Wednesday, February 04, 2009

31. El viaje y el norte


Deja en el Norte oscuro tu lástima,
tus penares sociales, tus pasiones de bestia,
no arreglarás el mundo, tu corazón es prioritario.
Arréglate tú. Deja la amarga dulzura diabética
en el rincón; la piel doliente del cáncer
que se disuelva en fuego; no la traigas metida
en un morral y me la saques en cara.
Al estrés mátalo a palos en tu propio descanso;
en tus ratos libres, echa a las alcantarilla
tus lamentos y tira la líbido de tus placeres frívolos
al tubo, no sufras por ninguna mujer,
no codicies lo que no te alimenta ni crece
para tu dicha; no confundas egoísmo con la fatua bondad,
con hipócrita desprecio por tí; deja que los peces furtivos
que fluyan a la mar y no bebas aguas de Mara,
aunque tenga sed; en el Gran Océano la Maya
sabe lo que pudre, o a lo que transforma en nueva vida.

Tú no seas juez de la Muerte, a quien sí sabe
la justicia de morir, de transformar, de crear
sobre el cadáver de tu pena y otras penas
y las perturbaciones cósmicas de tu mundo
y otros mundos; tú sé un viajero,
mi más dulce pescador; tú mira la noche
en el Norte porque allí envió la Estrella
para que vengas a Oriente, donde nace la Luz.

32.

¿A quién quisiste que triunfara sobre ti?
¿A quien te dice, como yo, que tu historia es efímera
y tu mundo también, a quien te dice: «Tu cáncer
como todo se acaba», tu caos en algún punto
engendrará su orden y el orden engendra el caos?
¿A quién quisiste que triunfara sobre tí,
a quien te dijo: «Nosotros», o a quien priorizó el Yo
y siempre Yo, tú dividido en Yo, tú sin Unidad en Mí?

¿Quién te sacó de la moderación que he amado en ti?
¿Quién el que dice que auto-restringirse es
que me olvides y desobedezcas cuando te digo:
«Basta»; quién te dio el puñal con que piensas
en herir y matar la gangrena con tus manos?
¿Quién que te pide que des puños a la pared
y coces al aguijón? ... y todo por un poquito de dolor
que no resistes, por quedar, por viejos hábitos,
creyéndote el más fuerte, tu propio redentor?

Tú, espectro de redentor de mundo,
socialista y anárquico,
bondadoso en camisa de once varas
y harapos de chepecherepe, apréndelo ya:
El orden de tu mundo engendra el caos;
pero mi Dolor de Caos es parto del Orden
y mi Nosotros es Humanidad Nueva,
porque doy la Estrella para que vengas a Oriente
y la pongo en el Norte para que sea tu triunfo
y te doy la Rosa Blanca de mi beso
para que estés a salvo de las cadenas de Ayin.
Te doy la Tormenta, pero, en el centro te pongo,
donde el ojo del huracán es calma y refugio seguro.

Cuando ya estés conmigo comprenderas
que sin la Muerte no puede haber
nada nuevo en el mundo.

Comprenderás que yo soy la Verdadera
Boca de Peh y que con mi boca condeno
las ciudades, tiro las torres
del error y la injusticia
en tu mundo de arcilla,
en tu morral de polvo.

Al fuerte pongo la Corona, tú aún eres cobarde
(por un dolor de muelas), menosprecias
el relámpago de vida que se metió
en tu cuerpo, tu cuerpo Amigo,
tu cuerpo que necesita de Nosotros.


De El libro de la amistad y el amor

1 comment:

.:Maika:. said...

El órden engendra caos...me gusta como suena eso ¿sabes? quizás porque siento que es muy adecuado; quizás debemos soltar las riendas que hemos estado asiendo; deberíamos salir del estatismo y sonreir ausente; y ser...simplemente.

Carlos, has abierto una enorme herida en mi alma; no consigo aceptar a este mundo sin tí, no puedo, te has vuelto imprescindible para mi, en un juego que se desdibuja entre guía y amistad.

Noi puedo ser objetiva en esto, solo diré que lo que sea que exista como nexo, ha sido harto disfrutable y deseo con el alma que este malestar humano sea pasajero. Como sea, jamás te soltaré...siempre estaré aquí, da igual el cuerpo.