rey del Orden.

Danza como un ser de tradiciones
¡pero ruidosamente, irreverente!
para no delatar desobediencia
ni decretar su riesgo.

El va por el culito que se mueve
como protector de sombras en la orgía,
como fantasma de la chusma
que adora la dulzura de la Nalga Sabrosa.
El quiere su cocol hecho medallas.

Quien se carga el fusil
y en los hombros lo exhíbe
por el placer del Orden Nuevo trabaja:
¡por la patria ajena, metafísica, el Olimpo!
Es siervo del público acaecer
después de Cronos, ciudadano medido,
cortado para los paños del Sastre de las Cosas.

El militar fornica con las realidades.
Le promete a la felicidad: su techo.
Le promete la gloria al país de sus fascinaciones.
La protección, al siervo que le pide gobierno.
El amparo, al que no aguanta su propia incertidumbre.
La osadía, al que no sabe caminar y renca.
El equilibrio, al que en la cuerda floja
no haya pies para sus movimientos.

El mejor soldado se pretexta
como el dueño del mensaje público
y, aunque no tenga que decir ni creer
en el espacio, confía en su arte
de obediencia rigurosa y en echar golpes
e ir matando, danzando la champeta
con la Vieja tirana de la adrenalina.

5-5-1980

*

Etica de la deuda

Siempre hay algo con que nos quedamos
y que no lo queremos pagar,
una deuda
que nos hace humanos,
a contragusto de nosotros mismos...

Alguno nos brinda su mano,
nos saca del hoyo, regala la esperanza
y nosotros echamos la patada
y cerramos los ojos
y escapamos...

Es cierto que otros fueron primero
y entreabrieron la puerta;
pero hay solamente unos cuantos
que la dejan abierta
y acceden a dar la bienvenida
al que nada trae, por pagarlo todo,
por no deber lo que no debe...

Algunos se atreven a mirar en la historia
y fundan la Tierra a partir del Caos
y golpean la piedra
y hacen que fluya leche y miel,
luz de sus almas...

Otros, los escondidos,
darán su sorpresa
haciéndola de atropellos,
robo y homicidio
y agreden,
sin razón aparente, cobardes,
como si fueramos deudores
de saldo perenne
del aquí y hora de sus nombres
y apellidos,
y del más allá, inefable y mudo,
al que viven atados.

¿Quién pudo ser?...
¿que contra nosotros lanzó su pedrada?
a pesar de que tenemos el común lenguaje,
la más rica sustancia de esperanza
y voluntad para querer
y perdonar y construir juntos
el placer duradero.

Alguien es que porfía:
¡Nada te debo!

Entonces, ved cómo él azota la pámpana
y, del penacho más bajo,
la carne del débil alcanza, hiere, marca
y, con los huesos del inválido,
se lucra y se harta, perpetúa escarnio,
engorda su vil malentendido,
y sonríe con dientes neguijosos y sangrientos.

Su propio corazón izó como un trapo
estampándolo con bodrios pasados a cuchillo
y ante su estandarte marchan, junto a sí,
los que son como él, custodios de crimen,
salteadores de caminos,
patriotas del despojo.

¿Qué culpa la historia tiene?
Ella es tan sólo un espejo
de esta misa de sangre,
el documento donde ellos escriben
todas las veces que se lavan las manos
después de hundir entre los sámagos
de los vientres descosidos
a puñal y estruendos
lealtad descabellada
sus propios nombres,
sus uñas
y garfios de codicia.

14-7-93

*

En Estados Unidos de América

Te recomendé a mis niños rojos
que llegaron primero a tus llanuras
y que cobijaron su comunión con las montañas
y tú, hijo de la Roca de Plymouth,
tú que víste morir a William Prynne
por decir con sus libros: Esta es la deuda,
tú que víste a Henry Burton y John Bastwick
agarrotados y exangües,
cada hueso puritano en la molicie,
cada escrúpulo de amor
batido a golpe,
te trajíste a los negros en grilletes
y depojaste en Virginia sus corazones
en hiel, uncidos de coyunda esclavizante.

¿Cómo dirás yo nada debo?
si has despertado el rencor
de cada indio,
de cada negro,
de cada mexicano
y en Tuscarora, la guerra grita deudas
y los seminoles aborrecen tus caras pálidas,
horrendas de porfía
y crimen
y codicia
y sangre fría
y venganza
y autojustificación
y genocidio...
no eres mejor que el protestante
masacrado en Ulster,
no eres mejor que las brujas
quemadas en Salem o en Lancashire,
no eres mejor que 30,000 mercenarios
de Alemania, contratados
por la fuerza del Imperio para que América
no sea libre y generosa.

«My country, right or wrong», tal es la deuda,
desde Carolina del Norte a Tennessee,
donde el Ku Klux Klan se fundara
y donde la Decimotercera Enmienda
constitucionalizada
es la burla del negro, impresa en tinta,
para memoria blasfema de sus ojos...

¿Y no me debes nada?
pues, Jack el Destripador me debe menos
porque él mató seis mujeres,
y tú has matado 5 millones de mis hijos
aquellos que confié a tu mano
cuando abrí los montes de Manhattan
y, bajo el umbral de la puerta
de este cielo americano,
te dí a Pocahontas y Tecumseh,
a Sacagawea y Sequoyah,
a Tenskwatawa, la Puerta Abierta,
a Pontiac y Squanto,
a Toro Sentado y el Halcón Negro.

16-3-1982

*

Cuando nací

Cuando nací el héroe fue llamado.
Para que yo fuera un testigo aproximado
y sintiera las fauces de lodazal sangriento
los homicidas me dieron compañía
y se dijeron la raza de mi gozo.
Y no era cierto.

No supe que es heroico,
o acaso masoquismo,
asomarse al esqueleto, amanecer urbano
y aprender el utensilio del cuchillo
por sus nombres curiosos,
o acaso evolutivos, y sobrevivir.

Tentado al prestigio y la costumbre,
al obsceno aprendizaje, medité
en los cadáveres y el mundo
y todavía es el día que no lo quiero y digo,
que no es cierto y es cierto, héroe no seré
de esa manera y me duelo
heroicamente en el silencio.

5-17-2000

Las reses

*

Vulnerabilidad

No me gusta estar aquí
con los ojos abiertos.
Cómo empieza todo lo que narro:
ser cobardemente y ganar
la medalla y apretar los puños
de este modo
para atenuar el conflicto
que el cariño no atenúa ni solve.

Han de pensar que soy cobarde
como una gran maldición de las rodillas;
han de burlarse de mí
que soy la castidad temprana del pellejo.

Así se postra la lozanía de cada pétalo
por sólo estar aquí
con los ojos abiertos.

5-17-2000

*

Yo sé que los ríos cantan

Como un río eres, pez
de juba castaña,
azalea con colores de alga,
rosado y exquisito.

Río y no tengo el flujo
de tu sílaba; me complazco
en mirar tus pasos.

Al querer tus chapoteos
y los gritos con que invocas
volver a estar en cueras
en las aguas y echar el júbilo
en la cuna de las ovas
desde los fondos del océano,
tus cantos,
yo heretico,
con inquietud te imito.

Sé que los arroyos arrastran
tu innata lucidez
y no te llevan,
permaneces,
y tu linda desnudez
es el templo de los arrecifes.

Si voy a buscarte, me pierdo
en las fosas siniestras de lo oscuro,
pero allá, por fortuna,
es un faro tu canto,
sirena de esperanza.

Ayer, en la cañada,
al pie de una cascada de tu ritmo,
tallé una flauta.
Imité la nostalgia con tu sabiduría.

12-3-1979

Oriente

*

Como tu dulce geografía

Tus palabras hablan para mí
como una otredad que me cautiva
y soy varón de nubes y gacelas
y bisontes y ciervos
y fuegos fatuos
y formas cuyas luces se apagan.

He sufrido con las breves penumbras
y el abismo oscuro.

Las viejas voces son horrendas
como el mordisco hostil de la culebra,
como el discurso
del cutre mugre que se pega a la piel
y es llaga, sin el mínimo indicio
de sus explicaciones.

