Monday, December 17, 2007

La época de las armas


Tienen el sol de su parte
estos verdugos,
varones de la medianía.
En sus hornos, en pocas horas,
las armas se fabrican.

Fundaron el tiempo nuevo
que apresura las horas.
Domestican a perros todavía
y se mueven en carros
y, ad nutum, con multitud
de utensilios sobreabundan.

En este tiempo sin mitos
(¿saben ellos de estructuras eternas?)
tienen su tiempo histórico de muerte;
aún así, por sus nombres nuevos,
el varón que a-luz-sina
el fin de la guerra,
el dolor y el bandidaje,
los conoce y desprecia.

Del libro Estéticas mostrencas y vitales
de Carlos López Dzur

El tiempo y el lucro


En el guiso de las horas
varones del imperio han sido
y van para el conteo
y aman el pillaje
en el rodaje de los días.

Desde el nuevo alfolí
(donde no descansa la codicia)
se mide la riqueza y el lucro
de hombres que huelen todavía
como sus cuevas y lo saben:
Dios, si es fe, no embellece nada.
El sol es enemigo de tu casa.
No hay fácil consolación
si al enemigo hay que amarlo.

27-6-1985 / De Estéticas mostrencas y vitales

El origen del alarde y la homofobia


Como obseso demonio del sol
y, por soles desmentidos,
se aupó el hombre de gran vitalidad,
el héroe que rechaza la muerte
y las tristezas, el varón aprobado,
el que dice pirámides
y dioses inmortales,
el que no ve a ninguno
sino yéndose al traste, pero...
se ve a sí mismo, eternizado...

Bravo en la cuencas del Tigris,
dijo: La mujer no existe.
En Nínive, fue gestor de reyes
y por ello hizo alardes babilónicos.

El varón se extendió desde el Cáucaso.
Rebasó el Caspio y echó de manga
a las niñas de los campos.
Sacó ventaja de ellas y ahora existen,
pavitontas, en riesgo,
y son como la ramera de Judá,
nueras para la guasca,
a la puerta, esperan su infamia
lo mismo que su gozo)
y con Asarhaddón e hijos,
corruptores al mando,
invadieron a Egipto
e imitaron los látigos
de Asiria.

De Estéticas mostrencas y vitales
de
Carlos López Dzur

El hombre histórico-real


Pero también, con 5,000 años
de presencia, estaba la cuna de varones
con hacha, transgresores
que dijeron, sapo soy de otro pozo,
de casquilucios, me aparto,
soy el investigador, la mansa factura
de las niñas, gemido más melódico
del arpa y lo más noble del deseo
y digo lo que desagrada al mundo,
a las mayorías,
al Orden,
al espejo.

22-6-1985 / De Estéticas mostrencas y vitales

Capricho místico y timocracia


Con 5,000 años de presencia,
o poco menos, el sol egipcio se formó
entre los hombres, se detuvo
en el pueblo, caminó sus andurriales.
En sus sentimientos de aprobación,
en sus valles multitudinarios,
produjo larvas con el viento Solano.

En su cuarta esfera, fiestó
el sol tunificado, populacheante,
y, en saragüetas del regocijo,
se lo creyó, deificado, cuando dijo:
Tengo comunidad, Sol y pueblo,
estoy completo, me aman.
No conozco miseria.


Un absoluto omniconclusivo
fue la penumbra,
con su poco de luna y su cosecha.

En las memorias de la arcilla
y su cetro de lodo resolado, según leyendas,
también nació el que no tuvo sexo,
el dios lunar, infrasexuado,
y la fe bisexualoide que eristica:
uno en todos soy
y de los cancos de nadie vivo.

Como irregularidad inexplicable
que origina cambio en Todo,
aún en la muerte espacio-temporal
del estar vivo con el deber que muerde,
que ahoga y falsifica, los dioses
del timócrata trajeron el capricho.

De Estéticas mostrencas y vitales

Las ménades y el desfasaje


A mí, porque soy varón
y quise serlo antes que llegara
la noche con sus hijos, las estrellas,
antes que se apresurara la mostración
a seducir todo lo oculto,
me dieron amor en su espejo circular
los astros y yo especulaba,
sin oir a las ménades del mundo
y me sabía padre de imágenes
no devueltas por sílice,
acaso sólo promisorias todavía.

Las voces soterradas de las ménades
aprendieron a mentir
y eran sólo miradas, indocumentadas,
palabras, en aparente desfasaje,
vidrios simulados en interrogatorios,
espejos chuecos, donde otros
distorsionados, mentidos, quedaban
con chumbas extremidades
y chata credulidad,
barrigón que no tenían semblante
y con información deshonesta
se permitieron certidumbre.

