La guerra
Nerves belli pecuniam: Cicerón
La guerra es la jactancia más impía.
Un dolor más injusto que el ultraje.
Ni los golpes de pecho
ni los triunfos llenarán el vacío
de las culpas atroces
y los gestos cobardes.
Y las manos, oficialmente asesinas, declaran...
patria, honor justicia, libertad
y es mentir, sí, puerca mentira
de esos jerarcas de pezuña hundida
y gesticulaciones,
miméticos cascabeles y serpientes
por gramática parda: en fin,
¡flatus vocis!
1-4-1999
*
La violencia
La violencia es una sombra
que deja al corazón en pandillaje
y huye, ensombrecida, ante el relámpago.
La luz habla únicamente
el lenguaje de la estrella y por calles,
donde la luna es aullido,
escasea la luz que habla y hay temor
en cada paso y golpe en cada piedra.
El lobo, transido de cáscaras bermejas,
su pelambre, aúlla como el viento
por las calles amargas.
Las ratas y delincuentes
en el subcentro se coinciden.
Del barrio sin alboradas y sin ángeles
se dirá lo que digo sobre los ojos cerrados
y las bocas mustias, ofensoras.
Que han callado en rigor.
Son el sepulcro en vivo,
imagen de quebranto.
El ego se deshila, diluído y escupido
por la prensa amarillista.
El rostro se incomunica
hediente, cacarizo, insoluto en escarnio.
La juventud se mata por cualquier motivo
y los niños verdaderos, ¿qué conocerán?
¿El fondo de la sombra?
¿O la gracia sideral, esplendorosa?
Telúricos testigos, modelos de lo ingrato.
9-18-1979
*
Caínes
... to give way to every lust
and make a trial of every thing...
Desde el celo de una penumbra
de perdón atravesado, los caínes asaltan
al ser que va en camino.
La ley es su alegato de impune prevalencia.
Chingaqueditos, te besan la mejillas;
siquitrillados, te roban tu alimento.
Te asesinan al lado de tus frutos.
Los caínes edifican a Don Nadie.
Al desorden lo llaman su gobierno;
a tus espaldas, sobre el Orden vomitan
y escarnecen; pero, sólo por monedas,
te sacan el cuchillo, cara a cara,
o prometen la gloria del Sublime.
4-11-1986
Revista Palavreiros
*
Obediencia militar
Vamos a simular
que somos los salvadores de la Tierra,
los redentores,
héroes con las manos limpias.
Sonríamos con la obediencia pulcra
de quien no quiere saber
el misterio supremo de la bala,
las bombas y las conspiraciones.
Olvidemos con qué colmillos
hemos herido al enemigo
y sus guaridas.
Vamos a redefinir el heroísmo
y a posar para la paz
de los nuevos esquemas
que declaran:
¡con los pobres y oprimidos estamos!
¡a los más horrendos, vencimos!
Queremos que se nos reciba
con bienvenida inolvidable,
consoladora, emocionante...
Cualquier acotación inquietante
no debe importarnos
desde las luces
de nuestra obediencia...
*
A los POWs
a Andrew Ramírez y Steven A. González
Estoy triste por tí, Andrew Ramírez.
Triste y con las manos atadas, Steven González.
¡Triste con todos los tristes de la Tierra!
Triste por la fantasmagoría.
Tiene este clamor de heroísmo
espectro de tristeza.
¡Otros más tristes huyen!
Son aquellos que no saben
por qué el odio prevalece
y estalla, tristemente,
con los que están tristes conmigo...
Mira que se es más pobre donde no hay justicia
y todos somos pobres en estío, pero nada feliz
ni aún libertad ni razón, se definen
al golpe de bombas y disparos.
Estoy triste porque dejan sin respuesta
la pregunta:
¿cuál es la riqueza que han traído?
aquí, o allá,
donde sus presencias marcaron el pánico;
desde allá, o meramente aquí,
¡qué ironía! donde les han promulgado
héroes por decreto.
¡Triste estampa la tuya, Andrew o Steven,
tristemente memorables
se han pintado entre tristes!
Ni siquiera imaginan
dónde han comenzado a ser verdugos.
En el Este de Los Angeles,
se encedieron velas en sus nombres
y a todo militar se les ha llamado ¡héroes!
Se comieron mi tarde a dentalladas, veteranos;
les bendijo la iglesia y al decirles... modelos,
padrinos de la democracia, valientes,
se blandieron espadas en el aire.
Esta tarde me la tornaron triste.
Cada signo de civilización destila sangre,
cada estandarte que decora a los muros,
cada medalla que cuelga de los pechos,
es muerte y misión de milicos y fusiles.
Se jacta la calle, empedernidamente,
al paso de marcha y banderas, se predica
que no hay orden sin metralla
ni democracia limpias
sin pentagonismo.
¡Tristes ceremoniales
de los hombres tristes
y el dolor del vencido,
más triste que el anonimato
y las viudas allende los mares
y los niños muertos
y los viejos,
con escombros por legado, más tristes!
15-4-1999
A Juan Mari Bras
*
Hambruna
Bajo el ojo de Zeus
cuyas pestañas secas son el desierto,
la tierra plana, geografía redonda,
la pisada vegetal, árbol sediento de raíces,
a veces y todas las veces, nos paseamos
en búsqueda de voces, a la caza de palabras
a escondidas, cobardes,
por los gritos violentos del que sufre
y el viento del Sur que trepida
más abusador que la falsa filantropía.
Bajo ese sol, que es vida,
se seca la voz del relámpago
y en la arena nace la piel de escaramuza,
el dolor en camuflaje:
¡nace la hambruna etíope,
la biafrana desolación que duele muchos siglos
de calaveras y hostias, defecadas
por ganas de morir en Somalia o Bangladesh!
2.
Bajo ese ojo de Zeus
—la esperanza de Osiris—,
en vano esperamos la muerte
del postrer enemigo, la hambrienta Muerte,
el hambre asesina del Aniquilador.
¡Siquiera ya esperamos que la lluvia nos sepulte
con el bautismo de energía!
¡A nadie que cierre las pestañas secas
o la boca tragapolvo
con espacio visible por los muertos en vida!
¡Ya ni esperamos que se nos tolere
un poco de locura ni que se nos perdone
la urgencia de matar la arena y la tierra plana
y su geografía redonda!
3.
¡Ya ni preguntamos
—fascinados por espejismos—
cuándo bajará la espada de la eutaxia
a las grietas del alma avergonzada,
dónde nacerá el enemigo de la perra culebra,
la flaca vermífuga, chupasangre, el Prometido!
Lo mataríamos, sí, al menos, al herir
su cabeza y cerrar el túnel por donde exhala
el polvo, evasîo de ruina y tormento.
¿Cómo matar la perra hambre,
con puro sentimiento hecho palabra,
si no desciende el trigo de los cielos
ni luz del rayo de las sílfides, cuyos senos
prometen leche de estrellas lejanas?
¿Cómo surtir de pan de noble» al ziggurat
de las fosas del Ática, si somos el enorme báratro
cargado de excrementos y moscas y cuerpos tristes?
*
El diosito
Crece, diosito mudo.
Agigántate ad infinitum,
payasito del horizonte eventual.
Echale ganas.
Sube como una enredadera trepadora.
Ven por tu Iglesia, la amada que espera que la tragues,
tu hembra en los puertos, megáspora navegante.
Que venga Tu Venganza, bengalí sin bengalas.
Mándanos redención a los mandalas
porque nos cegó el Segador con hacha de deshonra
sólo porque te amamos, payaso primicial.
E invocamos Tu oscuro nombre de pirata.
Llévanos al rapto.
Restáuranos la visión, agujerito de carita pintada,
hoyito que estás en los cielos.
Baja a los azoteas, descubre a los que cuelgan
de los pies y olvidan su cabeza.
Sean las torres Tu reino.
Clávate en ellas, cáenos de nalga,
consuelo de Babel y no perdones el escarnio
de aquellos que nos ultrajan a diario.
Mal rayo los parta, a los que sacan boleto
con nosotros y contra tí,
morungas los pongas. Amén.
*
Como alheña en el quebrando
Se puede preparar una ya fundada referencia hacia la historia,
panoramas esenciales... actuar y padecer cabal a través
del presente determinado por el advenir
que se hace cargo de lo sido: Martin Heidegger
Olvidan que cada uno tiene su alguacil.
Por más máscara de autoridad y soberanía,
estarán los ojos de los zorros al acecho.
Por más poder que digan que detentan
y más agradable holganza que cuiden por soluto,
el hocico más agudo los escarba y fiscaliza
para que él pierda sus crías
como una oveja parturienta y sin destino.
Que no hay que cantar loas y echar en saco roto
la objección o dolor que proponen los golpes.
La angustia hila como araña y está en vela.
Don Nadie no está exento
de verse como alheña
en el quebranto.
3-5-1976
*
Los mendigos / Frags. # 2 al 5
¿Cómo levantar de la muerte
su cadáver de mieses?
¿Cómo recaudar para él ... amaneceres
en el agujero oscuro de su suplicio biótico?
Hizo del cielo, polvo,
y fango, de sus costillas.
Una memoria de su vergüenza no se pudre
y ha enmudecido como residuo
que es ínfula de piedra,
mendigo empedernido.
Ahí, en las calles, está sin vida,
creyendo que un zapato sideral
lo va aplastando y pregunta por tí,
sin saber si existes;
pero loco de que lo asesines,
para decir: «¡Señor, señor, qué absurdo
que sigamos existiendo todavía!»
2.
Se víste como yo,
del harapo del kutos,
de las ramas del árbol de coriones y oscitas.
Se dispersa en azúcar, se reduce a almidones.
Se abriga de mitosis
y quema las paredes de los núcleos
con sangre de ratas o termitas.
Hereda la muerte que la biología prepara.
Son dos pobres diablos, la muerte y él,
dos caras de una misma moneda.
El riesgo se rebela y no lo mata:
en miserias halla su tesoro de vida;
pero, sin valija de agonía, lo agradece más.
3.
Van camino a la tristeza de lo feo
y sus cabelleras son como pasto en llamas
de acelerados grises y sus pies suenan
como martillos que no aciertan al clavo.
Enlutados de coseidad, caminan urbanamente
como truhanes de abusante destino,
mochileros de Némesis.
Duermen vestidos, con el sol apagado,
sin colgar el erotismo sobre el cielo.
Al verse en soledad, nada objetivo
declaran a la sociología,
nada subjetivo confiesan a la angustia.
¿Por qué serán tan ricos en miseria
cuando sustituyen cada pánico con muecas
y cada asombro con gruñidos?
¿De qué modo les entregaremos el silencio?
¿Por qué razón torcimos sus espaldas
al esquivar mirarlos, por qué?
Y seguimos entregándoles limosnas
en centavos...
4.
Extendidas las manos, piden la alborada
a quien no puede darla.
Se alimentan del caldero
de fiambre y rostrizos de la pasada semana.
Hurgan en los tarros
la basura de los compasivos.
Se han cansando de invocar
con convicción de que nadie les ama.
Ni aún los perros han querido lamer
de sus dedos la perra compañía
del tufo de sus bocas.
Como hijos desiguales del tedio,
reyes son de la amargura,
perfectamente miserables
en nil desperandum.
5.
¡Házlos llorar alguna vez,
tan sólo una, para yo quererlos!
Que sepan la dulzura del pozo subterráneo.
Abrelos a la piel de los temores
para que sean honestos con el homicidio,
ambiciosos con la dicha de robar lo hermoso.
Que anden con huesos duros y músculos veloces.
Cocínales sonrisas para que sigan
húmedos de espíritu.
Llévalos a la boca de la ostra
que blandamente traga hasta la piedra bruta
y que se abra la dura concha y los consuma.
¡Cazadores de perlas, tengan fe!
La mar es generosa y brinda la mañana.
... házlos traficantes otra vez
de la forma que vibra y la mutabilidad que persiste;
quiérelos tal como ladrones
para que hurten la magia de las cosas;
húndelos en contento
por el placer que da lo prohibido;
transfórmales la soñarrera
para que se rediman del stupor mundi.
