Cuando más esencialmente se abre la obra, tanto más sale a la luz la singularidad de que la obra, sea en lugar… Cuando más esencialmente sale a lo abierto este impulso que emerge de la obra, tanto más extraña y aislada, se torna la obra: Martin Heidegger
Cuando te fuíste de Malkut
después de las primeras primaveras,
Adán lloraba.
Te dijo: Regresa, amada mía.
Sin tí no hay obra en el Templo.
Ni rey en Adama ni realidad efectiva.
Ni esencia originaria de verdad.
Sin ti el sexo no es obra sagrada
ni con el cuello del ganso me consuelo.
Con manos de utensilios se ultrajará
mi humanidad. En la habitualidad de siglos
mis hijos rechazarán mis penas,
el impulso extraño de mi soledad.
En entramados de materia-forma gozarán
de sí mismos. Olvidarán el perdón que los limpia,
la Mano que les dio su alimento, la renunciación,
la sal pura de mi nombre y mi carne.
Entraste en la cueva antes de que yo pudiera
hallarte y detenerte. Tus pies fueron tan ligeros.
Parecía que volaste hacia la cumbre de un Dios Verde
(que no era yo). En invierno sufro el frío de mujer.
En sabbat y luna llena es cuando imploro
por nostalgia tu claro en el valle, tu apertura.
Presencia quiero de tí y darte hijos delante
de mi Dios. Pónte bajo mi vientre, doncella.
La Torre del Prepucio humedecida está
Y, con la mano en el muslo, promesas
han goteado ya del pene como índice Aralot.
Hoy conozco la finitud en medio de abundancia.
Me ha mirado la muerte y se ha compadecido.
Se apareció en la angustia por causa de mi severidad.
En refugio de cotidianidad me escondí.
Y la humanidad, conmigo.
17-05-1991
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