Yo no. Yo era padre antes del menstruo
y escapé de la luna volátil
y sus correspondencia de aséptica lujuria
y del rumbo de penumbra
y a esos espejos, mentirosos,
tolvaneras cognitivas de lo impuro,
dejé como a Sara en la sal
de la hecatombe
y fuí el rejego que pulsa
los mecanismos transgresores.

En los espacios unívocos, lineales,
que la Razón instrumental supuso únicos,
antes de que nacieran los que me llaman,
Carlos, Abram, padre mío,
me armé del hacha divisoria
y ví al hijo glorioso y deseado.
Yo ví más allá que el espejo
de los días.

3-1-1990
Del libro Estéticas mostrencas y vitales

La echada y el amor


A mí, porque soy varón
y quiero serlo
y es hermoso el dolor en rijo,
explorar las raíces,
oler a la mujer y abundarse
en semillas, verse en el reto del azar
como pez-espermajo,
el primer amor dijo:
Voy a ser como el gozo,
echada originaria
, abandonarse
al salto cuántico,
y querré a tus hijos y besaré
sus huesos antes que tú
quieras besarlos
y por ellos amarme.

Entonces, con su primer amor,
me lamieron los pómulos,
cerraron mis ojos y eran felices,
las apasionadas
y con alardes secretos, intersubjetivos,
me amaron y yo las quise.

Quiera yo, o no, vino la fe,
o de ella el vino,
el cachondo trago
y lo desconocido.

Mi boca bendijo los muslos abiertos
y el vientre que a mi sangre acunara
y a mi pasión y apellido
que llamaron, no fui yo quien lo hizo,
identidad y orgullo; nuestra familia,
Carlos, tu ser-con posibilidades,
julepe dionisíaco, Tu látigo,
tu salida de tí mismo,
tu noche y mi escándalo.

Del libro
Estéticas mostrencas y vitales / Free Registry Cleaner and Spyware Remover Scan

El salto cualitativo

Yo dí el salto al abismo
cuando ví la luz que me invitaba
a dejar la caverna del mutatis mutandi.
Del salcocho de cerdos no quise mi alimento.
En rehalas de rebaños ovejunos,
dicté: soy soberano y con sinarcas
que desprecian a mis hijos
y les dan sus sobrantes,
no quiero mi banquete.
Innecesario exordio son
sus prolegómenos,
predicantes de miseria.


Dí el salto de fe
y mi alma era una risa,
la gloria de mi fruto
más amado, el vetarro vencido
en el deslinde, la gruta del deleite
por rutas de movimiento eterno.

Del libro Estéticas mostrencas y vitales
Revista Sequoyah

Hatuey y Guabá

Como tres jaurías, olorosas a brea
y sorgo, a olivo, a vendavales lejanos,
se acercaron a las playas y ladraron;
desde la islita de Tortuga
les vieron los caribes.

En las cercanías de Maisí,
Puerto de Palma, Hatuey se puso
a la cabeza de valientes
y les cortaba el paso,
pero eran muchos perros infernales
y espadas de acero muy filosas
y por los visos de sus cuerpos
se numeran a los muertos y perdidos.

En Yara, con llagas y cenizas,
les vio el Guabá y Hatuey
que ya es un mártir cubierto por las llamas
y el árbol, su cruz en el naciente infierno.

Entonces, hicieron otros viajes
y llamaron a Cuba, Fernandina
y el Puerto de Carenas atrajo
a los virreyes y estos subieron
con trajes de metal, calzados
con botines de macizo cuero.

Entraron al viejo paraíso, Boriken,
Guaniguanico, avanzaron
los hijos de la Noche y el Erebo,
con perros que son lobos
de sanguinario hocico,
con asesinos que son leones alados
con cabezas humanas y que se llaman
iberos-castellanos, hidalgos,
conquistadores de cristianismo rancio,
súbditos de Fernando el Católico.

Entraron y con ellos... el alma
de sacerdotes belonarios,
el bayú de su indecencia codiciosa,
el bagazal de los ingenios
como hacienda, el atracón de sangre,
el culto a la rodilla y la obediencia;
entraron y en 75 días cayó Tenochtitlán
y treinta años desapareció
la etnia dulce y cantarina del Caribe,
se quedaron caraibas, por esquivos,
y tapuyas, nómadas, intrigosos
ya teñidos con óleo de carapa;
se quedaron piratas sin ley ni rey,
otros que bien bailan, hijos de batuque
y embelequería, los benthianos,
hombres con huesos de baracoa,
indios ladinos, bizcos, cómplices
ante gendarmes y funcionarios
de Gran Bonete y gesto petulante,
hijos de hazaña oscura...
II.

... pero los valientes se fueron a la muerte;
cantaron sus últimos areitos,
dieron su adiós al río, subieron
al monte santo de Yukiyú,
se fueron porque ni aún la guerra
es más infame que la esclavitud
y la ausencia de gracia y reposo;
se fueron pero quedaron
las huellas de sus pasos,
fetiches de su iconografía.

