Por CARLOS LOPEZ DZUR / Fundador de la revista Sequoyah
1. Doy una mirada de exploracióm al temario de tus tres grupos de poemas, trece textos en cada uno y, después de leerlos repetidas veces, me pregunté qué prioridad de mensaje, o espíritu unificador, pasa de uno en otro o da valor al conjunto. Cada texto refleja un proceso interno por el que pasas (pasamos todos los buscadores de esencias verdaderas) para crecer espiritualmente. Baal Shem Tov enseñó sobre este proceso en términos de la paradoja de la Creación mediante la cual hay una interacción entre la luz y la oscuridad, cuya dialéctica al final revela algo nuevo y dulce cuando comprendemos ciertas etapas previas, sumisión y separación.
La base de toda percepción honesta de la realidad comienza con la sumisión. Esta es la faceta que está codificada cuando dices: «Bajo tras tu cuerpo de estalactita / donde me cuelgo por pabellones / de polvos resignados». La criatura humana encarnada y finita, como todo lo que porta onticidad, siente su condición de sustancia como manifestación en las doce cualidades de las Tercera Dimensión. La decimotercera cualidad nos mete en el Tiempo como cuarta dimensión. Es sujetos a la espacio-temporalidad que podemos ser «sumisos» y sabernos «separados» de la Fuente Originaria (la que está representada por la letra hebrea Mem) y el concepto kabbalístico de Jashmal, una especie de luz o energía originaria de la unicidad Divina más allá de tiempo y espacio. Como el proceso creativo concierne a Sed de Revelación, quien anhela ésto espera la energía personificada que Comunica o habla cuando estamos sumisos y separados.
En tu poema Fredor, se infiere la alusión al ángel de Jashmal en el verso: «Cuando duerme la tierra recién dormida / un cuerpo de añil se me adosa». Este cuerpo de añil examina la actitud de sumisión u obediencia, la disposición a Oír lo que él hablará. Los «polvos resignados» [nacimos del polvo / barro / y ahí volveremos, según la metáfora de la Creación] simboilizan nuestros cuerpos terrestres y nuestra receptividad al proceso energético del Uno / el enviado como Jashmal / es representada como «la tierra recién dormida». Aquí hay que recordar que el tipo de ángel examinador que es Jashmal, está codificado con el sustantivo que, en hebreo, se descompone en dos palabras: «Jash», que significa Silencio y «Mal» (=habla). En el proceso cognitivo-creativo, prerrequisito para el Oír es el silencio. En calma, se oye mejor. Se autoriza la posibilidad que sea otro el que hable.
Mas, curiosamente, has llamado al ángel Cuerpo de Añil y la escena en que éste hace su presencia es fría, apartada, como puede sería en los Alpes. Me recordaste el momento en que el profeta Elías experimentara la presencia de un ángel y escuchó su «voz silenciosa, suave». Los ángeles-jashmal, dice el Maestro Baal Shem, «algunas veces están silenciosos, algunas veces hablan», siendo que hay un «Tiempo de hablar y tiempo de callar». Hay que hablar de tal modo que la «lengua sea el rey del cuerpo humano». La Kabbalah enseña que el hablar agitadamente y el torbellinismo dañan; «dependiendo del miembro que mueve mientras habla, se sabe que en ese sitio lleva el alma». [1}
La actitud del hablante en el texto Fredor es descrita así:
«despidiéndome de un torbellino
que al amor lastima»
y basada en un deseo de aprendizaje:
«Quien pudiera recoger florecitas de los Alpes
sagrados pétalos disecados en el Libro.
Llama lanzada por azar al opuesto encubierto»
Los «sagrados pétalos» o «florecitas» se recogen en el paisaje de la separación o el tranquilo y alto horizonte de los Alpes. Es una alusión a la altura como símbolo de elevación o propiciación para un contacto espiritual. Las florecitas son enseñanzas sagradas, o de luz: «Llamas lanzadas». Fulgores que ya han sido dadas, pero que en el torbellino del mundo no se habían oído. Como seres no separados, rectificados ni sumisos ni endulzados, somos los «opuestos encubiertos». El Libro aludido en el poema es la Torah.
El Maestro Baal Shem [2] instruye, al explicar el silencio como acto de sumisión, que los individuos en confusión, en torbellino, o interna contradicción, no distinguen entre Beso y Herida, entre Bien y Mal y, por ello, les compete la necesidad de callar y apartarse ante las situaciones difíciles de manejar. El hablar autorizado viene cuando es aconsejado por la Luz / Jashmal / la Torah. De sus pétalos sagrados es que aprenderemos a transformar la Herida en Beso, el Mal en Bien. En esto, consiste la fase dialéctica resolutiva: el endulzamiento.
