Friday, April 09, 2010

Mi amigo maldito



A mi tocayo, el Padre espiritual
del decadentismo y Conde de Deti


1.

Arrière la muse académique! Je n'ai que faire de cette vieille bégueule. J'invoque la muse familière, la citadine, la vivante, pour qu'elle m'aide à chanter les bons chiens, les pauvres chiens, les chiens crottés, ceux-là que chacun écarte, comme pestiférés et pouilleux, excepté le pauvre dont ils sont les associés, et le poète qui les regarde d'un oeil fraternel: Les bons chiens, Charles Baudelaire

Atrás la musa académica! Nada quiero con semejante vieja gazmoña. Invoco a la musa familiar, a la ciudadana, a la viva, para que me ayude a cantar a los perros buenos, a los pobres perros, a los perros sucios, a los que todos echan, como a pestíferos y piojosos, excepto el pobre con quien se han asociado y el poeta que los mira con ojos fraternos. Los perros buenos, Carlos Baudelaire

El me enseñó porque yo le traje conmigo,
siempre en la mochila, o agarrado de mi asueto.
A menudo, él estuvo conmigo diciéndome
que el mundo es muy grosero, hipócrita,
que puede ser tan aburrido que te angustie.

Desde mi mochila, me fue susurrando
el gozo de lo elevado, tenía su gesto romántico
y amor al perro bueno.

Tenía una voz de dandy triste, ¡ay, Carlos,
casi mi alter-ego! es el profeta de espíritu nuevo,
¿quién como tú sobreabundas con consciencia del mal?
Te dejo en la mochila solo, gimiendo tus odios de niño,
porque ya estás borracho, dispuesto a drogarte
en la misma mesa y me acompañas.

No quiero que te miren refeo.
Ni que pidas, importunamente, por borracho,
sexo con las meseras... pero eres fiel, yo necesito
al hermano como tú, unas musas de las tuyas
para que sean mi alter-ego, a tí para que me instruya
en la belleza propia de lo inesperado, lo irregular,
lo que causa el estupor ajeno y la sorpresa mía.

Tú sabes disfrutar con todo ésto, alma de diablo tienes,
porque para tí hay tres demonios necesarios:
el respetable Guerrero,
el Sacerdote,
el Poeta,
y quieres que yo tenga la destreza de los tres
en este mundo moderno, domesticado y mediocre.
Que sepa cómo matar, mentir nietzcheanamente,
que sepa cómo dar vida y mirar en el horror cotidiano.

2.

Le Poète est semblable au prince des nuées
Qui hante la tempête et se rit de l’archer: L’Albatros, Charles Baudelaire

Tu sais bien, ô Satan, patron de ma détresse,
Que je n'allais pas là pour répandre un vain pleur: Charles Baudelaire

Epilogue,

Ahora me hablas desde el cuaderno
al que puse tu nombre, donde apunto tus frases:
Que viajas tú por el Tedio, me dices,
que todo es Spleen de complicidad
pero hay que ser Satán si nos queremos
perfecta y admirablemente masculinos,
perfectamente hermosos como el diablo
descrito por Milton; ¿dónde satisfacer el amor,
la pasión de infinito, si no somos como él,
satanes encarnados, viciosos empedernidos
viciosos, pero no malvados. Eso es lo inexcusable.

Si anhelas ser sabio mejor es que sepas que lo eres.
No seas perverso, Carlos, y dále aristocracia
a tu deseo, a tus placeres, disfruta, Carlos,
como el guerrero que mata y no se angustia.
Es su trabajo. Van a llamarlo héroe y ponerle rangos.

«¡Ah no! No creo que yo sirva para eso», le digo.
Desde una hoja del cuaderno, ahora me dice.
«Entonces, sé como el Sacerdote
Ama, pero recuerda que el amor es un crimen
y no puede realizarse sin cómplice; el sacerdote
mata su yo, como el amor que se olvida de sí
en carne extraña, y apuñala con lujuria
y se satisface con la ajena necesidad».
«¡Ah no! No creo que yo sirva para eso!
Yo no sé cómo olvidarme de mi yo».

Entonces, no te queda otro remedio, me dijo:
«Tienes que ser un Poeta».
El poeta da vida.
No juega con ese espantoso oficio del amor
en el cual es preciso que uno pierda ante el cómplice
y se olvide de sí mismo y se empute por delirio
y pasión con otra carne. «Tienes que ser un Poeta».
Sé uno más allá del naturalismo y el sentido común,
sé inmoral e irónico, me dijo, porque la poesía
es, en su esencia, prostitución.
No quiere imitar nada de la moral burguesa.
Ella define en sus propios términos el fruto y llama estéril
lo que meramente imita, lo que en la vagina
de la Naturaleza, sin mínimo esfuerzo, se regala.
Lo que no tiene un resuello de viento
con alas de locura.


El poeta es un creador de vida.
El puede ser él msmo, no vender su yo
y él puede ser otro, inventarse como tú
el alter-ego, qué privilegio es ser poeta y tan pocos
que hay. No hay muchos, Carlos. En tu mundo de rimeros,
los payasos no saben que lo son y, ¿sabes?
también escasean los Sacerdotes.
Ya no convencen a nadie de cosas fabulosas,
ya no saben ni fingir los milagros, ya entre ellos
y un vulgo depravado, hay pocas diferencias,
quizás una sotana de por medio.


3.