3-5-1983 / Estéticas mostrencas

Adaptación natural

a Charles Darwin

Un día se fue por rumbos de peligro
(¡ay, ese dios que se va y viene!
pero siempre regresa más divino)
hacia los sequedales y vio el dolor
del cáctus y las ortigas y el tormento
y, aún cuando supo sobre el éxodo ingrato,
bendijo su partida, su huyilanga ad nútum
y, al regresar, aprendió a paso de tortuga
que lo bueno es más agradable que lo malo
y se hizo duro como piedra y terco
y a la condición del suelo
llamó cimiento del sustento
y levantó las bellotas del camino
y supo que hay cosas dulces
en el fango y lo amó más
y el dios y el hombre comprendieron
porque hay, por el contrario,
los que no aman y maldicen
y pagan su dolor en karma
con cuchillos y aguijón
y son ellos, los mimes,
sangüijuelas, ácaros
del Erebo.

De Estéticas mostrencas y vitales

Estos fueron los dioses

a Eliut González Vélez

Estos fueron los dioses de Nuestra Tierra,
Eliut, ángeles nemorales, ninfas
de bosques y riachuelos, taínos
que echaron sus campanas al vuelo
y armaron con sus güiras y tambores
su risueño regocijo, Ceres-omnias
de areito entre espesos matorrales.

En mis bosques litaban sus salmos
y su dios, húmedo fue como el beso;
desataba la lluvia, avisaba
el temporal de Barlovento
en rutas del Caribe
porque sabía ser Capitán
de navegantes al ritmo
de piraguas y sambucos.

Ellas, las adorables, tenían el pelo largo
y en inocencia primitiva de mis trópicos,
yo las hallé desnudas, olorosas a yuca,
a culén, a poleo, hábiles con sus uñas,
tejedoras, pacientes, dueñas de lo suyo.
Y tenían dioses-hombres y dioses-invisibles
que, como ellas, danzaban en las aguas,
flotaban en los cielos y, en vertical faena,
entregaban la lluvia sobre campos,
echaban bendiciones a la tierra,
conjuraban el fracaso
al perpetuar su dulce ecología.

Bendijeron sus dioses con cemíes
y con flautas de cañutillo
nació su sincera melodía,
salmo y aliento con que vibra
la geografía misma del Caribe.

¡Oh soles genealógicos!
ustedes bendijeron los ojos
que tienen multitud de conexos,
compartieon el pan-casabe
y el ágape y el bienestar general,
lo colectivo, tribalidad del gozo.

Aún pequeños en el universo inmenso
en lunas se reciclan
por esperanza procreativa,
¡ay de heredarse! y en nuevos cielos
pervivir en la arcilla...

De Estéticas mostrencas y vitales
Yayo el Turco / Estéticas mostrencas y vitales

Friday, December 14, 2007

La paradoja humana


¡Qué paradoja es el hombre!
El hombre que han definido desde los cielos…
Vanidad de vanidades y sólo vanidad.

Es la contingencia y es la necesidad:
definida direccionalidad de lo que anhela,
no ser inmortal, rumbo que no conoce,
senda en que se ha perdido, en pantanos
de estancia, enroscado en culebras temerarias.

¡Qué paradoja mi ser-ahí, en temporalidad insatisfactoria,
en asco y naúsea, según me corroboran mis días
de desaliento, mi sed de ser que no se sacia!

26-11-2005


Click here / ¿Quién funda mi lenguaje?

La copa de José

¿Por qué habéis vuelto mal por bien?
¿Por qué habéis robado mi copa de plata?:

Génesis 44:4

Es mi copa no sólo ente de plata.
Es la presencia de mis bendiciones.
Ningún ladrón robará la alegría de su vino.
Ni compraventa la urdirá para el hurto.

En mi tazón yo paladeo la alegría.
Y Zafanat-panea distribuye sus emociones
conforme al siervo que agradece y escucha.
En mi copa se colman mis verdades íntimas.
Es mi don y mi servicio. Es la presencia eterna
del Poeta, su movimiento en los tiempos de exilio.

Ninguno, ante los cinco siglos de escasez
que vivimos, retendrá su abundancia
ni tampoco los residuos de mis lloros y ausencias
ni mis quehaceres; mi copa se restaura y se pervive.

En cinco siglos de porvenir, de múltiples satisfacciones,
ninguno, sólo yo, el vendido por sus propios hermanos,
sabrá regocijarse, pues mi copa devela su regreso.
Mi copa anuncia sus rescates y se confiesa por misericordia.

Es mi copa, no sólo ente de plata.
Es la vasija donde vacío mis versos, el amor
donde se cobija y alimenta el nexo de mis generaciones
y cada pequeño benjamita, dicha de su pueblo,
sustentador del padre que los ama.