De pronto... está tu voz
que tan diferentemente se estercola
con mi espanto,
tu dulce geografía
que tiene senos y ligeras caderas
y pies ágiles, tu voz
y tu pelo que se agita
con el viento y es alegría
que fluye por tu nuca
y brisa apresurada y caprichosa...

Y yo descubro mis ganas de besarte,
sin morderte y litar en tu piel
y sonar con tu voz,
inventando tambores.

Este hombre cavernario
quiere sílabas
y recuerdos que multipliquen el tañido
y el olor de tus greñas aromadas
y tu misterio con dulce geografía
y el campanario natural
de tus amores.

17-3-2000

*

Me subí a tus ojos

Me subí a tus ojos.
En tus pupilas enclavaste el relámpago
y, en constante nostalgia del secreto,
lo busco en tu mirada.

Para dispensar el secreto,
vida mutua, poco a poco, estás conmigo.
En la tribu de las moléculas
más tersas y lipoides, estás colaborante
y yo amo, cuando te derriites,
para darme tu flujo, otros pequeños seres
que me aman y sigo por ello,
navegante de tí, atento a los faros,
a la luz de tus ojos.

3-5-1985

Lope de Aguirre y los paraísos soñados

*

¿Qué culpa tiene ella?

Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa, y he aquí
a su hija que salía a recibirle con panderos y danza,
y ella era sola, su única hija; ni tenía fuera de ella
hijo ni hija... Y cuando él la vio, rompió sus vestidos,
diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido;
y tú misma has venido a ser la causa de mi dolor;
porque le he dado palabra a Jehová y no podré
retractarme... cualquier que saliere de las puertas
de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso
de los amonitas, será de Jehová; y los entrego
en su mano:
Jueces: 11, 31, 35

El anarco no es un juez.
No hará promesas a Israel
porque hacerlo es dolor y desconcierto.

¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido
y tú misma has venido
a ser la causa de mi dolor...


Jefté, galaadita, has traicionado a Lot,
a las hijas del amor profundo,
al incesto divino, a la hija de tu piel.
Has herido a Moab.
Has burlado el Ven a mí.
Has matado el anarquismo en la raíz.

Maldito seas, boca de falso amonita,
¡burócrata, juez, sátrapa innoble!
Maldito seas en el paso de Mizpa
hasta Galaad, maldito seas en Canaán!

¿Qué tienes tú conmigo,
que has venido a mí para hacer guerra
contra mi tierra?
Y los amonitas dieron
su respuesta: Desde Arnón hasta Jaboc
y el Jordán, ¡Israel tomó mi tierra!

¡Qué intrusa es la traición!
¡Devuélvela en paz!

Caudillo de la guerra, Jefté
de puta nacido...
como ofrenda quemada morirán
las vírgenes en tí, tu hija del amor.

Te has aupado en los trámites del horror,
tú, padre sin virtud, el gran traidor,
tú, juez burócrata y cruel,
artífice de dolor.
¡Y en carne has de pagar!

Y se hizo costumbre de Israel
que, de año en año.
fueran las doncellas de Israel
a endechar a la hija de Jefté...

cuando murió.

9-18-1980

*

A Angel Ganivet

Ahora que tu cadáver navega
y pudre sus memorias
con heridas sobre algas
y con orgullos en minerales de marisma,
en caracoles de lapacha, queda
tu limpio nombre.

He ordenado que unas manos
de las aguas te saquen
pero que no te toquen
los mustios de cante jondo,
murrios cascabeleros de zarzuelas.

Que no te toquen
porque todavía estás muerto y mojado.
Háganse respetar en tí
y, si es posible,
que por tí lo hagan en luto
aunque teman...

Echad a puntapiés, digo en tu nombre,
a los tahures, a las falsas consignas
que valen menos que el instinto.

A puntapiés expulsen al que reza
la esclavitud de labios,
la embriaguez de pasiones,
el anarquismo rancio,
la aristocracia añeja,
la envidia europeizada,
a puntapiés al militar de marras
que declama y gesticula
con versos inexactos
de patria, amor, concordia, orgullo,
y es el espíritu del mapiango uniformado
que con manos torcidas y feas
se coloca los guantes de maneca,
mátalas callando y se enchufa
para tapar al sol
de una España española
bien soñada.

8-12-1978

*

El nihilista pasivo

Uno puede conformarse
con el color elemental de la flor
y la circular lunaridad del crepúsculo
y, sin embargo, hundirse en la noche perpetua
donde no hay color para la flor
ni ciclo de luna con bellas sucesiones:
el sagrado Sí a la Vida.

Con distintas formas de mentira
se conforma el hombre.
Con aparatos simplificadores, la grey clama:
¡Entiendo!

Mentirosos por naturaleza,
la grey de tahures construye el destino
de su tirria
y todo va precedido del olvido.

Con apariencia de falsa permanencia,
con simples escurrajos de lo eterno,
se vive del capricho.
Se cohabita en la Nada.

7-19-1992

Memorias de la contracultura



*

El aliado infiel

A un aliado hay que vigilarlo tanto
como a un enemigo:
León Trostsky

Tú, que crees en el amor
y buscas la palabra delicada para
dar su presencia, ¡ten cuidado!

La palabra es signo y señal
y origina sospechas, aunque tengas
su perdón con suaves manos
para quedarte con el poco cotidiano
de este hacer y sentir con los otros.

Aún sedientos de amor, a susurros,
se acercan, fieles a medias,
tiernos a ratos, incoherentes, temerosos.

Ni amar ni odiar es fácil,
menos vivir, sin pausas, amando.
El olvido evoluciona lentamente.
El fardo del dolor, pesadamente, se carga.

La gente se quiere, se alía,
se intercede, tan a plazos
que a veces tarda la raíz en darse asomos
y una flor no es una flor
ni sube a lo más alto de la rama.

Raíz, flor y tallo son retazos
de lo hermosamente latente, irredimido,
aplazado, ignoto, incomunicado.

¡Lento es el amanecer que se espera
cuando se ama; y no siendo hostil,
ay, cómo se espera, cómo tarda!

Vigila, pues, amor, la madrugada.
Alguien siempre llega herido como ladrón
sin suerte y ha de morir, quizás, agradecido,
al amparo de tus manos...

17-5-1997

*

Los rangos

Con que sepas cómo admirar
mis dulces pies, o mis suaves teticas medievales,
con que obedezcas a mi nombre si te llamo,
que me digas Mi Dueña de jardines,
señora del rosal, abeja, flor y canto, me conformo.
Manjares a tus ocios daré.

Desígname tu miel y seré tu descanso.
Díme princesa, honra de tu orgullo,
y haré que estés feliz, aunque no seas.
Que tú sepas leer, cuando en mi pueblo
ninguno lea, o sea docto,
que digas el Padre Nuestro
y cites de los Salmos, sagrado es
y se dirá de tus prendas.

Cuando sea viejocristiana, gentildama,
oh, yo seré home de paratge.
aunque sea vil gussano sin sustancia,
caballero de panfleto y de la carne,
quien disponga: Tengas tú, señora,
honor excelso, sin rangos
como los míos.

2-1-1978

*

Ofrenda quemada

Painfully hot temperatures activated not only areas
long associated with pain in the brain, but also
areas previously believed to involve 'reward circuitry:

Dr. David Borsook


La recompensa profunda
(la que muestra el Tesoro más allá del capricho,
la que estuvo con la sed de la raíz, sustentándola,
y fluyó como un río con rumor ontológico),
la alegría que no viene por dinero
ni por sexo ni por la boca llena de alimento
ni por el circuito excitatorio
ni por las mafias del poder-ser suficiente,
las compensatorias calidades del ser
son afán en la llama, lucha sofocadora,
éter que se hijifica por engendros
del Erebo y la Noche.

Dichosa la tiniebla misma
que se pervive complejamente
y se vuelve placer en un momento,
dolor en su memoria.

Por el mismo camino que llegan los cíclopes,
la furia, la angustia, la ira, la mentira,
el Tenebroso Caos duele,
pero también se consuela.