FREDOR
Cuando duerme la tierra recién dormida
un cuerpo de añil se me adosa.
Paso beso paso herida
despidiéndome de un torbellino que al amor lastima.
Quien pudiera recoger florecitas de los Alpes
sagrados pétalos disecados en el Libro.
Llama lanzada por azar al opuesto encubierto.
Si a hielo matas a hielo he de curarme.
Bajo tras tu cuerpo de estalactita
donde me cuelgo por pabellones
de polvos resignados.
[Fanny Jaretón]
En la construcción adverbial «bajo tras tu cuerpo», el dulzor / refugiarse con el ángel / se transforma en calidez. Ya no hay frío de separación, sino una agradable temperatura de sensación. No es extraño que hayas elegido el título «Fredor», como en el índex que mide los azules.
2. El siguiente texto, Impermanencia, lo vinculo a esa entidad que presentaste en el primer texto: un cuerpo de añil que se adosa a tu hablante. Desde esa visión del mensajero azul-añil, que es el Jashmal (el ángel), entenderé tus comentarios sobre la imperrnanencia, la transitoriedad del diálogo iniciado con él, el esfuerzo necesario para superar el estado de Caída. El epígrafe citado de Buda me sugiere una actitud de búsqueda, o la diligencia, que Buda aconsejara para quien desea la comprensión esencial, más allá de la indiferencia, sobre el estado original humano.
Ante este mensajero, de cuerpo de añil, el hablante de tu poema, ha conmenzado a Oír («Escuché tu canto de sirena»). En la interpretación kabbalística de lo Sagrado, lo que es un canto de sirena, uno que es producido por las voces más hermosas y seductoras, no es el mismo que el análisis profano diría. Que al ser oídas (las sirenas) el oyente se aniquila viciosa y tontamente echándose al mar. Para los hermeneutas, las sirenas, las nereidas, seres acuáticos, se asocian al simbolismo de Piscis y la letra Mem, cuyo valor nominal es 13 y su valor reducido 4. Para la Sicología Arquetipal, nereidas, serenas y otros seres acuáticos, representan el subconsciente y el anima, «belleza femenina idealizada», o en sus aspecto seductivo y corruptor, «vanidad e inconstancia» (Fontana, 162-63).
La Kabbalah lleva el simbolismo de los arquetipos acuáticos y anfibios a los textos sagrados sobre las deidades sumerias y los dioses anfibios, quienes a su vez nos llevan a la tribu Nommo o Dogon. En este contexto, el símbolo de Dogon incidirá sobre el símbolo del Ojo – Piscis el pez – y aún, Jesús. En cuanto Horus es el símbolo de Piscis, lo es de la Primera Luz. La Primera Luz ocurre en cada instante sin funcionar dentro de las limitaciones del tiempo.
En este poema hay referencia a lo anteriormente explicado. Tu hablante en el texto quiere persistir con estructura y formas esenciales ante lo que se observa y «frente a sus Grandes Ojos», sin funcionar dentro de las limitaciones del tiempo, lo que equivale a:
Jamás haber renunciado a la forma
cuando todas las formas de mi espacio
es Él.
Diríamos que tu hablante, en este texto, ya está Oyendo y Viendo, aún aquello que fue enseñanza de muchas tradiciones en la vida histórica y fue desoído e ignorado por una actitud indiferente. Sin embargo, viendo y oyendo, ahora el hablante se puede «sirenar», o participar del nuevo fenómeno cogntivo o aprendizaje, que incluye el Escuchar la Eterna Melodía. El sentido de incomunicación se debilita al fin y, ahora en la lógica del nuevo aprendizaje por el ver y el oír, se reaprende. Aún cuando el hablante es una criatura tras la Caída (separada del Reino angélico de la Yezirah), puede suponer cosas diferentes. Por ejemplo, abrirse como un templo a las enseñanzas, a la recuperación del amor, al contacto con el Cuerpo de Añil y su Voz de Sirena («abrir el asmasfera frente a sus Grandes Ojos»). Puede dejar de experimentar el Mal (la asfixia, las cadenas), el Defecto, las consecuencias del haber caído y padecer un insomnio / incertidumbre. el vértigo en la impermanencia.
