Sunday, August 22, 2010

Sequoyah Virtual No. 66, Temario y Colaboradores




Cuadro de José Gutiérrez Solana (1886-1945). Unamuno


Estimados lectores y colaboradores:

La revista
Sequoyah Virtual ha actualizado sus números. El temario y colaboradores del número 66 incluye:

CONTENIDO 66


Olivier Herrería Marín
Textos y poemas / Frags.

Gabriela Mistral
Decálogo del artista

Ana Lucia Montoya Rendón
En humilde coloquio con un divino
Propongo, Dispongo y D/vago

Felipe Giménez
Lecciones sobre Unamuno (1864-1936) / Frag.
La intrahistoria, el conocimiento y la agresividad

Miguel de Unamuno
Vendrá la noche / poema

Carlos López Dzur
La creencia que vale
La fe que me gusta
La esencia de la verdad
Frag. De la abundancia, la vida y la fe

Ramón Aprendiz Fontanero
Mística

Julia del Prado
Humo / microrrelato

Josemanuel Maldonado Beltrán
Al filo de babel

Fanny G. Jaretón
Inmortal
De qué
Anverso

Como revista de difusión cultural, está abierta a colaboradores de poetas, cuentistas y ensayistas. Enviar sus trabajos a:

Saturday, August 21, 2010

Nuevo Sequoyah 65: Temas y colaboradores




A nuestros lectores:

La revista
Sequoyah Virtual presenta su edición 65.

El
Contenido 65 es el siguiente:

Eric French Monge
Entrevista a Noam Chomsky: «La participación directa en la creatividad»

Antonio Machado
El crimen fue en Granada (I, II,iIII)

Alberto Guzmán Lavenant
Sin título

Enrique González-Manet
La guerra de los idiomas

Alfredo Villanueva Collado
A la manera de Alejandro Fernández
Este momento

Carlos Drummond de Andrade
Consejos para los Poetas

Carlos López Dzur
El irse-resolviendo-avanzando de la pepinianidad: Enfoque heideggeriano
Los sueños de Gabriel del Río, 1826-1830

Jorge Luis Estrella
CUÁNTO

Wislawa Szymborska
La habitación del suicida

Ignacio Giancaspro
Creo que fue en Nínive

Francisco Alberty Orona
Añoranzas

Carmelo Aponte Feliciano
Canto aranguacó al Pepino

Isabel Cristina Murrieta López
Frags. Embeleso

ANTIBLOG SACRILEGO

Abierta a colaboraciones en cuento, ensayo y poesía. Coordinador: Carlos López Dzur, enviar textos:
baudelaire1998@yahoo.com.

Gracias por leer y colaborar.

ATT. CARLOS

___

1,020 millones de hambrientos / Hambre / La Guía que falsea los '60s / La posmodernidad: vivir el presente / La Naranja / Orange Cty / Fanny Jaretón / Mandala de poesía / Mario Benedetti: Periódico Nuevo Enfoque / Carlos López Dzur, poeta: Rebeldía con esperanza / La Naranja de OC

Friday, August 20, 2010

Nuevo Sequoyah: Temas y colaboradores




A nuestros lectores:

La revista
Sequoyah Virtual presenta su edición 64.

El
Contenido 64 es el siguiente:

Carmen Siguenza
Adán y Eva según de Mark Twain

Rubén Eduardo Gómez
La poesía despierta

Crucificciones / Libro de cuentos de Eduardo Vera

Néstor Merigo
A Amalia Rodríguez

Jaime Sabines
Adán y Eva

Manuel Cubero Urbano
La Lola: Un mito flamenco

Liliana Varela
Abrázame fuerte

Carlos López Dzur
La visión de Eva en un poema de Norma Segades

Fanny G. Jaretón
Permanencia
Demográfico
Gematices

Emilio Medina Muñoz
Para ella
¿Por qué?

Isabel Cristina Murrieta
Mejicana


Abierta a colaboraciones en cuento, ensayo y poesía. Coordinador: Carlos López Dzur, enviar textos: baudelaire1998@yahoo.com.

Gracias por leer y colaborar.

___

Esencia epocal, añoranza y existencia / La ética originaria en el localismo de la aldea y la Feliz Incomprensión / Presencialidad de lo Dionisíaco vs. Teatralidad / Continuación / Lo pintoresco, la potenciación del lenguaje, la etnia y el paisaje

Wednesday, August 18, 2010

De Trece en Trece: En torno a tus poemas, Fanny (3)



Previo (2)

De Trece en Trece: En torno a tus poemas, Fanny (2)


Previo / 1.

4. En este apartado cuarto, sacaré inferencias de un grupo de poemas («D'ejad», «Inverdadero», «Que te sacará», «Carnesí», «Caballo de-amar» y «El lecho»). De los primeros poemas comentados, me interesó la actitud de humildad, separación atencional y dulzura con que escribes, cómo te despides del torbellino o ruido del mundo y recoges lo sagrado, cómo recibes la irrupción del mensajero, cómo avanzas-hacia la altura del frío, hacia lejanías, en aras de la calidez y la «cura».

Me gusta el giro que das a un.adagio popular. En el mundo de la profanidad, «el que a hierro mata, a hierro muere». En tu ascenso de «Fredor»: «Si a hielo matas a hielo he de curarme». El viaje hacia el «D'ejad», o la unicidad de Dios, único cielo, el viaje que nos aparta de las antojadizas jerarquías de los incrédulos, es uno de recapacitación. De transformación: Arcano 13. Se querrá un conocimiento seminal («del bien sepultar por la semilla / que mira lo material por debajo del alma»). Buscar la raíz del Alma, en lo recóndito, es también recibir luz secreta. Sub-divo, de bajo del Cielo, en el ahora del alma.

Esta dinámica metafórica de lo que separa y oculta está presente en todos los poemas. En lo que es Uno (como integración de todos los componentes), algunas cosas aparecerán como ocultas y separadas. No todos son capaces de percibirlas. El incrédulo de lo oculto vive de la cintura para abajo, no mira hacia las alturas ni hacia otras perspectivas; pero, el buen sepultador y sembrador sabe lo mismo que el incrédulo que mira hacia lo abajo (lo material); pero también, muy acuciosa y curiosamente, distinto al incrédulo, mirar debajo / arriba / dentro / del alma.

Y, ¿qué es el alma sino una chispa / porción de luz / de la unicidad ('d'ejad'), energía que proviene de algo menos obvio que la semilla. Esta sabiduría primordial del alma fluye de una fuente escondida.

D' ÈJAD

En la Tierra de nadie existen reclamos
de los que todo quieren.
Garrapiña para ese Hommo, creyente
de la incredulidad de los que viven
de la cintura para abajo.
AH! del bien sepultar por la semilla
que mira lo material por debajo del alma.

Cada dios crea su propia Jerarquía
sin querer saber que el cielo es del Uno.

[* Ejad= Uno]

Este conocimiento (sobre el «buen sepultar» / sembrar la semilla) es también sobre el «Misterio del Amor» que nada excluye. El amor, así descrito, incluye dolor y placer, apetencia y cura (satisfacción de la necesidad), puertas de salida y entrada, procesos de ascenso y descenso. Nuestras puertas de entrada y salida a este conocimiento son lo sentidos (Olfato, Vista, Oír, Gusto / Sabor, Tacto). Después de la Caída, el conocimiento a buscarse, el que ha de ser necesario, llevará a la calidez, la exaltación del amor y la cura de cuanto concierna a la vida.

El Cuidado / Cura / «Sorge», diría Heidegger, de la vasija de nuestras esencias, puede ser comparado, como sugieres, con un invernadero. O un hospital:

He recorrido el pasillo frío del hospital
de punta a punta.


Tras la caída, somos como pequeñas y frágiles criaturas en un hospital de plantas. El amor es como la metáfora de una flor de invernadero. El paisaje es frío. Falta la vehemencia de una plenitud de vida («calor que todo lo puede»).

Fanny, cuando juegas sonoramente con los significados de «inverdadero» e «invernadero» (metátesis de una «n» por una «d»), logras que se cuaje un comentario en el que yo contextualizaría lo que ocurre en el paisaje afectivo y moral, de la humanidad de hoy. Su percepción de amor está herida, endeblecida de muerte, próxima a una misa de extrema unción. Pero, con el texto Inverdadero, nos informas además que, por fortuna, se está bajo el cuidado de aquellos que brindan por la vida. Estos son los que bien saben sepultar y sembrar. Son quienes entienden el sufrimiento: «También desde el dolor recogeré / al misterio del amor».

INVERDADERO

He recorrido el pasillo frío del hospital
de punta a punta.
ExtremeSer mi filo animal sobre lo humano.
El olfato es la razón que encuentra
la puerta celestial de la Salida.
Amarte con paisaje apasionado
bajo el calor que todo lo puede
es dilatar el Baso de este brindis
por Lejaim / vives sin tanta palabraqueja.

Que al pulmón le insuflamos el Arte;
parados ante esa maravilla
ascendemos por la escalera que nos alza en deseo.

Porque el amor nada excluye.
También desde el dolor recogeré
al misterio del amor.

[Fanny Jaretón

Nos recuerdas, Fanny, un ritual de la tradición judía, el Lejaim. o «brindis que llama por la Vida». Quienes estimulan las condiciones por la vidas compartidas, los que brindan con su «Lejaim», son los mejores curadores o médicos de estos quejosos agonizantes que se hallan en el hospital / como en el invierno de sus existencias / o los fríos pasillos, sin amor saludable y sin deseo. El deseo de amor y el deseo de vida son inseparables.

En este poema Inverdadero presentas, por primera vez, en la secuencia de la colección, la noción de la función del arte en este proceso interno de cura y de adquisición de conocimiento esencial, o Sabiduría. El Arte ayuda a respirar a los agonizantes e incentiva los deseos.

Que al pulmón le insuflamos el Arte;
parados ante esa maravilla
ascendemos por la escalera que nos alza en deseo.

Además el poema presenta a un ser amado, sin nombrarlo por su nombre. Lo va vinculando a la necesidad de cura. En el poema subsiguiente, Que te sacará, vas agregando más informes sobre el sujeto de ese amor. Ese amor, en cuanto símbolo, se relaciona «con la sabiduría primordial (negra u oculta, inconsciente) que fluye de la fuente escondida». [5]

Que te sacará

Un cuervo que te comerá los ojos
alzando el hambre por lo alto nos arrima
a la apetencia que se lleva desde tierra
cuando se baja más allá de lo bajado.
Golpe de arteria mal herida.
La cura es subir por lo burlado.