Simiente de la casa de los lobos,
memoria de Licorea, hijos de Licaón,
empedernidos en las miseria de Pirra,
los pordioseros son; pero súbelos al arca,
¡Deucalión!
restáuralos en los montes de Osiris
y en los ríos que atrechan los vados del Atos.
*
2. / El ser es asesino
El ser es asesino.
En su arrabal de nada y puras cosas,
sin seidad, duda.
La soledad dio el sol de lo vibrátil,
el sol oscuro y monstruo,
la torva luna de estos días.
Y el sueño torvo de la mano
procede ciegamente desde sí
y escupe la presencia.
Como sombra.
la caverna del eco se repite.
El no supo corporizar al pensamiento:
él y yo estamos al acecho, jactanciosos.
El eco que había surgido desde alas
se cruza por lo oscuro,
se perpetúa en lo trágico.
Buscaremos amparo y compañía.
Buscaré sin él y él sin mí.
Estaré solo y no habrá ni palabra ni blinda,
ni sostén, sino cavernas.
Por eso me hice araña
y fundé la esquina
donde tejo el luto
y las hebras carcelarias y la sed
y escupidos, la ponzoña, el dolor.
Son las mallas del desprecio mutuo.
En la molicie, hemos sido compañeros.
Estamos, en fin, solos los dos.
Inventamos la ostentosa daga,
la separación; él, su huída, eclipse;
soles negros, yo.
9-13-1979
*
El robo
Si despojar a otro del fruto del trabajo,
su cosecha es lo que importa y da triunfos,
hágalo con sutilezas que parezcan palabras,
o hágalo con rituales agresorios y heridas,
porque la guerra es, violencia iniciatoria.
Todo el dolor del mundo aquí se fundamenta.
Nació aquí la ofrenda tenebrosa,
el hombre de Caín, temor perpetuo
a las persecusiones, vergüenza
que se oculta detrás de lo uniforme,
autoridad que miente por milenios
en la forma diferenciada de las clases sociales
y sacerdotes del hollín y mañas traicioneras.
Entretanto, los parásitos deifican a su rey,
al rey en contubernio con ladrones.
7-2-1979
*
Los malagradecidos
Faltan agradecidos y por eso la guerra
se levanta, con amenazas y pretextos,
como perro bravo, herido.
El homenaje se ha escapado de los labios.
En las calles el corazón cata oprobios
y se alimenta con meros escurrajos
y lame huesos y refranes,
su ración de esqueleto.
Los malagradecidos son
tan ruines y pobres, desdichados.
Lo que pudo expresar privados sueños
vestidos de poesía y movimiento
es una lenta caricia, fatal, desesperada
con cuchillos insertos.
Un irse hacia la muerte,
sin amor verbalizado.
No se solve esta agonía de guerra
ni es útil ni honesta ni orientante.
13-5-1998
Marco Antonio y Cleopatra
*
Galandar (1)
Hay derviches sin mica
y no llegan ni van a ningún lado.
Aprendieron a arribar, a malvivir e irse.
Indocumentados, hijos del vagabundeo,
son la gente que busca el plusproducto
con las manos cruzadas sobre el pecho.
Son los magos del estéril camino,
profetas de la Nada inagotable del Norte.
Han esperado y siguen esperando
al genio que brotará del cascajo,
al mesías que nunca brota
ni en la forma del dólar ni del centenario.
Invocan a Silvano sin sus cuernos
ni sus largas orejas, el premio
de una chava cachondona o una vulpeja
codueña de fortuna en fontanares.
Galandares son porque pisan la tierra
con paso de amuleto y aún se fían
en los duendes del capricho
y le encienden ofrendas
y le brindan sus cantos.
3-8-1979
*
El pánico
Su corazón se aceleró
como bestia que huye sin reposo.
Quedó con músculos tensos y crispados.
Deshabitó su rincón de ortigas, sin regreso.
Habían minado esa noche
un tramo de su mundo;
le quedó la tristeza
por miseria;
el desamparo por pan
e incertidumbre.
La situación se repetió cada semana.
Bombardeaban la luna por las noches.
Una inyección de amino excitatorio
visitó la amígdala central de su bohío
y en paredes de yaguas neuronales
se hundió el aprendizaje subversivo.
El miedo se desangró
como axón disparatado
y le dio muerte;
apenas lo sostuvo un suspiro.
Reventó su úlcera gástrica.
Lo mataron desde el centro de sus núcleos.
8-2-89
*
Ansiedad anticipatoria
En el espacio abierto de la historia temo.
El aire se prohíbe.
El camino es espeso.
Es difícil que pueda dar amor
con el rival del fantoche que atormenta
y su huella que hiede en el camino
y grita el nombre oscuro de los sequedales
El clava su daga, obscena presencia de verdugo.
Me avergüenza carecer
de la palabra para el quite, ser tan manso.
Llega él, verdugo, y sufro
y me fío de mis fronteras
de corazón sediento de raíz.
a pesar de tambores de guerra, tremebundos.
¡Pero en mi casa no me falta la caricia!
¡A los ángeles, yo los invento!
Ellos son el amor que necesito
y fundan la paz en medio de molicie.
Son el fulgor que da llamas
en medio de tinieblas.
Guisan la sabrosura de algún canto
y me bendicen y mi hueso
es más duro y mis labios sonríen
si mi boca se lame, sin bostezo.
12-4-1992
El regreso del héroe
*
Conductas incontrolables
En lecho de verbos truncos amanece mi día.
Los nervios se lo comen.
La ansiead lo lastima.
Es que soy un diablo temeroso de mi sombra,
a la que llamo Clomi
y un payaso de la noche, Pramina.
La guerra destruyó mis lóbulos frontales
(aunque tomara mil siglos el propósito,
atrios y rincones, evolución inútil).
Han tirado las puertas de mi lindo bohío
y la vulva es un enjambre de vulpejas.
Yo pienso que el mundo desde entonces
es horrendo como ofrenda de sangre
que vuelve por más víctimas
y su recelo de sal y no olvido
la falta de dulzura.
Por eso clamo, clomipraminoide.
Mino en la madrugada el puerto sucio.
Con las balas que hacen prang discuto el día
y la paz y el sosiego y me acuesto,
molesto y caprichudo como un gato
que se lame y se muerde, onicofágico, sus pezuñas,
y huesos y el rabo y las collejas.
¡Y hasta que Clomi venga hallo paz!
No puedo vivir sin ella. No.
No puedo.
12-4-1992
*
Fascinaciones del galandar
... Il faut marcher quand le diable
est aux trousses...
El vaga-in-mundus se eludió
por el resquicio más cómodo del día.
Se apartó del trabajo productivo;
se refugió en la noche.
La noción más profunda del mundo circundante,
ha dicho, la cosechará Deo adjuvante.
Y dios es quien le habla desde el cuervo del Antílope.
El galandar, el vago andante, no cree que necesita
de la pala; el azadón estorba su lucha contra el diablo,
su evocación de las fuerzas fantásticas, eternas, misteriosas.
Cautivo el espíritu está de la hoz
y el torno de alfarero:
el persa de la danza,
es el vago del in-mundus.
Mutilada la democracia gentilicia está
y toda propiedad social y la herramienta
nadie ha podido sujetarlo
al ordeño de las cabras, al horno y al molino.
A cantar se ha llamado,
a seguir los pasos de Yusufal Andalusí
y está en España, en pos de sus secretos
y el Gran Conocimiento
de sus noches, penurias mendicantes de sus ritos.
Salió de las colinas de los Montes de Iraq.
Se deslizó por la Península Balcánica.
Los gitanos lo dejaron desnudo y apaleado.
... pero él es feliz, galandar obstinado y orgulloso
y en las estepas forestales de Europa reinventa el evangelio:
holgar, deo adjuvante, malvestido, pobre, miserable
3-1-89
*
Infernalis locatio
... la Ilusión es la libre voluntad de Siva
Con el desafío de todo cuanto impulsa a muerte,
a cada instante se prueba el hombre.
Todo lo destruye
con su obsesión de glorias...
pero la riqueza no termina de hartarlo
porque su lugar
es debajo de la tierra,
infernalis locatio.
En la más oculta y recóndita porción
del alma humana, en ese inferus predio,
infernalis locatio, se cocina
la muerte diariamente.
Dentro de nosotros, la naturaleza
se alimenta de ansias,
de apetitos oscuros
y todo es una larga noche,
una larga noche.
No hay madrugadas
por la falta de soles.
El hombre enciende la luz que puede,
su deseo de transparencia.
Y ésto no basta
porque todo es breve, sucio, antiheroico.
Cada mortal se levanta hambriento
como si comiera sales del sequedal,
gusanos que son externas huellas.
Incapaz de morder las duras rocas
por la blanda bestia, coces da al aguijón.
Se la pasa soñando con pasiones y riquezas,
con cambios y transformaciones,
con luchas, con anhelos,
pero así como sueña y construye, olvida
y da pasos atrás y cae y muere...
La impermanencia está en sus ojos
y hiede tras la máscara del humus
y se lo come la inercia
como volcán de gorgojos
y avisperos de cuitas.
Y entonces... viene la primiginia manera
de matarse y, al hacerlo, más olvido,
y por lo que olvida, sufre
y el ímpetu de sangre
(que en él es su riqueza)
se agita y no se lo perdona
y no se reconcilia con la vida
que yace en las moléculas.
Y es por ello que el hartazgo de la muerte
es el drama más sincero con que despertamos.
Es nuestro trago de vino mañanero:
y la patria no es una razón de morir
(ninguna guerra tan heroica
que no sea más de lo mismo).
Medimos por el polvo y el olvido
y nos vivifica y lame la muerte
como a perros precarios y pulgosos.
La batalla nos sangra las manos
y el odio es la cadena, nuestra cola
de crímenes históricos.
.
El oro y la fama no son razones para morir
sin esta jerarquía perdida entre los dioses.
Cocinar fantasías es sólo aproximación,
no memoria del fuego perpetuo,
pero si dejamos de soñar
también se deja de vivir.
Y ninguna venganza, ningún orgullo,
ninguna jerarquía desoculta lo que es tan deseado,
lo que habríamos perdido, sin buscarlo.
La muerte sigue siendo nuestra sombra
y sobre ella, sin gusto, cohabitamos.
17-3-1990
*
El medio geográfico
Clima del que he nacido, sólo tú
instruyes mi cuerpo, me desnudas
o me das el vestido;
eres el primer maestro
a quien adeudo mis prendas y mi abrigo.
Tú ordenaste al Sol: Da a mis hijos
la sombra que proteje, su unción
bajo las alas del árbol, su presencia
en la espiga; cúbrelos con tu aliento;
inspírales la aguja y el telar, los utensilios.
Bendigo el suelo, la espesura
o la intemperie del monte
y el barro húmedo, y aún el frío
(hostil, en apariencia, del desierto y la estepa).
Bendigo a flor de mis pies
la semilla, todas las bijas,
y al escorpión y a la culebra, anaconda
o cascabel, yo las bendigo,
al huracán y a la lluvia.
Y a la ventisca y al viento del Sur,
a ríos menguantes, a la pradera estéril...
¡Sí, las bendigo! lo mismo
a los pozos escondidos
y al dátil a paso de camino.
... porque triunfaré con el pez y el fuego
que se cosecharán, tan fielmente,
con mis manos, y sé que el suelo,
arenisco o blando como arcilla,
consejeros son del trajín y la angustia,
voces profundas y hermanas de mi tiempo...
Se ha dicho al Sol que bendecimos:
da a mis hijos de ojos oscuros,
que son mis llamas
en el fondo oblicuo del abismo,
las cuevas de su esperanza; pón
en sus corazones, ambición y artilugio,
socorre su diseño, su inventiva
ante los cambios lentos de su medio.
Geografía es sólo la física paciencia de lo Eterno,
mirada azul de la alborada, pero ellos,
mis hijos breves y evolutivos, serán
en mi Eterna memoria, las fuerzas productivas,
la dialéctica de mis ángeles solares y sagrados,
mis tesoros lunares transformados,
el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo.