Uno cree que luchando se conquista el olvido,
se disocian los pasados,
¡pero no es cierto!

Placer y dolor se vinculan y se abrazan en el fondo.
Las reacciones a la guerra y al amor
se queman juntas sobre la misma pira.
La experiencia emocional son, al fin,
soluto, bienes más profundos.

9-9-1990

Tijuana

*

Letanías por Osama bin Laden

1. Invocación

Te invoco, ley judía.
Que no se casen mis hijos con extraños.
Que se vaya la esclava Agar y se lleve consigo
el fruto de la mala simiente.

Que los ismaelíes sean para los desiertos
como la piel de hollín y el polvo que levanta el camasin
y quede conmigo la princesa Sara e Isaac,
detenida el hacha del Moriah
sobre el monte del perdón y mi progenitura.
Que venzamos como Atenas sobre Esparta.
Que capturemos a Bizancio.
Que sobre Tebas lluevan los huesos
de los ricos de barbas, impíos
de rudas túnicas y futuros turbantes.
Que Pelópidas mate a los tiranos.

Te invoco, Guerra Santa.
Que mueran los fenicios
en manos de los macedonios.
Que Hannibal ante portas! venza a los sirios.
Que muera Tiberio y todos los Gracos.
Que los cimbros mutilen a Roma
y los godos se apacienten en la Baja Vístula.

Te lo ruego, Biblia en mano y rifle bajo las axilas,
porque Civis Romanus non sum!
¡Viva América! y necesario es
que se vayan los hunos a la porra
para que queden otros, más puros
que los vándalos, y los árabes en conjunto
de patitas al carajo
y menos gratos sean que los israelíes...

Tomen las armas: masacrad palestinos
en Sabra y Chatilla, ¡ay, que sóis como serbios;
cuicos de barbas de chivo y Shalom non grato...

Te invoco, Dios de los ejércitos,
que a mi lado queden y me sigan
y crean a pie juntillas el Sueño Americano,
los crédulos de mi espada y mi misericordia.

Cachondas sean mis hijas
como las corintias:
yo las llevaré al cine y a los noticiarios
y no tendrán sus caras cubiertas con velos;
les daré trabajo en las alcaldías
y en los supermercados,
serán mis secretarias
y mis concubinas, tendrán
sus portadas en Playboy y, ¿por que no?
sus estrellatos, su dinero y sus mugres,
perfumes de mujer y pantaletas y coche,
un mundo franco con tarjetas de crédito...

Mas los adoradores de baales en los montes,
que ni toquen a ninguna, lo demando,
porque iremos por ellas en guerra
contra el terrorismo y los masivos ultrajes
y de los celosos talibanes fornicarios
haré piras, vengando cada escarnio.

2. Imploraciones

¡Sálvanos de los que lloran sin llorar!
yo soy América, la que no sabe a dónde ir
sin un cuchillo clavado en las espaldas.
¡La pobre América que llora por las víctimas
y por las truncas vidas del avión
y el otro avión y el costón
en los ríos y el malecón de los llantos!

Un agujero veo y mi cabeza meto
en lo profundo, mi corazón sentimental
es un chincual, un laberinto inmenso,
y la frase diseñada y la frívola réplica
de mi dolor está regimentada.

Con los rezos vacíos, el consuelo
se escapa y la gangrena come mi virtud
y una verdad que por dialéctica es vencida
en los pasos que doy, ya me persigue.

En la sombra más cuidada tengo miedo.
En las gentes que atropello,
por este miedo inútil y descabellado
que galopa su xenofobia y golpe bajo,
me desangro, me muero.

Me has herido, terror de septiembre.
¿Qué has hecho que has marcado
mi corazón para siempre?

Ya mis ilusiones están alicaídas,
mis sueños no vuelan como antes
ni tan alto ni tan libremente.
Ya no me atrevo mirar al extranjero
en sus profundos ojos ni invocar
sus nombres en los templos.

3. Precauciones

Los vendavales azotan la ingenuidad convocada,
¡y qué olor a muertos con la lluvia
se estercola, qué sucia fantasmagoría
se inventa las pupilas con su mirada que llora!

¡Ay, demonios en lo triste me han televisado!
Las banderas son como relámpagos
sobre el adormecido paraíso de mis gentes.
Afloró ya la voz del Uno y todos somos Uno.

Y con el himno, unos y unos con la patria
y por la ayuda y la Cruz Roja, unos.
Y unos con las dádivas y las flores y las fotos.

Uno, generosamente colectivo, para aplaudir
al héroe, al bravo juntacadáveres,
al sacerdote que unciona como mago
las últimas memorias de la carne y su desastre.

El bombero que apaga el fuego es héroe,
el que va sobre un tractor y remueve
los escombros uno es y como el otro
que está muerto, uno.

Y uno, entre los que desesperan
sin que merezca un homenaje
en el valor de la muerte ajena, ve su espejo
y solidaridad y emulación, porque la guerra
es heroísmo y uno es guerra y dolor.

Uno es héroe en la tirria y pájaro muerto
en el atestiguamiento, porque mucho ayuda
el que no estorba y se retira
y uno es héroe si acude a algún llamado.

Por de pronto, el área será acordonada.
Vayan a sus casas, hijos de Nimrod
y péguense a la tele, escampad
que el huracán es duro y duele.

Recuerden estas horas, sus imágenes y llamas,
odien a esos aviones que por conspiración
de los turbantes sarracenos
se han convertido en balas y han herido
al nervio blando y las mollejas
de esta Tierra Santa, nueva Sión,
Jerusalén de Occidente, América.

Dejen que los héroes hagan su trabajo
y que el Presidente a solas se conmueva
y que el FBI, la CIA tomen notas y pregunten
y husméen, arrestando a los hombres de bigotes
y ojos negros, a los cholos que parecen árabes,
a los árabes que parecen cholos.

Tengan paciencia, gemid y velad,
que los amigos de Europa, mis aliados,
arman nuestra venganza y nos auxiliarán,
porque superávit queda aún en el erario
y la reforma tributaria que propuse
les envió sus rembolsos y vencimos a Gore
y estamos unidos y unidos estamos.

Sean obedientes, hijitos míos,
que en su favor inventaremos
los comportamientos diseñados y postreros,
su manera de llegar al aeropuerto,
caminar en las calles y visitar los santuarios.

Estas fronteras serán las más seguras del globo
y todo sea por el bien y la seguridad y el amor
que nos tenemos, uno por uno en Uno,
y siempre ha sido así, no desesperen.
Esperad en casa,
cosechad y ved la muerte
pasarse al otro lado.

4. Rituales de luto

Los que quieran llorar, vengan aquí.
Esta es la calle y el espacio del lamento.
Aquí hay vigilia, al fondo una bandera
más grande que la muerte y menos frágil.
Traigan sus propias velas y enciéndalas
y canten por América del Norte
y recen por el Presidente y vayan
y tomen un lugar para la foto.

Bajo las sombrillas del luto y de la pose
y de las lágrimas públicas
captadas por las lentes,
se conjunta la sublime tristeza y su elegía,
la muerte y el misterio, y cabalgan.

La entrevista que sea sucinta para los noticiarios.
Un rostro novelero procurad
que pose compungido,
que hable sobre las fosas y las viudas,
niños asustados y el futuro;
no el Presidente no es el actor
de una lujuria de poder
y de palabras, sólo es el patriota que exorcisa
la Tragedia de Septiembre y saca su estámina
del hervor de huracán con que se ha pretendido
destrozar la gran mercadería, las Torres
la gloria financiera que nos envidia el mundo.

Portales del Imperio, nuestra armado
y vanguardia de la democracia, el pentagonismo
y, tristemente, las vidas anónimas
que todo lo creyeron
intocable, indestructible, permanente,
no han de perderlo todo para siempre...

5. Las cruzadas

Estas bocas y sus dientes de rabia
ya no pueden hacer más sobre lo acontecido
sino querer venganza enmi territorio,
a falta de luz y explicaciones,
¡son inocentes!