Todos los cuervos y palomas negras está relacionadas con tal Sabiduría. Como enamorados concretos, si algo tienen en común, es ese amor («hambre por lo alto»), apetencia por la altura, por el «Subir», cuando ya se ha bajado a la tierra y se conoce lo que la tierra ofrece. La tierra que contiene dolor y desafío es descrita como «lo bajado», espacio donde se puede experimentar «lo burlado» y el «golpe de arteria / mal herida». Tan breve poema atrae por el movimiento de lo ascencional y descensional. También reenfatiza el motivo de los ojos,

Como dijimos al leer sobre el motivo de la Sirena que se menciona en el texto Impermanencia, todo Oir mienta o implicita una presencia, una voz de Jashmal o Eterna Melodía como la mencionada en el texto:

Escuché su canto de sirena.
Pude sirenarme en su eternal melodía.


[Impermanencia]

En Carnesí se reiteran estas presencias del agua, del sonido, el barro, lo cavernario. Se mientan los sentidos: oreja, mano, gusto y sus necesidades, a fin de formar la ideografía / memoria de lo amado, inclusive más allá de la sustancialidad.

CARNESÍ

Van Gogh cruzó su oreja
Y yo corté mi mano.
Sin oído y sin acción
Invento la memoria.
Cavernarios aun sin fuego
Ideografía para inscribirte.
Formarte desde el barro
Áh! de ese cántaro para saciar mi Sed.

[Fanny Jaretón]

Carnesí es un poema de añoranza de un amor. Un ser que se tiene en la memoria y que existe como vasija de barro, un ser encarnado. Está en la memoria y no es asible ni audible en lo inmediato («corté mi mano / sin oído y sin acción»); pero esta mención de la mano es consolante. «La mano expresa lo que la mente piensa y lo que el hombre siente, siendo capaz de reflejar la interioridad psíquica», dice Mónica Cerrada Macías en su estudio La Mano a través del Arte: Simbología y Gesto de un Lenguaje No Verbal. [6] Como miembro corporal altamente comunicativo, comporta en sí significados muy concretos. En el texto Piedra y camino, la Mano es más comunicante. Se abre, muestra, señala hacia la sangre trasquilada.

PIEDRA Y CAMINO

Rasgo mi corazón para mostrar
el Absoluto que aquí persiste.
Mi mano abierta dice:
miren la sangre trasquilada.
Seca de mi querido
no hace falta otro porqué
ni enojarse por su resistencia.
Hielo que gotea al amor
arroja hacia Dios
los pedregales que me hicieron dura
en cuesta Arriba.

El poema vuelve a enfatizar imágenes y recursos previamente ensayados en los textos ya discutidos: lo seco, lo húmedo, el frío, el calor, lo que «arroja hacia Dios», lo que resiste abajo y lo que empuja Cuesta Arriba, lo dentro / interno y lo afuera / externalidad perceptible. Es también interesante la imagen reiterada del Hielo que gotea que concatena con el texto Fredor («Si a hielo matas a hielo he de curarme». Hermenéuticamente, lo que concierne a frío / humedad / agua / goteo revelan la cualidad de lo femenino de tu hablante, Fanny.

El texto Caballo de A-Mar es uno de los más hermosos y recursivos en este tema elaborado sobre la Cura y el Amor. Técnicamente, nos enlaza con los simbolismos del 13 ya discutidos: la sirena, el Ojo de Piscis y Mem. Aquí nos has metido en simulacro-mitológico-astrológico del Génesis. Utilizas el pretexto de Neptuno, dios de los mares. Hijo mayor de los dioses Saturno y Ops, gobierna todas las aguas y mares. Cabalga las olas sobre caballos blancos. Neptuno suele ser representado con un tridente, hecho que índica su relación a las tres capas del espíritu del hombre y, en términos genésicos, portador o insuflador de un hálito de vida en las semillas bajo tierra. El Agua de Piscis las nutre para que estén listas para germinar bajo el signo de Aries. Lo neptuniano en el poema es la referencia a las aguas infinitas. Este Padre Oceánico contiene en sí todas las formas vitales, considerándose un caldo de cultivo primordial del que nace la vida.

Cuando tu hablante lo nombra: «PadreSer» se percibe este aspecto cosmogónico de lo neptuniano y cuando puntualiza, con el verso «perteneSer a tu pecho de Caballito», la alusión se concentra en el vehículo mitológico del dios griego: una criatura mitad caballo, mitad criatura marina. Sin embargo, en una nota final al pie del poema, la revelación significativa del poema es mucho más iluminadora.

De la imaginería neptuniana, que la autora interesa, la que concierne son los «hipocampos: caballos marinos que en la antigua Grecia se utilizaban para curar el cáncer». Otro indicio que nos das sobre lo que la imagen de esta criatura mixta de la mitología, en su rica totalidad, te dice y, al parecer no se agota en el mito, es mediante la manipulación léxica o transliterada del título: Caballo de A-Mar, en vez de caballo de mar; o aún, más audazmente, hippocampus, hippos = caballo, y kampos = el monstruo.

Para mejor comprender lo que, en la esfera psíquica, nos dice un Caballito neptuniano y quimérico, contrapuesto a la estructura anatómico que a la hablante de Fanny se le asemeja «Caballo, mono, canguro, insecto», leeamos el texto completo:

CABALLO DE A-MAR

Me asfixian las horas cuando te vas
mi Neptuno haciendo Egeo.
Caballo, mono, canguro, insecto
pero sin branquia sana para lo profundo.
Espinas de los amores que me hincan los ojos
tuyos con ojos tuyos.
PadreSer y perteneSer a tu pecho de Caballito.
Paríme así me enseñas a quererte
hasta aprender que hay una última vez.

[Fanny Jaretón]

La esfera psíquica-simbólica de este Padre-Ser mienta la posibilidad de un conocimiento profundo de la realidad. El Ser es el azul profundo de los mares, no la superficie de la olas. Cuando lo pienso poéticamente, el Cuerpo de Añil de la metáfora de Fanny en el texto Fredor es el que corresponde a este ser. Cuando se le piensa, científicamente, a este ser, conrdado y vertegrado, familia de los los syngnátidos, discierno las características que sobre éste la poeta codifica. «Sin branquia sana para lo profundo», dice el poema, tal vez una referencia a que el pecesillo tiene una estructura pectoral y dorsal muy tenue y unos diminutos sacos o vejigas natatorias en que el escaso volumen de aire le son necesarios para el desplazamiento vertical. Nadador lento, el caballito para su desplazamento vibra ondulantemente su aleta dorsal y mantiene una posición erecta. [7]

No es precisamente velocidad y transporte lo que hay que buscar en él. Ni en el macho ni en la hembra. Tu hablante, Fanny, dice que es amor. Sus danzas nupciales. Los ojos del Caballito de Mar llaman la atención por otro tipo de danzas, las colectivas, y además se hace inquietante su forma de mover los ojos, «independientemente uno del otro», su habilidad de camuflaje y vigilanacia, ya que «al mover su cabeza puede vigilar perfectamente entre las hierbas en las que vive y trepar por entre las algas, descolgándose de unas a otras. Es capaz de ostentar notables cambios de color para acomodarlo al del medio que le rodea» (Gema Domínguez, loc. cit.)

Espinas de los amores que me hincan los ojos
tuyos con ojos tuyos.


Hay, además, un misterio sexual en este semental marino. «Un macho puede ser visitado por cierto número de hembras que le dejan huevos. Un macho de buen tamaño puede dar a luz a más de 400 jóvenes, que son la perfecta réplica del adulto»: pero él mismo es un padre-coparidor, ya que «después de una danza nupcial, en esta posición, entrelazados con la cola, la hembra traspasa de su cloaca, con ayuda de una papila genital de unos 3mm. de largo, sus huevos a la bolsa ventral (incubatriz) de los machos, que está recubierta de suave tejido y dispuesta en compartimentos, para mantener cada huevo separado, como en células esponjosas» (Gema Domínguez, loc. cit.)

Paríme, así me enseñas a quererte
hasta aprender que hay una última vez.


5. Antes de discutir los poemas «E / lecho», «Contrito», «Enredado en Zarza» y «En Voz Alta», los cuatro poema finales de este conjunto de los primeros 13 poemas, hay mucho revelado en la esfera neptuniana de Caballo de A-mar. Donde realmente navega el caballito marino, metafóricamente dicho, en los flujos de la memoria y la interioridad psíquica. El hábitat físico-externo de esta criatura es el fondo de algas submarinas. Coincidentalmente, en el componente semántico que nombra a este ser acuático una lo designa 'monstruo'. Es caballo-monstruoso, habitante del cultivo primordial, en que todo parece en un estado indiferenciado: sedimento, algas, que son formas elementales de lo vegetal, líquenes, helecho, conchas... Podrías coincidir con el pensamiento de que el caballito se las agencias y se proyecta dentro de un extraño lecho marino, donde no cabalga. El nada.

Para la lógica humana, su dimensión en lo existencial es fantástica, mas, en la interpretación mitopoética, el simbolismo es genésico. La espuma del mar es el origen de la Vida, semen de Urano castrado (del que nacen los apetitos venéreos y lo que será hermoso: Venus).

La Sicología Arquetipal asocia la conducta neptuniana al individuo que tiene «la capacidad y posibilidad de despegarse de lo cotidiano y vivir, por lo tanto, en una dimensión totalmente fantástica». En el Budismo, todo pez, incluyendo al caballito de mar, «simboliza la liberación de los deseos y de las ataduras». En ocasiones, los dioses Brahma y Visnú se representan en foma de pez. Como símbolo las conchas y caracoles, se asocian a la Voz de Buda. Otros animales marinos, con muchos tentáculos y protuberante centro, son los despliegue simbólicos de la Creación [8]

En este mundo seminal marino del hipocampo, tu hablante Fanny pregunta por las voces, el Rostro, los amores trasanlánticos y las transferencias entre Dios y nosotros. La inmersión en ese mundo marino / neptuniano / está indiciada como « E(l) lecho». Con un poco de malicia perceptiva. podríamos entendertal ' lecho' como tálamo, cama para el amor y, como entre caballitos de mar, macho y hembra enlazan sus colas y se transfieren huevos, en posición vertical, el lecho realmente se ubica entre algas y helechos submarinos.

E/LECHO

Qué haría yo sin tu rostro que me pregunta.
Cuántas noches suman las miles de noches
sin el Uno único a quien amo.
Quisiera que mi amor muera
para conocer como aman
los amores trasatlánticos.
Agua que por tierra bregan.
Vasija de piel y sal que guardan
el llanto de esta creyente.
Si es verdad que tu amor es transferencia
entre Dios y nosotros
hacéme ver del milagro:
abrazáme cada noche con vos entre las voces.

Mas, en el texto, hay una transferencia de ese amor (o esencia del «Uno único»), que es como Agua / Semen uránico / a la Vasija de Piel y Sal, que representa la hablante que atestigua desde una orilla terrenal. Ella es quien espera, observa y oye, o está en la expectativa de un Milagro. Fanny llama a este hablante suyo, «La Creyente».