6-3-1978
*
El mercader (frag. #2)
Sin esperanza, cada andrajo es más frío,
más lepra, feroz araña y sarna depravada.
¿De qué sirve la espiga y la humedad espesa,
las anchas manos de mis propias raíces?
Sin esperanza,
no hay visión germinal.
¡No hay posibilidades!
¡Bostézame el Aleph
y házme como tú,
mago del Aire!
¿Alguna sombra de mi amor es suficiente?
Rompo la cárcel de este núcleo de larvas.
Abro tu espacio en mí, sorbo de presencia.
Te doy mi ser enamorado.
Escucho el fondo oscuro del vacío
y abro mi boca al pan ausente y vibrátil
por causa de mi sed más pura.
*
Der Eizinge / El Unico
Róbalo todo, sí...
lo mínimo y lo novedoso
que irrumpe en plenitud
siglo a siglo.
Maximiza, aprusiana, kissingerisa.
Haz todo magno, carolingio, imperial, anglófilo.
En nombre del Estado, determina lo Unico,
su heredero de prendas, lugares y utensilios,
su continuado imperio de cursos idolátricos.
¡Harta de alimento, progreso, beneficios
en los espacios vitales y seguros,
al perro hambriento de la nobleza fiel,
consoladora que pretende serlo
sin que yo pueda creerlo todavía!
Despliega el Espíritu absoluto
que con la historia ladra su apetito.
Haz de la Humanidad la Gran Ramera
sentada al trono de las formas coactivas
a cada realidad concreta.
Endéchala (porque van a darle golpes
en cada fundo y su trasero que ella tenga)
y la prostituirán aún más que lo que han hecho
ustedes, sus custodios, sus fideicomisarios..
Con jaurías de Grandes Hombres y Proyectos
van a pedir lechiga entre sus brazos y sus besos
quienes siempre ofrecen consignas enjundiosas:
Orden, Sociedad, Nación, Mundo, Universo...
¡Hazlo, avanza de una vez!
pues si vacilas diré lo que no quiero:
¡no me quites el Mí Mismo,
porque que, sin él, me envileces y destruyes!
No. ¡No me prives de mi rabia distintiva,
mi canto es, mis zorrunas carlancas!
8-4-1986
*
La selva oscura
Si el yo es una determinación del Dasein, entonces
debe ser interpretada existencialmente: Martin Heidegger
A mitad del camino de la vida, hallé
la erranza, selva oscura y pudo ser mi monte
de palabras, casa en el soluto de la historia.
Bajé al desfiladero creyéndome
viajero de Florencia y un poco dios.
En algún instante santo y pío, imaginé que soy
el soldado mortificado por las muchas miserias
de mis días, el lobo de la estepa que aúlla
e imagina su Ultratumba por capricho
y el añorar del cielo purificador
y las danzas con Beatriz,
la ninfa del estero.
En algún paraíso lo quise hallar y serlo,
añorar también como los viejos zorros a Beatriz.
¿Dónde fui por quererla con incrédulas palabras?
Allá, donde aún se lamenta y se adeuda certidumbre,
donde el clamor se vuelve salvación y rito.
2.
A mitad del camino de mi vida,
te hallé y eras el ritmo de mi propio corazón
y eras el movimiento y el afán por desarrollo necesario.
Eras mi noche en la pupila y tú, que pegas en mis ojos,
Beatriz, y yo yendo, avanzando, resuelto
con soberbia; así te ví y supe lo que existe.
Baja al charco donde no hay ambición desmesurada,
me dijíste, que tu cabeza sea como un pez
nervioso, manso, huidizo de ese Yo
despótico y dogmático.
Cada encuentro con el encanto misterioso e inefable,
que vuelva a comprenderse desde las aguas
del puro movimiento y no sea sangre
ni empeño de dominio.
Entonces yo fui un pez en el fondo del pantano.
3.
Beatriz siguió danzando.
Esta vez estuvo fuera de los pozos.
¡Que feliz me sentí que pensé, ¡ay dichoso yo!
mi ser de azogue, encantado en plenitud, tan vivaracho!
Entonces, vino la fiera de la Envidia
para atormentar esa alegría; con puñales me cercaron.
Y quise ser un soldado nuevamente.
¡Es que la Cura se manifiesta en el Besorgen!,
así me dijo ella. Los cuidados necesarios
mientan a los otros: eres, al fin y al cabo,
ser-en, ente con tratos con lo que son-ahí-también.
¡No estamos solos! Somos lo emergente.
El miedo de perderte,
la amenaza latente de los otros, Beatriz,
me hizo imaginarte arrebatada nuevamente.
Ida, tragada en nueve cielos móviles
de Maya, y dije: ¡Te he pedido,
finalmente, para siempre!
Te hundíste en el Empíreo inmóvil
donde ya no se puede codiciarte.
Esta es la fiera impura; no te engañes.
Que no creas que te amo si te amo.
No me codicies más, házme libre.
Voy a estar en tus voces, no en tus egos.
Yo no vivo en las selvas del capricho.
Vivo en la sustancia de tus necesidades.
6-12-78
Los violentos de la Tierra
*
18 de enero de 1978
Son los justinianos
(que condenan a Orígenes, el Griego).
La Iglesia Circular de Mariemberg en la Guyana.
Mil años después en las noches del dogma,
los inquisidores del Califa Mahdi.
Los papistas metropolitanos con falsos decretos
más papistas que Roma,
monasticistas sin revivamiento,
huérfanos del paisaje de la benevolencia,
célibes del Sínodo de Pavía,
juntos y revueltos ya llegaron.
Son la antipiel, represores.
Van como autoflagelados por las calles
del Sur de Italia y, frente a ellos, Jim Jones.
Johann Pfefferrkon, ay, parece
que ha salido de la tumba, que sonríe
como Maximiliano, y destruye libros
e ignora las hermosas herejías.
Su guarida ha de ser su templo
Di la Chambre ardente.
Comenzaron a cantar sus misas en las junglas.
Se han muerto los caribes y los aruacos.
No han querido copiar al falso paraíso.
Sólo turistas de la fe cantan en coro.
Los llorones de Dios pagan sus penitencias.
Traen gallinas y reses, prenden incienso.
Siembran los huertos, viejos cadáveres
de indígenas y guerras.
El olor de la ofrenda es tenebroso.
La lujuria de sangre se sostiene en el cálix,
Los fanáticos de Jonestown están en misa.
A los cráteres de oscuros abismos
Empédocles ha sido echado
y las turbas de Crotona sacaron cuchillos
y lanzan piedras y los pechos pitagóricos
aún sueñan y lloran y maldicen...
Todo lo ordena un reverendo de mentira.
Leo J. Ryan, el congresista, es sólo el subcontexto.
Dios investiga. Da su calendarios a los áspides
que muerden, dios de silencio, que tardó
en investigar estos hechos en Atenas,
dios en el dios de la vergüenza de los hombres.
Speussippus, sobrino de Platón, se angustió
por la demora: se quitó la vida.
Entonces, no hubo nadie que grabara escenas
con George Sanders y Armendáriz,
tampoco lo habrá hoy en Guyana
con este culto horrendo de una fe que es la muerte.
Si llegaras a la selva, dios silencio,
púdrenos sobre lianas y charcas de lodo.
Unta de sal y de cieno los cuerpos
(no menos habría pedido Alfonsina Storni).
Desquícianos con drogas y barbitóricos
porque no entendemos esta fecha de hecatombe.
La muerte en fe viciada se ha engendrado
en la Guyana, la fe que en Horacio Quiroga
se desmiente, la fe que en Virginia Wolf
aúlla como zorra y loba y vulpeja,
busca su sustento.
Que no sepamos el delirio de Plath,
Toller o Monroe, por la boca
de esa fe de crédulos suicidas en Guyana.
Cuélganos en el árbol más arrepentido
como a Judas Iscariote, o pón un avión de muerte
en la garganta (porque Santos Drumond
sí que podrá comprendernos), pártenos en dos,
a espada, como si Nerón te desafiara,
dios silencio, como Marco Antonio
si muriera en una barca, dichoso,
que flotara en el Nilo con Cleopatra.
Dispáranos truenos de Thor,
pero dínos por qué se han matado en Guyana
los creyentes, los necios, los humildes.
Mano de Hemingway, concentra
tus dedos, aprieta el gatillo de ese Colt
y dispáranos para vernos en tu frente,
silenciosos, seducidos, explicados.
Somos el Templo del Pueblo, aniquílanos.
Estamos faltos de sonrisas, no se olvidó
la ternura humana, nos robaron,
nos marginaron en la piel y en los besos
y nos han dado una biblia de canallas.
Los caídos de la esperanza nos ultrajan
con huesos rotos, desilusionados,
y la selva cómplice se calla,
y el campanario sin tañidos
se raja con escarnio.
Nos predican una guerra
(que no tiene heroísmo).
Y la ira sin versos y el rito del quebranto
sin filotrapía, sin amor por su nido.
Aquí es piruja de crónico etograma
el pensar el alma satisfecha en el espacio.
Aquí no hay ecología que nos llene los ojos
ni la santa abundancia de los montes,
sólo un rezo que nos llama a morir,
a ser crucificados, a granel como mirrajas,
a solas como irredentos de súbito reemplazo.
Nuevecientos quejidos se van este noviembre
y su adónde preguntan,
pero ya no hasta cuándo...
11-9-1980
Los parásitos
*
Tántalo
Ya es tan difícil robarse la ambrosía.
Quitar un fruto al árbol del consuelo.
Sacar del hambre su última esperanza.
Decir Placer, eres mío.
Los potentados se apropiaron del Olimpo.
Con ojos de gacela y lengua de sierpe
todo y otro tanto y todo tiene dueño.
Cada espacio es ajeno.
Cada ruta es prohibida.
El Tártaro se ha vuelto: soledad cotidiana.
La campiña es un templo de expiaciones.
Arrojado está, sumergido hasta la nuca
en charco de perpetuaciones,
el pobre corazón que, en selvas
de Turingia, pagano de los montes,
a Venus cantar quiso,
y a adorar se atreviera.
Están torcidos, proscritos, perseguidos,
el golfo y los pilluelos, el poeta y el anciano,
los que roban un pan y son mendigos,
atorrantes que huyen, orgullosos que sufren.
El pordiosero está en el camino de la noche fría,
deprimido, enfermo, incomprendido.
El Olimpo es un gran cementerio de zanjones,
un hospicio de colmenas y de cárceles,
un sanatorio de anonimias y recelos.
3-2-1986
Indice / Obra Literaria de Carlos López Dzur
*
Etograma (1)
¡Qué felizmente me bendijo el espacio!
Hizo que sea dueño de raíz,
hermano del riachuelo y del árbol y el volcán
a la distancia y del monte marginal y arisco,
al vilo del crepúsculo, amigo, y que lo viera,
ausente como Infinito extraño
y, aún quererlo así, divisor activo de mi predio.
Un misterioso Otro, callado.
Nunca intruso.
Jamás hostil o enemigo.
Sí, entonces, sabía
que el pedacito de espacio
de mi tala es mío, camino íntimo,
sanguíneo, a mi conuco.
Fue, ha sido, será eficacia biológica
que yo marcara cada uno de mis pasos
con huellas y dijera: Soy de aquí,
codueño de mis duendes cotidianos;
soy feliz, cosocio del bohío.
*
El lenguaje
En el proceso del trabajo colectivo,
en cada aprendizaje
que al amor consolida y satisface,
colabora, por necesidad recíproca, comunicadora,
el militante que viste el pensamiento.
Canuflajeado en el sonido y en los signos,
se condecora por necesidad el habla.
La palabra es militante del ejército sublime,
el más heroico, el lenguaje.
Sus armas son espadas previsoras
del efecto y consecuencia de cada escaramuza;
combaten a subjetivas percepciones;
clarifican los campos de batalla.
La palabra anticipa la estrategia,
vence en las riñas cotidianas,
civiliza el mundo.