El por qué este reentranamiento / que recupera al caído / es necesario es parte de la salud en el Tikkum / la rectificación. Este destalle del proceso interno que mencionamos, utilizando los comentarios del Baal Shem Tov, concierne a la letra Mem siendo que ésta es la Fuente Abierta del conocimiento y signo de lo que haría posible la unicidad divina. El valor absoluto, mispar bejrají, es de 40. Respecto a este punto, el poema Impermanencia nos refiere al 40 porque tu hablante lírico aspira al crecimiento, ir a la Fuente por la sabiduría (como Buda, Moisés en el Monte Sinaí y los israelitas que le acompañaron 40 años en el Desierto).
Este Desierto es el símbolo de los 40 años en la tarea de ser sabio (o alcanzar un alma büdica); peregrinar en aras de la verdad y lejos del torbellino del mundo, hasta lograrlo y pasar las diferentes pruebas del proceso. [3]
Hay imágenes en el texto que aluden a sobrevivencia y formación. El 40 es indicativo del Diluvio que limpia al cabo de los 40 dias y 40 noches de su acaecer. En los versos:
lo que pasó por corriente nos transporta
al magnetium del pasó más allá doaire.
vagamente se insinúan las corrientes diluviales, el arca de salvación de Noé o. en una lectura más imaginativa desde la evocación del simbolismo del 40, una nueva formación fetal, como ente sobreviviente, en el Tiempo que es el 13 de Mem. En cuanto a este número, habría que recordar que es la cifra de las Transformaciones. La hablante del texto comenzó «hociqueando» en noches de asfixia, desde la asmasfera (las esferas del Asma / la asfixia del alma animal que hociquea), mas, al final de texto, se observa el cambio positivo. Siente que puede dejar las cadenas y las viejas suposiciones de soledad. La noción de Sirenas / Cuerpo de Añil / habla sobre un estado de la mar / donde los mares son flujos de consciencia. El ojo pisciano ve la mar – flujo de pensamiento – energía electromagnética – el akásha – la zarza ardiente mosaica y la creación – «las formas de mi espacio son El», explicas Fanny.
IMPERMANENCIA
«…Todas las cosas condicionadas son transitorias:
Esfuérzate con diligencia…»: Buda
Escuché su canto de sirena.
Pude sirenarme en su eternal melodía.
Dijo que me quería cuando nunca me lo dijo.
Tuve razón y templo en su corazón encarnhesido.
Tanta tradición pasó por nuestro río de vida.
Pero lo que pasó por corriente nos transporta
al magnetium del pasó más allá doaire.
Entonces en la Caída supuse lo que podría
y al ser indiferente lo diferente
abrir el asmasfera frente a sus Grandes Ojos.
Jamás haber visto lo que en tantas noches
de asfixia he Hociqueado.
Jamás irme de lo que partió mi insomnio
con cadena.
Jamás haber renunciado a la forma
cuando todas las formas de mi espacio
es Él.
[Fanny Jaretón]
3. Tu tercer texto, Fanny, me parece entretejido con los anteriores. En este particular caso, Fundación es tu asomo poético a «un código insinuado de secretos» del que habla la Torah y Zohar (El Libro de los Esplendores). Nacer al estremecimiento del mundo, sin agujeros negros, es nacer al mundo manifestado, al que los kabbalistas llamamos el reino de Malkut (la Tierra, el mundo fenománico, el de las sensaciones), incluyendo las 4 fuerzas elementales de la Naturaleza, a saber, fuerzas débiles y fuertes (radiaciones), fuerzas elctromagneticas y la gravedad. Estas son las formas de tu espacio, mas te sospechas que no son las únicas.
La criatura humana es una unidad de vida-consciencia, representada en la Kabbalah como las diez esferas del Arbol de la Vida / Ciencia / y que puede ser auxiliada por cuatro fuerzas especiales, precisamente, las más secretas. Son llamadas Partzufim o los Cuatro Rostros. Todas las 4 fuerzas elementales de la Naturaleza son divinas y son la raíz oculta de la realidad manifestada. Son lo secreto del Todo. Son la insinuación de que lo Divino existe como Rostro integrador de todos los elementos de lo Real. Y se le llama Rostro porque hay un sentido racional de lo Creado.
El mundo / Malkut / la Naturaleza / apunta hacia un Ser que quiere dispensarse, que desea Alma para el mundo y que representa aspectos polares, negativo y positivo, de las energías. Este ser fluye desde el Ain Sof (Fuente de Vida) hasta el primero de seis puntos o dimensiones (Hesed) y alcanza la Shekinah. lo Femenino, en que reposa. Esta cesación es lo que se llama Delicia / Reposo / Sabbatt {Meir ben Ezekiel ibn Gabbai, loc. cit, p. 88].