Ahora bien, ¿qué es «ver el milagro»?

... hacéme ver del milagro:
abrázame cada noche con vos entre las voces.


¿Y cómo ha de ser visto? El amor es una verdad posible en la unicidad de Dios que se percibe ante la realidad a nivel profundo. Este Ver de la creyente concierne a un PerteneSer original al PadreSer (el Uno único), cuando se aprende a obedecer, en sumisión, y a «guardar el llanto», la premura, para el verdadero oír «con vos entre las voces».

Hay en la segunda colección de 13 versos que Fanny Jaretón me remite, un texto titulado Ser y PadeSer que describe lo que mencionamos como premura, como lo antítesis del PadreSer y el PerteneSer del que su hablante metaforiza con el caballito de a-mar. En este poema, se describe la transmutación del Tiempo Original y profundo por uno accidentado, cronológico y épico, donde se ha reemplazado cada símbolo. Es una época donde se pierde la expectativa de amor, el sentido o anhelo del Padre Ser ya no nos pertenece. Perdida la expectativa de milagro, «los emisarios ya no son comprendidos». En este imperio del intelecto y la rutina, ya no hay lágrimas, sino venenos, padecimiento y distancias infranqueables. Ni Cuerpo de Añil ni Melodía Eternal son necesarios, como indicadores, por causa de la anulación del sentimiento.

Ser y PadeSer

Si pareciera que hemos cambiado de época.
Que los emisarios ya no son comprendidos.
Que entre posta y posta no hay quien reemplace al caballo.
Que las guerras extinguieron los aprovisionamientos de ternura.
Que las ausencias ya no provocan lágrimas.
Pareciera, que de tanto intelecto el corazón fue anulado.
Que los agudos silencios terminaron con las graves palabras.
Que la rutina confió en el rigor del sí mismo.
Que la muerte nos llega con los ojos abiertos.
Que ni dos monedas, de las grandes, sirven para canje de pasiones.
Pareciera que el avance del veneno en los nervios no termina
cuando tu amor terminó alejándose de mí.

[Fanny Jaretón]

Del primer conjunto, en el poema Contrito, se nos da un adelanto de ese nihilismo y padecimiento que se ha cerrado al Milagro y Abrazo posibles con la uncidad o el Ejad / Unión divina del PerteneSer al Padre-Ser.

CONTRITO

Mi raza acosada por la renuncia
cuando te has ido
no quiere saber de túnicas para las abluciones.
Levitas, para los muertos purificados.
Sin amor no existe el perdón en los siete cielos.
Tu exilio ha roto la cadena del engranaje.
Arrogante promesa la del acero.
Nunca imaginaste que por mi parte blanda
te amé por concreto; duro el pilar
que levantase evocación de un pueblo
largamente arrepentido.

[Fanny Jaretón]

Vuelvo al poema de E/lecho para intentar una respuesta contextual a la pregunta: ¿qué es «ver el milagro»? ¿Y cómo ha de ser visto? Y para hacerlo, voy a utilizar los conceptos que, desde el siglo XVI, Giulio Cesare Aranzio utilizó para advertir la semejanza de cierta estructura del cerebro humano con la forma del caballito de mar o hipocampo. En su actual diseño en los mamíferos, el hipocampo desempeña funciones importantes en la memoria y el manejo del espacio, en menor grado, funciones olfativas.

Jugando sugestivamente y onotomatopéyicamente con la ambiguedad, el hecho es que este lecho que, científicamente, se designa como formación hipocampal es una estructura marginal y pareada que pertenece, por una parte al sistema límbico y por otra a la arquicorteza. Sus dos mitades son imágenes especulares en ambos hemisferios cerebrales. Los investigadore de la biología cerebral explican que la función del hipocampo está asociada a la memoria espacial y la navegación. [9]

El texto Enredado en Zarza del primer grupo es uno en que el hablante lírico se pone en contacto con el Caballo de A-Mar. Es un poema de inmersión cognitiva en la esfera psíquica que él representa. Un amante primordial / Padre-Ser / cuya presencia fisiológica es real si consderamos la zona de su estructura en el sistema límbico y la corteza cerebral, además de las funciones asignados por la neurociencia. Orientación, navegación y memoria. Los místicos egipcios e hinduístas asociaron su presencia a la apertura del Ojo de Isis, a la glándula pineal, el Tercer Ojo. En este texto, en particular, tu hablante, Fanny, insistes en consignar el valor orientador de este PadreSer neptuniano. El verso «tus cuatro puntos cardinales» es la sugerencia.

Hay una indirecta referencia al carácter intuitivo del «Ver» / «Oir» / esta presencia / cuando en tus versos se menciona la «tos de la esfigie», «el viento» (que implicita sonoridad) y la memoria / historia / de una visión que nunca muere, siendo primordial. En la alusión a «Zarza», hay una implicitación de luz y forma y en el «beso de la Piedad» ví la referencia a búsqueda de lo amado, el deseo de ver el Milagro. Citaba el texto completo,

Enredado en Zarza

Cómo los cuatro hijos de Lir
y en tus cuatro puntos cardinales
nadie vendrá por vos.
Arrinconado a mi amor,
bronce o de caliza marca de beso el hechizo.
Con piel seca y apaleada
estos labios mandingos provocaran la tos de la efigie.
Aunque inanimado y sin otro motivo que justificarte
la historia nunca muere entre nosotros.
El tiempo envileció las caras.
El viento endureció lo que se vio por piedra.
Pero el beso de La Piedad latirá en bandada
los Cuernos de carnero.

[Fanny Jaretón]

con la intención de examinar cómo se hilvanaría un texto como éste, Enredado en Zarza, con aquellos previa y secuencilamente estudiados, cuando recibí una carta tuya con una clave:

Los poemas van así: Vos sos Koaní, de las mejor ofrenda, ardes la explicación en Holocausto. Yo soy Leví, la de la tarea sucia, ordenar los cuerpos, canibalizar la Información y te la entrego. Los demás, el pueblo que ve y dice, son los que dicen cuando se las comparto y advierten cosas que yo no había tenido en cuenta. [...] Además no saco mucha cuenta cuando casi escribo en estado mediumnico... Y entonces el canal de los poemas viene así; de mi corazón a tu corazón-intuición / instinto / hociqueo, sin mediar nada más, ni siquiera una segunda lectura mía... Tu explicación, valor de la Razón / Rumiante y la Verdad. [10]

El por qué yo hallé tanta densidad en este poema, Enredado en la Zarza (en adición a que explica la experiencia de la Revelación (el contacto con la Zarza, que es leit-motiv judaico, con elementos de la mitología egipcia: Efigie, Isis, etc.) es que es un texto resumidor: una síntesis acerca de lo previamente y metafóricamente dicho en torno a los flujos desde la Mar / Agua / de la Consciencia [11] / la primera Luz o pupila negra / hoy negro / en el Universo / Fuente Central de la Creación hacia una concreación manifestada, las espirales cónico-tonales del Ver y el Oír originarios, donde se van haciendo patentes los mensajeros / el Cuerpo Añil / los Hipocampos / Caballos de A-mar, Sirenas / con Melodía Eternal.

El esencial exilio es la contrición. Un no saber «guardar el llanto», quedarse en la «palabraqueja» y en una desorientación permanente, distanciado de aquel que como el hipocampo ubica y da memoria sana. El riesgo del exilado es que nadie venga por él ni vea los cuatro puntos cardinales. Quedar seco y arrinconado. Si recordamos el contenido de Contrito tu hablante, Fanny, describe una raza arrogante «acosada por la renuncia» al no ver el Ojo de la Revelación, un pueblo que «ya no quiere saber» ni evoca ni se arrepiente. Un pueblo que ha perdido la Memoria, por cuanto «ha roto la cadena del engranaje». En este contexto es que comprendo el valor del simbolismo del hipocampo neptuniano. Dentro de la esfera psíquica del hombre, el Caballo de A-mar es nuestro Thoth, el escriba antiguo / inventor de la Escritura / que nos diera el Programa Alquímico de la Memoria y la Orientación. La Ciudad Esmeralda sobre la que los neurobiólogos hablan en términos de células de lugar y células de orientación' de la cabeza y células de red es parábola de estos misterios.

Por otra parte, el exilado contrito es un paciente para curar. Profanamente, tiene la enfermedad de Alzheimer, mas representa una raza o pueblo que puede ser cialquiera. En Enredado en Zarza, en cambio, es un texto que resume lo angustioso de la contrición y el olvido para valorar la esperanza. Nos pasa del beso del hechizo al beso de La Piedad.

E identifica a los hablantes en este poema. En una etapa de angustia, la diosa Isis, deambuló por todas partes, preguntando por el sarcófago donde pudiera haberse sepultado a su amado Osiris. Su crimen no es contado en el texto; pero si su pérdida, su riesgo de olvido. Pero este hablante del denso poema, tu hablante, Fanny, que es Isis, dice: «La historia nunca muere entre nosotros». En varios poemas, ya discutidos, se habla sobre la «sangre trasquilada» (Piedra y camino); pues bien, siempre esa sangre apunta a la víctima Osiris y al victimario (Seth).

La Zarza también alude a una presencia (o Ereignis, Acontecer apropiador y originario en el campo abierto de la posibilidad) y, en esta investigación del sentido oculto del poema, las referencias son pocas. Y una es el verso:

«El viento endureció lo que se vio por piedra».

Pudiera retrotraeme a una alusión al viento en el texto Impermanencia («pasó por corriente / nos transporta al magnetium del pasó más allá doaire»), verso que contiene un viso alquímico y dos estados de transmutación de la sustancia / corriente de agua / corriente de aire. El verso me recuerda lo que Teresa Bedman nos explica en El mito de Isis y Osiris (Madrid,1992) explicara:

Isis, avisada de este hecho por un viento divino, se trasladó a Biblos. Se sentó al lado de una fuente abatida y llorosa, y no dirigió a nadie la palabra. Pero cuando pasaron las servidoras de la reina, las saludó, conversó con ellas e impregnó sus cuerpos con el aroma sorprendente que se desprendía de su propia persona. [...] Cuando la reina volvió a ver a sus servidoras, sintió deseos de conocer a la extranjera, gracias a la cual sus cabellos y cuerpos esparcían un aroma de ambrosia. Les mandó buscarla e hizo de ella su amiga más íntima. [...] Encontró a unos niños que le indicaron el brazo del río por el que los amigos de Seth habían hecho llegar el féretro hasta el mar. [...} Isis lo encontró, cuidó y el niño, Anubis, se convirtió en su acompañante y guardián. Tiempo más tarde, Isis recibió la noticia de que el sarcófago había sido arrastrado por el mar hasta la ciudad de Biblos, donde las olas lo habían depositado al pie de un sicómoro. [12}

El Viento aludido en el poema es la misma Zarza que arde, o que manfestaciones fenoménicas de iluminación o de aroma. Consideremos el hecho de que Isis es personificación de la Mujer protectora de la Naturaleza, la maternidad, patrona de la fertilidad y la magia, amiga de los esclavos, pecadores, artesanos y los desposeídos, aunque, como sacerdotisa, oyente de las oraciones de los ricos, las doncellas, aristócratas y gobernantes (loc. cit.).