Héroe de mil combates, sólo con el apoyo
de tropas con signos, verbos y adjetivos,
se ha capturado el sentido, fortín
que se creyó perdido, incognoscible.
En las barricadas se han perfeccionado
las labores, el sutil trabajo de las manos;
se produjeron los abrazos, los amores;
se ha impulsado el pensamiento
que siempre dice: Edifica, adelante,
fortalezcan los cimientos, marchen
hacia imperios de victoria,
triunfen en la Gran Madrugada...
8-8-1989
*
El verso domador
El verso conoce sus orígenes
y domó a los neandertales.
Del hombre cavernario
cambio bramidos y dedos y miradas
y el laúd recauda gestos en mudras
y una mano con voces
se agita por los cantos.
... pero el lenguaje enmudece
y la guerra es un lenguaje
de palabras salvajes, decrecientes,
involutivas, amargantes.
En cadenas, las almas se van yendo
al pasado y el pensamiento
es el árbol torcido, seco, maldito.
En el débil, sin voces, muere
el verso de la vida.
Vuelve el neandertal por sus fueros,
imbécil, bruto, pobre de sílabas.
4-12-1992
*
El bendecidor
Quien no bendice
con el sol echa su bronca inútilmente;
con lunas en las noches, rivaliza.
En lo oscuro se peleó con su semilla.
En los cambios no hallará la luz idónea,
la costilla del encino como lumbre.
Maldecir es ser varón, higuera estéril
por no hallar mujer, la mina de su ayuda
en el ovario, páramo yermo en la cosmogonía,
y comer del mendrugo en el camino,
tan a solapos, seco, amargo.
Quien no bendice
fatigado amanece, escarnio es
de sí mismo y de la madrugada.
En cambio, el que bendice
en la memoria de las células crece
y otras viandas sonreirán a él
cuando esté hambriento
de ley y vida perpetuadas.
Bendecir es cumplir la ley sabrosa
de los panes, multiplicar la providencia
en cada esfera, asomarse
al infinito y al misterio,
a pesar del parentesco biológico
del hombre con la bestia.
2-6-1979
*
La muerte de la inocencia
... pues puede haber formas infinitas de poder ser
de otro modo, inclusive de poder ser Dios: Federico Nietzsche
Semele, beloved of Zeus, asked him to show himself
to her in all his magesty, and to please her, the god did so.
But Semele was unable to endure the sight of the lightning
which flushed around her lover, and was struck dead:
Pierre Grimal
Curiosa campesina, tentadora,
Semele bailadora, caderita, ciclo
de chulos ojos y delicia, thalía
con las mercedes, pródiga,
niña de los pechos tan sonrientes,
pupilas das, feroces en penumbra,
vergara de las lunas tan carreñas,
promesa tan caleña, sophía,
colombiana del mundo de lo bello,
trevi de las piernas exquisitas
sobre los montes reales del lenguaje,
Dioniso evoluciona por quererte.
Apolo se hace carne por mirarte.
Tu montenegro es un pilar
de orden y mandalas
y el mito, una memoria
de clamores.
El nuevo sacerdocio
se trasciende.
¡No tanto un mirón,
soy el custodio de la palabra cimera
que rompe el puente del pasado;
el poeta que llega a tu inocencia
con las lunas
y contra la tiranía del mundo medieval
funda juglares,
el imperio óptico y sonoro,
sensualista!
Al dios tribal de los altares
lo sacamos; yo soy el universo
de Dioniso, el hijo de la paz,
sin Schopenhauer, la intrahistoria
de la serpiente y la gacela,
el sustrato sensible, liberante
de la vida y de la muerte.
... y estoy triste,
mas lleno del aporte de tus formas,
agradecido de que vuelvas
como ciclo de luna y menstruo.
Veo cómo se destroza Apolo,
que fue el verbo, cómo
Démeter se cava en la tumba
y yace en su ser vivo
y es trigo y vida, a pesar de todo,
y la vid y la cebada
y el henazgo y el reposo.
Semele pidió del amado
¡grandeza, plenitud de energía...
lujuria, detalles de intersticios
y rincones en el átomo,
seidad entitativa del Ser!
y orbitarse, no en el valle más lumínico,
en los círculos sagrados del Uno...
... ¡y esa es la muerte!
3-19-1980
*
Memorias de la caverna
Romance de Mara
... y salieron al desierto de Shur y anduvieron
tres días por el desierto sin hallar agua y llegaron
a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara,
porque eran amargas: Exodo
Los que no cosechan del árbol del poema;
pero tampoco alimentan su raíz,
preguntaron con enojo:
¿Qué nos endulzará la boca?
Como leña en lajas, ulcerantes de encono,
quitaron las hojas y las cortezas
a los textos de su piel, al tronco cancionero.
Derribaron los cimientos de sí,
incrédulos del misterio doloroso
que el poeta conjura del penacho a la raíz.
Preguntaron: ¿Qué beberemos?
Confesaron su odio por los bosques
del léxico y quemaron los versos
escritos en rollos de vitela
y maldijeron al vitoco
(Consolador, hijo de Consoladores)
y la promesa informada por él,
el valle del frondoso lirismo.
... porque él se vistió de árbol
y fue proclamado vasallo de signo servicio
por oyentes que le vieron besar
la flor de la metáfora y escribír
el Pacto Vegetal de su decoro.
Sin embargo, los hijos de Tritón
a las peñas pedían sus caracolas
porque, en su corazones,
fornicaban con ídolos de arena, diciendo:
No hay vida en la símil ni dulce amina
en las frases del Consolador.
Y llamaron al poeta mentiroso,
payaso, anti-héroe, vitoco
y pachotero, camino al tercer día.
Y el poeta persistió en la siembra
de su asombro, con savia fluyente
y con saliva de sus ríos profundos
entre cicatrices de los sequedales.
Lo tenían en yugo
amarrado de los pies
y a él, en pese a lo tundido,
por ironía... a más patadas... ¡más versos!
porque él funciona con espíritu
más fuerte que el dolor y la necesidad,
y aún su lengua,
que fue arrancada de cuajo
para enmudecerlo, innecesaria fue
para invocar las arboledas
con la química del alba.
El tiene treinta atalayas de pan
en las costillas y tres cuerpos
de Vishnú para llegar al final
del tercer día, con su canción
triunfante de alimento...
¿Qué beberemos?, insistieron
los tritones, habitantes de las grutas
del nitrógeno, al mirarlo sin morir
por los senderos quemantes de Shur.
Contrario a él, ellos
sin la fe hidrosoluble del vino,
o la chupadera láctea del calcio.
De pronto, con ponzoña vengadora,
la Culebra del Desierto los detuvo
como a cañas flacas de abandono.
Señaló hacia una laguna,
hediente y dijo:
¡Bebed de Mara, bebed
y temblad, zoófagos, hijos de coníferas,
zooides del zooblasto, y malditas sean
otra vez estas aguas, maldito
el fósil zoógeno de los corales
y los senderos calizos
de vuestros párpados y uñetas
que escarban la tierra con fatiga,
porque éste es el último oasis!
Y según lo maldecía, en pánico,
se comían sus excrementos.
Excepto él, el vitoco, objeto de maltrato
y llamado poeta de los árboles
y las aguas amargas.
Entonces, este sátiro poeta
sacó voz del ronco viento y semillas
de algún artificio del trigo
y flores de alguna espiga
de la maravilla...
¡A la vista de todos! nacieron
almendros, dátiles y manzanos,
como si se legislara la dulzura
escondida con su voz.
Fue que el poeta clamó
a los treinta señores de sus huesos
(a palos azotados por la multitud)
y decía: Sácialos de carotina,
Endulzador de las Alquimias,
para que vean más allá
de sus raseros xenoftálmicos
al bacalao pudrido de sus bocas,
su livor suplantador, dentro del alma,
sus fingimientos cárdenos.
Flúyelos sobre las aguas endulzadas
para que conozcan las ovas de la miel
y la leche verdadera, deva del azúcar
y el grano, redentor de litoclasas,
quebrador de rocas; hártalos ahora
de tiamina, ya que son pobres de Shur
y jamás se alimentaron de cereales
ni sutilezas del génesis en platos
de estrofas limpias
y páginas de harina.
En las blandas arcillas del futuro,
el poema es salud de la carne
y con leche se cocina el hueso
y con amor se vive en el verso
que es dulce a los pámpanos
de la vid agria del desierto.
Sumérgelos de hocico
en la riboflavina, en la franja
anaranjada que lava comisuras
de labios secos y partidos
y permite a los besos
la ternura de las elegías
y el olor de la epidermis
rimada con deliquio,
porque ellos no son poetas,
no conocen la vid verdadera
ni los monstruos de la voz
que canta e invoca,
premedita y plasma
la autenticidad de la glucosa.
Rayos ultravioletas los consumen
y sus cuerpos son espectros de ceniza.
A flor de dientes y lengua vipirina,
mascan sus maldiciones y blasfemias.
¡Son hijos de Mara, incrédulos
del árbol que endulza las aguas!
En cada espacio de vértebra,
dáles la perfecta rima
para la canción del genoma!
Húndelos en el pozo viscoso
de tu amarillo linfa, mánalos
como tocofenol vegetal de tus aceites
para que no sean estériles ni magros
y se multipliquen en el texto
de Tu Sol nutricio; que beban
la sangre de tus espinacas,
caldo de tus legumbres
y bebedizos de tus patatas cocidas
en horno de elocuencia morfogénica.
¡Que aprendan a morder,
sin dolor de encías y sin tedio,
a los sabores de tus ácidos ascórbicos
ya que en tí, señor de sonoridades,
late la palabra furiosa,
la denuncia y el colmillo conspirador!
¡Tantas galas de violencia
y no resisten hasta el tercer día
estos hijos de Tritón,
depresivos, asténicos,
comegofios de arena!
Dáles la biotina, versolari
del Axis Mundi, suélvela
en las aguas de Mara y que beban
las riquezas de tus alacenas
de vitamina H, chacra por chacra,
del epistrófeo al sacro,
del alfa a la omega.
¡Que se laman los bigotes,
que olviden que tragaron polvo
y bebieron orines de cobras
y pitones; a fresas y a moras
que les sepan las jetas
a esos dueños de duras cervices!
¡Puebla sobre el poema
de las aguas dulces tu sustancia rojiza!
Combate a las crueles anemias del alma.
Exilia la pelagra
y establece el Reino del Consuelo
con ácido fólico que te sobre
porque hay torrentes sanguíneos
en desgracia y parturientas
con úteros rotos
y alambiques de tibias doncellas
que mueren en mañerías
con hombres engañosos
y hembras que no hayan ligamen
ni atadura porque no saben
salmos en madremontes
ni canciones para el fuego de la leña.
Estas cosas dijo el Vitoco,
mesías sin mentira y cantor
de panderos y danzas,
al echar árbol a las aguas amargas
y endulzar la vida de la arena.
¡Treinta vitaminas que Funk
ni imaginó, desde ese día,
reconstruyeron al pueblo de Tritón
y a las bocas que comen leudo
en los días de santa convocación!
Bendito fue el durazno y el ciruelo,
el cerezo y el higo, vitaminadas
fueron, por causa de beber,
del agua dulce de algún texto,
las naciones y el que les dio ordenanza
y probó con agua amarga
y la Venus del espejo
y la Venus del pomo
y el odioso livor que incensó
a las hijas de Eurinoma
y las enterró vivas
por amar a los poetas
de Apolos...
9-7-90
*
Seleccionaré a mis hembras
Seleccionaré a mis hembras y mis charcos,
tengo secretos, rituales y mitos.
En secreto me bañaré con la taína de los ríos
entre peñas de pizarral, calato.
Juntaré a los hijos de mi sol, alterno
con el vuelo de mis pájaros y cemíes.
Mi territorio es simple, breve, tribal,
¡pero qué feliz soy; qué feliz
me hizo la isla con su espacio cósmico!