El término arameo du-parzufin [dos rostros] refiere la unidad primordial del Varón y Hembra Divinas que se renovan cada Sabbath y que hablan como si dos fueran uno. La Shekinah, o Tiferet, se vincula a «Recordar» (tén memoria) y el «Mantén o Guarda» se asocia al aspecto Yesod [4].
El sentido de lo divino es ser, no sólo en sí, sino en todo. Alma Universal, organizador del Verbo de su Luz y organizador de todo Caos en proceso colaborativo. La Humanidad es un aspecto de esa colaboración universal. Lo que describes como la «grandeza del niño» es el proyecto divino de una Humanidad que aproveche todo lo fundado y creado. El niño divino somos todos, Fanny. El niño-Humanidad está en el corazón de Dios y es el que abre los párpados para que se vuelva a las raíces, la sexualidad sagrada que lo engendrara; hecho que, con respecto a la creación, se trasluce en la inquietante frase tuya, «abrió mis párpados a mis piernas», para una andanza de altura, «caminar por la cornisa», donde el Caminar / en vida prolongada / sea vuelo y no arrastre de entes inmanifestados.
El poema no elaboró extensamente el punto contenido en la frase: «allá coció membrana»; pero, hacia ese 'allá' de la frase, la suerte de la humanidad ha sido transportada, porque todavía hay un estigma, la Caída. Un kabbalista como Meir ben Ezekiel ibn Gabbai, tan interesado en el estudio del periodo de la Fundación en el proceso de la Semana Primordial, ha advertido que había espíritus (Gn. 3:1), todavía desnudos, cuando Adam / niño de Dios / prototipo de la Humanidad anhelada, ya tenía su cuerpo, o «preciosas vestiduras» (loc. cit., p. 23). Estas vestiduras son las que envidiaron aquellos espíritus («chispas de luz») que aún no habían sido «vestidos» con vasijas de sustancialidad cuando se completó la creación humana. Gabbal dice que fue, en la tarde de la Cesación, antes del Séptimo Día de tras las labores fundacionales, que para estos espíritus se vio como en estigma, o a tu decir,
Descubrir el oportunio del corazón
marca en su pecho un estigma:
que estaban desnudos, sin cuerpos. Vestiduras de carne.
La Humanidad adámica, sin embargo, gozó de un privilegio y la mujer fue la primera en indagarlo, al contar la grandeza del evento. Sus niños se ameritaron como los primeros «hijos divinos, luces brillantes de la Torah y la misericordia, quienes promocionarán paz en el mundo. Más aún, ella por ésto concederá a su esposo largura en sus días... Ella deberá encender dos velas para representar el Recuerda y Guarda» (p. 23). Estas Velas Cósmicas de la Noche del Shabbath, consignada como tarea a las mujeres, en el Tabernáculo de Paz, se recuerda y se practica como una tradición en el judaísmo. Se distribuyen luces / velas / como una señal de que hay cuerpos que no tienen «almas», así como almas que no tienen cuerpo. Así se hace paz entre unos y otros. «Para simbolizar este misterio, la responsabilidad de encender las velas del Sabbath se delega en la mujer» (ibid.)
Fanny, tu poema Fundación es más que un canto a la Luz Ilimitada (o lo que la Torah llama «radiación de la [infinita / suprema] luz / Ain Sof, del Rostro de Dios», sino del proceso subsecuente en que «El punto del sinprincipio ni fin / permuta las razones». ¿En qué razones se permuta un proyecto divino de fundación y completitud después de seis días de creación? ¿Es «dar alas para volar» un «salto de aquí / allá» que la Humanidad quiere y que está acorde al secreto divino, a sus códigos de intención para el Eterno Ahora? ¿Es el niño mencionado en el poema un vínculo con el Cuerpo de Añil de tu poema cuando se refiere a la energía de lo angélico?
Fundación
Con un código insinuado de secretos
Él le abrió los párpados a mis piernas.
Me hiso caminar por la cornisa
donde mi suerte fue transportada.
Un salto de aquí / allá coció membrana.
Sin agujeros negros el mundo se estremece.
El punto del sinprincipio ni fin
permuta las razones.
Descubrir el oportunio del corazón
marca en su pecho un estigma:
Hoy presente el Hoy
puede contarse la grandeza del niño.