Ante una esfinge de Isis, podían darse manifestacions mágicas. Curar o matar. «También se cuenta que a veces Isis se convertía en golondrina, y así volaba gimiendo en torno a la columna que sostenía el techo del palacio». (loc. cit.)

Cuando Fanny me escribe: «Los poemas van así: Vos sos Koaní, de las mejor ofrenda, ardes la explicación en Holocausto. Yo soy Leví, la de la tarea sucia, ordenar los cuerpos, canibalizar la Información y te la entrego», alude a una representación secundaria de Isis, «la esfigie de Koani», una experiencia de compasión práctica.

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Bibliografía

[5] Juan-Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, p. 144.

[6] Mónica Cerrada Macías, La Mano a través del Arte: Simbología y Gesto de un Lenguaje No Verbal.
[7] Gema Domínguez: Los Caballitos de Mar

[8] Fontana, El lenguaje de los símbolos, ps. 145-148.

[9] La enciclopedia Wikipedia dice: «Muchas neuronas del hipocampo de rata y ratón responden como células del lugar o células de posición: esto es, que disparan potenciales de acción cuando el animal atraviesa por una zona específica de su entorno... Las 'células de lugar' del hipocampo interactúan ampliamente con las 'células de orientación' de la cabeza, que actúan a modo de compás inercial, y también con las 'células grid' o células de red, en las cercanías de la corteza entorrinal. [...] La forma de la plasticidad neuronal conocida como potenciación a largo plazo (LTP) fue descubierta por primera vez en el hipocampo, y todavía se estudia en esta estructura. Está muy extendida la hipótesis de que la LPT es uno de los mecanismos neurales principales por los que la memoria se almacena en el cerebro... En la enfermedad de Alzheimer el hipocampo es una de las primeras regiones del cerebro en sufrir daño. Los problemas de memoria y desorientación aparecen entre los primeros síntomas. El daño al hipocampo también puede proceder de situaciones de hipoxia, encefalitis o epilepsia del lóbulo temporal. Las personas que han sufrido un daño extenso en el hipocampo pueden experimentar amnesia, es decir, la incapacidad para adquirir o retener nuevos recuerdos».

[10] Carta persona de Fanny Jaretón, 18 de agosto del 2010.

[11] La Rueda de la Conciencia de la Alquimia se basa en los patrones en espiral de la Geometría Sagrada. Udo Becker, en su Enciclopedia de los símbolos (Litografía Rodas, Barcelona, 2008), al explicar la naturaleza de las espirales indica que simbolizan la «unidad lo absoluto, la perfeccion» (p. 103). Así la Rueda del Karma es la misma Rueda de la Alquimia en las que la conciencia en espirales vuelve a la Fuente ligada con el Ojo de la Galaxia de la Vía Láctea. A nivel concreto, fenoménico y relativo, el corazón es el centro. La realidad es una ilusión proyectada – vista a través del ojo de la Mente consciente e interpretada por el cerebro.

[12] Teresa Bedman, El mito de Isis y Osiris (Madrid,1992). Conferencia impartida en el Instituto Islámico, en Madrid, 14 de Febrero de 1992. Ver
El mito de Isis y Osiris Bedman explica que cuán instrumental fue Isis en la resurrección de Osiris cuando fue asesinado por Seth y cómo con sus artes mágicas lo regresó a la vida, al juntar todos los pedazos de su cuerpo. El culto y sacerdocio de ella, adoptado en la era greco-romana, enfatizó las artes de curación, la interpretación de sueños y la habilidad de controlar las condiciones climáticas.
CONTINUA

Monday, August 16, 2010

De Trece en Trece: En torno a tus poemas, Fanny


Por CARLOS LOPEZ DZUR / Fundador de la revista Sequoyah

1. Doy una mirada de exploracióm al temario de tus tres grupos de poemas, trece textos en cada uno y, después de leerlos repetidas veces, me pregunté qué prioridad de mensaje, o espíritu unificador, pasa de uno en otro o da valor al conjunto. Cada texto refleja un proceso interno por el que pasas (pasamos todos los buscadores de esencias verdaderas) para crecer espiritualmente. Baal Shem Tov enseñó sobre este proceso en términos de la paradoja de la Creación mediante la cual hay una interacción entre la luz y la oscuridad, cuya dialéctica al final revela algo nuevo y dulce cuando comprendemos ciertas etapas previas, sumisión y separación.

La base de toda percepción honesta de la realidad comienza con la sumisión. Esta es la faceta que está codificada cuando dices: «Bajo tras tu cuerpo de estalactita / donde me cuelgo por pabellones / de polvos resignados». La criatura humana encarnada y finita, como todo lo que porta onticidad, siente su condición de sustancia como manifestación en las doce cualidades de las Tercera Dimensión. La decimotercera cualidad nos mete en el Tiempo como cuarta dimensión. Es sujetos a la espacio-temporalidad que podemos ser «sumisos» y sabernos «separados» de la Fuente Originaria (la que está representada por la letra hebrea Mem) y el concepto kabbalístico de Jashmal, una especie de luz o energía originaria de la unicidad Divina más allá de tiempo y espacio. Como el proceso creativo concierne a Sed de Revelación, quien anhela ésto espera la energía personificada que Comunica o habla cuando estamos sumisos y separados.

En tu poema Fredor, se infiere la alusión al ángel de Jashmal en el verso: «Cuando duerme la tierra recién dormida / un cuerpo de añil se me adosa». Este cuerpo de añil examina la actitud de sumisión u obediencia, la disposición a Oír lo que él hablará. Los «polvos resignados» [nacimos del polvo / barro / y ahí volveremos, según la metáfora de la Creación] simboilizan nuestros cuerpos terrestres y nuestra receptividad al proceso energético del Uno / el enviado como Jashmal / es representada como «la tierra recién dormida». Aquí hay que recordar que el tipo de ángel examinador que es Jashmal, está codificado con el sustantivo que, en hebreo, se descompone en dos palabras: «Jash», que significa
Silencio y «Mal» (=habla). En el proceso cognitivo-creativo, prerrequisito para el Oír es el silencio. En calma, se oye mejor. Se autoriza la posibilidad que sea otro el que hable.

Mas, curiosamente, has llamado al ángel Cuerpo de Añil y la escena en que éste hace su presencia es fría, apartada, como puede sería en los Alpes. Me recordaste el momento en que el profeta Elías experimentara la presencia de un ángel y escuchó su «voz silenciosa, suave». Los ángeles-jashmal, dice el Maestro Baal Shem, «algunas veces están silenciosos, algunas veces hablan», siendo que hay un «Tiempo de hablar y tiempo de callar». Hay que hablar de tal modo que la «lengua sea el rey del cuerpo humano». La Kabbalah enseña que el hablar agitadamente y el torbellinismo dañan; «dependiendo del miembro que mueve mientras habla, se sabe que en ese sitio lleva el alma». [1}

La actitud del hablante en el texto Fredor es descrita así:

«despidiéndome de un torbellino
que al amor lastima»


y basada en un deseo de aprendizaje:

«Quien pudiera recoger florecitas de los Alpes
sagrados pétalos disecados en el Libro.
Llama lanzada por azar al opuesto encubierto»

Los «sagrados pétalos» o «florecitas» se recogen en el paisaje de la separación o el tranquilo y alto horizonte de los Alpes. Es una alusión a la altura como símbolo de elevación o propiciación para un contacto espiritual. Las florecitas son enseñanzas sagradas, o de luz: «Llamas lanzadas». Fulgores que ya han sido dadas, pero que en el torbellino del mundo no se habían oído. Como seres no separados, rectificados ni sumisos ni endulzados, somos los «opuestos encubiertos». El Libro aludido en el poema es la Torah.

El Maestro Baal Shem [2] instruye, al explicar el silencio como acto de sumisión, que los individuos en confusión, en torbellino, o interna contradicción, no distinguen entre Beso y Herida, entre Bien y Mal y, por ello, les compete la necesidad de callar y apartarse ante las situaciones difíciles de manejar. El hablar autorizado viene cuando es aconsejado por la Luz / Jashmal / la Torah. De sus pétalos sagrados es que aprenderemos a transformar la Herida en Beso, el Mal en Bien. En esto, consiste la fase dialéctica resolutiva: el endulzamiento.

FREDOR

Cuando duerme la tierra recién dormida
un cuerpo de añil se me adosa.
Paso beso paso herida
despidiéndome de un torbellino que al amor lastima.
Quien pudiera recoger florecitas de los Alpes
sagrados pétalos disecados en el Libro.
Llama lanzada por azar al opuesto encubierto.
Si a hielo matas a hielo he de curarme.
Bajo tras tu cuerpo de estalactita
donde me cuelgo por pabellones
de polvos resignados.

[Fanny Jaretón]

En la construcción adverbial «bajo tras tu cuerpo», el dulzor / refugiarse con el ángel / se transforma en calidez. Ya no hay frío de separación, sino una agradable temperatura de sensación. No es extraño que hayas elegido el título «Fredor», como en el índex que mide los azules.

2. El siguiente texto, Impermanencia, lo vinculo a esa entidad que presentaste en el primer texto: un cuerpo de añil que se adosa a tu hablante. Desde esa visión del mensajero azul-añil, que es el Jashmal (el ángel), entenderé tus comentarios sobre la imperrnanencia, la transitoriedad del diálogo iniciado con él, el esfuerzo necesario para superar el estado de Caída. El epígrafe citado de Buda me sugiere una actitud de búsqueda, o la diligencia, que Buda aconsejara para quien desea la comprensión esencial, más allá de la indiferencia, sobre el estado original humano.

Ante este mensajero, de cuerpo de añil, el hablante de tu poema, ha conmenzado a Oír («Escuché tu canto de sirena»). En la interpretación kabbalística de lo Sagrado, lo que es un canto de sirena, uno que es producido por las voces más hermosas y seductoras, no es el mismo que el análisis profano diría. Que al ser oídas (las sirenas) el oyente se aniquila viciosa y tontamente echándose al mar. Para los hermeneutas, las sirenas, las nereidas, seres acuáticos, se asocian al simbolismo de Piscis y la letra Mem, cuyo valor nominal es 13 y su valor reducido 4. Para la Sicología Arquetipal, nereidas, serenas y otros seres acuáticos, representan el subconsciente y el anima, «belleza femenina idealizada», o en sus aspecto seductivo y corruptor, «vanidad e inconstancia» (Fontana, 162-63).