2-5-1988
Los condecorados | Terrorismo (2) |El regreso del héroe
*
Las danzarinas
Creo aún en el ritmo,
en exaltar la vida, en el compás
de planetas hermosos circulantes,
en libertad de genio que,
siendo terrenal, es cósmica, telúrica, pagana
como schlegianismo sensual y melodioso.
En las mujeres de ágiles caderas, bailadoras,
con el alma inocente por residuo, percibo
el dualismo clásico-romántico
y la canción encendida y la magia
del sábado, reposo
y el sexo con que no contaba
para organizar el mundo y la dicha y el gozo.
Por tal razón, el condicionamiento instrumental
es objetivo y, al mismo tiempo, inesperado y dulce.
Un varón sin sexo está en dolor, in mundus.
*
El amor existe
Convicciones eróticas
Creo en el estímulo que es señal de erotismo
y veo a los hombres con mujer y los bendigo.
Roja en el cielo de la carne, la sangre es armoniosa
y la guerra, olvido y la adrenalina, reposo.
En el beso de Psique creo
pues ella es capaz de llevar hasta Eros,
la esperanza, y su mensaje
a las collejas más profundas
de Mercurio, y dará de este modo
trámite al feo lo mismo que al odioso;
Eros que sale al fenotipo
lo mismo que al lamento,
Eros ontogénico que se gloría
en las causas inmediatas internas
de estrategias vitales migratorias
y en la filopatría.
De plano, creo en la danzante,
en la niña alegre, jaladora, jocunda,
en los coros que la ritualizan, en la imagen
que la fundan en la carne y la historia,
en el destino, en el folclor que la oscurece,
en la semblanza eterna, transhistórica,
que la justifica, pues en valor adaptativo
somos por comportamiento y hay que quemar
con luz y aceite el pecho de Cupido
y ser el cupidín de la leyenda
para dar a ese clamor todas sus voces.
Hay que sobrevivir el duro carapacho
de la intriga y el apariencialismo.
En el ritmo están las danzarinas.
Y son la primiginia nobleza,
la abeja de Lorenz,
el macho del zumbido y la colmena
y la muerte en el éxtasis y el sexo
y la noche de los días por el futuro,
evolución armonizada con la ecología.
22-6-1979
*
Norma y Pollione
A Norma Ramírez, mi esposa
Moriré con ella.
No es sobrevivir dejar su amor,
ausentarse en duelo y a oscuras
si caminé entre encinos
por buscarla y quererla.
La invasión ígnea de la hoguera
que sea para los dos. Amantes somos.
Que consuma mi cuerpo junto al suyo.
La dictadura sátrapa y calcinante
vino de Roma, se alojó entre galos y britones.
Norma es la coherencia que creí
por amor naturalmente.
Con ella han estado mis cimientos
y las deudas de mi honra.
Me acerqué a sus raíces
y besé sus conjuros.
En este mito mágico del druída
libo el sustento.
Ahora soy cómplice,
nutriciamente satisfecho,
tengo elucidarios.
Me llenó de herencias.
Creo en los druídas,
no en la vieja Fortuna
y el azar siniestro
Con Norma mi alma
se transfirió a otros cuerpos
más sabios y hermosos,
Abrió el futuro y voy pues a morir
por esos cuerpos, como ella.
No voy a dispersarme nunca más,
ni aún de pronto cautivo y temeroso.
¡Norma, déjame morir contigo!
6-2-1982
La guerra
*
Ritules comunes
Hasta el altar de luces,
herencia del hebraico, voy.
Con todos los labriegos en los trigales
me encuentro, con los hijos de la Torá
que han encendido el menorah, lito.
Aceito la Gran Peña del Olvido.
Mis ojos ven los rostros de otros hombres
y mis oídos tampoco van a oscuras:
todos somos oferentes por lenguaje,
todos vemos, soñamos, laboramos.
¡Todos son mis voces adorantes
cuando soy luz y voz y canto!
Entonces, entre candeleros encendidos,
pregunto: ... ¿dónde está el celtíbero
de corazón arriano y Don Rodrigo,
el último rey godo, dónde el viejocristiano
con la espada de Covadonga al puño,
y sus hijas, que son las doncellas
sin la sangre impura, castas
pese al asedio de los moros,
dónde ha levantado él su última tienda,
o su bazar, o su alcázar?
¿Dónde están tus odaliscas,
con sus cuerpos hermosos,
Viejo Turco?
A mis ojos los lavó el bautismo.
En cada fiel, me deleito, soy la carne
que se ama, la colectiva fiesta de mis etnias:
ojos negros del Sur de Andalucía,
ojos azules de suevos y normandos.
Aquí a mi vista surgen, con acentos de piel,
con colores de voces,
con clamor de olivos en el pelo,
con aromas de naranjos por espada...
¡Es la metafrenia gloriosa de la misa
y es la Patria que vive en las sustancias!
De telares de quien fuera viejo sultán,
estirpe dominante de ocho siglos,
recibí mi blanca vestidura,
antes fue el hábito de esparto y tela ocre
del juzdezno mofado por marrano;
pero, hijos de la Torá, viejos tesoros del Erario,
son quienes escriben mi rollo como Nabi,
el pergamino de mi Altar de Voces,
el poema que rompe la matriz sin el lamento;
ellos que muchas de mis palabras
han sacado del misterio
sin orejear en desprecio, me comulgan
y han pasado del atrio al Lugar Santo
y por ellos, colaborantes,
levantaré este cáliz, vino de Valdeorras.
Beberé las palabras de los ríos
que fluyen limpiamente desde el Miño.
Alzaré el pan como un pez atrapado de lo vivo,
porción de la dicha que se sirve
a las orillas de Antela, la laguna.
A mis pies, sobre el Macizo Galaico,
elevaré, con el rezo de los montes,
la voz hispanomusulmana que perdona,
la voz de los judíos expulsos,
voces de los vencidos que han vencido
por el sufrimiento y la fe y la paz
y por la Queija, con todos ellos,
yo muerdo el pan de los creyentes,
obreros sólidos, solícitos, en labor
de la esperanza, y bebo el vino
de los que, en sangre, se perdonan
y se abrazan y sienten que sus pies danzan
en las rías del Orense y Lugo....
Subiremos a la Cabeza de Manzaneda
con panderos, así será el Monte de la Gloria
y nos sumaremos a las rutas del lenguaje.
Vamos a redimirnos del pasado de tormento.
Esta es la comunión ritualizada.
Este es el verdadero Camino de Santiago.
3-5-1986
*
La cita
I have a Rendovouz with Death: Alan Seeger ...
En la cadena lógica del pensamiento,
el agresor cita su angustia.
A su morir da dignidad, tan tremebundo.
No es obediencia. ¡No!
El miedo llegó al tiro y dijo:
¡soy tu enemigo! y fue rival,
tormentoso y oscuro,
¡con ojos espantados!
Estaba dentro del varón valiente,
uno que quiso sacar de sí
al endriago de ácido clorhídrico,
sus agruras de álbumena matoide,
su bilis de hígados en llanto.
Por eso lo citó ante el espejo de Caín.
Lo quiso ver cercano, preciso,
como si lo forjaran,
sin alucinaciones sensibles de la carne,
un tropel de excitadores internos de su biología,
algún punto receptor de sus entrañas,
alguna porción temblorosa de sus manos.
Su sistema nervioso lo invocaría con náuseas,
con amagos de fatiga, dolor, calor y frío,
sed asesina y hambre desgraciada.
El agresor estaba allí donde él lo supo
y careció de mística escapada.
El fue lo más asqueante entre lo ya conocido:
soledad provocada, influencia activa
de la mente sobre el mundo, pero...
fue la voz rival comiéndole la vida,
incompensada sensación de fracaso
y fin concreto, trunca comunicación,
biliosa angustia, derramada.
7-12-89
*
La soledad y el molino
Cleantes, estoico entre los solitarios,
muele el trigo. Su estampa es triste
en Assos y en Atenas.
Amarga es en el mundo por los siglos.
¿Qué está diciendo el hombre bueno
que habita en la profunda cueva?
¿Qué hogar reclama o tiene
sino el lóbrego mundo y el silencio?
¿De qué vale la vida productiva,
tornada en ese encierro de mendigo?
¿De qué? ... el festejo de la ciencia
que clama ¡civilizo!, doy progreso,
gesto la técnica que conjura tempestades,
de qué la norma que fija sus ciudades
en costumbres si el hombre está soñando
al lado de la araña y la mabinga,
próximo al escorpión que hiede la miseria,
heresiarca fiel de lo oscuro?
¿Cómo el Himno a Zeus ha de ser gozo
cómo ajusticiar con las fases dialécticas
del canto el orden del futuro?
Solitario está, deprimido, estoico,
en la Cueva de Cleantes, el filósofo.
¿Cuál es la desgracia pergeñada
en el molino de tu pena, sucesor
de Zenón, buscador de catharsis, silencioso?
¿Qué dolor está contigo que me duele?
7-12-89
Bendición de la zorreada
*
En la sombra
El fue mordido a balazos
por una súbita boca,
salvajemente armada a dentelladas.
Estuvo enmudecido
en proceso lento sin canciones.
Su graffiti quedó por expresión
antes de irse a la caverna oscura
donde no fluyó el agua, sino ráfagas
de balas y polvo y viento de sequedal.
Lo sorprendió la muerte en frío,
lo admitió como semilla congelada.
El homicida fue mudo como él.
También entregó el pecho
al tajo de cuchillo
y no se lo esperaba.
Se odiaron con ojos
que jamás se abrieron a la luz.
El segundo cuerpo rodó
sin haber crecido, erguido y duro,
como vara transmutada
en magia de cimientos.
Uno sobre el otro, dos fardos
sin nada, vacíos; faltaba la belleza
que vibrara al alcanzarlos,
olas de sustancias que les dijera
son hermanos,
sinapsis de gestos y proyectos
íntimamente consolantes y creativos.
Víctima primera y homicida se mataron
y el espacio en la noche
se quedó inconmovible.
9-13-1979
La tea encendida
*
Hapiru
Soy, de teja abajo,
el que cruza los valles,
el que labora
en pos de las moléculas;
quien del tamaño del útero
su espiga en medición, enciende
con el fuego de los soles, datándola
y volviéndola cereal en la cosecha.
Dulla sä sarri es mi tarea.
Hapiru es el nombre
que me diera el clan
con signo de palmera.
En los encinos,
el secreto se cubrió de palabras,
trasiegos opresores y malicias,
pero yo estoy en la siega.
Tejedor de aminoácidos soy
y conexiono las células
en islas de cieno sobre el Nilo.
El señor que me alimenta es medio sol,
el señor de nuestra carne.
Para él, soy la escoba de tebincha.
Para él, se jacta de almidón mi savia;
pero muere en azúcar, dulcemente.
Soy, de teja abajo,
en este mundo de dioses alotrópicos,
el que adora la Gran Molécula,
el carborihidrato.
Sí, yo soy el viejo más salvaje,
duro de mandíbulas.
Helios, quien no me quiere,
con muchos nombres me persigue
entre órficos y también
con sus ménades infrasexuales
de espiritualismo, me hastía.
Soy más simple que los dioses,
sólo que no me escuchan entre encinos
ni me placen los valles
del místico, al hallarlo.
7-12-1980
*
A Antonio Pop Cacl
(1939-2002)
En la patria del criollo
hasta el más torpemente educado
de los hombres, ya lo ha sabido,
pero sólo los valientes e inocenteslo sufren:
reinvindicar, en voz alta, es riesgo...
defender los derechos, son palabras mayores.
Querer patria, identidad, ir avanzando a ella
es sacrificio, el conjuro de la acción,
portal de la muerte.
Arturo Pop tuvo la palabra Ley consigo.
Se la arrebató a los monstruos
que la volvieron látigo; puso el Orden
donde la patria del criollo hizo caos
con la vida de los mayas.
Entonces le pusieron un precio a su cabeza.
En 70 días de ultraje en las tinieblas,
lo robaron, esquilmaron sus sueños,
sus memorias de 30 años heroicos
por el diálogo del alba.
Quisieron que su vida fuese
como la de muchos que juegan a Don Nadie,
gentes huecas, cobardes, egoístas,
cómplices, gentes vacías, metalizadas.