3-12-1998

Desde hoy serán claros mis rumbos /
El lector cósmico / ¿Quién funda mi lenguaje? / Click here

La piedra de Jacob

Y esta piedra que he puesto por señal
será Casa de Dios:
Génesis 28: 22

Yo dije: ¡Cuán terrible es este lugar!
La Tierra. La fragilidad humana. Malkut,
el temor de la Maya y las tentaciones.
Tenía una piedra dura, mi almohada,
cuando de mis ojos se ausentaron
todas las estrellas detrás de nubarrones.

No sospeché que Betel fue llamado Luz,
lugar oculto del hallazgo. Inicial zozobra.
Pero esperanza fue la piedra de mi cabecera
tan pronto dormí lo que la carne puede.

Soñé con la presencia lo que el espíritu dice.
Ví los peldaños de las onticidades; pero
también los espacios profundos, la escalera
hacia el cielo, los divinos engramas que se inician
en Malkut y en los cuatro elementos.

Desde la luz, no hay encubrimiento.
Jacob bendice y la piedra trasciende
y hasta quema las manos que la cubre
de aceite y la levanta como señal
para el alma y su litoral de aprioridad,
original y sublime. «Esta que sea mi casa»,
mi portal de futuras palabras, mi hallazgo
y mi sentido. ¡Bendito sea este lugar terrible!»

4-02-1998


Poetas del Mundo / Te van a sonreir, hijo mío / El lector cósmico

Paideia / Educación


La excelencia educativa del pasado,
si en algún momento, fue añorable
en términos de lo mejor de su propósito
no fue simplemente la areté para el soldado.
Adrenalina… hasta el perro la tiene
y con ella se comporta en la jauría.
Valentía es otro cosa, aristós,
lo más justo y necesario.

¿Destreza en el combate?
¿Quién asocia a la virtud matar a otro,
sino alguno que sea más dotado de bruteza,
más salvaje? ¿Dónde radica lo viril?
¿Ser una máquina de músculos,
gimnasta que desata con crueldad su distonía,
o se esconde detrás del narcicismo?

Hay mujeres valientes y a la par, delicadas,
así varones magnánimos, a los que no falta
ni templanza ni justicia. Es la areté que hoy
nos falta; lo mejor de los buenos.

Cuando se trata de pandeia y areté,
virtudes que educan, convóquese
en vez de la oratoria y la gimnasia
una equilibrada dosis de autoresponsabilidad.
Sofrosyne / Templanza y Dikaiosyne, Justicia.

Del Libro de la guerra / Click here

Thursday, December 06, 2007

¿Quién funda mi lenguaje?

El destino regala la lengua fundante nombrante
para que el ente sea:
Martin Heidegger

Y el espíritu de Dios sobrevuela por sobre las aguas: Talmud

El portal es como el beso, una boca lo da
y hace presente todo lo presente. Un labio hay que lo anhela
y que no se retira hasta que tiene delante la original palabra,
la bendita saliva, la voz de ese algo prometido,
no sólo su fe. Algo como algo.

Ese beso que nombra que algo SEA, por jota o Jet
o equis, que sea Vida, Acceso, apofánsis, algo y más que algo
y, por ser, lo devela. ¡Sea la luz, sea el beso delótico!
sin el cual no hay verbo ni un nivel arriba
ni un nivel abajo ni vida esencial en la cima
ni vida que vitalice abajo. Sea el portal para jaiut
otro labio / destino / ente del ser
que espera, que interpreta, que se abre.

Como un beso es la entrada a mi palabra.
El portal de mi poesía se hace de besos.
Como un beso la casa del lenguaje, el poema,
el comprehender, la expresividad de las declaratorias.
La interpretación circumvidente.

Como el suspiro fundante, sea el susurro del enamorado
y el sexo de la primera vez, coito donante que potencia
el acceso al misterio femenino / masculino
desde mi propia alma, como nivel superior de mi energía
y ascenso de la óntica semilla / ontológico beso
hasta el logro del espacio abierto.

Y luego que ascienda aquel / aquella que proyectó su luz.
La que ronda, el que sobrevuela: los besantes.
Que no sean ellos / los vivientes / jaiot / críos
para el águila que puede destrozarlos.

Que no estén abandonados por el tzadik que examina
porque, después vendrán las intuiciones discursivas,
el lenguaje amargo, el desgaste del beso.
La consciencia mundana. Los abismos.
2.

El acceso al ente implica necesariamente
el acceso a su ser. Se tiene consciencia de algo
en el modo de su existencia:
Martin Heidegger


¿Dónde vive Jatoteret, aquel que besa desde la Cima del mundo,
aquella / águila / madre que sobrevuela sobre la creación
de todo mi lenguaje, aquel que unió la inmanencia
y trascendencia en esta boca que clama,
entre la vida esencial y el temor
y ese amor que presenta los entes, con el logro del beso?

