Monday, March 29, 2010

La nación y los poetas


Una Nación que vive la dualidad entre el deber y la desobedencia
no sabe a qué obedece, no tiene en realidad nada lícito
como esencia de su vida. No te engañes, Poeta,
no ha de ser tu nación.
Gobiernos, ideologías, marcos de creencia
que te impongan una estrecha noción de humanidad,
para tí no es que habla.
Quien te diga que te cases y corre y se divorcia,
que para tí no predique las nupcias.
Quien te diga «sé célibe» y con la pederastia
se entretiene o con amantes , en moteles secretos,
para tí que no sean sus predicaciones.

Una nación de mayorías en divorcio, en cuitas
con su testosterona, en lujurias con las hembras,
en lujurias con los sodomitas, en mamadas
de charcas venusinas, en orgías con pan de Eros
y vergas faludas de Príapo,
no es una nación para el amor.
Es un territorio tribal de obsesos y maníacos
y para tí no que sirvan sus convocatorias.

No vayas a desmentirlos con palabras.
Ellos no entienden ni lo que creen ni lo que practican.
Están en la derecha de una verdad central,
el núcleo conveniente: la centralidad de Tu Poema.
No hables en torno a la Nación con sordos y ciegos.
Gente que no te mira a la cara y con labios torcidos
a tus espaldas multiplican sus escarnios.

Con esos militantes de oquedad y ruido,
con esos parlanchines que se oponen
a toda legislación que prohíba el odio, la inclusión,
la diversidad, los abrazos entre etnias,
las necesarias armonías en nuestro mundo,
el sentido profundo de la democracia,
no hables. Esa no es Tu Nación.
Es ruido gorgorero
que nace de las grutas oscuras
del Entendimiento.

No verán la luz de Tu Palabra.
Dicen que aman al pecador.
En realidad, aman el pecado.
Arguyen que buscan derechos y moral para la Gran Mayoría,
pero separan la paja del grano. El grano
lo tiran a los puercos; se quedan con la paja
para sus idolatrías.

No la tomes en cuenta. Esa Nación no es tuya.
Es de sus egos. Es la nación del dominialismo,
las derechas, pornógrafos de noche,
antipornógrafos de día, fornicarios premaritales
desde el atardecer, beatos de decencia posada
en el día, en abortaje contraceptivo,
siempre con píldoras, queman las clínicas de aborto
a grito de consignas, seudoespirituales, anticientíficas;
valentones en grupo, cobardones en sombras.
Busca-putas en listas discretas, todo lo plantean
aberrante, inmoraloide, en revistas exclusivas...
Un paso dan adelante, dos para atrás
cuando tú no los miras.

Es que no son Tu Nación. No bendicen
tus ojos; no se sinceran con tus palabras.
De ellos nunca será Tu Poesía
ni el texto más hermoso de Tu Cuerpo
ni la comunión más íntima de Tu Amor.

30-06-2000 / De Estéticas mostrencas y vitales

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El poema que bendice

Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra: Génesis 1:28

Les dejo mi bendición y es un claro poema
de trabajo para que sean próspero.
Lo que fructifica guarda en sí su ley oculta.
Multiplica lo que no es visible:
la esencia de mi bendición.
El poema con que les bendigo no es una espada.
Es una herramienta de trabajo, la más honesta
que les puedo dar. Es magia de sentido para escarbar
el fruto; es un anzuelo para que pesquen el pez
y es un árbol de amor para que hagan nido las aves
y así conozcan misterios lejanos de otros cielos
y oigan trinos de pájaros hermosos.

Todas las bestias que se mueven en la Tierra
son Mi Conocimiento, estudiénlas, utilicen su fuerza
porque las bestias son mansas, si las ama el hombre,
hermosa es toda la zoología y nada es más generosa
que un árbol y una bestia y nada es más dulce
que un pájaro... Cuando les bendigo, mi palabra
le dicen «Señores», o que sean como padres,
y lo protejan todo, debajo del cielo, «señores» les dije
para que no estén solos y la bestia sea su enemigo,
o razones para un miedo diverso; «sojuzagad»
les dije al miedo que le tenga a ellas
porque hice bestias enormes; pero, tu poema
puede sentarse encima del caballo,
puede pasear sobre el elefante, su fuerza
puede ser un motor que te sirva para mover
las piedras, con bueyes puedes arar los campos.

Todo lo que puse en derredor tuyo, toda geografía,
con la idea de que sea amiga productividad
y digo como fruto lo puse, mas no hagas indigno
mi fruto, no sea que te maldiga el mismo fruto
que te come, el mismo animal que te ayuda,
la misma semilla que se pudre, naturalmente,
para que haya flor desde lo oculto.
Aprende a leer mis bendiciones.
Por eso te doy el dominio del Poema
y lo pongo en el Edén de Tu Texto.
No hagas mofa del Dominio con que bendigo
pues el más santo de mis secretos.

15-04-2000 / «Estéticas mostrencas y vitales»

<>

Ante Pilatos

«Jesus answered (Pilate), «My kingdom is not of this world: if my kingdom were of this world, then would my servants fight (to defend him)»: John 18:36
Yo defiendo el Reino del Poema que bendice.
Y mi reino no es la mofa del Dominio.
Quienes leen de mis textos para el Edén
sabrá que yo hice señores para el gozo,
varones que descifran secretos.

Lo mejor de los Reinos es el Cielo
de verbos, metáforas de Dichas y traslaciones
donde la bestia es amada
como si fuera un ave, o un pez del cielo
que se mete en las aguas terrenales.

Mi reino no es para genocidas.
Allá de donde vengo no están; aquí abajo
en su Viejo edén los formaron.
E hicieron ustedes sus tribus y sus reinos
y crucifican el árbol y a las palomas queman
y al sembradío lo tornan, in aornis, en lugares
sin aves, sin trinos, basurales de asco.

Yo defiendo el Reino del poema que bendice.
Un reino de señores verdaderos, no de sátrapas,
no de naciones con tiranos, no la mofa
del Dominio sublime con que dije a mis sacerdotes:
Nación quiero de profetas, discernidores,
no idólatras corruptos, no jerarcas de la ecofobia.

Yo defiendo el Ser que pastorea el lenguaje
y con la Palabra multiplica el amor, unidad,
armonía, elevando hasta los Cielos lo terrestre.

No, Pilatos, mi reino no es de este mundo.
En el estrado de sus pies, hay demasiada mierda:
pueblos esclavos, sacrificios inmundos,
burocracias insolentes, matanzas de animales,
expoliación de montes, minas de bisutería
con que fabrican dioses; aquí no hay señores
de la talla sublime que desde el Poema que bendice
resultan ad aeternum necesarios.

Mi reino nunca ha sido maldito.
Ni castiga ni transgrede. Y yo lo defiendo
desde el principio de los tiempos
y le sigo obsequiando el árbol,
las aves y los peces de la mar.

15-04-2000 / Estéticas mostrencas y vitales

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