Y no pudieron. Tuvieron que matarlo.
Y tristemente hoy, en Cobón, Alta Verapaz,
velan al indio; los secuestradores del derecho,
empero, se esconden, sólo en secreto
se alegran, se portan como son de atorrantes.
Los humildes de la indiada dan su adiós
al héroe, reinvindicador, al defensor
de su cultura y libertades.
*
Rezo de Torquemada, el Inquisidor
... el sistema inquisitorial mantuvo a España en cadenas
por trescientos cincuenta años: Angel Alcalá
Yo, Tomás, creo en Dios,
mi Rey, y creo en el dios que hay en tí,
Fernando, y en la iglesia que te ama
porque del celo de Dios eres rey
y, por mi boca, amparas la gracia y la fe
en Castilla y Aragón.
Tú guardas al que cree en Dios y en tí,
pero entiende esta noche, no todo el mundo
ama con calidad de gracia y fe, hurtan
a Dios, al Rey y a mí, celoso Inquisidor.
Yo, Tomás, te suplico que no vaciles;
tus ovejas se fugan del redil
y con marranos comen de tu pastizal.
Entonces, deja que se vayan con su vanidad.
Aléjalos del puro sentimiento del Amor
que Dios, el Rey, dispensó en tí, mi rey,
y que, por boca de mi rezo,
yo guardo como al Fiel.
Echalos de aquí, junto al jefe del Erario,
Abravanel que, por algo Alfonso V,
lo echó de Portugal, él es un íncubo
de corazón veneciano, cuervo
para las noches venéreas, sin Dios.
Guarda en tu puño real a los viejocristianos,
aún no contaminados con la simiente
de rabinos inaceptos para el Fiel de Judá.
Líbranos de las aljamas judías de Castilla
y de los protegidos del Duque de Cardona;
escóndenos la cara del regidor mendaz,
Pérez Coronel y que no se repitan
los crímenes del Obispo converso de Segovia,
Juan Arias Dávila, ni el asesinato del ángel
de La Guardia, en Toledo, porque judíos y conversos
están en conspiración e invocan fórmulas mágicas
para destruir la Cristiandad y el rey que Dios
guarda en tí y mi boca en la que confías tú,
porque yo te confieso y te fortalezco
cuando me das tus flaquezas
y te glorifico, Fernando, cuando
a Dios pido por tí, mi dulce amado rey.
Escucha: Que una voz de ángel dijo
a mis oídos cuando oraba a Dios:
¡Que se vayan, que se vayan,
y que troquen aún sus ricas casas
por los asnos de sus partidas y que les troquen
sus viñedos por abrigos, o una manta
o sandalias para sus caminos!
¡Que se vayan y lo dejen todo,
porque 300,000 de ellos viajarán a pie,
así lo quiso Dios, y serán otros 333,000
los que abrazarán el bautismo,
o saldrán después una vez que sus corazones
sean pesados en la balanza del Oficio Santo!
¡Tu Oficio, oh Fiel!
Abre tu puño, déjalos ir no por las monedas
de Abravanel, no por las ganancias del Erario
que compensará a tus nobles aliados,
déjalos marchar, de un confín a otro confín,
... ¡por la fe y la obediencia de Dios
que es la que alimenta tu mandato!
Que yo, en nombre de Dios, te justificaré.
Fernando, el ángel dijo más...
porque ha de ser Tu Reino la envidia
de los mundos: expúlsalos, sin misericordia,
y que se vayan con las manos vacías
(porque sólo el corazón debe quedar lleno
y Dios ser su abundancia y lealtad,
su signo servicio, tributo a tu trono).
Ha de ser Europa quien redima a Israel.
Como fue tu mandato para la diócesis
de Teruel, Albarracín y Saragossa:
¡mátalos, quémalos, tortúralos, júzgalos,
házlos prisioneros! como en la Guerra de Granada
y vélos como a infieles qie ya en Málaga han sido
infanticidas de La Guardia y burlan al Cristo nazareo.
No tengas pena por los tornadizos,
conversos de blanca apariencia,
pero cuyo corazón sigue como hollín
del infierno; sufrirán como perros,
así Dios lo quiso, pero volverán de rodillas,
sumisos, blanqueados, aceptos de Dios, al fin...
5-3-1989
*
El gato que rompe las almohadas
Su amenaza frívola, caprichuda,
es romper almohadas de benzodiazepina.
El se esconde. Tiene miedo.
Es un vil animalejo, intramundano.
Es demasiado limpio, demasiado,
y sus ojos los tiene muy atentos.
Quiere ser un felino desde el alma.
Aquí estoy, casi zorro y pantera,
casi gato, casi humano desde adentro.
Dispuesto a vencer a los perros seratónicos
de guerra, la jauría de mi mundo, malcontento.
Mi día viene conmigo, cauteloso y temblando.
Espera la ráfaga del pánico sobre una cama limpia
por el sucio del asco,
por la higiene de absolutos encumbrados
y la pira del temor y el orden y el reposo.
12-4-1992
*
65. / El hombre muerto y vivo
¡Tantas veces has muerto!
Y por eso me habituaste al olvido,
a no extrañarte, a no quererte,
a verte muerto y vivo
al mismo tiempo.
El ente que, desde tí, dijo Existo
es falso, aún vivo es la muerte, soldadesca.
El pretexto de matar
e irse matando en este absurdo
radical, contingente, inexplicable...
Su existencia precedió a la esencia
del encuentro conmigo, pero...
te empozaste y al verte desnudo
dije: ¡Qué horrendo sóis,
cómo te llena la muerte sin futuro!
Te negaste la salvación del para-otro
que es la ama del comando y vive
por más precario que seamos.
Pusíste tus oídos sordos
y mudez ante el quererse.
Echaste la potencia al vacío y al desgaste.
16-5-1982
*
El nido de la Nada
En tu ente cesado, sin colores, pútrido,
se anidó la Nada como el polluelo inerme.
Y no te apiadaste de él porque bajo el ala pajiza
de tu ser-en-sí te desactivas, sin ofrecer reposo.
Más bien, te compactas, te haces rígido
y callas, asesino del canto.
Tu consciencia es la propia Nada,
jamás épica
ni personalmente lírica
ni con misión transobjetiva
con el mundo soluto.
16-5-1982
*
Santa Necesidad
... La necesidad y la casualidad
pueden convertirse la una en la otra: F. Afanasiev
Santa Necesidad,
que estás en la pelazga pendenciosa,
te rezo porque tienes los huesos
aún prometedores y flexibles.
Te invoco y, con ojos pelones, te venero.
Eres pollancona bajo las enaguas.
Vas con la paz de dios
moviendo las petecas
porque no existe espíritu sin carne
y la materia no necesita
de tu veleidoso y caprichudo hágase,
menos de tus exageradotas de catrina.
Desde las causalidades de los fenómenos
te pido bendiciones.
Estaría sobre tus senos
con gusto pastorício, al menos
en la noche tras mi rezo.
Te diría... más acá hay posada
aunque juntos naufraguemos en la burla,
puestos los dos de patas en la inopia,
en el dolor y el desprecio...
Pero, ¡bendíceme en el acto revolucionario!
Abre tus piernas a la libertad.
Yo me acomodo y te cimbro.
Me entregaría yo a las purezas
que tengas reservadas o escondidas
por causa de ese miedo:
despertar con otros, generosa,
sudosa de amor, pelandusca.
En el ejercicio de la vida cotidiana
(donde con idealismo se confunde
a la putarraca de los sosos
y a la metafísica que nos burla por parejos),
¡oh, sin miedo a los ingratos!
te rezo y te visito
en la Cueva de los Olivos
donde estás penitente todavía.
¡Sí, como Pelagia en los montes!
¡Pero, no obstante, te venero
y te rezo!
2-7-1989
*
Homenaje a Abu Ibn Sina
... declarar la guerra a la estupidez
fue mi meta: Avicena (980-1037 dJC)
En un joven de Persia,
la primera de las causas, la incausada
razón de Todo Acto resplandece.
Su mente es sol generoso, Ser Necesario
que parece divino. Maravilla.
En la Vieja Ruta de la Seda y el lino fino
de Oriente, el ángel sin edad se encarna
y siendo persa de Bukhara, él parece
huésped enviado de la Aurora.
En la casa de su padre, lee el Corán.
A ratos, a la sombra del árbol,
con filósofos griegos conversa
desde viejos folios, pergaminos.
¡Es Avicena! Diecisiete años tiene,
edad maravillosa.
Sanador del rey de Bucara,
es joven médico, no lo detiene nadie,
mucho menos el fedeyín o el carcelero.
Está estudiando sin parar en una biblioteca.
Todas las ciencias escarba.
Y la mayor es la paz y la política.
Cree en un principio motor del Universo:
sede creativa de la mente humana.
En Hamadán, ciudad de Persia,
el rey lo designó su asesor
y médico de su cabecera,
consejero de los cielos y las noches
de estrellas, matemático de las luces
y las sombras, examinador del zodíaco
y los signos de Cleóstrato, el griego.
... pero está en la prisión.
La intriga lo redujo al rincón
y la anonimia y la infamia.
Cuando salga a Isfahan
(porque sí escapará, astutamente,
tendrá que hacerlo por el canto de los siglos
y alejarse de las manos de los truhanes,
envidiosos, hijos de la Corte malparida).
Se llevará sus libros, a escondidas,
su pensamiento inagotable y libre.
Por eso, aún en la prisión, escribe.
Y en escribir en libertad, de solo a solo,
envejece: ¡quiere decir al mundo
tantas cosas, sin ser un matarife!
Ni un nombre vulgar, engañoso, intrigante.
Hará más de mil años que nació
y que ha muerto; sí, ya murió el ángel
con el ser necesario y su memoria.
Describió con mil detalles la anatomía del ojo
y su funcionamiento; descubrió (y fue el primero)
el cuadro clínico de la meningitis;
anticipó la naturaleza infecciosa de la tuberculosis
y otros males; a Occidente ha brindado
el texto más universal y más fecundo
sobre salud y curaciones, el Canon.
El don de sanar e iluminar las vidas productivas,
aún muerto él, quedó imperecedero.
7-12-1986
*
La secularización
Por sed de escrúpulos infinitos
(para explorar el agua y bautizar
ante riesgos dispuestos
por el dogma oficial
del abismo, ¡ay! los infiernos)
la liberación trepida
con el rostro del secularismo.
Dios / Zeus / deidades todas,
lo sagrado,
despojándose de caracteres misteriosos
bajan, se muestran, se conquistan.
Lo incomprensible de los super-Entes,
los miedos naturales, las adoraciones
que disfrazan el amor, presuntamente
ultramundano y místico, el anhelo
de las salvaciones en la calle,
lo que pide ser crucificado en lo objetivo,
de la sombra sale
como si fueran los cadáveres
de los diablos azules.
Y eso que nace como inconforme tránsito
de la curiosidad a los anhelos,
va apropiándose de ímpetus
y nuevas emociones hasta esa hora crucial
en que se elije dejar lo absoluto
y falsamente trascendente
por un simple chapotear,
estar en las aguas que la piel redescubre,
que los ojos abren
y al tacto magnifica.
Por explorar el agua y bautizarse
en riesgos, secularizándose,
ya no hay despotismo
ni transmundanería.
El guerrero juega
en los senos fluyentes
de sus categorías.
2-7-1989
*
La razón
Desde entonces a la actriz de Notre Dame
su auditorio le crece. Nunca lo pierde.
Ella es la Diosa Razón que inspira noticiarios,
la aclamada, prime time's Voice,
favorita del crédulo, la estrella que gana
sintonías, prudencias a distancia,
el temario de cómplices, consenso.
Es la experta lectora de los promsters,
la informadora ideal, sensual y embellecida.
El Procurador General de la Comuna
lo dijo: Llegó la Voz terrena, el Progreso
(su evangelio democrático, evasivo como es
¡ay, tantas veces! el Don Nadie
por el que claman todos).