Beso tan simple como el ver lo que ambos
han visto, siendo como roces de besos
sin que falte el encanto y la estructura del cómo
aquel que besa se retira y toca sin tocar,
aquel / aquella / que nombró el amor / por primera vez,
y se asomó presentándose…

Aquella / aquel que recibió algo como algo
se hizo comprehensible y recibió dación
desde la inmensidad del apriori
y ascendió en sobrevuelo porque toca sin tocar.
3.

Un espacio unitario tiene que estar ya dado
para cada concepto, un todo en el cual puede ser dado
a través de la intuición:
Martin Heidegger
Y las criaturas vivientes [jaiot] corren y retornan
como la aparición de un relámpago:
Talmud


El portal es el espacio único por el que regreso
al infinito, al ver total, al reino, a la Cima,
a los siete cielos; tarea distinta el aprehender sucesivo,
la tierra, los ocho vértices del cubo, la boca circuncisa
de Zot en Janucá, el corazón circunciso en Yom Kipur.

Mi portal es el prepucio de oír. Octavo día de Sucut.
Tarea distinta cualquier beso que no sepa
cómo pudo la boca interrogar su ser.
Como ente en su ser guardado es el beso
que entra a mi portal, celoso el poema
que el suspiro recoge.

Como espacio de privacía
la estrofa y el nido, luz autoreferenciada
el que besa y te nutre y te mima,
con ese amor fundante y su alimento.

8-02-1990 / De Teth mi serpiente

Sunday, December 02, 2007

Consejos al edificador


Y Elohim dijo al edificador que no halló la roca
y a la Naturaleza no tuvo por sagrada:
El sacrílego no me honra. Y, por milenios,
ha sido así y yo, con severidad lo juzgo
porque soy celoso…

Cambia el hombre pero no yo
ni los dioses que por mí han hablado.
Yo soy constante, edificador. No el mortal
que, en vértigo despierta cuando pierde a los dioses
y, en el olvido de su Ser, su finitud construye.

El edificador oyó pero aún se jactó
que conserva una idea moral de humanidad
y que Adama ya no necesita de ensoñaciones pretéritas
ni sumisión a las alteridades ni a los restos de lo que ha sido.

«Pues no reconstruyas en la arena
Templo alguno ni casa cerca de la mar;
ni busque un alto monte ni bajura en todo tu camino
porque el templo verdadero es la mujer,
y la sigo llamando Eloha, la reina, lo femenino,
la Presencia, lo Imperecedero».

«No construyas hasta que no sepas que la roca
es Ella y la pared con buen material es su hermosura
y los cimientos profundos de su seguridad
como útero protegen la sustentación.
A quien en la Naturaleza de Tipharet sazoné
con identidad y autoridad
como hembra sobre Melekh, tu rey, llámala
Lilith, como en antiguo, Eurinome, Ain Soph,
porque como una casa o un templo
luz de mi luz recoge».

«A la contenedora llámala Tomadora del Todo.
Autoridad le dí sobre las aguas, poder de luna
en la marea, astucia de serpiente sobre las arenas».
Envestida con hermosura, ¿quién ha construído más
para la Casa Divina y Terrenala del Hombre?

2.


Para la Gran Obra, aportarás un rasgo,
una medida, unos límites y una posibilidad;
pero antes que edifiques algo, ve y consulta
a la que alegría para la vida atisona en el predio.
Apresúrate y ve porque no siempre en las cuevas
se esconden y en primavera se le ve.

Para la Gran Obra, allí donde combaten las desmesuras
con la medida de lo bello, la luz y la oscuridad,
invócala, que sea Ella la que limpie el claro del bosque.
Ella es equilibrio mediador y, por algo, la Belleza triunfante,
el fundamento, idóneo recipiente, necesidad de Adán.
11-07-1991

Lamento por la ausente

Cuando más esencialmente se abre la obra, tanto más sale a la luz la singularidad de que la obra, sea en lugar… Cuando más esencialmente sale a lo abierto este impulso que emerge de la obra, tanto más extraña y aislada, se torna la obra: Martin Heidegger

Cuando te fuíste de Malkut
después de las primeras primaveras,
Adán lloraba.

Te dijo: Regresa, amada mía.
Sin tí no hay obra en el Templo.
Ni rey en Adama ni realidad efectiva.
Ni esencia originaria de verdad.
Sin ti el sexo no es obra sagrada
ni con el cuello del ganso me consuelo.

Con manos de utensilios se ultrajará
mi humanidad. En la habitualidad de siglos
mis hijos rechazarán mis penas,
el impulso extraño de mi soledad.

En entramados de materia-forma gozarán
de sí mismos. Olvidarán el perdón que los limpia,
la Mano que les dio su alimento, la renunciación,
la sal pura de mi nombre y mi carne.