La Kabbalah lleva el simbolismo de los arquetipos acuáticos y anfibios a los textos sagrados sobre las deidades sumerias y los dioses anfibios, quienes a su vez nos llevan a la tribu Nommo o Dogon. En este contexto, el símbolo de Dogon incidirá sobre el símbolo del Ojo – Piscis el pez – y aún, Jesús. En cuanto Horus es el símbolo de Piscis, lo es de la Primera Luz. La Primera Luz ocurre en cada instante sin funcionar dentro de las limitaciones del tiempo.

En este poema hay referencia a lo anteriormente explicado. Tu hablante en el texto quiere persistir con estructura y formas esenciales ante lo que se observa y «frente a sus Grandes Ojos», sin funcionar dentro de las limitaciones del tiempo, lo que equivale a:

Jamás haber renunciado a la forma
cuando todas las formas de mi espacio
es Él.


Diríamos que tu hablante, en este texto, ya está Oyendo y Viendo, aún aquello que fue enseñanza de muchas tradiciones en la vida histórica y fue desoído e ignorado por una actitud indiferente. Sin embargo, viendo y oyendo, ahora el hablante se puede «sirenar», o participar del nuevo fenómeno cogntivo o aprendizaje, que incluye el Escuchar la Eterna Melodía. El sentido de incomunicación se debilita al fin y, ahora en la lógica del nuevo aprendizaje por el ver y el oír, se reaprende. Aún cuando el hablante es una criatura tras la Caída (separada del Reino angélico de la Yezirah), puede suponer cosas diferentes. Por ejemplo, abrirse como un templo a las enseñanzas, a la recuperación del amor, al contacto con el Cuerpo de Añil y su Voz de Sirena («abrir el asmasfera frente a sus Grandes Ojos»). Puede dejar de experimentar el Mal (la asfixia, las cadenas), el Defecto, las consecuencias del haber caído y padecer un insomnio / incertidumbre. el vértigo en la impermanencia.

El por qué este reentranamiento / que recupera al caído / es necesario es parte de la salud en el Tikkum / la rectificación. Este destalle del proceso interno que mencionamos, utilizando los comentarios del Baal Shem Tov, concierne a la letra Mem siendo que ésta es la Fuente Abierta del conocimiento y signo de lo que haría posible la unicidad divina. El valor absoluto, mispar bejrají, es de 40. Respecto a este punto, el poema Impermanencia nos refiere al 40 porque tu hablante lírico aspira al crecimiento, ir a la Fuente por la sabiduría (como Buda, Moisés en el Monte Sinaí y los israelitas que le acompañaron 40 años en el Desierto).

Este Desierto es el símbolo de los 40 años en la tarea de ser sabio (o alcanzar un alma büdica); peregrinar en aras de la verdad y lejos del torbellino del mundo, hasta lograrlo y pasar las diferentes pruebas del proceso. [3]

Hay imágenes en el texto que aluden a sobrevivencia y formación. El 40 es indicativo del Diluvio que limpia al cabo de los 40 dias y 40 noches de su acaecer. En los versos:

lo que pasó por corriente nos transporta
al magnetium del pasó más allá doaire.

vagamente se insinúan las corrientes diluviales, el arca de salvación de Noé o. en una lectura más imaginativa desde la evocación del simbolismo del 40, una nueva formación fetal, como ente sobreviviente, en el Tiempo que es el 13 de Mem. En cuanto a este número, habría que recordar que es la cifra de las Transformaciones. La hablante del texto comenzó «hociqueando» en noches de asfixia, desde la asmasfera (las esferas del Asma / la asfixia del alma animal que hociquea), mas, al final de texto, se observa el cambio positivo. Siente que puede dejar las cadenas y las viejas suposiciones de soledad. La noción de Sirenas / Cuerpo de Añil / habla sobre un estado de la mar / donde los mares son flujos de consciencia. El ojo pisciano ve la mar – flujo de pensamiento – energía electromagnética – el akásha – la zarza ardiente mosaica y la creación – «las formas de mi espacio son El», explicas Fanny.

IMPERMANENCIA

«…Todas las cosas condicionadas son transitorias:
Esfuérzate con diligencia…»: Buda
Escuché su canto de sirena.
Pude sirenarme en su eternal melodía.
Dijo que me quería cuando nunca me lo dijo.
Tuve razón y templo en su corazón encarnhesido.
Tanta tradición pasó por nuestro río de vida.
Pero lo que pasó por corriente nos transporta
al magnetium del pasó más allá doaire.
Entonces en la Caída supuse lo que podría
y al ser indiferente lo diferente
abrir el asmasfera frente a sus Grandes Ojos.

Jamás haber visto lo que en tantas noches
de asfixia he Hociqueado.
Jamás irme de lo que partió mi insomnio
con cadena.

Jamás haber renunciado a la forma
cuando todas las formas de mi espacio
es Él.

[Fanny Jaretón]

3. Tu tercer texto, Fanny, me parece entretejido con los anteriores. En este particular caso, Fundación es tu asomo poético a «un código insinuado de secretos» del que habla la Torah y Zohar (El Libro de los Esplendores). Nacer al estremecimiento del mundo, sin agujeros negros, es nacer al mundo manifestado, al que los kabbalistas llamamos el reino de Malkut (la Tierra, el mundo fenománico, el de las sensaciones), incluyendo las 4 fuerzas elementales de la Naturaleza, a saber, fuerzas débiles y fuertes (radiaciones), fuerzas elctromagneticas y la gravedad. Estas son las formas de tu espacio, mas te sospechas que no son las únicas.

La criatura humana es una unidad de vida-consciencia, representada en la Kabbalah como las diez esferas del Arbol de la Vida / Ciencia / y que puede ser auxiliada por cuatro fuerzas especiales, precisamente, las más secretas. Son llamadas Partzufim o los Cuatro Rostros. Todas las 4 fuerzas elementales de la Naturaleza son divinas y son la raíz oculta de la realidad manifestada. Son lo secreto del Todo. Son la insinuación de que lo Divino existe como Rostro integrador de todos los elementos de lo Real. Y se le llama Rostro porque hay un sentido racional de lo Creado.

El mundo / Malkut / la Naturaleza / apunta hacia un Ser que quiere dispensarse, que desea Alma para el mundo y que representa aspectos polares, negativo y positivo, de las energías. Este ser fluye desde el Ain Sof (Fuente de Vida) hasta el primero de seis puntos o dimensiones (Hesed) y alcanza la Shekinah. lo Femenino, en que reposa. Esta cesación es lo que se llama Delicia / Reposo / Sabbatt {Meir ben Ezekiel ibn Gabbai, loc. cit, p. 88].

El término arameo du-parzufin [dos rostros] refiere la unidad primordial del Varón y Hembra Divinas que se renovan cada Sabbath y que hablan como si dos fueran uno. La Shekinah, o Tiferet, se vincula a «Recordar» (tén memoria) y el «Mantén o Guarda» se asocia al aspecto Yesod [4].

El sentido de lo divino es ser, no sólo en sí, sino en todo. Alma Universal, organizador del Verbo de su Luz y organizador de todo Caos en proceso colaborativo. La Humanidad es un aspecto de esa colaboración universal. Lo que describes como la «grandeza del niño» es el proyecto divino de una Humanidad que aproveche todo lo fundado y creado. El niño divino somos todos, Fanny. El niño-Humanidad está en el corazón de Dios y es el que abre los párpados para que se vuelva a las raíces, la sexualidad sagrada que lo engendrara; hecho que, con respecto a la creación, se trasluce en la inquietante frase tuya, «abrió mis párpados a mis piernas», para una andanza de altura, «caminar por la cornisa», donde el Caminar / en vida prolongada / sea vuelo y no arrastre de entes inmanifestados.

El poema no elaboró extensamente el punto contenido en la frase: «allá coció membrana»; pero, hacia ese 'allá' de la frase, la suerte de la humanidad ha sido transportada, porque todavía hay un estigma, la Caída. Un kabbalista como Meir ben Ezekiel ibn Gabbai, tan interesado en el estudio del periodo de la Fundación en el proceso de la Semana Primordial, ha advertido que había espíritus (Gn. 3:1), todavía desnudos, cuando Adam / niño de Dios / prototipo de la Humanidad anhelada, ya tenía su cuerpo, o «preciosas vestiduras» (loc. cit., p. 23). Estas vestiduras son las que envidiaron aquellos espíritus («chispas de luz») que aún no habían sido «vestidos» con vasijas de sustancialidad cuando se completó la creación humana. Gabbal dice que fue, en la tarde de la Cesación, antes del Séptimo Día de tras las labores fundacionales, que para estos espíritus se vio como en estigma, o a tu decir,

Descubrir el oportunio del corazón
marca en su pecho un estigma:


que estaban desnudos, sin cuerpos. Vestiduras de carne.

La Humanidad adámica, sin embargo, gozó de un privilegio y la mujer fue la primera en indagarlo, al contar la grandeza del evento. Sus niños se ameritaron como los primeros «hijos divinos, luces brillantes de la Torah y la misericordia, quienes promocionarán paz en el mundo. Más aún, ella por ésto concederá a su esposo largura en sus días... Ella deberá encender dos velas para representar el Recuerda y Guarda» (p. 23). Estas Velas Cósmicas de la Noche del Shabbath, consignada como tarea a las mujeres, en el Tabernáculo de Paz, se recuerda y se practica como una tradición en el judaísmo. Se distribuyen luces / velas / como una señal de que hay cuerpos que no tienen «almas», así como almas que no tienen cuerpo. Así se hace paz entre unos y otros. «Para simbolizar este misterio, la responsabilidad de encender las velas del Sabbath se delega en la mujer» (ibid.)

Fanny, tu poema Fundación es más que un canto a la Luz Ilimitada (o lo que la Torah llama «radiación de la [infinita / suprema] luz / Ain Sof, del Rostro de Dios», sino del proceso subsecuente en que «El punto del sinprincipio ni fin / permuta las razones». ¿En qué razones se permuta un proyecto divino de fundación y completitud después de seis días de creación? ¿Es «dar alas para volar» un «salto de aquí / allá» que la Humanidad quiere y que está acorde al secreto divino, a sus códigos de intención para el Eterno Ahora? ¿Es el niño mencionado en el poema un vínculo con el Cuerpo de Añil de tu poema cuando se refiere a la energía de lo angélico?

Fundación

Con un código insinuado de secretos
Él le abrió los párpados a mis piernas.
Me hiso caminar por la cornisa
donde mi suerte fue transportada.
Un salto de aquí / allá coció membrana.
Sin agujeros negros el mundo se estremece.

El punto del sinprincipio ni fin
permuta las razones.
Descubrir el oportunio del corazón
marca en su pecho un estigma:
Hoy presente el Hoy
puede contarse la grandeza del niño.

Plantó árboles para el keren kayemet
Plantó la prolongación de la vida.
Porque en sus Raíces me entierro
cuando fue Él quien me dio
alasparavolar.