Llegó Tu Ceremonia de las tardes, pueblo mío.
Tu presencia, Neutro engendro, sube a escena.
Da tu belleza, heterogénea máscara de dioses.
Se han reunido los medios para bendecirte.
Pendientes están los hombres de la Tierra
para deificarte; el futuro es tuyo.
Pedro Gaspar Chaumette es el productor ejecutivo.
Un lindo rostro de actriz o hetaira de palacios
el centro del Altar, la Gran Pantalla,
en el fondo, el trono sonoro; en cada esquina,
radio-bemba, la información, el objetivo.
Metis ha vuelto con vocación de sibila perpetuada.
Su función oracular tendrá, al fin, sus ecos
en todos los hogares y santuarios
y se hablará, ya no es secreto sobre lo que antes
fuera censurado, tergiversado, no creído:
* Que los pobres deben enterrarse con decencia
* Que a la niñez hay brindar su debido respeto
* Que no se aplique el látigo en la escuela
* Que se no mire con lujuria la inocencia del niño
* Que no haya pargos gananciosos ni prostitutas
que sufran por las calles ni deudas redimidas
con prisiones ni monarcas o eclesiásticos severos
* Que no haya loterías ni naipes embusteros
ni Tarot ni hechiceras ni burdeles
* Que no haya peculados ni engaños estatales
* Que nos volvamos racionales, analíticos,
piadosos ya que la Patria es primero
que las míseras ambiciones inhumanas y los dioses...
6-2-1982
*
Etograma (2)
Los modos de explotación
(el robo racionalizado, apetito
cada vez más intenso de codicia
y seguridad amparada por la fuerza)
se abonaron con las pretensiones arbitrarias:
superioridad cultural, eficacia inclusiva,
rendimiento óptimo.
En el área vital de sus depredaciones,
el ladrón se ha atrevido a convivir
con su presa, se asoma
con sus lugartenientes y sus cómplices,
trae consigo al verdugo al lado de su diestra.
Para adaptarse a ellos,
despojados de su hazaña, sufre los enojos
de los pocos, traga saliva ante el impertinente.
Del uno insatisfecho, crítico del acto imperdonado,
sofoca sus lamentos, ríe como valiente
siendo valepoco ante su alma.
6-2-1982
*
Tertuliano y el sustrato primario
El hombre es realmente libre cuando su libertad, completamente reconocida
por los demás, y reflejada en ella, encuentra su confirmación y su expresión
en la libertad de los demás: Mijhail Bakunin
Ha dicho Tertuliano que las vaginas
son portales del Demonio
¿y qué son demonios? yo pregunto...
Gente como él, almas pobres
que desprecian a los otros
que, a fin de sentirse virtuosos,
ofenden y envilecen a las hembras...
¡Qué triste que sea de manera!
Angeles y ninfas postula Tertuliano:
las declara como hermosas criaturas
de los mundos celestes y la Arcadia.
Son las invenciones del Espíritu Puro.
¡Qué triste: que no sepa
cómo mirarlas en la Tierra
ni darles su lugar, noble y humano...
Así son todos estos infrasexuales
de lo Ideal, adoradores desenfrenados
de otros mundos,
sacerdotes de fuego fatuo
y abstracciones, númenes de Luz Impía,
censores del movimiento progresivo
y del instinto que, en cotidiano evento,
en libertad manifiesta declara
lo que existe, su sustrato.
Quieren lo Sublime, lo inorgánico,
esencia a qué llamar Lo Divino,
puercos... no saben que la historia
acumula voces como la suya
en basurales más tristes que sus moralismos.
Muchas han sido las vírgenes
que han sido torturadas,
quemadas en hogueras, ultrajadas
por santos de puros vivalismos,
y las definen así, vaginas demoníacas,
como este puerco tertuliano advenedizo...
¡Qué triste que sea de esta manera!
Un Amo dizque Eterno, Piadoso y Absoluto,
el Tirano en el sexo cobijado, nos condena
y esparce por esperanza concreta de vivirse...
nacer de mujer, Portal del Diablo...
¿Por qué lo permites, Creador?
¿Cuándo comenzará a prohijarse
el hombre que yo aspiro?
¿En qué consiste, en rigor, el Ser Primario?
Si el primario ser, ser hombre,
es ya semilla de condena,
¿a dónde vamos?
¿a qué portal me arrimo?
¡Ay, si eres tonto, Tertuliano!
23-8-1987
*
El trabajo consciente
Al Dr. Eliut González Vélez, poeta y hermano,
en esta búsqueda de trascender con amor y esperanza,
sin escapar de lo humano...
Mi dios se llama el Mito Eterno:
la actividad, la inventiva social,
el trabajo, el producto,
Dios es artificio, industria, ajoro.
Dedos altos, como frutos que de la copa
y savia de los árboles, recogen alimento.
Esos pulgares de primates mamíferos,
sus manos en gesto vertical por las semillas
y sus miradas al cielo, esperanzados,
son mis dioses humanos, mi dios erguido.
¡Y en las charcas de gibones, diosas tengo!
Las encuentro cuando cantan,
o danzan en pelotas. Son ninfas gritadoras,
festejantes de gloria, y ellas han sido
y serán como almeas en las calles pobladas
y fueron alguna vez, ojalá que puedan serlo
otra vez y siempre, danzarinas del areito.
En las selvas, diosas con dioses y tambores,
echan campanas al vuelo, arman su risueño regocijo
en Ceres-OM-nias, se perviven
en la inocencia primitiva de mi trópico.
Publicado en la revista «Tertulia en Mizar», Núm. 1549,
28 de noviembre de 2002
*
Amenaza (2)
No se olvide el asesino
del inmediato mundo circundante,
el que empuña remisión y tira piedras
y esconde la mano...
no se olvide quien reinventó el puñal por jure bellis,
la espada para el hurto y la opresión,
premeditadas,
del ser-acompañado y el ser-acompañante,
que con el útil que se halla en el cohecho
no se olvide
también se coencuentran a la mano
los quienes victimados, otros para quienes
la traición y el golpe bajo se destinan.
A las mutilaciones, con su aviso,
cobarde, vaporoso, seguirá la pregunta:
¿quién amenaza, hiere o asesina?
¿Quién, con mañas de lobo, es quién se esconde
y usó el arma y atormenta y reincide, canallesco?
No se olvide que hay quien quita el yo
y se huye del destino y son los proveedores.
A expensas de la muerte, en secreto organizados,
ejecutan la amenaza, fundan sus escondites.
No escaparán impunes, no,
aunque sólo trafiquen en las sombras
con los portadores de la muerte innecesaria.
Criminales hay que jalan el gatillo,
pero hay peores: los chingaqueditos;
genocidas intelectuales que autorizan la hecatombe.
Con sueldos de sus arcas, sufragan el crimen.
Con justificación verbal, lo enaltecen.
No se olvidará su delito, no,
ni al cómplice en la sombra, más lobuno.
En el útil se sobreentiende el para qué
y en el asesino, por igual, se precomprende
la remisión del productor a portadores.
En el olfato va obsequiada la pista de la burla,
y los zorros del desfiladero,
desenmascaradores, catan huellas.
18-4-1980
*
Soy tu amante (1)
Te servíste de mi piel.
Soy tu juguete.
¡No me importa!
Te gustó mi mansedumbre
muy elemental y pupilaria...
Soy tu amante, nada más:
¡tu amante!
Puede que para otros sea difícil comprenderlo.
No para mí; lo digo fácilmente: ¡me has gustado!
Te quiero, me gustas; aunque no me entiendas,
pero me has obtenido, vino tras vino,
cerveza tras cerveza.
Y no que esté borracho,
sólo que impera tu sabihondez rancia
e inventas los escrúpulos y yo los admito.
Te acepté como eres: ¡me gustas!
con tu vulgar inocencia y ambición destrampada.
Estás llena de mundo, de sexo,
de coquetería, de obvias formas
con juventud y gracia y me has gustado.
Serás la luna abierta desde hoy
en mis días tristes, rutinarios,
despersonalizados y oscuros...
¡Te surtes en carne y en el amor te agotas
y yo te veo llorar y residuar
con el placer que sabes!
He aprendido de tí, amiga mía.
¡Gozo y sufro con tu mundo y tu llanto,
comparto tus secretos, tu vergïenza
por otros hombres que no te han querido!
Simplemente, yo te quiero y me gustas...
*
Proceso liberante
Tus prudencias deseadas y trascendentales
se confunden, pero eres lo que eres:
una desvergonzada estrella del deseo,
la pública deidad entre mariscos.
Los mafiosillos de machista estampa
vienen por tí. ¡Tú sí tienes azúcar, de verdad, chula!
niñaja del Tiviri-tiviri, panchanguera,
pompi loca, festejo social, cantas a la lujuria.
Eres el mejor trofeo, la noche y hembra,
y por dólares te adquieren otros hombres.
¡Menos yo! ... aquí, por equivocación
yestoy queriéndote, no por error,
me gustas deliciosamente y te comprendo.
Se te paga, según me dicen,
pero... ¿te vendes?
No todas las veces, no todas.
¡Creo en tí! y con ello fundo mi paz
y de tu boca rota, sapos, ¡zape, zopilotes!
Dejo de creerte para bendecirte...
¡pero cómo echas tu rollo!
y por eso me gustas
brava e insolente, ¿lo sabes? en ocasiones,
fundas tu libertad, tu proceso liberante...
Desde lo más hondo del ser y tu mar,
bajo tu nalgatorio, en tí y dentro,
hallé una niña, triste y violentada,
¡llena de máscaras y recursos defensivos!
pero que dice ¡Basta!
estás buscando amor
y aún no lo hallas,
y por eso te quiero...
*
La cantadora eterna
... ¡Retorna eternamente el hombre del que estás hastiado,
el hombre pequeño! ¡No sigas convaleciente, sino sal afuera,
donde el mundo te espera cual un jardín... ¡Sal afuera,
donde están las rosas y las abejas y las bandadas de palomas!
¡Y sobre todo las aves cantadoras, para que aprendas
de ellas a cantar!: Federico Nietzsche
Campesina, no quieras tanto
del Primer Canto, ¡sal y aprende
el poco del ave cantadora
y el poco dulce, aún no hastiado,
de la abeja, y convalece
mientras sigue esta mentira mezquina
de las trincheras, vestidas de conformidad.
Armonía entre razón y ser
no habrá en tu cuerpo serpentino
ni aún en los Valles de Tempé.
Tu boca es para el vino de los labios
y tu ser un devenir, igual que el mundo.
Se palpará la sabrosura blanda de tu púbis
y danzarán contigo, cantadores como yo,
que han visto tus caprichos, tus pupilas,
tus palabras que sanan, tu dulzura que duele.
Sílice del deseo, ¡sal de tu cueva,
recoge tus pedazos, nodriza del lamento,
ayúdate para yo ayudarte, con mi pequeñez!
y ser grandes en la Gran Madrugada.
Cuando no mueres no hay paz,
pero, en el gran año del Devenir,
eres todos los deseos y las posibilidades
y Apolo, educador de los hombres,
aprende de tí la ambición que no se agota.
Te busca en la nostalgia, en juventud inocente,
en salvajes gritos que abren tu carne
para besar tu sexo, tu primer amor.
Para poder ser de otro modo,
abandona la madriguera y la ceniza
y el viejo amor, caótico,
por la perpetuidad del ansia.
9-8-1980
*
La soledad de Solón
Part of Solon's reform was the total cancellation of the whole-mountain
of unpayable debts... This is the so called Seisachtheia, and all of the debt-slaves
become, in a single stroke, free citizens again, and can return home: Gabriele Liebig
De solo a solo, Solón
con sentimiento vive. Llora su tierra.
Oye las flores y el sabor del aire
y, a diez años de exilio, sueña
su regreso. La patria jala.
Solitario, Solón, de solo a solo,
platica con su alma, lengua de espíritu
que anima, visión que abre en la bruma
de sus perseguidores el recuerdo
de la Seisachtheia.
Son antiguos megarenses, héroes despechados
de la Salamina, esclavistas y usureros,
el nuevo cuño de la oligarquía.
