Wednesday, May 07, 2014

El viaje / Del libro YO SOY LA MUERTE

 
 
El viaje
«...alejar los que viven en esta vida, del estado de
miseria y conducirlos a un estado de felicidad»:
Dante Allihieri, El Paraíso (Ep., XIII, 15). 

Por anhelo de Paraíso es que muero,
por ver tales portales tan dichosos
y cómo mi barca llegará
y dejaría de ensoñar con reinos ultramundanos...

que cuelgan de cesativos abismos
y tragan lo que no tengo
y lo que busco.

¡Ay! amigo Dante, hermano,
si yo tuve y quise mi mundo.
Maljut, última de las diez esferas.
cosmos emotivo y final dentro de lo Creado,
¿por qué viajaría a los abismos de la culpa
y del pecado, si me place ascender
a la cima, vencer a la montaña
que llamaste Purgatorio
del Paraíso terrestre, vencerla
con el olvido de lo egoico
y la renovación de mi alma?

Háblame, Dante, sobre la acción purificadora
de las aguas del Leteo y del Eunoé.
Descríbeme el umbral del misterio divino.
Que pronto subiré a una barca, y me darán
el viaje, porque no quise el portal de la sombra
de la muerte ni el portal de lágrimas,
y pregunté si es en portal de justicia,
que hallaré a la hija de los poderosos,
a su jardín, el Edén, a la madre inferior
que pariera mis huesos, a Malká (mi reina),
a Kalá (mi novia),
a la Virgen... Voy buscando el Altar
de doble cubo, la cruz de brazos iguales,
el círculo mágico, donde tantrizo mi pena
y el triángulo de evocación,
donde me paro en firme y magestuosamente.
Por anhelo de Paraíso es que muero,
por ver estos portales y cómo mi barca
al fin arriba y me recoge.

2.

«Este es el pórtico hacia Dios, los justos
van a entrar a través de él»: Salmos 118:20

Para la Barca que va a la gloria
y recibe el Bendito seas,
marcadas han sido las puertas de la luz.
Navegan desde el portal de maljut
con su flujo hacia el Puerto.
Bendito quien «recibe el yugo
del reino de los cielos».
Para aspirante a ascender a las sefirot de gloria, el agua fluye del piso
de Maljut y va con ashim,
con las almas de fuego, y Thánathos
los toca con su leve vaho y dice
el candidato, yo sueño,
o me toca con sus dedos Hipnos,
el hermano gemelo, la Muerte.
Y según me alejo de la Tierra veo:
620 pilares, como luces encendidas
a mi paso, y ya no hay oscuridad
a la que tema...

 No hay dominios de Keres, amantes
de la sangre: Keres, asiduas a campo de batalla.
No hay premura escalofriante ni sed provocada
por Hades, señor de las finitudes.

3.

En un río que desconozco, Apolo
purificará mi sangre, mi cuerpo untará
con ambrosía, y veré a mi ángel
que ordena: «No vestirá como inmortal.
Se llevará a su tierra, tan prestamente
como pueda cumplirse tal orden
dada a Hipnos o Tánatos».

A Tánatos lo vi ya. Es un joven barbado
y lleva una mariposa, la Monarca
que adquirió en Guadalajara
y tal vez una antorcha invertida
o una luciérnaga en sus manos.
No sé, por causa de la bruma si tiene
de veras dos alas; pero vi su espada
sujeta al cinturón, aunque la cubre
una túnica y su manto.

«¿Para qué andas armado?
¿Hay rencillas y guerras en los Pozos
del abismo?», pregunté. Espada es de Geburáh,
Llevarla es mi mandato severo del quinto sefirot
y mi planeta es Marte, esfera de la voluntad,
severidad y fuerza,
custodio soy de la resurrección de los difuntos
y obedezco a la muerte que alza su cabeza
como la gran serpiente Alehisebenech,
compañera de Alh, serpiente que alza su cabeza
sobre Chesed. Y contiene la fuerza,
el juicio, el poder y el ocultamiento.

Cuando se abandona, la lucha de la vida,
saco la espada y con rigor reprendo
a mis amados. Con espada descabezo
el deseo. No permito que ninguno dquiera
fijarse a la aquiescencia confornista
y dormirse en su tumba. No doy tregua.
Celo esta tarea: madrugar a vida.

22-7-2005 / CARLOS LOPEZ DZUR

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