La isla de este ser y los vecinos
Obsérvanos otra vez porque por gravedad
nos trajeron a la isla, a este ser que fue la muerte
y aún será para Ella, para tí.
Otra ella nos cohabita dulcemente.
El altar no está remozado a tu capricho.
Ella lita con ojos fijos, temporizados,
secuencialmente diestros.
Hay sospechosas costumbres que no son tuyas
ni de tus días sombríos.Con jabalcones
que sostienen sus manos,
hay nuevos tendidos de tejas y semillas.
9-16-1980 / El hombre extendido
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