Entraste en la cueva antes de que yo pudiera
hallarte y detenerte. Tus pies fueron tan ligeros.
Parecía que volaste hacia la cumbre de un Dios Verde
(que no era yo). En invierno sufro el frío de mujer.

En sabbat y luna llena es cuando imploro
por nostalgia tu claro en el valle, tu apertura.
Presencia quiero de tí y darte hijos delante
de mi Dios. Pónte bajo mi vientre, doncella.

La Torre del Prepucio humedecida está
Y, con la mano en el muslo, promesas
han goteado ya del pene como índice Aralot.
Hoy conozco la finitud en medio de abundancia.

Me ha mirado la muerte y se ha compadecido.
Se apareció en la angustia por causa de mi severidad.
En refugio de cotidianidad me escondí.
Y la humanidad, conmigo.

17-05-1991


*

Lamento por la ausente

Cuando más esencialmente se abre la obra, tanto más sale a la luz la singularidad de que la obra, sea en lugar… Cuando más esencialmente sale a lo abierto este impulso que emerge de la obra, tanto más extraña y aislada, se torna la obra: Martin Heidegger

Cuando te fuíste de Malkut
después de las primeras primaveras,
Adán lloraba.

Te dijo: Regresa, amada mía.
Sin tí no hay obra en el Templo.
Ni rey en Adama ni realidad efectiva.
Ni esencia originaria de verdad.
Sin ti el sexo no es obra sagrada
ni con el cuello del ganso me consuelo.

Con manos de utensilios se ultrajará
mi humanidad. En la habitualidad de siglos
mis hijos rechazarán mis penas,
el impulso extraño de mi soledad.

En entramados de materia-forma gozarán
de sí mismos. Olvidarán el perdón que los limpia,
la Mano que les dio su alimento, la renunciación,
la sal pura de mi nombre y mi carne.

Entraste en la cueva antes de que yo pudiera
hallarte y detenerte. Tus pies fueron tan ligeros.
Parecía que volaste hacia la cumbre de un Dios Verde
(que no era yo). En invierno sufro el frío de mujer.

En sabbat y luna llena es cuando imploro
por nostalgia tu claro en el valle, tu apertura.
Presencia quiero de tí y darte hijos delante
de mi Dios. Pónte bajo mi vientre, doncella.

La Torre del Prepucio humedecida está
Y, con la mano en el muslo, promesas
han goteado ya del pene como índice Aralot.
Hoy conozco la finitud en medio de abundancia.

Me ha mirado la muerte y se ha compadecido.
Se apareció en la angustia por causa de mi severidad.
En refugio de cotidianidad me escondí.
Y la humanidad, conmigo.

17-05-1991


*

Al pequeño Moshé


Borínquen, la tierra del Edén,
la que al cantar el Gran Gautier llamó
la Perla de los Mares, mira que si te mueres
por mis pesares...:

Canción popular puertoriqueña


Yo Soy el hondero que lanzó
la piedra y te eligió. Herí la frente
donde no está el sello de tu bendición;
yo dije Soy en el Caribe.

Yo Soy en las perlas de tus mares
y te dí un pedacito del Edén de Mi Promesa.
Ve y reposa. Consuélate que el Gran Gautier
está conmigo. Lo besé y al pequeño moshé,
Ramón Emeterio Betances, quien te dio
Diez Mandamientos de los Hombres Libres
y un conato isleño de antiguo drama,
cuando entre Soco, que es Judá, y Azeca,
desafiada fue Israel, también
lo recibí en mis brazos. Lo guardo.

*

¡A tocar el shofar!


... pero el día de juicio se anuncia
en mi pequeño abecedario de senderos.
El poema es mi pedacito laríngeo
de verdad, mi salmo de consolación.

La serpiente canta en el Shofar
y su juicio es: Dejarás abierta la puerta,
Universo cerrado, porque aún circulo
y soy la intuición para tus días
de alabanza y de Yom Hadín.

Mi propia voz es la voz de Ella
y mi trompeta invisible canta la formación
y el mundo y la abundancia de Itra.
El rumor de las aguas de mi Isla /
la risa y la dulzura de la Amada / Ella,
con humildad, las ofrezco en el Altar
y, por ésto, serán inscritas y selladas
las madres,
las vecinas / os,
los patriotas, los cantores,
los rebeldes y sus causas
en el Porvenir de Adam.

Entre los que son vistos por los peces
de los ríos, aquellos que no aprendieron
a nadar contra corriente, Justicia verdadera
verán y el Destino necesario
que fue, es y será,
les será revelado en el amanecer
después del Yom Terúa.

