EL FANTOCHE
En el espacio abierto de la historia
y mi carne, temo. El aire se prohíbe.
El camino es espeso. Es difícil amar al rival.
Este es más que un fantoche que atormenta.
Una huella que hiede en el camino
y grita el nombre agresor del tormento
con su obscena presencia de verdugo.
Ya avanzó la vergüenza; pasó
de castaño a oscuro.
No tuve yo palabra para el quite.
Era entonces manso y me avergüenzo.
El invadió mis fronteras, opacándome.
Ni la identidad más mínima me deja.
Son tremebundos sus tambores de guerra.
¿Por qué acontecen estos males
y me digo hombre bueno y lo tolero?
¿Por qué en mi casa se matará a la caricia?
¡A los ángeles, yo también los inventé y los quería!
Como amor que funda paz en medio de molicie
y fulgor que da sus luces en medio de tinieblas.
guisé la sabrosura del canto y bendije
yo mismo mis huesos,
yo creía en labios sonrientes,
que apartan la pobreza
el dolor, el cautiverio.
No cansancio ni tedio ni suicidio...
¡Pero llegaron Ellos, los canallas!
Todo ha cambiado desde entonces.
12-04-1992 / del libro LAS ZONAS DEL CARACTER
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