[Fanny Jaretón]

Por último, este poema es un homenaje al «Keren Kayemet», fundado en el año 1901 en Israel, quien tuvo la iniciativa de plantar olivos, árboles que dieran frutos y se destacaran por su vitalidad.

Continúa
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Bibliografía

[1] Rabí Aharon Schlesinger, Enigmas y Misterios del Talmud y la Cábala [Editorial Obelisco]

[2} Sicología y Cábala [Editorial Obelisco - Alef Jojmá}.

[3} César Leo Marcus, Kabbalah Judeo Cristiana: La Lógica Divina (Lulu.Com, 2007), ps. 58-63.

[4] Meir ben Ezekiel ibn Gabbai y Ginsburg, Elliot Kiba Sod ha-Shabbat: The Mistery of the Sabbath (State University of New York Press, Albany, 1989), p. 86. Guardar el mandamiento del Sábado / de la visita de la Presencia Femenina de Dios, fue tan sagrado que en Exodo 31:14 se dice que quien no lo recuerde o guarde, profana, la divinidad y debe ser condenado a muerte. Para los kabbalistas el significado de ésto no es literal y se leería: Recuerda que el Varón Divino descansa en la Hembra Divina. El Shabbat, en la Semana Primordial de la Creación, es la «Estructura de seis niveles», o los seis sefirot o esferas de Hesed a Yesod, una vez han sido completadas (loc. 87).


Saturday, August 14, 2010

Lo pintoresco en los Tipos Pueblerinos y folclóricos de San Sebastián del Pepino

Esencia epocal, añoranza y existencia / La ética originaria en el localismo de la aldea y la Feliz Incomprensión / Presencialidad de lo Dionisíaco vs. Teatralidad / Continuación

Por CARLOS LOPEZ DZUR / Historiador

El viajero alemán, Cari Nebel, quien visitó México a inicios de la década de 1830, es uno de los primeros autores que incluye a «los tipos de la población», separados de «la naturaleza, ciudades y motivos arqueológicos», con su propia categoría en la estética de lo pintoresco y ésto, a diferencia del interés que provoca al ámbito de lo científico. «Encontramos una distinción de carácter similar [...], en un artículo periodístico escrito por Alexander von Humboldt para promover esa obra de Nebel»; aludiéndose con el ftérmino pintoresco «a una forma de aprehender la realidad», sin «el rigor sistemático de la ciencia». El fin es proporcionar información y fácil comprensión, «presentada de forma amena y amable». [1}

En el rango de las distancias estéticas, lo pintoresco lo capta el viajero o el fuereño antes que el que propiamente convive con el Tipo que lo evoca. El propósito del arte documentador de lo pintoresco es capturar lo que juzga «peculiar o extraño», servir «específicamente al propósito de aprehender las experiencias vividas en un escenario diferente al del mundo cotidiano del viajero». [2]

CALIFICANDO AL TIPO PINTORESCO: Lo más peculiar y extraño que el Tipo Pintoresco (TP) presenta de sí es la anonimia. Es cuasi un desapercibido para el viajero y para su coetáneo nativo. Se ignora la razón de su peculiaridad o extrañeza. A menudo es difícil saber mucho en torno a estos individuos TP porque ellos mismos no sabrían cómo explicar los orígenes de la condición que los hizo populares o el por qué causan extrañeza. Ante ellos, el viajero con interés antropológico, o el ilustrador o fotógrafo, tomará su imagen, describirá la extrañeza que obseva, aún intuirá el mito que originaría, mas la información siempre será poca.

¿Quién hablará por él, a no ser para dar su nombre de pila o apellidos o indicios de su procedencia? Un ser pintoresco puede originar la vergüeza de los familiares. O el prejuicio de los suyos. A veces el nombre y apellidos del Tipo Pintoresco se pierde con el paso de los años; sea por el fallecimiento de la familia inmediata, de quien se supone mayor conocimiento de su historial privado. La consecuencia es que quien mejor conoce al TP es quien permite su oscuridad, o olvido.

Al TP se asignara un apodo, o se moteja por algo que dice o que hace. El Negro. El Indio. El Cojo. El Bobo. En la historia privada-famiiliar de un TP, puede hallarse orfandad, obsesos por muertes traumáticas entre los suyos, enfermedades mentales o crónicas. Lo peculiar en la psiquis de un TP puede que haya nacido de su conflicto, o una circunstancIa que, por única en el tiempo en que surje y forma al TP, termina frivolizada por el desgaste en la novelería. Ya no se puede hacer ninguna cosa por remedio, excepto aceptar al TP como El Ciego, La Jorobada, La Camarona, El Indio, El Negro u cualquera sea el apodo.

Desde 1826, el editor francés Godefroy Engelmann recomendó lo pntoresco y libros que enlacen lo desconocido con lo familiar porque «no todo el mundo es geógrafo, botánico, mineralogista, etcétera, pero todo el mundo es curioso» y «todo individuo culto debe sentir de forma creciente la necesidad, diríamos incluso, la obligación de conocer con mayor precisión el mundo en el que diariamente se asocian nuevos intereses... Un mundo al cual día a día se dirigen nuevas esperanzas, que ocupa un espacio cada vez mayor en nuestras ideas, en nuestros sentimientos, en nuestra existencia toda». Cuando Engelmann. piensa así y lo extraño y pecular es un Tipo Pintoresco, vienen a la mente las etnias y sujetos humanos que, en América y en Africa colonial, pudieran desaparecer: por ejemplo, el taíno borincano / antillano o tribus africanas en yugo / en los días de etnocidio y esclavitud. Vienen a la mente epidemias que deforman a seres alguna vez saludables, productivos y plenamente útiles.

De la promoción de libros ilustrados de viajeros, nacerá un arte en el siglo XVIII en el Reino Unido, íntimamente relacionada con el movimiento romántico y que será llamado pittoresco, término italiano que significa «similar a la pintura», a la manera del pintor («alla pittoresca»). Cuando surge en Gran Bretaña pugnan entre sí la escuela filosófica empirista y el incipiente romanticismo, con la idea de lo sublime. [3].

En lo pintoresco pueden hallarse fenómenos como la irregularidad, la variación o la rudeza en la naturaleza, o el paisaje urbano, o la aldea. El sentimiento admirativo y casi panteísta lo produce la naturaleza cuando tiende a ser idealizada y, en autores de San Sebastián del Pepino, el paisaje sentido, casi en forma mística, impregnado de leyendas y recuerdos, es lo más propio del pintoresquismo en poesía y pintura locales. En la pintura local, lo pintoresco es más evocador que caprichoso. En la poesía, el paisaje se evoca como uno relajante y armonioso. No hay todavía en la literatura pepiniana ni en su arte, la «la sobrecogedora grandeza de lo sublime» sobre la que Joseph Addison meditara, en Los placeres de la imaginación (1712), al establecer tres cualidades estéticas principales: belleza, grandeza (sublimidad) y singularidad (pintoresco) en las obras de arte. Cuando la imaginación es el motor de lo sublime y lo pintoresco, el mundo circundante que se percibe con los sentidos es filtrado y mediado por la mente, nuestro gusto, recuerdos y educación.

Si como han creído los ingleses, al pintoresquismo del TP en correlación con una escena similar (su representación artística) le corresponden como cualidades (la singularidad, irregularidad, extravagancia, originalidad o la forma graciosa o caprichosa), tales cualidades se hallarán principalmente en la geografía (o los objetos, paisajes o cosas susceptibles de ser representadas, que hay en ella). Muchos de estos términos de la estética para describrir lo pintoresco, tienen mayor sentido para los artistas cuya subjetividad es culta, exigente, de modo que al decir singularodad, originalidad o gracia, se refieren a detalles que el Hombre Común y Corriente no apreciaría.

El Tipo Pintoresco que concierne al Hombre Común y Corriente es el que se sale de una consabida normaldad de comportamiento, temple y mutua pertenencia. Ese TP está calificado por su extravagancia y comportamientos graciosos o caprichosos. Lo gracioso del TP comienza por los nombres con que se les nombra. Menciones por ejemplo del pintoresqusmo pepiniano algunos:

Chalo Manchas: Popular dulcero ambulante
Cataplún pa'l suelo:

Históricamente, lo pintoresco como estética posible ha estado presente. He visto la pintura paisajística de Alicia Maury, Isabel Bernal y Olga Rivera, misma que captura y plasma coloridamente bohíos en la campiña, puentos sobre ríos (El Barandillo), las cascadas (Chorro de Collazo) y motivos como tales, en general, predilección por la naturaleza agreste y campirana. Sin embargo, el interés plástico en paisaijes que contengan grupos de personas o escenas idílicas o emotivas, asociabnles a ambientes exóticos o bucólicos como los pintados se echan de menos. Y si bien hay poesía regional pepiniana que refere a gente pintoresca (TPs, en términos de las definiciones sobre lo romántico-pintoresco de Addison y otros), nuestro pintorresquismo carece de cualidades o referencia a algo novelesco o teatral sacado de historias de gitanos, pastores o pescadores.

Nuestro es un paisajismo tranquilo en el que la tradición perfecciona la expresión del folclor, el trabajo visual con el paisaje y la comunicación con determinados sistemas de lenguaje Para el jíbaro, como para los troveros populares puertorriqueños, en campo y pueblo, la toma plena y creadora del lenguaje ha sido parte de su identidad y los modos de hallar libertad, al menos, expreisivamente. Se ha dicho que, afianzado en sus raíces hispánicas y taínas, el jíbaro cantó y, aún canta por tradición, sus coplas, décimas, seis chorreao, aguinaldos y villancicos. Como buen cuentero y decidor de historias («story-teller»), fue el narrador de los cuentos de Juan Bobo. Creó la danza, celebró sus fiestas de batey y sus baquinés. Su proceso creador se volvió su artesanía y tradición.

Lo que no se puede decir que es Tipo Pintoresco es mera fabulación, o un trabajo con la imaginación, como es el caso de románticos al dar vida a personajes que ya no existen. Si se puede decir que, en la apropiación de la categoría de lo pintoresco y, desde sus primeras formulaciones en el siglo XVIII, hubo expectativas y necesidades, al considerarse el influjo de este arte en la pintura y literatura, «de buscar conocimiento de la diversidad americana». [4]

Para el pintor J. M. Rugendas, quien inspiró las reflexiones sobre el pintorequismo de viajeros que aquí citamos, un modelo para un TP fue el Minero con un costal en la espaldas que pintara en 1835 en lápiz sobre papel. Este, por excepción, fue un motivo vivo, distinto a otros dbujos y pinturas realzados para tematizar hechos históricos y leyendas, relackonadas al «conflicto latente entre araucanos y chilenos, en el ciclo de El Rapto», donde hay una «construcción idealizada, esta vez, de un conflicto del que tomó conocimiento a través de sus repercusiones en la población chilena».