5-11-1999


*

Alamat / el encubridor


A tí, quien destituyes a la Serpiente antigua
de su Malkut, a mi hija en Yetzirah,
a mi amante la Emperatriz,
a mi esposa misteriosa, a la Novia / Amada,
isla-descanso, sinagoga de reposo,
a tí vendré con pleito, por burlar
a la Eva que te dí, y te juzgaré como Acab
y te llamaré Alamat, Encubridor.

Si limosnas conocieres de Chesed,
más intensa será la vergüenza
de tu mendicidad. Temblará tu mano
cuando toques otra que venga
de Netzach, el poder.

En tu garganta no estuvo mi canto.
En tus pies no víste la serpiente que te envié.
En tus mejillas, no me santificaste;
en el corazón, no cumplíste
lo que ordené como sagrado mizvot:
Da de tu pan diario al pobre
(sea que lo dividas a mitad)
y bendícelo con paz,
con el más puro shalom.

1-08-1994


*

Beth / Señora de la casa


Desde cualquier jardín que cultives,
a su propio paraíso, lo llamará
la señora de la Casa.

Beth será su nombre.
Se esconderá entre lirios de verdad
y, al verte, se fundará la rosa
y los cinco sentidos con que tú,
el Amante, la nombra.

Cuando a ella digas, «Yo quiero / te amo»,
piénsalo bien: las experiencias observadas
se permutan, los jardines son mágicos
y ella está desnuda, la Eva serpentina
atrae y repele; a todo lo refulgente
que víste en cielo y tierra,
sólo Ella se lo traga desde el principio
por su linda boca de manzanita,
lo regresa a lo oscuro.

*

La amada / La reina


Para conocer el éxtasis, o la divina vibración,
Shiva debe abandonarse a la percepción sensual de la mujer.
Cada mujer es la esposa de Shiva:
Rita Ashby


... pero la mujer que ama y juega
con este mundo de varones y el valor
de sus colores y penumbras,
desde los cuatro puntos cardinales,
a todo lo que él percibe, ella lo triplica
para formular los tres tiempos de su control.

El mismo sol exaltado sobre las geografías
que ha dicho su cosecha de futuro,
con ella y por ella, será perfeccionado.
La luna que recicla sus presentes,
el relámpago que aconseja sus futuros,
de la mujer que más ama
será la recompensa.

Todo lo sabe esa madre
que es negra, como su umbral uterino,
y, desde el espacio interior, lo externa
y enrosca al hombre y lo echa a pique
cuando ya es su cadáver.

Ella se adelantó y cortó su cabeza
con la espada que decapita al ego
y las fuerzas restrictivas del destino.

* Del libro inédito Teth mi serpiente

Sensualidad



Teth, la serpiente del Fohat,
la Amada es una fuerza real y tan poderosa
en la destrucción como en la integración:

Alonso Berrío Cárdenas


Toda la tierra que conozco
y me fue dada será por tí el décimo amor
si me bendices, árbol a tu izquierda
que la Gloria une a la victoria de Netzach
sobre las tribulaciones.

Toda soy yo para el hombre placentero.
Tú lo hicíste ya, Yesod,
al darme la vagina de la ramera ardiente;
tú que me hicíste sensitiva en las esquinas
de delicia, y aún frágil ante el golpeador
que, entre canallas, busca mi disfrute.
Tú me darás lo más pulcro, deseable,
y mi anatomía virginal será tu premio.

Por tí ya no seré llamada Adolorida
y con mis bayas negras te daré
alimento y flores; alegraré tu fuerza;
improvisaré, como guardiana, lo que te aloca
y te priva del sueño y del control;
sujetarás al león en descarrío,
porque a veces lo crucial está oculto,
tras un velo, el inconsciente.

6-19-1997 / Teth mi serpiente


*

Te bendeciré, Eva


Te juzgaré, Eva mía, pero yo no castigo
dos veces el Yesod y, desde él, sólo pedíste
un amado, tan grande y sabio como soy
(no cambio, sustento)
porque el Verdadero y Fiel Almondad,
¿quién es, Serpentica de Yetzirá?
El verdadero Amor / Unidad / el Sabio
de las edades, Ackam, Achad / Ahebah,
¿quién es, sino el soy más allá
de lo Ontico, más acá de curvos
espacio-tiempos?

*

La esencia y enigma del origen



¿Y qué mayor temor hoy en día
que el temor a pensar?:

Martin Heidegger

Y ví a la mujer, ¡ay! demonios, ¡qué enigma su hermosura!
… que hasta olvidé que mi vida está bajo las raíces
del Arbol del Terror. Ví a la que dijo: ¡No temas! ¡Que soy la protectora!
y hablaba desde un cuervo, porque yo era una perdiz
y podía ser un hombre, el hombre que se tragara vivo
Y, ¿por qué bailas delante de mí y con un hacha me amenazas?
«No, yo danzo en el fondo de mí misma y hablo el lenguaje
de los pájaros; ¿te das cuenta que puedo ser la perdiz
y el buitre y el cuervo? Yo conozco el secreto de la Muerte
y de tu batalla, pequeña perdiz, y quiero que me veas,
vestida con un collar tan sólo, y te dejes llevar, sin miedo,
por la senda del Velo de la Muerte. ¡Desnúdame tú!

