Bendito es el que aprende
que hay amigos que echan raíz,
a veces lentamente, pero una vez en el corazón
son quienes duran para siempre y cumplen
la misión para la que ha sido hecha la amistad.
De estos amigos hay pocos.
No son relámpagos de un momento
en la noche oscura del ser.
No son la carcajada, divertida noche
de parranda, gestos del cotidiano simulacro.
Esta es otra amistad que tiene vida orientadora.
Es la amistad que da estímulo y consuelo.
La amistad que rescata, la que urge,
la que vela y proteje.
No abundan amigos ni amigas así.
Por eso hay tanta gente triste y sola,
tantos seres comidos en la calle por el tedio,
el hambre, el abandono, la locura.
Y yo soy privilegiado. He conocido una amistad
que no esperaba, una amistad que ata
y me vincula a todos los comienzos
y ha sabido cómo atenuar mis penas
y dominar la soledad porque se me abandona.
Se llama Teresa, Tere y ha sido
como un ángel encarnado, mano amiga
con que Dios mueve sus dedos.
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Wednesday, January 07, 2009
A mi amiga Teresa Parker
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