Estos pintores viajeros se interesaban, antes de pintar, en ir consultar a la gente sobre los modelos que les inquetaban: ¿Qué cualidades tiene una persona (sea un antiguo guerrero) que se pinatará? ¿Qué rasgos fisonómicos u adorno habrían de ser esenciales para dar mayor pecuiliaridad al personaje? «Inspirado en la tradición oral y, casi al mismo tiempo, en el poema La Cautiva del argentino Esteban Echeverría», Rugendas,«compuso un relato visual de los asaltos indígenas a poblados blancos y el subsecuente rapto de mujeres». [5]

POTENCIAR EL TIPO POR SU DIVERSIDAD: Valdría que recordara que una indagación del Tipo Pueblerino y el origen del folclor puertorriqueño nos pone en contacto con las nociones sociológicas del Dr. Manuel A. Alonso Pacheco (1822-1889), el primer descriptor de el Gíbaro y de aquellos más audaces en el siglo XIX, como Alejandro Tapia, que han sido considerados primeros puertorriqueños esenciales. La primera manifestación generacional del Romanticismo y el costumbrismo en la isla, con el pintoresquismo,.se marca con el estímulo de Álbum puertorriqueño (Barcelona, 1843), en la que hay ánimo de «presentar numerosos rasgos autóctonos que, sin renegar de sus claras influencias españolas ni de ciertos aspectos compartidos con el costumbrismo de otras regiones hispanoamericanas, permitían ya hablar de una literatura puertorriqueña propiamente dicha» (Antonio Gil de La Madrid).

Manuel Alonso Pacheco, quien es uno de los primeros puertorrqueños en describir tipos y tradiciones puertorriqueñas, insistió en ser minucioso en disntiguir los «distintos motivos y en diversos días del año (que) pasa en muchos otros parajes, y no merece llamarse costumbre de Puerto Rico». [6] Estivo muy consciente que, al hablarse sobre «bandas de la guarnición», el sereno, alguacil, ahijados y otros tipos, no necesariamente se reseñaría una originariedad y hallar para fines de autoctonía la orihinariedad fue importante. Lo gracioso lo halló en definir al jíbaro puertorriqueño como al campesino, de raices españolas o indio-españolas y aúm más incluir la raza negra. Para él, fue lo más gracioso. Al describir a una morena, su encanto lo enmudece: «Morena que renuncio a pintar por lo graciosa», dice.

Cuando menos, Alonso nos da la pintura del jíbaro como «depositatario de nuestras verdaderas costumbres y tradiciones. El jíbaro es pues el garante de nuestros valores como pueblo». Robert Márquez, en su Puerto Rican Poetry: A Selection from Aboriginal to Contemporary TImes (The Maple Val-Book Manufacturing Group, Inc., 2007) explica el surgimiento del jííbaro como una evidencia de la «falta de armonía» entre las políticas de España y las experiencias y necesidades locales (loc. cit., 7O) y aprovecha para discutir, aprovechando el material poético desde los legados de los comienzos indígenas y africanos coloniales, esto es, —Before Columbus and After, 1400–1820 y pasando hacia The Creole Matrix: Notions of Nation, 1821–1950s. [7]

Como apunta Márquez, la diferenciación que el jíbaro trae respecto a España es racial y lingüística. Ninguno (y sería una falsa expectativa que un régimen ideológico lo consiga, al fin y a la postre) puede evitar que otros individuos amen el paisaje, o una lengua, que otros rechazan. Una cultura hegemónica, con su clase política, pudiera censurar y vetar el uso de ciertas expresiones, frases, dialectos, palabras e ideas de origen popular, aún con la prohibición del lenguaje; pero quedan los hablantes que lo rescatan, que lo crecen en el anonimato y en una irreverencia desafiante. Para suprimir el habla, de un modo no natural, coercitivo, hay que eliminar a la comunidad de sus hablantes y a la cultura oral que diera esos cimientos. [8]

POTENCIAR EL LENGUAJE DEL TIPO: El Dr. Guillermo Hurtado, filósofo mexicano contemporáneo y uno de los animadores del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, al comentar una observación sobre el lenguaje dicha por Jorge Luis Borges, escribió:

Cada lenguaje es una tradición... cada palabra es un símbolo compartido. Apegarnos a nuestro idioma no es sólo como peinsan algunos, preservar una señal de identidad, sino toda una visión de mundo. Hay en las palabras y oraciones del español, como en las de cualquier otro idioma, innumerables datos para la reflexión filosófica: desde frases en las que ha quedado plasmada una fenomenología, hasta distinciones gramaticales por las que se asoma una metafísica. Las demás razones pueden parecer menos profundas, pero no son menos importantes. [9]
Según se pondera el sistema del lenguaje y el suministro de esencias que da su sabiduría a los tipos folclóricos-populares de San Sebastián del Pepino y de Puerto Rico general, se entiende por qué tanto el hombre urbano, educado, como el campesino en general, extienden su gratitud al jíbaro aguza'o. En el habla del jíbaro hay genio y riqueza. Utilizando, la lengua, su vigor de raíces, se mamarán las esencias epocales.

En nuestros tipos campesinos y populares, las mejores convicciones, las más liberantes y más consoladoras, han sido hilvanadas con palabras y agudeza. Agudeza no porque como el hombre poderoso y malintencionado, que cuida más lo que tiene que su alma, hable y diga lo suyo debajo de las cobijas. No es la agudeza que viene de un azar afortunado, por carambola feliz, pero decir por decir, la agudeza del tipo folclórico-popular suele ser, en la mayor parte de las veces, abrirse, lo soluto («Erschiossenheit»), sabiduría que se prohija por el sufrimiento y por un haberse resuelto. Como el campesino y el viejo arrimado y esclavo, el sufrimiento ha formado la humildad como virtud; pero también un saber como recompensa; un saber que, por consolarse y buscar plenitud, sabe expresarse, conmoverse a sí mismo y a otros.

Obsérvese que estos dos elementos, lengua y paisaje, son dos sistemas que ofrecen un campo subjetivo de creación. A diferencia del sistema de comportamiento, la lengua y el paisaje presentan muy particulares dificultades a la intención de alguno por manipular moral e ideológicamente tales sistemas. Se puede sancionar y reprimir la conducta externa del individuo en sociedad (después de todo, esa es la función del sistema jurídico-policíaco y su agenda de «law enforcement»); pero no se puede oprimir el paisaje ni el habla sin que el empeño de hacerlo vaya en contra del opresor y ocasione sus problemas más graves.

El tipo común y corriente puede maldecir y menospreciar su geografía física y social, el paisaje; pero no puede destruirlos. Al hacerlo, si fuera posible, se inferiorizaría aún más a sí mismo. Lo eventual (la expectativa de lo contingente) vendría contra él con más angustia.

¿Por qué el primer tipo (el que no es hombre del montón) cuenta con ciertas ventajas, o habilidades, «lore», «protoerudición», «sabiduría epocal») para trabajar con la previsión que falta a su vecino, el segundo tipo-repetidor e inauténtico? ¿En qué ha fallado el hombre común y corriente que él no logra convertirse en peculiar?

EL DESVIO LINGUISTICO Y LA PICARADIA: He tenido la oportunidad de conversar extensamente con entusiastas de la cultura popular mexicana, país de un riquísimo regionalismo y un acervo gigantesco de cultura popular. Un gran problema presentado, en la discusión e intercambio de ideas con ellos, es que no entienden que la picardía y el doble sentido («albureo») de por sí, aunque sea un rasgo idiosincrático de un pueblo, no constituye una tipificación profunda y autenticadora de un individuo. La picardía y el albureo son materiales, a veces brutos, otras tantas veces residuales, de la diversidad de materiales de la que se puede nutrir un tipo folclórico-popular. Aún concediendo que todos los mexicanos son dicharacheros, albureros y picarones, ésto no los presentará como peculiarmente señeros en la fase final del prototipo folclorizado.

A. Jiménez, quien es el más popular de los expertos en picardía mexicana y cuyo recaudo de material consistente en voces, ideogramas y artefactos de «la ironía mordaz, el humorismo grosero, la sátira virulenta, el chiste vejatorio, la palabra ofensiva y el dibujo procaz», admite que «el pueblo de México no es más grosero que la generalidad de los habitantes de otros países». [10]

De hecho, la evidencia más multifacética de que existe el tipo común y corriente y que éste se vincula a los tipos folclórico-populares como el receptáculo que los imita, sin serlos, es ésta: la picardía y la grosería son universales. Lo que sucede es que, aunque ese conocimiento acerca de «vocablos malsonantes y dibujos prosaicos», comentarios chispeantes y escatologías, esté en un ahí-público, el tipo común y corriente utiliza su criterio antes de descargarlos con quien interacciona; él es sólo un repetidor ocasional, oyente nutrido por ese material, pero no su creador. Lo disfruta como quien, una vez sentado, o haciendo círculo con un chistoso, no le queda más remedio que gozar y reir de sus amenidades y repertorios; pero él, como oyente, no los sabría contar ni sazonar con gracia propias.

Esto nos llevará a concluir que ante lo eventual de la originariedad, hay dos tipos de personas que se inquietan y preveen: (1) el tipo común y corriente, quien es el Dasein que novelerea y espía interpretativamente en lo incierto y lo novedoso y, en segundo lugar (2), el sujeto, que es directo inspirador y depositario de lo adviniente, ese «fin», lleno de originariedad que siendo un no-ser-siempre-todavía va hacia ello y materializa en sí su más propia posibilidad de ser.

El segundo tipo humano tiene (en su ser) pensada la expectativa como dato de extracción preontológica. Contrario al tipo común y corriente, repetidor y novelero, que termina articulándose o gesticulándose con aversión, desvío y huída, ante la eventualidad que lo cohíbe o incomoda, en determinado momento, el segundo, la lleva a su destinación final y se vuelve uno con la eventualidad.

El quid de esta cuestión es que lo eventual, por incierto, clama por la vivencia de la angustia, única situación de la que arranca el conocimiento verdadero. El hombre del montón, el primer tipo, rechazará la congoja que se desprende de un háberselas con la situación difícil, el eventual golpe de lo angustioso, lo amenazante. El segundo tipo se solve con ese destino y, desde sus fuerzas interiores, querrá afrontarlo.

Con los elucidarios de vidas individuales («mitos privados»), opuestos o reactivos al Don Nadie, o a ese ser tipicado más vaporoso e incoherente que hemos llamado el hombre del montón, el novelero Hombre Común y Corriente, el lenguaje ganará en pasión raigal, en juegos sutiles, en matices profundos. Esa conexión con la raíz y potencia del lenguaje y del paisaje, que se alían objetiva y subjetivamente para dar su resultado, su eficiencia social, desde su tensión significante, produce el genio. Genio de la lengua y de su ahí-geográfico.

