Wednesday, July 21, 2010

Desóyelos / La palabra amorosa / Kundalini / Coparticipación armónica


Desoye a los que siembran culpas y vergüenzas,
oradores de recato y mojigaterías,
fornicarios autodegradados, caprichudos.
Quien niega la continuidad natural
del mundo y el placer posible,
me ofende. No lo buscaré en el estaque.

Lo dejaré en el pozo por largo rato.
No diré el trecho más seguro para verme, Bodhichitta.
No lo pasearé por los mundos que transitan
los bardos tras la muerte.

5-16-1991

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La palabra amorosa

Ha sido una bendición que me quieras.
Había olvidado que nacemos
para alguna canción que vive cada vez menos oída.

¡Qué bien dices en qué consiste soñar
(si es que soñamos)
el completo sueño que escondemos!
¡Qué bien amas si cantas
(porque conmigo cantas y cantando me amas)
con obsesión equivalente!

Habíamos olvidado
(si es que olvidamos por completo
que la dulzura no es un mensaje difuso de la cara,
oscura y temeraria duda ante lo incierto)
... acaso si... la fulgurante risa sigue ahí
y me enciende los rostros al futuro
y todas las pasiones son visibles
(si es que todas sirven, turbias o felices,
como sean, para dar residuales luces
e ironías al pasado,
o al hoy, o a lo que venga...)

Ha sido una bendición
tu corazón que comprende,
sin ninguna obediencia,
si es posible que obedezcamos
sin premeditarlo,
por debilidad que no conviene,
por comportamiento diseñado,
que parece destino...

No, ya aprendimos, por palabra de amor,
a optar y se nos pega la gana,
y somos desobedientes,
y lo que más conviene es sonreír
aunque nos duela la cara.

Había olvidado que hay (y siempre hubo)
tantas fantasías. Tus besos, por ejemplo,
que predican la realidad de los músculos,
la dulzura de las endorfinas, y no mencionan
que el amor existe, pero está el viento de marzo
y su lluvia y tu alfombra verde de prados
y tu piel suave, más suave que el mundo,
menos esquiva que una idea...
y existes, haya palabra o no, para identificarte
y voy sensualmente por tu adjetivo y tu verbo,
por tu cuerpo de onda, por tu ser y sus partos...

(Publicado en Mizares, Núm. 683,
18 de julio del 2000)

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Kundalini

Nuestra pasión se vuelve electrostática,
danza que empuja el sodio
hasta deliquios, dentro y fuera,
sobre colchas de piel en primavera.

¡Como es la sal de hembra
que por amor está formada!
¡Y una axona resume nuestro temblor de gozo,
tentación de huesos, paroxismo en llamas!

¡Cuán pequeña eres que en mis pupilas
te detienes y en el centro de tus mitocondrias
quepo y me bastas, me transportas, me redimes!

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Coparticipación armónica

Que mis nutrientes sean sus miradas.
Que me toquen en la herida abierta.
Que me sanen en los gritos profundos.
Que escupan sus islotes de ígnea exploración
y ardientes sedes, sombras para el sudor
que está en la rada, en los puertos,
en la simiente posible del pez.

Quizás cosechado en espigas, rencorosamente,
o por amor, por telares en friega,
han de darse, una vez y por siempre,
motores encendidos y manos de cosecha.

Aquí estoy.
Les llamo nubes, aguacero, marisma,
bandera, barcaza, galeones y nada soy sin rescate
de una hélice espiral, mi hermana tierra.

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La puerta

Abre la puerta, útero del vacío.
Una ráfaga de contracción me busca.
Remociona mis márgenes, me pierde.
Se solaza con realidades escindentes.
Abreme la puerta.

En lo finito del existir habitó la miseria
que no quise y fundé mi zorrera,
mi tzimtzum, mis residuos
de olvido y te restringiste,
retirándote de mis ojos y de mi entendimiento.

Huíste del olor, de mi primer sentido.
Me echaste como a perro de tu jardín oscuro
y la flor roja en el desierto del dolor
fue creciendo, con aroma de incertidumbre
y la espada de luz, entre cáctus, me fue espino.

Abrete, endija de pelos, vagina
de la impronta residual, recipiente abstracto
para los cuerpos adoloridos, agónicos,
cuando como puerta cerrada permaneces.
Con fe sustanciada, viajo a tu encuentro.

«Pújate hasta mí», misericordia,
rájate en respuesta a la raíz.
La sabiduría de tu belleza en mí no muere.
Así puedo flotar otra vez, libre, o fluir
con los goces del antiguo río.

9-11-1990

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Eternidad

Brahman is the door. Valakhilyas

La eternidad es siempre sustancial.
Sustancia que no se ve.
Sustancia que en todo está.
Bienvenido a la raíz, abrid
la puerta a otro ser
que el amor ahí está.
Nadie puede fundar el bien-querer.
¡Sólo la eternidad!

13-07-1990 /
De los poderes sensibles

*

La hilandera amorosa

Tri-netra: Un tercer ojo para mirar lo femenino
desde la carne y entrejer otros planos del Ser:
Marc Roberts

Mi nombre fue tan básico y real:
tierra, agua, fuego, aire,
pero me llamaste Espacio.

Mujer del Eesaana.
Me díste el ojo sagrado, la Tri-Netra,
noción de la hilandera que me quiere.
De la amante, Mahadeva.

De su forma invisible, Sadyojaata
por vibraciones de su presencia
en la bondad del acto.

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CARLOS LOPEZ DZUR / TANTRALIA

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