Plantó árboles para el keren kayemet
Plantó la prolongación de la vida.
Porque en sus Raíces me entierro
cuando fue Él quien me dio
alasparavolar.
[Fanny Jaretón]
Por último, este poema es un homenaje al «Keren Kayemet», fundado en el año 1901 en Israel, quien tuvo la iniciativa de plantar olivos, árboles que dieran frutos y se destacaran por su vitalidad.
Continúa
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Bibliografía
[1] Rabí Aharon Schlesinger, Enigmas y Misterios del Talmud y la Cábala [Editorial Obelisco]
Pude sirenarme en su eternal melodía.
Dijo que me quería cuando nunca me lo dijo.
Tuve razón y templo en su corazón encarnhesido.
Tanta tradición pasó por nuestro río de vida.
Pero lo que pasó por corriente nos transporta
al magnetium del pasó más allá doaire.
Entonces en la Caída supuse lo que podría
y al ser indiferente lo diferente
abrir el asmasfera frente a sus Grandes Ojos.
Jamás haber visto lo que en tantas noches
de asfixia he Hociqueado.
Jamás irme de lo que partió mi insomnio
con cadena.
Jamás haber renunciado a la forma
cuando todas las formas de mi espacio
es Él.
[Fanny Jaretón]
3. Tu tercer texto, Fanny, me parece entretejido con los anteriores. En este particular caso, Fundación es tu asomo poético a «un código insinuado de secretos» del que habla la Torah y Zohar (El Libro de los Esplendores). Nacer al estremecimiento del mundo, sin agujeros negros, es nacer al mundo manifestado, al que los kabbalistas llamamos el reino de Malkut (la Tierra, el mundo fenománico, el de las sensaciones), incluyendo las 4 fuerzas elementales de la Naturaleza, a saber, fuerzas débiles y fuertes (radiaciones), fuerzas elctromagneticas y la gravedad. Estas son las formas de tu espacio, mas te sospechas que no son las únicas.
La criatura humana es una unidad de vida-consciencia, representada en la Kabbalah como las diez esferas del Arbol de la Vida / Ciencia / y que puede ser auxiliada por cuatro fuerzas especiales, precisamente, las más secretas. Son llamadas Partzufim o los Cuatro Rostros. Todas las 4 fuerzas elementales de la Naturaleza son divinas y son la raíz oculta de la realidad manifestada. Son lo secreto del Todo. Son la insinuación de que lo Divino existe como Rostro integrador de todos los elementos de lo Real. Y se le llama Rostro porque hay un sentido racional de lo Creado.
El mundo / Malkut / la Naturaleza / apunta hacia un Ser que quiere dispensarse, que desea Alma para el mundo y que representa aspectos polares, negativo y positivo, de las energías. Este ser fluye desde el Ain Sof (Fuente de Vida) hasta el primero de seis puntos o dimensiones (Hesed) y alcanza la Shekinah. lo Femenino, en que reposa. Esta cesación es lo que se llama Delicia / Reposo / Sabbatt {Meir ben Ezekiel ibn Gabbai, loc. cit, p. 88].
El término arameo du-parzufin [dos rostros] refiere la unidad primordial del Varón y Hembra Divinas que se renovan cada Sabbath y que hablan como si dos fueran uno. La Shekinah, o Tiferet, se vincula a «Recordar» (tén memoria) y el «Mantén o Guarda» se asocia al aspecto Yesod [4].
El sentido de lo divino es ser, no sólo en sí, sino en todo. Alma Universal, organizador del Verbo de su Luz y organizador de todo Caos en proceso colaborativo. La Humanidad es un aspecto de esa colaboración universal. Lo que describes como la «grandeza del niño» es el proyecto divino de una Humanidad que aproveche todo lo fundado y creado. El niño divino somos todos, Fanny. El niño-Humanidad está en el corazón de Dios y es el que abre los párpados para que se vuelva a las raíces, la sexualidad sagrada que lo engendrara; hecho que, con respecto a la creación, se trasluce en la inquietante frase tuya, «abrió mis párpados a mis piernas», para una andanza de altura, «caminar por la cornisa», donde el Caminar / en vida prolongada / sea vuelo y no arrastre de entes inmanifestados.