La Tierra que antes oyó al sabio
está prostituída; a él que a Dracón dijo:
Eres injusto. Conócete a tí mismo,
nadie lo espera. Nadie.
El agua que fluyera su canción limpiadora
a diez años de plazo es pozo profundo
y embozado en un silencio calmo,
nausebundo, elegía del lamento.
De solo a solo, sin terceros, Solón,
educado en Egipto, noble de cuna,
se revuelca en el dolor de Apis,
O-Sorapis, a solas, profundo.
El dio la Constitución a cuatro grupos,
las clases productivas. Quiso ser justo
con cada una de ellas
hasta que el Viento del Sur
pudrió a los oligarcas más feroces
y ellos comenzaron a explotar tal como bestias.
O-Sorapis Solón, meditador del Bien Común
y las leyes naturales del progreso del justo,
Pisístrato escupió tu nombre y tu regreso,
te maldijo diez años en los hombres.
Ya abrogó tu sistema de pesas y medidas,
tu Tierra, Tu Fuego, Tus Aguas.
Se ha perdido tu sentido sensual y melodioso,
tu ritmo de alma activa, soñadora, compasiva.
Caminas ya, de solo a solo, y el absolutismo
de tiranos te ensarmenta, en la Atenas
que han forjado los canallas: labriegos despojados
de la Tierra; potentados opresores de Tu fuego;
las hijas de los hombres como esclavas,
el sistema de usura y expropiación, renovado.
Si vuelves a Chipre, conversa tú,
de solo a solo; si vas a Lidia con tu lengua
de espíritu combate; estás en soledad
en cada esquina, Solón, sin terceros
de alma, sin lenguaje...
Solón desconsolado. Solo. Solo.
7-3-1984
*
Oyéndola
Voy a buscar la juba de trigo
de esa niña de ojos claros;
peinaré sus pasos.
Voy a seguirla hasta
donde sea audible su alegría,
los arroyuelos.
Seré la mariposa silenciosa
que bese cada canto de sus flores.
Obrero quiero ser.
Construiré puentes al habla
y, añadido al mosaico,
traeré mi pieza de júcaro
y haré la empalizada
Detendré a los invasores sangrientos
que gozan con sus culebrazos
de la mofa, el ruidajo y el oprobio.
Para mí, ¡venga la mujer
y diga sus secretos, que son versos,
desde esa heredad neocortical
del lenguaje donde está su jardín!
Oyéndola, la intimidad social
será creada y se preserva.
porque jugando en ellos
aprendió a cantar y yo, oyéndola,
me asomé como el gibón
de los ríos y juego, aprendo y canto.
9-14-1980
*
Las mil y una noches del sultán
Cherazada, hija del Gran Visir,
vive bajo amenaza.
Van a matarla después de hacer el sexo
con el misógino Shariar.
El es el varón burlado por la hembra
más coqueta y fluyente de los ríos.
La corriente que se lo lleva todo,
el remolino que desciende hasta los fondos.
Está dolido en el fuego que destruye,
está burlado en el aire que derriba
con sus soplos violentos.
Y por eso se acuesta con las Furias
y todo lo reduce a su puñal, a sexo
que atosiga, a placer mecánico y neurótico.
A su harén reduce a puñaladas; sus mujeres
mueren en olvido, sin orgasmo, temerosas.
Se las lleva las corrientes del abismo.
Shariar es un maniático, asesino.
En guerra está con las semillas de la Tierra,
todas mueren tras acostarse con él.
Ninguna amanece, en afán de la gloria mañanera.
Las asesina, las ata a su despecho y a la muerte.
Shariar es sexomaníaco, vengativo, rencoroso.
Cheranzada, hija del Visir, morirá
esta noche entre sus manos.
La piensa estrangular y lanzarla al averno.
No otra cosa hizo con otras, aún más hermosas.
Shariar es el sultán del homicidio, el infierno
del placer, la escaramuza, la fuerza
que en ultraje y misoginia se yergue.
Una treta sublime, organizada, dialógica,
es la esperanza de la niña hermosa,
sutil y vivaracha, esta mujer radiante
por sus ojos, cálida y apasionada,
profeta entre gibones, ninfa del alma.
Comenzó a contarle que soñaba.
Que tenía un imperio de amor,
su única herencia, memoria lírica,
profunda, inmarcesible...
Le contó que, sin varón, no será
the sole childmaker en medio
de los dioses predatorios de su raza.
¡Y le quiso decir: te necesito!
... porque la mujer de sociedades agrarias
en los siglos remotos (¡los que yo no recuerda!)
guardaron sus memorias de importancia
(¡fuimos diosas y reinas, ángeles y ninfas,
y algún relato trunco de varones lo delata!)
... dijo: ¡éramos la canción de la delicia,
el templo ovárico, evolutivo, del Sublime!
A estas mujeres se les debe respeto
y se harán respetar... dijo, valientemente:
lo hará el poderoso, a pesar de sus flechas
en dirección del movimiento,
el profeta, si es que avizora en verdad la madrugada
y si en los horizontes detecta las edades del futuro;
lo dirá el feo, que se demora, regresivo, sin hallar
la hermosura en los kioskos de lo eterno
y de lo progresivo, el miserable
que atrapado está en los garfios cotidianos.
Y entonces Shariar que la amaba, sin delicia,
exigió: Yo quiero saber más.
Descansa y díme de ese castigo
que espera a los que no han conocido
a esas diosas de que hablaste...
y tomó varios años a Cherazada recordarlo.
Le contó y tomó varios meses
completar su relato a esa niña que esperaba
la muerte que hubo en çatal hüyük, Anatolia,
hembras que siendo hermosas morían
sin entierro, casi doncellas, con pocos años,
y los varones vivían tristes, sin ver prole
y buscaban entonces las hembras
de otras tribus, con sus lenguajes extraños.
Sin certidumbre, los padres miraban a sus hijos;
eran necios, apáticos, caprichosos, casi mudos
y como la tierra, secos, hijos
del sol estéril, sol de vasallaje y dolor infecundo...
Pero llegó una mujer, de cuyo nombre
no se acordó Cherazada, y pasaron
cientos de noches y Shariar, preguntándolo,
y le nacían hijos que con ella tuvo,
pero no nacía el nombre de aquella
Diosa Extraña en las mil y una noches.
El nombre es ser primario,
serse desde la nada, serse
desde un cimiento de echada,
pero, ¿cómo decirlo?
Era ella misma que lo amaba;
era el mismo asesino
que iba naciendo y amándola...
2-3-1988 | De Heideggerianas
*
El robo de Pedro Meléndez
El huésped se llevó tres mujeres
muy hermosas y, en son de paz,
dijo que vino, pero sus hombres
con espadas traicioneras trajo.
Del huerto de Anacanamón
se robaron las doncellas y la esperanza
y la alegría, la noche y el reposo.
Y los padres en luto preguntaban:
Anacanamón: ¿Qué hicíste con mis hijas,
las díste por regalo a los milicos?
Las extrañó con dolor toda la aldea.
Y Anacanamón sufrió
vencido en cada fibra de su enojo.
El odiaba a los buitres de piel blanca.
Pese a su encono, el araucano les recibió.
Se ofrecía la convivencia desde Chile.
Subió, entonces, sobre una peña
atrapada por chumberas; alzó una voz
de moluche que recordó a Lautaro y Galvarino
y dijo: ¡Vayamos, aucas, a matar sus sombras!
¡azotemos los predios de sus anochecidas!
¡vayamos, pues, con voces picumeches y guerreras!
¡y fluyamos el Apure embravecido,
que las aguas nos borren de la Tierra
si no vengamos esa paz prometida y traicionada!
5-13-1989
Memorias de la caverna
*
El sospechoso nato
El habitante típico del mundo
no es precisamente solitario.
Es campechano, extrovertido, lagartón.
Tiene un acervo de chistes y de gestos
y se divierte con ellos
y no siente vergüenza
o pudor al contarlos.
Es su muestrario humano.
Es el prudente que siempre
dice lo mismo y repetirse no lo cohíbe.
Salta de momento en momento
y se diseña con la réplica
del vecino a su lado.
A éste lo define en alguna borrachera
de palabras, lo maldijo por no ser un calco
de su modelo más canónico,
a su gusto, a la mano...
Lo bueno de estos seres uniformes
(el hombre de la calle, el obrero promedio,
el fulano de tal, el tío, joder,
que es un buenazo)
es que habitan en su esfera,
su circo muy fraterno
compuesto de familia y vecindario.
¡Y no se meten contigo! pero, más vale
que estés lejos, quieto, opaco, callado.
Afortunadamente, yo soy un sospechoso lejano.
Aún los metiches más picudos me han dejado
por la paz, ni se me acercan. Claro.
Del círculo de sus rebambarambas me aparto.
Soy un solitario que no daña a nadie.
Ni acuso ni molesto y me gusta ser
como soy y no oírlos ni buscarlos.
El habitante típico del mundo
no es como yo, por cierto.
El sí prohíbe y, a menudo,
ni come ni deja comer.
Mi ventaja es que yo soy feliz
(no feliz por todo), feliz
por ser como soy
y no ser
como ellos.
6-5-1984
Diosas del amor / Ixcuiname
*
En paz con el mundo
a Jaime Sabines
Yo estoy en paz con el mundo,
pero soy guerrillero todavía
sin batalla en el presente de la historia.
¡Es tan difícil mover una utopía
y tan fácil que es cantar por ella,
danzar por su erótica profunda!
Yo soy un hombre de acción
allí donde ninguno me mira,
un subversivo...allá,
donde todo es canónico, inmóvil,
opaco (yo sé que doloroso, por igual).
... pero aquí, donde más importa serlo,
yo soy la paz que muy pocos envidian.
Tengo que pasar cautelosamente
el carnaval y espero que no haya requisa
porque este carnaval es trampa
y depósito de pólvora y de riesgo.
El callejón está minado de peligro
y las pandillas al acecho.
La esquina a la que voy es soluto
de guerra, plaza armada
con banderas y dardos
y cinismo al viento.
Escupen los dragones:
sus lenguas de escarnio.
Soy un sospechoso nato.
Huelo a plan escondido, a complot
amasado en mansedumbre,
a voz de cosas ocultas, entre dientes,
a metáforas, a amor que nace entre cardos.
¡Cómo le gustaría a la gente
que yo fuera una chusma patentada
para, por fin, abrazarme con confianza
y quitarme este amor, sin merecerlo!
Sí, les gustaría que yo fuera una mosca
o un gusano y, con opciones,
aplastarme sin piedad, no equivocándose.
En fin, yo soy lo que soy
y como todos, arriero y,
por bien o por mal, voy.
En el camino andamos...
6-5-1984
*
6 de junio del 2002, Tucson
Aquí se ha perpetrado un acto terrorista.
Hallé veinte cadáveres y avisé:
¡Vengan, gendarmes de buena voluntad,
cubran esos cuerpos, patrulleros fronterizos!
Que se investigue este hecho de inmediato.
Un sol encapuchado y asesino, de seguro,
atajó sus pasos, los coyoteó en el desierto.
Esta gente que anduvo su camino
en pos de esperanza y progreso está aquí
con huesos secos, piel destrozada,
víctima real del terrorismo,
anónimanente inerme, asesinada.
Y a una niña, con la edad de once años,
la asaltó ese enemigo, de rubia faz,
con millones de lumínicos garfios,
rayos-dedos, y fue certero
al clavar su cuchillada de sed
en su linda, inocente boca
y ya que rompió su garganta,
me estremezco.
Vinieron a Tucson por caminos
de Sueño Americano, ¡qué ironía!
y fueron torturados a 120 grados
de Fareinheit tormento.
A sólo diez días de veredas
y reincidentes desmanes, nadie sabe del agresor,
ni el rumbo de su fuga ni el proyecto
con que ha de proseguir sus desencuentros.
El terrorismo está indocumentado.
¡Sí, ese Osama impune de las áridas zonas
y el Desierto!
30 de Junio 2002
*
Continúa
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