Humillada está la nación en sus vedijas.
Por eso, Tio Sam te llama a su Cruzada,
¡ay, proteger con misiles
lo que entre los muslos está verguiburlado,
y echar con balas a ladrones de sus cuevas.

Sobre el suelo afgano,
haré maromas, convocaré gemidos.
Inocencio III, si eres santo, protege la cruz roja
de mi pecho y mis portaviones y mis lanzallamas!

No te olvides de mí, Papa,
que voy por Constantinopla, y me gusta
que el mundo me obedezca
Antes fui por Zara para mis algazaras
por húngaros y golfos persas.

No me retires los dones caballeros
que voy por Saladino, a Ciudad Santa,
y quiero libre acceso a tu corazón de león,
mi buen Ricardo, ay, Federico II,
ípor el trono de Jerusalén, también
con mi Dios canto! y, sin embargo,
me objetan, me preguntan...

¿Por qué todo lo has dado al señor,
al rey y al papa? ¿por qué no he defendido
las causas más justas del Oriente?


¡No sé, mi corazón ha dependido del petróleo
lo mismo que este llanto y esta muerte
que me revuelca dentro el Sueño Americano!

Compadece nuestros muertos,
entre asco y dolor, no nos desampares.

6. Padre de la Patria

Un pastorcillo de la conjuración,
¡ay, pero como yo que sienta mis ayes!
¡Ay, Esteban de Cloyés, que vives
en el vientre de Jonás y la ballena,
no cruces a los niños a pie sobre la mar,
no vendas el destino a piratas de Egipto!

Te los encomiendo, Padre de la Patria.
Santo George, inspirador de Lincoln ,
apíadate de mis soldados
y sácanos a salvo del ántrax
y la guerra biológica, Señora Libertad,
estatua de brazo alto...

Házme mejor que John Wayne y Rambo
y el Karate Kid y recuerda a Gadafi
y a Saddam y Khomeini,
lo mismo que a los mullah...
¡ay Nicolás de Colonia, si tus 20,000 niños,
se hubiesen quedado en sus escuelas,
aquí en la casa y los parques y talleres,
seguro que no se habrían ahogado,
pero no sería memorables...
ay, que nadie nos predique
el fuego fatuo, o la paz, cuando es
hora de gloria
en el Jordán y más allá
en mares de basalto; héroes o no,
dános el triunfo.

*

El exorcizador

Bin Laden sigue más poderoso
siendo el extremismo terrorista:

Tom Ridge

Ya que, con ojos espantados
y una sensación de hervor interno,
la entraña, la conciencia colectiva, grita:
¡Está aquí, nos dio en las torres!
se alude a la presencia del patriarca enloquecido,
exorcisémosle, censuremos sus sombras,
sus barbas, sus turbantes, su asomo
a la generación de los que creen
que aún el pueril Simbad es bueno...

Bien que se escurre como sudor
su interrogante, pero de su fantasma de fuego
haremos burla, cobraremos el doble;
ya que penetra como abejón asesino
y su pezuña es fulminante
como balas perdidas y puñal trapero
... yo me ofrezco, yo pongo el cascabel
al gato, exorcisémosle, censuremos
sus sombras, sus barbas, sus turbantes.

Traedlo aquí. Quiero verlo cara a cara
y leer a él la Biblia y los Derechos Humanos
y la Constitución y The Federalist Papers.
Lo acusaré: ¡Eres el anticristo!

Gran Sacrificador
soy de Occidente
y tengo témenos y convocatoria
para quemarlo vivo y degollarlo
y de las brasas lo pasaré al infierno
y a las dolorosas tinieblas
que Jehová ha prometido.

A él, que tiene el arte más terrible
de territorializarse, el clandestinaje,
exorcisémosle, Doctrina Bush en mano,
hagámosle sentir la ira primordial
de nuestros feudos.

Por la democracia, señores,
por América y el mundo libre
y el globalismo y los 3,000 inocentes
de las Torres del Géminis futuro,
vamos a quemarlo y junto a él
a los barbones, a Bagdad y Alejandría,
las bibliotecas, Simbad y los turbantes,
la alquimia, el álgebra, el café,
hagamos el choque de civilizaciones,
sí, señor Zbigniew Brzezinski,
exorcisémosle,
censuremos sus sombras,
sus barbas, sus turbantes, su asomo
a la generación de los que creen
que aún el pueril Simbad es bueno...

21-9-2001

Amplificación incestuosa

*

Falseamiento

Siempre farsantes hablaron por tí
y nosotros, tus muertos malvestidos, somos.
Por gusto de llevarnos la contraria,
¡peleamos y peleamos y morimos!
¿y qué sacamos?

Autoritarias cortes
de Trastamaras, Habsburgos y Saboyas
y gentes con voces exquisitas,
que han dicho sin gratitud alguna:
sóis plebeyos, gañanes, mirad al cielo,
esperad en rodillas,

y así olvidamos, como pueblo,
que más vale saber lo que conviene
que hallar belleza intelectual de sabihondos
y cortesanos que escriben en latín
sus idioteces y el hatajo de sus vanidades
en neoclásicas rimas,
o manifiestos babiecas
que dan asco...

12-3-1977

Las reses

*

Gaitiana

Para que entiendan que mis yalcones
no son cosas ni guijarros, repartos de muchedumbre,
y que Timaná no es el nombre de mi estero
ni que con puro percibir se me ve o se ve a ellos,
la Vieja Zorra de mis días,
Gaitiana, la cacica,
prendió a Pedro de Añasco,
Capitán de Justicia Mayor de Belalcázar.

Le sacó los ojos con un puñal de pedernal.
Escupió su rostro y lo maldijo.
Lo arrastró como a costal de papas
por bateyes de la niebla
cuando la luna fue más clara
al canto de la diuca.

Puso a él, su dogal al cuello,
al él que tuvo poder y deseaba
al pueblo de todos los yalcones.

Pero mi Vieja Zorra del estero
tenía las manos rudas y filosas,
el hocico agudo y la cabeza ancha.

En 1540, yo fui una brasa en el tormento.
Me habían quemado vivo; de mí
no quedó ni dominguillo con que espantar
la muerte y la colonia; pero en la Nueva Granada
los yalcones me lloraron; como yo,
serían rebeldes, cimeros, indomables,
y fui, de turno, inesperadamente, el héroe
del Gran No, conciencia del destino.

2.

Pedro de Añasco no tuvo tanta suerte.
Fue sedimento sin recuerdo
en el fondo del pantano.

Quisieron repartir mi pueblo en encomiendas
como útiles de oprobio, como cosas y esclavos.
¡Pero no somos eso!
¡Somos gentes!
yalcones, zorros viejos.

3-12-1977

*

Los canallas

No se necesita el Edén ultramundano
ni la Edad de Oro de las fábulas.
Basta que alguno entienda
que no hay pobreza voluntaria
ni pecado surgido de la Nada.
El bienestar general es, por cierto,
una comunidad eterna de misericordia.
Un clamor profundo del corazón bendito.

Las necesidades naturales de los hombres
y mujeres vienen y van
a veces impredecibles, casuales, súbitas,
pero, en la mayor parte de los casos,
son creadas por las acciones
de verdugos, salteadores,
déspotas, codiciosos virulentos,
piratas en naves que dominan los mares,
partidas de canallas que a Dios invocan
desde altares puritanos con espadas,
desde sotanas y tronos
de sacras alianzas
con el terrorismo.

2-5-1987

*

Dios se proveerá de cordero

Y cuando llegaron al lugar que Dios
había dicho, edificó allí Abraham un altar;
y compuso la leña, y ató a Isaac, su hijo,
y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió
Abraham el cuchillo para degollar a su hijo:

Génesis 22: 9,10

A los noventa años, su madre
fue Ishshah estéril, la varona,
zarza seca, mujer sin menstruo
y no había una risa en la boca linda
de la anciana, pero Sara
es la princesa de la Tierra
y por amor a la Aisha
el fuego es todopoderoso
y en el círculo de las generaciones
desde el Eter el reino celeste se dispensa
y de mundo en mundo el amor se percibe
y Aisha se elementaliza con su salmo
y el varón la escucha tiernamente.

