Lola, la impaciente

Impaciencia vestida de fe es la tristeza de Lola.
Es andrajo de mendigos que esperan
y concluyen «Eres inütil, clamor.
Nadie responde. Ninguno hay que oiga».

Tómala en cuenta, Sustentador,
si díste la tierra pura y fértil y su raíz
se secó. Mira sus hojitas marchitas.
Mira que Lola gime. Desespera por Ti.

Se escondió del sol y no se alimenta.
Mira que tiene prisa de morir.
Tómala en cuenta porque el árbol llora
con ella el desamparo, recibe el trato ecológico
de las vibras amargas, el aguijón de los astros errantes;
pero te quiso y por fe acudió a Tí, ella
más golpeada que otros, tóxicamente herida
de sal, Lola vulnerable y pordiosera.

Creyó que eres dulzura que a los labios humedece
como el beso; rocío sobre el pétalo de hiel.
Déjala creer un poco más en que vendrás.
No la dejes morir. Su tristeza es impaciencia vestida
aún por tu fe; pero su árbol, de hastío.
Encima de su amargura aún no le sirve
el ropaje que tú das, remedio eterno.

Ella se viste de palabras
cuando aún no se ha desvestido su tormento.
Tómala en cuenta, Sustentador.
Abre la fosa a la angustia que la aturde.
Désnudala de una vez y házle el amor.

Confírnale la nutrición que das;
dále al fin fruto. Préñala. Renueva su raíz.
Mira que no es perversa quien,
aún en su impaciencia, te bendice
y a tu esperanza invoca como la tierra dulce.

Yo la comprendo.
Lola se cansó de esperar.
la tierra húmeda y feraz.

13-02-2000 / De El hombre extendido

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Las esperanzas (1 al 5)

1.

No es gratuita la fe.
Su sustancia al alma viene con olfato.
Su proceso es la tarea de los signos,
el trabajo en las huellas, el instinto salvador.
Soy el descifrante de sus símbolos.
Soy el poeta de su abrazo,
el lector de su misterio.
Cinco dígitos de esperanza pongo yo.
Otros cinco, la divinidad.

2.

El día siguiente a la noche cerrada y, cuando viene el tiempo,
Maduran hasta los más tardíos frutos: F. von Schiller

¿Qué comunica realmente la esperanza?
No una duda. No. Un apetito sublime,
la añoranza, algo más sólido que una vaga ilusión.
El pie ante la Puerta de Dalet, la expectativa
de una concesión. Un ansia viva.
El optimismo en el umbral del Dar.
La bienvenida en los abiertos pórticos
de la generosidad. La esperanza enaltece
aunque humilde parezca, la profunda ambición.

16-03-1998

3.

Como hilo de Ariadne eres.
Hebra de luz, voz dulce en la niebla espesa
de los días. Sólo con ojos finos se te ve.
Sólo con olfato agudo es clara la huella
de tu anhelo, protección.
Animal de presa soy sin tí.
Devoto a la nada es el temor.
Misericordia tu rumbo ante mí.
Por seguirte abro brechas en tu fe.
Si sobrevivo será gracias a tí.

18-03-1998

4.

¿Qué es el animal de presa sino el ser destituído,
alma sin fe, ente perseguido? ¿Qué esperanza.
ninguna, sujeta a la criatura acosada
al justo bien si tendrá para sí tan sólo encrucijadas
y el hostigador que lo vigila y lo caza?
¿A quién clamará en su hambre de vigores
si no dijera: «¡Socorro!, ancla de esperanza,
dáme tu senda, líbrame del peligro del exterminador».

5.

Hope is itself a species of happiness,
and perhaps, the chief happiness
which the world affords: Samuel Johnson

A la tumba llevaré seguramente mis esperanzas.
Esto, de por sí, es bastante riqueza, placentero cimiento.
Es raíz memorable de mis méritos, chemin agréable,
mi segunda alma en la terrestre senda y yo la entregaré,
son posibilidades. Han de ser pesadas en balanza.
Acataré su peso y su medida. A las almas se pesan.
Sabré al fin cuánto valen, en justicia, mis sueños.

14-03-1998 / El hombre extendido

El pordiosero (14)

Todos tenemos algo que aportar
para que el mundo sea mejor, amigo mío.
A todos nos fue dado el poder de sonreir
cada mañana o el intentar hacerlo. Tú sonríe
con la convicción de
que no ha de costarte un céntimo
y con ello derramas más confianza
a la virtud del mundo
desde la fuente de tus labios.

Y si puedes, con lo mejor que sepas
que en tí existe, espanta las penas, ríe
porque Baubo estuvo en tu cuna
sacando la risa al estado parturiento
de tu madre doliente.

Ríe ... que es la misma sonrisa,
ya devuelta a tí por lo desprevenido.
O la rutina festiva del ridículo.
Aprecia la belleza.
No es tan bello tu espacio de periódicos viejos,
tu camastro y cochinas frazadas
que acarician el piso y lamen al cemento,
pero observa aquel gesto: una mujer
que aún no abre los ojos, arropándolo, protege
del frío su hijito; díme si no hay ternura igual.
Ella es lo bello. Hermoso es cada gesto protectivo.

Mira a esos jóvenes con los cuerpos,
aún sanos, hermosos como Dios los hizo,
ámalos con el pensamiento.
Un pensamiento que templado,
en secreto, convide: ábranse paso
entre los no postrados, iluminado sea
con buena voluntad y vibra de energía
el camino prospectivo que les saca del ghetto
del desamparado; suerte, muchachos.
Acércate a cualquier árbol. Cuéntale
de manantiales que hayas conocido.
Invoca ante ello lo natural que es puro.
Los árboles son bellos todavía
y en sus ramas anidan inocentes pajarillos
y la dulce canción de su alegría.
Aprecia la belleza, pordiosero.
No te empobrecerá quererla un poco
para que sea tu consuelo.

No envidies. Más bien, respeta al exitoso
y al que es inteligente y lucha disciplinadamente
porque su misericordia, si te consta,
también será reconocida. Te traerá bendiciones.
Busca lo mejor en los demás. No juzgues
porque, al que juzga viene su ocasión
de ser avergonzado y mérito tiene
el que no quita su afecto
ni desmerece al prójimo.

Bendito es quien ante la puerta de Dalet es respetuoso
aunque no tenga nada. Y sea el más pobre
entre los pobres, pordiosero.

4-09-2000 / El hombre extendido

http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-sociopoliticos/149837-tres-consejos.html#post1450271

http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-sociopoliticos/160398-consejos-de-susan-sontag.html