We are all born marked for evil: Charles Baudelaire

No me escondas más en la mochila,
Carlos, junto a otros libros que me asquean.
Si de veras me amas, te diviertes conmigo,
pónme en la luz, porque si soy vicioso,
vicioso irreprochablemente, lo soy por necesidad.
La belleza en que creo del infierno vino
y me marcó. Todos hemos sido marcados,
uno más que otros, con las flores del mal.
Si vas a ser Poeta, véte viendo maldito desde ya.
Si te llega a querer la burguesía, estás echando muerte
al mundo, no estarás creando vida ni valores nuevos.
Prepárate para el desprecio de la sociedad.
Pónle pecho a la soledad que ha de venir.
Es tu propia aristocracia y tu ética lo que te aislará.
Tu astucia profunda de zorro será tu distancia
y tu celda en los afectos de la modernidad.
Seguro que no has de vivir resignado y oprimido,
entonces, embriágate con el vino de la poesía,
tu vino que nadie lo contamina, y qué bueno
que seas Poeta, Carlos, no tendrás que consentir
a que el Estado o el Príncipe sea quien te juzgue
y aún menos que te decore la estúpida burguesía
o sus lacayos sabihondos, apestosos a mierda
de mediocridad; el poeta es un aristócrata definido
desde sí, no por la monarquía, no por la democracia,
menos por los tiranos, a los que besan el culo
multitud de papanatas; si has de ser valioso
y creador, sé santo y valioso,
no por nadie.
sólo por tí.

Ahora sácame de la mochila, Carlos, sácame.
Voy a garabatear unos versos sólo para tí.

4.

Even if it were proven that God didn't exist,
Religion would still be Saintly and Divine:
Charles Baudelaire

No seas esclavo de nadie.
Sólo Dios puede obligarte a ser esclavo.
«Dios es el único ser que para reinar no tuvo
ni siquiera necesidad de existir».
Piensa que Dios no existe y, si existe, que primero
te lo pruebe y te arranque tu lugar.
Posiblemente, no lo hará si es un poeta como tú.
Hay muchas clases de belleza; tú busca la que mejor
te cuadre; si te gusta la belleza de mujer
verás que son deliciosamente sensuales
y que su belleza es diabólica; toda mujer
es un ángel caído y al acecho;
a los ángeles femíneos yo les pago.
Las putas no cingan por centaverías
cuando están en el esplendor de su belleza.
No debo decirte ésto. Busca por tu cuenta y sin mí
el tipo de belleza que te plazca: íntima belleza,
espiritualidad, color, anhelo de infinito.
Sueña. La inmortalidad existe y es un más allá,
que el presente de la vida no revela,
y da mucha sed e inquietud.

Para que no te martirice o te devore el tiempo,
embriágate, «sin cesar, con vino, poesía o virtud»
y a vuestra guisa, hermano mío.

Y si me escucharas, cuando estés tan triste
como yo, que lloro a solas, recuerda
que hay derechos del hombre aún no escritos:
«el derecho al desorden y el derecho a marcharse».
El derecho a la inmortalidad.

5.

Sexuality is the lyricism of the masses:
Charles Baudelaire

Te he sacado a pasear, sin collarín al cuello
y confiado en tu voz de perro bueno, y me has traído
tu conducta favorita, chulear a las rameras.
Es que ellas son tan simples que te encantan.
No importa gastar con ellas a raudales.

Tú fuíste quien lo dijiste:
La Naturaleza tiene una voz interna de egoísmo,
un interés propio, prostituto, todo lo que es simple
quita, roba, mata, engaña, arrasa. Y la vida natural
es un hospital de locos; sólo se antoja ir saltando
de cama en cama y la enfermedad no se va
ni la locura se quita.

¿Con qué sortileguo evocativo de lenguaje
te diré, Baudelaire, que no está bien que escandalices
mi mesa con tus putas, si yo comprendo
que hay un sueño de amor que no se calma
arrancando tu dolor de niño de los posesivos
senos de tu madre? ¿Quién soy para eregirme
en árbitro que dicte tu sentimiento del Tiempo
cuando te duele el tedio y querer olvidarlo
es vomo un naufragio, o una pesadilla?

6.

Our religion is itself profoundly sad, a religion of universal anguish, and one which, because of its very catholicity, grants full liberty to the individual and asks no better than to be celebrated in each man's own language, so long as he knows anguish and is a painter: Charles Baudelaire

Me gusta ver tus ojos como la cola de un perro agradecido.
Ellas han comenzado a bailar. Y tú a filosofar
sobre el misterio escondido que la música tiene.
Verlas bailar, me dices, así de putas y exhibicionistas
como son, tiene mérito: «Danzar es la poesía
que se hilvana con los brazos y las piernas».
«Déjalas que bailen un rato más para nosotros»,
me dices. «No las corras. No seas
el aguafiesta. Te comportas como un ministro».
Saca esa libreta enorme donde pintas
en carbón rostros ajenos,
pinta la escena de mis putas bailando
el disco que se antojan
de la rocola y echa conmigo
un grito de macho mexicano,
un gran Ajuyyyy,
yo lo hice y grité mantras ruidosos en Calcuta.
Como tú, en aras de lo exótico,
no por buscar un Buda, me paseé por la India.

Déjame ser, por lo menos, este día
el piojoso y bravo perro fuera de tu mochila,
un libro orgullosamente exhibido
como una flor del mal que ofenda al mundo.

Es mi cumpleaños, ¿sabías?
Celebro la adquisición de mi sífilis.
Festejo que aún tengo dinero
y este apetito de derroche.
Carlos, tocayo, exaltemos
juntos el Alter-Ego.

01-09-2000 / Del libro inédito Estéticas mostrencas y vitales

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Carlos López Dzur: Entre la narrativa y la poesía / Tres símbolos vivientes: Collen LaRose, Charlie Dent y Lars Vilks / En el Bicentenario de la Independencia Mexicana / La tertulia de La Central / Novalis: La Religión del amor; en La Voz de la Palabra / El libro de la amistad y el amor / Sobre las Partidas Sediciosas . Narrativas del Yo Cesativo / Entre la narrativa y la poesía

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