El canta en el sol de la carne
y en la luz del éxtasis.
La cama es el cielo y el coito,
verbo y tantra de los días.

En la mañana Sara tuvo el vientre grande.
Ha nacido la risa en la casa de Abraham.
Hoy es el cielo vegetal una pradera.
El Hedén de la sangra ya tiene manantiales.
Ya no es la vida la soledad que espera.
El regocijo no es un altar sin llamas.

¡Prepara tu cuchillo de alegría,
viejo habitante, que padre serás de multitudes!
Circuncida el prepucio de estos chiquillos
de júbilo presente; esta tarde tu jardín
floreció de rosales encendidos.

El sol es púrpura de maravillas.
Decid a Abimelec que hay un pozo de agua
que, por siempre, será descanso mitigador
para el sediento y que en tierra filistea
has sembrado el tamarisco
y en Beerseba has cavado el placer
con tu delicia.

2.

Hoy es el día del Deber.
La mujer del camino dijo: ¡Sígueme!
Otra, sensual como moabita,
susurró: ¡Gózame!
pero Abraham como Heraklés dijo:
Obedezco, te doy el hijo de mi gozo,
la heredad que todo lo compensa.

En la tierra de Moríah
el sacrificio es el mandato.
Isaac, la ofrenda.

La existencia hoy dirá su última palabra:
Heme aquí. Te sigo.
La existencia será la libertad constituyéndose
a sí misma en trascendencia.
El cuchillo es el Ent-wurf,
el drama del proyecto.
El holocausto es terrible, abismal, rotundo.
Escinde el alma.

Ante la libertad, las manos tiemblan
y el corazón se repliega, se estremece.
Pero Abraham ha dicho: Heme aquí.
Libertad, fundamento del fundamento,
divide al fin la proyección de mi existencia.
Salta de lo subjetivo a lo objetivo
y que no vacile mi mano armada
al trascenderme... aquí está mi dolor
y el dolor es un niño asustado
que llora su holocausto
y una liebre temblorosa, chamuscada.

Aquí está mi agonía con el cuchillo en vilo.
Las lágrimas de Sara se presienten tras la puerta.
Aquí fluye por adelantado mi llanto hacia la muerte
y en el lumen naturale la Existencia,
su abismo sin fondo procura, reestablece.

Heme aquí. Díme qué colocar sobre la leña
porque degollando estoy mi propio amor,
mi gloria en el solaz de mis generaciones
y el asno irá vacío, sin mi polluelo,
el hijo de mi risa.
Con mis siervos me iré
donde la Nada es la voz que habla
desde adentro.


Y volvió a oírla. ¡Qué voz terrible!
Vas a matar la raza roja,
los gigantes australes del fondo
de las aguas y, si muertos están,
vuelve a matarlos y a los hombres de la encina
y a las sacerdotisas sanguinarias que les siguen,
a las bacantes de Tracia, ¡mátalas!
a los druídas tenebrosos, ¡asesínalos!
a la Pythia de Delfos, ¡pónla sobre la pira!
a los escitas, los getas, los sármatos,
a los celtas, ¡quémalos!
a los egipcios que controlan a Creta
y las islas del Egeo, corderos sean
para tus holocaustos, a los griegos
que se mudaron a las costas del Caspio,
¡no los quiero! Odio a Minos y su taurobolio,
a las corintias seductoras, a Cécrope,
primer rey del Atica, ¡me repugnan!

Quien sea mitad dragón y mitad hombre,
mitad toro, o mitad sátiro, ¡mueran en tus manos!
los hititas que han saqueado a Siria,
los dorios que ocuparon el Peloponeso,
los tiranos de todos los colores, ¡mueran!

Muerte a los censados que sus nombres
por servidumbre se escriben y los sátrapas
que en fuego perezcan; hay que matar
a los hombres sin futuro, a los violadores
de doncellas, a los que burlan ancianas,
a los que no trabajan, a los que inciensan
sus vírgenes, a los que roban, a los abusadores,
al que escupe y miente y profana.

¡Deténlos con tu cuchillo depurador,
yo te lo mando! porque la esperanza
de salvación está en el bosque
y el Carnero es un pacífico
y valiente jefe de rebaños.
¡Muera el Toro y las turbadoras sacerdotisas
y las brujas que entre encinas se esconden!

3.

¡Detén ya Tu Cuchillo, Abraham!
La Noche-Madre se acerca
con el Sol del Renuevo.
Ve y rinde homenaje al Rey de Salem.
Obedece esta paz, el futuro
es nuevo todavía
y larga ha sido la espera
del anarco y bella es la canción
que los libres cantarán
después de todo.

9-7-1998

*

A Juan Mari Bras

Desde niño
por decencia de mis años
y el soluto,
por nostalgia de la luz sagrada
que en tu voz y en tu presencia
se preservan por los siglos,
te busqué en las calles y en las marchas,
en ríos de piedras, en Claridad,
en noches de ojos y oídos nutricios y abiertos.
Te predije donde está la tarea
de los sabios desocultadores,
los poetas antes y después
del Gran Crepúsculo.

Contigo se progresa con fiereza
y el corazón se vuelve grande como el tuyo
y se crece con ambición de libertad patria
e internacionalismo.

Redefiníste para mí el espíritu y la bestia
(la menos sumisa de las panteras eres,
el más bello de los tigres de la aurora:
padre salvaje, sol de la patria);
y te he respetado así, Juan Mari,
como a lomo con músculos de estrellas,
instinto que enriquece cada instante,
escudo contra golpes blasfemos y viles
en la sombra, lámpara y faro
que aceita adrenalina en hijos desorientados
de este pueblo que resiste, puja y sobrepuja.

Has preparado a la nación para la marcha,
al pueblo que encuentra el dolor amenazante
y se estremece, aún cuando enseñas
a transmutar la fe, ilusiones y esperanzas,
en algo más que sobrevivirse,
en lento, inquieto y duro espasmo.
Lo que no siempre se sabe agradecerte.

Te busqué desde niño
porque fuíste la energía de las manos
veloces y hacendosas, la construcción
más noble del valiente.

Mi adolescencia devino a las horas de estampida
y en las jaulas del estadolibrismo
echaste mucho del sol remanente, el alba en rojo.

Por eso, agua fresca he bebido de tus verbos,
no con jaurías que fácilmente
se ufanan por prebendas de colonial triunfalismo.
Cuido tus caminos, protejo con celo
tu nombre y tu ejemplo heroico...

En territorios de gesticulación oprobiosa
se habló de referédum y en decadentes cuitas,
sin sustancia, de Alianza para el Progreso
y panamericanismo, ya sabes, ganapanes
de las satrapías, medianeros, arribistas...
que mencionaron tu nombre con desprecio.

¡Qué poco sabrían sobre tí, los truhuanes,
de tí, Zorro fecundo y pez de fuego!
que eres el alimento
más allá de los símbolos vulgares,
el pan más sabroso, casabe honesto.

Aún, mi generación se adeuda
con tu vida; mis huesos han crecido
con la consigna de alabar tu nombre.

Bendito sean los zorros de tu complexión
y cría y los jilgueros que madrugan
sin canto tenebroso y cantan la militancia
de tu movimiento, sin claudicaciones.

Bendita sea la nación que,
por verdad, origina las bestias con olfato
y la grandeza de tu felina estirpe.

No te hallé ni un solo instante cruzado de brazos.
No supíste que sería vivir indiferente.
¿De qué esencia suprema fueron tus costillas?
Que las mías han querido ser
un mínimo virtuoso de las tuyas...

¿Qué engramas con tus pistas gloriosas dejaste?
... que en todas tus pisadas veo los caminos nuevos
y las huellas para un buen hallazgo.

Contigo tiemblan los endriagos del colonialismo.
Contigo se expone el imperio en sus miserias
y depredaciones en cada nación que sueña
su destino soberano, su vocación
de justicia y permanencia.

... pero tú, camino viviente, aún muerto,
sobrevives y estás en la mejana de mis días
sin borrarte, sin hojarascas o marañas que te cubran.
Me enriqueces como un sueño militante
en ríos de piedras, en claridad de sendero,
y en ojos y oídos, atentos y nutricios.