El poema no elaboró extensamente el punto contenido en la frase: «allá coció membrana»; pero, hacia ese 'allá' de la frase, la suerte de la humanidad ha sido transportada, porque todavía hay un estigma, la Caída. Un kabbalista como Meir ben Ezekiel ibn Gabbai, tan interesado en el estudio del periodo de la Fundación en el proceso de la Semana Primordial, ha advertido que había espíritus (Gn. 3:1), todavía desnudos, cuando Adam / niño de Dios / prototipo de la Humanidad anhelada, ya tenía su cuerpo, o «preciosas vestiduras» (loc. cit., p. 23). Estas vestiduras son las que envidiaron aquellos espíritus («chispas de luz») que aún no habían sido «vestidos» con vasijas de sustancialidad cuando se completó la creación humana. Gabbal dice que fue, en la tarde de la Cesación, antes del Séptimo Día de tras las labores fundacionales, que para estos espíritus se vio como en estigma, o a tu decir,
Descubrir el oportunio del corazón
marca en su pecho un estigma:
que estaban desnudos, sin cuerpos. Vestiduras de carne.
La Humanidad adámica, sin embargo, gozó de un privilegio y la mujer fue la primera en indagarlo, al contar la grandeza del evento. Sus niños se ameritaron como los primeros «hijos divinos, luces brillantes de la Torah y la misericordia, quienes promocionarán paz en el mundo. Más aún, ella por ésto concederá a su esposo largura en sus días... Ella deberá encender dos velas para representar el Recuerda y Guarda» (p. 23). Estas Velas Cósmicas de la Noche del Shabbath, consignada como tarea a las mujeres, en el Tabernáculo de Paz, se recuerda y se practica como una tradición en el judaísmo. Se distribuyen luces / velas / como una señal de que hay cuerpos que no tienen «almas», así como almas que no tienen cuerpo. Así se hace paz entre unos y otros. «Para simbolizar este misterio, la responsabilidad de encender las velas del Sabbath se delega en la mujer» (ibid.)
Fanny, tu poema Fundación es más que un canto a la Luz Ilimitada (o lo que la Torah llama «radiación de la [infinita / suprema] luz / Ain Sof, del Rostro de Dios», sino del proceso subsecuente en que «El punto del sinprincipio ni fin / permuta las razones». ¿En qué razones se permuta un proyecto divino de fundación y completitud después de seis días de creación? ¿Es «dar alas para volar» un «salto de aquí / allá» que la Humanidad quiere y que está acorde al secreto divino, a sus códigos de intención para el Eterno Ahora? ¿Es el niño mencionado en el poema un vínculo con el Cuerpo de Añil de tu poema cuando se refiere a la energía de lo angélico?
Fundación
Con un código insinuado de secretos
Él le abrió los párpados a mis piernas.
Me hiso caminar por la cornisa
donde mi suerte fue transportada.
Un salto de aquí / allá coció membrana.
Sin agujeros negros el mundo se estremece.
El punto del sinprincipio ni fin
permuta las razones.
Descubrir el oportunio del corazón
marca en su pecho un estigma:
Hoy presente el Hoy
puede contarse la grandeza del niño.
Plantó árboles para el keren kayemet
Plantó la prolongación de la vida.
Porque en sus Raíces me entierro
cuando fue Él quien me dio
alasparavolar.
[Fanny Jaretón]
Por último, este poema es un homenaje al «Keren Kayemet», fundado en el año 1901 en Israel, quien tuvo la iniciativa de plantar olivos, árboles que dieran frutos y se destacaran por su vitalidad.
Continúa
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Bibliografía
[1] Rabí Aharon Schlesinger, Enigmas y Misterios del Talmud y la Cábala [Editorial Obelisco]
[2} Sicología y Cábala [Editorial Obelisco - Alef Jojmá}.
[3} César Leo Marcus, Kabbalah Judeo Cristiana: La Lógica Divina (Lulu.Com, 2007), ps. 58-63.
[4] Meir ben Ezekiel ibn Gabbai y Ginsburg, Elliot Kiba Sod ha-Shabbat: The Mistery of the Sabbath (State University of New York Press, Albany, 1989), p. 86. Guardar el mandamiento del Sábado / de la visita de la Presencia Femenina de Dios, fue tan sagrado que en Exodo 31:14 se dice que quien no lo recuerde o guarde, profana, la divinidad y debe ser condenado a muerte. Para los kabbalistas el significado de ésto no es literal y se leería: Recuerda que el Varón Divino descansa en la Hembra Divina. El Shabbat, en la Semana Primordial de la Creación, es la «Estructura de seis niveles», o los seis sefirot o esferas de Hesed a Yesod, una vez han sido completadas (loc. 87).
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