Vladimir Sangi observó correctamente que sin folclor ni la cultura espiritual ni las relaciones humanas profundas ni la faceta concreta de la literatura existirían:
«Each ethnic national literature has to have its roots. When in the history of literature you find geniuses, there are the people who reflect national themes as well as their own individualities». [11]

CUANDO TODOS SOMOS JIBAROS: El Lamento Borincano del jibarito Rafael Hernández es el símbolo de ese logro, la canción popular, que cuaja en unidad los valores de etnicidad, genio individual y nacionalidad para hablarnos sobre un ser humano que todavía en los decenios del '30 y el '40 estaba siendo oprimido y menospreciado por las élites burguesas más recalcitantrantes de esta nación.

A mi juicio, esta canción popular que hoy es uno de los himnos nacionales de la idiosincracia campesina, por contener dos de sus características, humildad y solidaridad, pudo más que el nacionalismo del Dr. Albizu Campos, en el ámbito de las ideologías. El Dr. Albizu Campos es cúspide humana del valor, lo mismo que el Dr. Ramón E. Betances y otros patriotas del Grito de Lares y el independentismo político de postguerra; pero, obsérvese que sólo un aporte popular, una canción que contenga la plena vibración de su potencia y luminosidad, basta para asentar lo que a veces el matirilogio y el tesón predicativo de grandes héroes e intelectuales no pueden. Para convencernos de que «todos los boricuas somos jíbaros», al decir de Angel Acevedo, poeta pepiniano, más sirvió una canción como Lamento Borincano que las doctrinas más formales.

Si analizamos la canción («Lamento Borincano») del aguadillano Rafael Hernández es posible entrever el carácter del alma transparente que define al tipo auténtico. Es cierto que hay un lamento expresado, más ajeno que suyo; pero, al salir este jibarito de la anécdota de su hogar, llevaría todo el optimismo del que fue capaz:

Sale loco de contento, con su cargamento
para la ciudad, ¡ay! para la ciudad.
Lleva en su pensamiento
todo un mundo lleno de felicidad, ¡ay! de felicidad.


[Lamento borincano, de Rafael Hernández]

La desilusión del jibarito llegaría al anochecer pues no vendió su carga. La plaza del mercado fue un desierto. Triste situación: él ha comprendido que la pobreza de la isla es general. El sigue produciendo, pero nadie compra y esa no es su culpa. Es sencillamente una realidad. No es la inadecuación humana, su vagancia o su fatalismo. El a priori no es el lamento gratuito del pueblo, porque la desdichada Borinquén no sufre por el gusto; la causalidad es una sociología de la penuria. El cantar que fue «himno de alegría», búsqueda de ilusión, se ha trocado en el canto de tristeza y solidaridad.

El pueblo está muerto de necesidad.
Se oye este lamento por doquier...
En el hombre esencial, el que sufre y lamenta, por el alma de la colectividad, su voz no se destina al vacío. No ha de ser el profeta que predica en el desierto y que se verbaliza con «un decir por decir», sin fundamento, o como quien no dice nada. Que a nadie le plazca hablar: tal sería la actitud del peor y, comúnmente, la ejercita el Tipo Negativo de Don Nadie. El tipo folclórico-popular, si expone su tristeza, con ello instrumenta una denuncia, un proyecto desarticulado muchas veces para crear soluciones, o al menos para ser oído. Aunque, de momento o por de pronto, ninguno lo oiga, el tipo folclórico-popular validará sus dichos. Uno que expresa gratitud y que deplora el determinismo fatalista. El hombre esencial, el tipo auténtico, como observa el Dr. Alonso, sabe que «una mala costumbre no se quita con un sermón». Además enuncia: Nunca es tarde si la dicha es buena y mejor que nada es un bien tardío.

EL TIPO ESENCIAL Y EL DEL MONTON: Si consideramos otra vez la cuestión del tipo-espejo, repetidor e inauténtico, con la imagen real del tipo-creador y fundamentador de la originariedad, el tipo esencial que instala en sí lo eventual, a todo riesgo, veremos que en su dinámica, se contrastan. Son definitivamente distintos y aún antitéticos. Un amigo mexicano, quien se autoclasificó como el tipo normal, común y corriente, un «mexicano clásico, alburero y chilango», hizo las siguientes observaciones cuando leyó algunas ideas bosquejadas en este ensayo y yo le pedí que las diera por escrito por hallarlas interesantes:

... para los mexicanos, el verdadero folclor viene de la provincia, pueblitos, ranchos. En el Distrito Federal, lo que hemos hecho es absorberlo, integrarlo y cambiarlo. Los tipos populares básicos son cinco o seis, como yo los pienso: (1) el Don, que es ese viejito sabio que, cuando sufres un problema, te dicen Don Cayito va a saber, él te puede resolver, él conoce sobre ese problema, él lo conoció, etc.; (2) el Profesor Benevolente (éste es uno, de pueblo pobre, que sabe tanto como Don Cayito, que en todo trata de colaborar para que no falte la escuelita y los niños tengan ese mínimo indispensable de destrezas y orientación para que triunfen en la vida y no se descarríen; es el que hace de padre para el
huérfano, el que pone inyecciones y le vienen a pedir consejos cuando hay un niño que está enfermo, el que orienta a coscorrones, pero todo el mundo lo quiere porque no es un ganapán, sino un ejemplo de que la educación es una esperanza, a pesar de que él mismo esté viviendo en penurias); (3) no falta la
Partera (donde no hay servicios médicos y hospitalarios); (4) no falta el Clásico Borracho, amistoso, que no se mete con nadie, pero que siempre anda a medios chiles; (5) la Puta Clásica (y puede que hayan muchas, rameras a morir haciendo lo mismo; pero ésta es una con una historia especial, tal vez porque fue la primera en el pueblo, o la que más anécdotas tuvo o tiene por sus andanzas, la que el Cura no pudo redimir y, finalmente, el Patrón o Magnate Prepotente, que es un mala-madre, gandaya, a lo mejor el charro presuntuoso, que queda descrito en los corridos e inspira miedo...

Los tipos populares en el Distrito Federal son reelaboraciones de esos porque de los pequeños pueblos de la provincia fue que llegó el modelo. En la ciudad, hay otros tipos que se forman por necesidad, pero si uno les rasca y le busca uno siempre hallará el modelo que del campo y la provincia de la que surgió. En la ciudad, se hallarán los que le hacen al loco, al merolico, al comerciante ambulante, a la lectora de baraja y la bruja, pero todos vienen de la provincia, o se arriesgan a ser algo nuevo, al parecer muy urbano, y se transmiten esas mañas por generaciones porque nunca han dejado de ser pobres y vivir de una tradición que los moldeó. [12]
Bautista no quiso mencionar a los curanderos entre sus tipos clásicos porque, entre muchos de quienes «hacen de médicos sin serlo», hay mucha charlatanería y aportan más daño que bien a la sociedad. «Las comadronas y parteras sí tienen un respeto social», alegó. Tampoco quiso incluir a los curas o párrocos, porque ya están muy materializados y son comodines. Sin embargo, recordó que remotamente algunos se hicieron legendarios y aludió al Cura de Jalatlaco, quien fue un personaje proverbial en México y que definiera, en el folclor, al sacerdote que se aflige y apura por los pleitos y cuidados ajenos.

La autenticidad del TP es la clave para reconocer su autencidad y para que realmente se de a querer y sea memorable.

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Bibliografía


[1] Pablo Diener, «Lo pintoresco como categoría estética en el arte se viajeros: Apuntes para la obra de Rugendas», en: Historia, N° 40, Vol. II, julio-diciembre 2007: 285-309 .
Ver

[2] Ibid.

[3] Pablo Diener, op, cit.

[3] La estética de lo pintoresco fue desarrollada por autores como William Gilpin (The Essays on the Picturesque, 1792), Uvedale Price (An Essay on the Picturesque as Compared with the Sublime and the Beautiful, 1794) y Richard Payne Knight (An Analytical Enquiry into the Principles of Taste, 1805). El término aplicado al estímulo visual «que aporta una sensación tal de singularidad que pensamos que debería ser inmortalizado en un cuadro» fue empleado por primera por Giorgio Vasari.

[4] Pablo Diener, op, cit.

[5] Ibid.

[6] Manuel Alonso, Escena XII, Aguinaldos. En este trabajo de Alonso, explica en su nota el editor, se describe la tradición de las trullas navideñas cuando un: «grupo de personas se reunen para un fin en común en este caso llevar aguinaldos. Se cree que viene de la palabra patrulla». Alonso explica que: «Las trullas de a pie se componen de gente pobre, que no por eso se divierten menos; maracas en mano y tiple y carracho bajo del brazo, caminan, leguas enteras saltando barrancos, vadeando rios y trepando cerros, hasta que el sol les halla muchas veces a gran distancia de sus casas; pero esto no les importa: continúan su camino durante todo el día y la noche de Reyes, sin regresar de su peregrinación hasta el que sigue a este último; esto es, a los tres de haber abandonado sus Penatés». Otro tipo de Trulla: «Dada la diferencia de educación, es sabida la que puede haber entre las escenas de estas trullas y las de a caballo: varían en los modales, las expresiones, etc., pero en la esencia lo mismo pasa en unas que en otras. Los versos que cantan en aquéllas con música variada y que son a veces buenos, en estas últimas guardan el mismo aire siempre, y se transmiten de padres a hijos sin alteración en las palabras».

[7] Robert Márquez, Puerto Rican Poetry: A Selection from Aboriginal to Contemporary Times (The Maple Val-Book Manufacturing Group, Inc., 2007), ps. 70-75.

[8] «If a language disappears, traditional knowledge tends to vanish with it, since individual language groups have specialized vocabularies reflecting natives people's unique solutions to the challenges of food gathering, healing and dealing with the elements in their particular ecological niche»: Eugene Linden, «Lost Tribes, Lost Knowledge», en: Time (Vol. 138, Núm. 12), 23 de septiembre de 1991, ps. 46-56. Cotéjese observación de Pinkola, en: Clarissa Pinkola, Women who Run With the Wolves: Myths and Stories of the Wild Woman Archetye (Ballantine Books, New York, 1992), p. 271.

[9] Guillermo Hurtado, ¿Tiene sentido la filosofía hispanoamericana? (en: La Jornada Semanal, 22 de diciembre de 1996 ), p. 6. Se puede leer en la internet en:
Ver

[10] A. Jiménez, Letreros, dibujos y grafitos groseros de la Picardía Mexicana (Editorial Posada, S.A., México, D.F., 2da. ed., 1975), ps. 8 y 10.

[11] Vladimr Sang, ___

[12] Julio Bautista, Los tipos provincianos, en: Notas de una conversación con Carlos López Dzur, Santa Ana, Febrero del 2002)

CONTINUA