Las zonas del carácter

*

Comuneros, 1781

... En la coparticipación y en la lucha se hace
libre el poder del destino en común:
Martin Heidegger

A Francisco Berbeo
la cabeza le pendió de un hilo.
En tristeza de fracaso, su sangre se derrama.
Su clamor fue tañido, dulce, soldario,
y una esperanza, su campanal cabeza
de metal bruñido, su energía
de señal y relicario.

Manuela Beltrán, quien oyó el campanario
en El Socorro, sonreía, tenía afán
por una madrugada justiciera,
abierta en pálpitos, luces de tambores
en sus días y la fe que adeudara
más promesas que sosiego.

José Antonio Galán, voz de coro,
colaboraba con canción participante:
no más impuestos, vivamos de nubes parcas
y atardeceres medidos en el color del porvenir
que techa Nueva Granada con sus cielos
y dibujadas justamente sean las necesidades
colombianas en el mundo, vivamos, comuneros,
como voces libertarias de ofrenda bien cantadas.


La canción del comunero no se rinde.
Las capitulaciones de Zipaquirá no nos callan.
Su cabeza también pendió de un hilo
y de los riesgos y fue cortada
y Manuela entristeció, pero cantaba
y rompió los edictos de tristeza
y rasgó el alba como pionera de destino
y el poder-ser surcaba el cielo
y el triunfo de un mañana sangraba
en las cabezas cortadas de El Socorro.

7-8-1998

Antología del Erotismo

*

El daño

... las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado
que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas
y sin fuerzas sensibles; monedas que han perdido
su troquelado y n son ahora ya consideradas
como monedas, sino como metal:
Federico Nietzsche


Por el pretexto
de la dictadura de los hombres blancos,
por la remota y misteriosa noción
de las almas hiperbóreas,
por el descenso del cielo sobre la Tierra
... los cisnes comenzaron a mentir,
cisnes de bocas humanas y lengua de trapo.
Los sacerdotes dejaron calatas en la sangre
a las doncellas de caderas anchas
y calipigias pompis.

En la siete dimensiones del espacio cósmico
el verbo es luto y la guerra, mandato.
El Gran Mediador está anegado.
Llora sus propias lágrimas.
El Vishnú de los Indos, encadenado.
Horus, egipcíacamente turbio,
es mordido por escorpiones
en el pozo del lamento funeral, sin ofrenda.
La serpiente se sirve el círculo
del fatalismo de la carne.

¿Y qué vamos a hacer
si no surge Dioniso?
¿Qué?... si no vuelve al hombre terrestre
el evolutivo espíritu divino...

Por el pretexto del fuego masculino,
Mitras de soles e himnos védicos
en campanarios de nuestro cielo humano,
la luz inteligible,
viril de los guerreros,
es trágica.

Sin piedad se degolla
con beso de revuelo
la vida y la alegría
y escapan de la riba
y de los ríos
sin voluntad de ser
y serse, eternos...

7-1-1983

*

Apolo, el Verbo

Como alimaña atrapada es el mocuño,
el pueblo misterioso; un más allá gime
su incomprensible eco
y el Maestro de las Expiaciones,
el malcontento, sangra y sangra.
El canto está sin flechas, sin espadas,
pero la guerra es un destino.

Las serpientes de Delfos se arman
y sacan raja de las contradicciones
y el Verbo es triste sin Apolo
como los años de Cambises.
Se disputan el trípode de Delfos.

En llamas están las ciudades.
En burla, las niñas de los campos.
El varón como una moneda es prescindible:
metal que ha de fundirse
en la rueda del Samsara.

Este mundo interior está sin órganos,
sin deliquio en las revelaciones
y la conciencia, sin multiplicidad de perspectivas
ya no tiene el mínimo sentido: lo divino.
El punto pende en desconcierto,
sin rítmico son de movimiento y danza.
El único camino es la palabra fijadora
con definición de lástima y tortura;
se mata al devenir; se sangra al horizonte.

El Verbo es ya la espada,
el caos, Oriente.
Apolo ha muerto como dios
y el Verbo.

7-1-1983

*

Cleopatra

Escribir un poema de amor
que se parezca a tí, imaginar tu vida
sin juzgarte cuando, aquí te han dscrito
impúdica, antojadiza, casquivana...
es conectarse a frutos espontáneos de tu ser,
sea cual fuere el delta de tu ser
y más allá del desierto del Sinaí,
olvidar la invasión de Carlomagno
y que has muerto, mordida
por un áspid.

Es hallarte en lecho seco, e irse a los wadis
y rehallarte como riachuelo dulce,
e invadir tu boca con el color del ciruelo
y en restinga de tus besos sumergirse en ti
y saberte fértil, cautivante en algún lecho,
intuitivo del alma que formule juicios
sobre tu ser tan cálido y el miedo de perderte
sin la estructura de tu subjetivismo
y la propuesta de tu vida y tu historia.

Es duro no vivir tu sed de ontología
en el amor de los hombres, duro ver.
tu muerte en amargo despecho,
en soledad que pierde sus caminos.
¿Será Octavio la causa?

Duro es conocerte en los raseros
de la intriga y las costumbres, que eres egipcíaca
pirámide de sol, carne y espíritu.
Ociaré en tus formas de misterio ardiente.
Imaginaré que disfruto tu boca
como Marco Antonio para enamorarse...
(él, quien te dio tres hijos).
¿A quién seducirás, ha fracasado él en Accio?
¿Quién te habría permitido vivir,
más profundamente, que todos ellos?...

Ayer murió, con puñalada por saludo,
a la salida del Senado, el padre de ese niño
que se asoma, él tempranamente
te hizo madre; pero Cleopatra,
él ha muerto y te amaba y mucho te amaba
Marco Antonio y mucho la mar y el áspid.
Sin embargo, otras hienas en Roma festejan.
Contentos y triunfantes están
Címbar y Casca, Casius y Brutus...
Ha muerto tu primer amante blanco,
tu Buitre de Occidente, ¡Julio César!

Cuando estuvíste casada según la norma
de los Tolomeos y tu hermano más joven
fue tu esposo, dime mujer, ¿lo amaste?
... porque no amar es guerra y muerte
y no ver el sol ni la brisa ni flotar
en el Nilo como una barcaza, no es
pasión desfogada, redimida, en olas perpetuadas.

A él, que sólo te puso en las sombras,
al hermano que despoja y no muestra ternura
siendo esposo, al marido que te da el parentesco,
¿lo habrías amado más que al invasor extraño?

Se quedó sin reino, por querer ignorarte,
y tu ira lo redujo a nada...
César se lo entregó a tu mano (¿lo mataste?)
y te dio por semilla esa pasión romana
que te ha encendido tras el velo.
De Roma a Alejandría se habla
de tu coraje, Reina osada,
y ya lo sabe Marco Antonio y Octavio:
eres hermosa, inteligente, seductora...


... pero ya es tarde, te quedaste en Egipto
por ella cautivado, Marco Antonio.

7-5-1979

*

Romance de Corinna Hartney

Corinna Harney se divierte
con la pólvora china.
Sabe cómo Gengis Khan
formó su imperio mongólico.
Cuando ella se tendió sobre mi cuerpo,
aplastó el califato islámico.
Dejó las páginas en llamas.

Todos mis textos se cubrieron
con los escombros de Bagdad.
Sentí el abismo entre Roma y Oriente.
Todavía los pentagramas de Arezzo
cantaban marcialmente
y Boecio en la cárcel bordaba
su mortaja de consolaciones.
Por mutua cuenta, fue que ella y yo
firmamos la Carta Magna:
hacemos la democracia desde 1215.

Con el puro deleite de sus ojos,
reliquias irlandesas,
y su maciza silueta, sirena del desierto,
me convenció de que haga anandas
con el Uno y estimule su lalalana.

¡Qué sinceridad al poner
las cartas bocarriba!
Siempre me observa embriagado
de una culpa nata y por eso
me desafía con más amor que a nadie
por una terapia de muslos oceánicos
y boquita de pez sobre las Torres del Ovatio.

Cuando seca está la lengua del espíritu,
me pongo a rasurar el bello púbis de Sión...
¡pero, claro, es porque en sus piernas,
en sus magníficos cimientos de rodillas,
me cobijo y echo unas clavadas en seco
al fondo de las charcas de Urano,
y es la bienvenida del cariño en mis costillas!

Ella es la mujer que yo ubico
bajo nevadas de cáctus.
Sus nalgas son tan cálidas
que no dudo que estoy
bajo las ruletas de neón de los casinos
y que mi ofertorio está lleno de vellos
y mis sombras llenas de barbas
y con largas orejas de burro.
¡Azazel en el desierto
y Peniel sobre la cama!
Sileno no se enmascara.

Para encontrarse conmigo,
Koré-Inna viajó muchas millas
en su Lexus SC 300 '92.
Recobraríamos la Tierra Santa.
Así que esparcí mis rodillas
sobre la arena, trayecto
hacia una colcha mágica.
Frotamos lámparas de anhelos.

Ella fue, derechita, a abrir la cremallera
y con gesto noruego, conquistó
a los bretones antes que Marco Polo
saliera de Venecia.
Para que yo fuese el cautivo
de sus glotonerías, me embriagó
su boca, sin esfuerzo.

Su saliva roja fue amrita.
Luego, en Las Vegas, se quitó
todo, hasta las últimas vírgulas.
Se evaporó de prendas.
Ocupó mi sangre.
Me invadió bien prendida.
De lo que fue su escote
salieron dos palomas;
pero no dos harpagones,
enjutos y descoloridos
que son cosas del otro jueves.

¡Estoy hablando en serio
de la Summa Theologica!
es decir, dos dogmas infalibles que,
después de chupadas
cual ejemplares tetas, se multiplicaron
las feligresías y los castillos
y los encuentros del Medioevo
con la Gloria Shekinah.

Corinna Harney es tan hermosa
del busto a los talones,
de la obviedad a lo insólito,
que Diana no permite que sea sacrificada.
Se la llevó a la Táuride, como a Ifigenia,
para que sea Playmate of the Year,
causa caussorum
y emblema estético
con botas vaqueras,
medias de malla,
tangas, sedas vaporosas,
fino lingerie, fragancia Savage...

Corinna baila butt
como ninfa cherokee y escapa
por rumbos de siringa y cabras,
sirena del desierto, poetisa que oye,
carrizo acuático que canta,
ojos grises que sueñan,
azules caprichos de órbitas y estrellas,
que son la pirotecnia, la China misteriosa
hecha petardos, cielo descuartizado
bajo tierra de santos jinas
que huyen del Nirvana.

En fin, ella y yo somos poetas.
Escribimos con el polvo sideral.
La entiendo cuando dice:
¡Comenzaré a lamer de tu estrofa!

Y demás está decir, que es océanica.
La noche que llegó fue Luna llena.
Según observé por la ventana,
el sol copernicano nucleó el universo
de la cama; pero yo consulté
el calendario, a puro beso,
succioné el mantram, a la antigua:
¡man menos mens mana!


Sin sayal de penitente, pedí
a la wahine el huevo del mundo,
totalidad de continuum, cosecha de magia
...y todo se redujo al julepe espasmódico
y la sílaba, el remezón del clotis,
el bocado que me llenó de pelos el alma.
Ite missa est, sácate al coño.

¡Es que fue la mamada del siglo,
no cosa del otro jueves!
Te voy a entregar el pragmatismo,
dije a Corinna, es decir, a la ninfa.
Tiene veinte años, Lexus SC 300,
y ella se modela como agasajo óptico,
pues, tiene la bendición de Diana
y la codicia de Orestes.

Ella busca su príncipe dormido
y susurra con labios
que han hecho pajas
al imperio maya:
¡Despierta!

No quiere que despierte
el que no es poeta.
Pero coge y lame
como apache apañera,
tupí y caraiba,
cuando gatea en sus cruzadas
para rescatar la Tierra Santa.

Maquiavelo está despierto.
El sol guerrero no duerme.
Codicia esas caderas explosivas
que harían de la ternura un berenjenal
y no digamos esas vasijas de Nut
sin cobertores que gozo en la tala,
a raya, chupa que chupa,
sin que se pida temperancia filantrópica,
o mínima intervención estatal
si de mostrar the topless phenomena se trata.
Tits without misery!


Al final, yo afilo la realpolitik
antes que Falopio describa los condones
y Ponce de León descubra La Florida.
Y ella en la boca recibe el obelisco
y yo en los dientes la raja pegajosa.

Corinna sabe su trabajo
y no compra indulgencias de los Fugger.
Conmigo muere, extractora del jugo
de mi texto vertical tan prometido:
lava a lengüetazos el telescopio
sobre cristales de deseo muy diamantinos,
duras arterias de dicha, profunda certeza
de pasiones. Hosi-a-nna, sálvame la lalalana...

El lenguaje nace del ritmo.
Tañemos címbalos y nos cimbramos.
Panderetas y nos pandeamos.
Chingamos ya en Singapur
y nos cingamos, sonajeros a toda matraca.
¡Corinna sí que sabe de lenguaje!

Cuando pegó 95 tesis encima de mi estómago,
en 1517, con saltos y agazapadas, su protesta
se llamó la Gran Reforma, propuso
su propia novedad de izar el ano en aras
de metáforas in situ, aquí en los muelles
de la folla blanda y la nalgatomía.

Y logrado el acomodo, se lubricó de unción
y como mula de tiro, recibió Su Padrenuestro.
Después navegó sobre mi ombligo
leyéndome la Dieta de Constanza.
Yo regresé al Puerto de Palos
por provisiones de huelva, ovas
o como se diga...
no por otra cosa, capear sus temporales
y cotejar el axis mundi antes de largarla
con un palo de mesana
por la candonga triangular llena de rizos.

De tortas como éstas, descúbrase América.
Sírvase el Africa. Dóblese la pólvora mojada.
Corinna sí sabe galopar sobre las olas.
Echó su vela carajada a cruz y vera
y del botalón hizo su festín de samskaras
para mi cama de agua.
Cosa no fue del otro jueves
que el Obispo Waldeck
rechazara los suspiros de Münster,
los versos tántricos,
el hambre poligámica,
il fellatio, seminen in ore,
il anus impregnatus,

y la boca de Corinna en mis escrotos sálmicos
colgantes bajo el Arco de Triunfo.

Y también su jardín de la gracia,
con hespérides y nabos,
y Lutero de ojandra, mirón y puñetero.
A todos desafía para que se disuelvan
en las páginas de textos incomunicados.

En cambio, yo propuse
volteándola de tirón ante el pasado:
¡el motín de La Bastilla!
tomar por asalto su trasero,
túrgidas curvaturas que Gèricault
no ha pintado todavía,
pero que, si por la rampa
al por mayor en lamidas permito,
truenos de Anu profetizan
la Venida de volada y la ira del Magnífico
... hossi-a-nna,
sálvese quien pueda,
cosa no es del otro jueves.

Ahora me aferro al cosmos escindido
de su nalgatorio porque escribo
sobre el futuro y el amor.
Si yo fuera Mirabeau, mudaría
Versalles a París,
redeclarando los Derechos del Hombre
sobre esas tapias de tersura
que se llama el pedorrón del Terror.

¡Váyase al diablo ilusionismo,
Delendas est Cartago
y los discursos catonianos
en versión jacobina, hordas de canallas
tan cortezes, tan pizarros, napoleónicos,
tan generalísimos, tan francos, tan pinochetiles!

A merced de sus caderas, soy cautivo
de sus movimientos audaces y maravillosos.
Sus muslos son pilares del décimo universo.

Y para escribir el grand finale,
la ida y la venida, ultimamos
la jodienda astral bajo ese túnel
que se abre en Las Vegas,
zona rosa de piel que son las nalgas,
tus nalgas, bailadora de butt, Corinna.

Estoy hablando en serio
de la Summa Theologica
cuando meto mis güevos bajo su rabadilla
en aras de la gloria shekinah
y leo de sus poros la Historia,
oliéndole las gracias,
colocándola in supina positionis
para mirar sobre sus hombros
clavándola tras sí
hasta que la poesía nos diga
¡placer, nunca te vayas,
amor házte placer
hasta que el cuerpo
aguante y el divino
joder se repita!

4-12-1992

Las Vegas, Nevada
(Publicado en Tertulia en Mizar, Núm. 626-626, 22
y 23 de mayo del 2000)

*

Heraklés, o la economía física

I am Duty. Choose me and you shall be ever acquainted
with hardship. Rest shal be a stranger to you. Often shall
you suffer pain, and grief will often rend your heart. But
mankind will remember you with gratitude... You shall
became a hero of your people. Your name shall live
forever... Come with me!:
George Cabot Lodge: Heraklés

Vestida con piel de león
y, porra en mano, la fuerza está,
la fuerza necesaria
¡y qué bueno! que, en las grandes catástrofes,
surja con los ojos sigilosos,
con oídos atentos y escuche
a la mujer de los caminos,
la sincera y despreciada socióloga del canto.
Ella dice: ¡Yo soy el deber, sígueme!

Lleno está el mundo de falsas glorias
y falsos comienzos, pero ha nacido la Verdad
entre perseidas se anida como un águila de gloria.
Ha nacido de la ausencia de Anfitrión
el cuerpo de la honra, el ser-con-movimiento.

El amparo ante la bancarrota de su siglo,
la criatura de la glorificación, por fin,
ha llegado y señala, para orgullo de Alcmene,
la Venecia del Norte y la usura opresora.
La humanidad la esperaba y con ella dice:
¡Basta! ¡Síganme!

Su rival, los demonios del caos,
están en todas partes, en especial,
en mundo sin dinero y sin valores,
edificado entre lo más promisorio
de la tierra, los ricos que están pobres.
Envanecidos están
por el poder y sus lujurias.

¡Pero el greñudo, el más hercúleo,
ha dejado la certeza sensorial de los bribones
y va con la mujer esplendorosa
que le dijo: ¡Sígueme!

Heraklés ha mirado a la mujer de nuestra carne,
se conmueve de que la escupan al rostro.
La ley natural para él no ha muerto
ni ha sido derrotada ni será por siempre
objeto de la burla.

Los varones encumbrados de la Nueva Era,
hijos de los imperios, saqueadores,
colonialistas, piratas de la Ley y el Orden,
los falsos académicos, parásitos,
místicos, payasos, demagogos,
todos escupen, esquilman,
truenan contra los poderes productivos
del trabajo y los derechos naturales
de las naciones.

¡Cuidado: ya ha llegado el niño
del garrote y, a sus pies, la economía precisa
del sustento, la alegría de la mujer de nuestra carne;
el mundo de mentiras y capital ficticio
y progreso sin cimientos, ha sido condenado
heroicamente, y la humanidad
se ha vestido de piel salvaje y ruge!

7-2-1984

Heideggerianas (1)
*

Pascual Cervera / 1898

La libertad la tenemos dentro de nosotros mismos,
no son graciosas concesiones de las leyes:
Angel Ganivet

Pascual Cervera con su pluma
sella el naufragio.
Es el último barco de la flota
y, escuadra hundida a gringos cañonazos
en la Costa de Santiago.
¡Qué asfixia vieja y rancia!

Otra infierno, su guerra del '98,
cuando todo muere aquí,
por enésima vez,
como si todos
vestidos de soldados y almirantes,
de marqueses heroicos en la burla
madrugaran como reos del Nuevo Imperio,
el Aguila de Cleveland, Harrison, McKinley,
en destino manifiesto del escarnio.
Esta es la historia final y somos responsables
y, si bien nos han rendido, somos ella.

¿Sobre cuál fundamento iremos a mirar
las llagas de este hombre, España?

12-3-1977

*
En esta guerrilla

En esta guerrilla contra milicos caninos,
adicto al gesto retorcido
y el dióxido carbónico,
la compasión nos mira de reojo.
La Clomi nos sonríe desde la sombra
y el payaso de la noche, nos inyecta
con zumbidos su gesto de mimo
mudo de Pramina.

Es que somos como perro y gatos
con este pran pran de viejas cuitas
y la noche y el día como bonzos
se benziman, se diazepian
se glucosan,
se suicidan.

12-4-1992

*
43. Ayer llegaste

Ayer llegaste con el golpe del Eter
porque murió en el puerto
el contramaestre de muralla.
Mi pueblo fue feliz.

Bebieron y bailaron en la noche
y sacaron un coral lleno de ojos
que parecía tu esqueleto
o el árbol de la muerte.

Habría jurado que eras tú,
calcáreo pájaro del fondo del olvido,
tú, animal de corajina que te secaste
como un reptil del Erebo,
deformado por el Caos y las Tinieblas.

Pero no eras tú.
Fue el censor que dijo al navegante:
Echate a las aguas del cenote
y muere con las manos vacías.

¡No eras tú, sino la mano mucílaga
en el lagar, el trago amargo
de tantas lunas tristes en Usumacinta.

Yo estuve allí viéndolo todo,
uno más con la tristeza de su pueblo.
Quería morir ebrio de plenilunio.

9-16-1979

*

La Santina

La Vírgen se cubrió la cara.
La sangre avanza por afluentes.
Corre de Dobra a Ceres,
en su tercio de fuerza humedecida,
en los veintres clavada,
por el fuego de la aldea, lamida.

En Covadonga se asoma por testigo
una niña del campo, flor perdida,
y el aroma lo llevará en sus ojos
y el tallo de una flecha como rayo.

Ella, con voz apagada, temerosa,
dijo su nombre a un moribundo
que a su paso se hallara: Santina.
Tras un árbol de tarache, al que llaman
los cristianos, tamarindo, ha visto
el combate y llora, la virgen es
que cubre su rostro puro y llora.

Se están matando los hombres
que habitaron el vientre inocente
de la madrugada, se va menguando
el poder del moro Alcana.
Don Pelayo es el caudillo de Castilla.
A su alcolea, se irá. Este es su triunfo.
También él vio a la intrusa y preguntó:
¿Es la ninfa más dulce que las flores,
se sentirá vulnerable
en el valle de la muerte?


Ella cerró los ojos a un moro chinchoso
que gemía e hizo que la media luna
boqueara su suspiro y se escuchó
el trueno del súbito sosiego.
Santina huyó por el ruidajo,
miró al cielo con gesto inolvidable...
y la pólvora que hediera se fue
con la sangre y la agonía.
Y el residuo de 20,000 tropas rivales
también huyó, desvanecido
como el relámpago que se metió en los ojos
de Santina y, es un milagro,
En Covadonga llovizna dulcemente.
Don Pelayo se lleva este recuerdo,
victorioso, y aún pregunta:
¿dónde se fue la niña?

5-1-81

*

Los 69

Sensenta y nueve de cada cien mil jóvenes
de San Francisco rezan por sus vidas.
La Santa Bala fue una herida
en la virginal textura de los mozos tatuajes
y alegrías de pandilla.

Visitó el templo de sus cuerpos
como visitante predecible y diminuta
una bala, utensilio sacro de la hombría
y el santo mal de la bronca, el lucro
despiado que no rinde al progreso,
sin el rap de muerte al moribundo.

Es que sin pistola no hay bautizo citadino.
Es que sin revólver o cuchillo
no se dice soy sabio en la búsqueda
del pan y el beneficio.
En esta tierra de ilusiones y complejos
hay que tener estilo y tronar,
ah que no, pistolita?
y ser joven es sólo anticiparse a la ocasión
de consagrar la ostia y desangrar el aliento.

Bendito sea la calle desde la sala de emergencia,
aquí que se ve el Cielo
desde una cama, tendido,
con el vino del suero
en las venas o en los labios.

Aquí se aprende a rezar
y a despedirse y se observa el dolor
del tamaño de la Santa Bala
que se jala con pinzas y escalpelos.

3-9-2002

*

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