Y ví a la mujer, ¡ay demonios! y mis ojos se fueron
a sus senos, a su espléndida belleza de mujer,
a su vulva, a su musgo suave, a su tálamo…
y no ví el hacha ni que mi alma salió de la perdiz
y como un aura de luz formó un gigante
y siete cabezas tenía, porque el alma es Legión.

2.


Hoy rompo las imágenes de entrada
para poder estar cerca de los sueños puros.
Rompo con las emociones fáciles a cambio
de esta violencia sin víctima que cura:

Néstor Barreto


Sólo me interesaba poseerla, porque ¡ay, ramera!
diosa hiperbórea, tú si encantas, tú si asesinas
deliciosamente y tus brazos me acogen
como serpientes, te enroscas ricamente
a mis muslos, a mi garganta. Me asfixias
con besos que no tienen iguales, me danzas
desde un afuera de M(s)í Mismo que desconocí
hasta hoy; ¿qué importa lo que hagas el hacha?
Es en la muerte que me arrancas el lonco.
Es en la muerte que te veo, tal cual eres,
Liberadora, asesina y prostituta.

¡Pero qué feliz me hicíste, Freya!
Que desencadenaste mi espíritu y de mi alma
ha quedado una sombra leve, cráneos heridos
que sangran sobre tus senos. Me ensartaste
en tu collar después de nuestro orgasmo tan intenso.

2-03-2002

*

Los amantes



El Loco pidió casa.
Tú, Beth, la fundaste. No él.
Como amantes de Zaïn, consentimos.
Fuimos gemelos de orfandad prometida,
discurso de silencio de hoor-paar-krat.

Entreví tu silueta, estructuras femíneas
con cuarzo blanco elaboradas,
y, en el rastro pre-eval de Tu Palabra, silencio.
No dije entonces: «Te amo».

Antes tuve que asegurarme
que entrabas por los ojos.
¡Somos bestias! advertimos.
Busqué en el índigo niñas en tus pupilas,
ancestros de iris y miradas.

Apenas entendimos, pero, al fin,
lo logramos. Fuíste el canto,
levanah de luna llena
y, con razón, te quise.

2
.

Bajo el húmedo clotis de tus selvas
besé el briah violacéo de tu isla.
Celé tu territorio, horda endogámica,
pero te hicíste serpentina de repente.

Te enroscaste en el eje de mi árbol
(¡y yo, simple bejuco, externa apariencia
de tu arrastre!) Eras más sabia, Teth,
que las muchas cabezas del dualismo.

Te conoció el león y la serpiente.
Te saltaste los siglos del bípido carnívoro
ya que tienes ígneos tallos de ascenso
para el arcano evolutivo.

El ermitaño y tú tendrán manos abiertas,
muslos que se ligan, recíprocos.

3.


Los amantes se jalan por olfato.
Se imperan en el altar de su arrastre.
Son serpientes elementales de su propio holocausto.
Los esclavos del tiempo los maldicen.
En el aditón y el cuchillo no saben lo que hacen.

Ella se ofrenda a menudo
y funda el corazón para el zarpaso.
El charafote es una espada
con hoja generosa y ancha,
¿pero quién hay que la sostenga y viva sin dolor?
El puñal duplica las cabezas de serpiente;
pero, ¿quién es el que devela los secretos?
El holocausto convoca
sus ritos multitudinarios.

3-10-1996

4.

A riesgo de enemistarme con Eva
le he dicho algunas verdades…:
Néstor Barreto, en:
Legión: Poema Pánico


Que somos terrenales, adamévicos, lo sé.
Somos amantes no agotados en la verdad
me lo mostró la torsión de los entes
y cómo se presenta, en rechazo a lo que anhela
cosear en nuestro mundo, sin disfrute,
pese al mero gusto por la forma de quienes
no son amantes, excepto trasgos sin lugar
en la estancia constante.

En tierra y mundo estamos, Eva y yo,
y nos entendemos. El agazapo de los dioses
que nos niega los nombres, nos aboca
a simetrías y reflejos, a ficciones presenciales;
pero, en la intimidad cuando nos copulamos,
por consejo nos dicen: Tengan por miseria
las esencias adquiridas, impacientes,
los iguales comportamientos de mortales.

Son filtros, bebedizos, pócimas con perfiles
de mentira / encubrimiento / alarma / náusea.
No son filtros del Cuidado o mis patrones específicos.
Busquen el Rostro. Fijen sus figuras enteras
en las estancias de Su amor constante,
no por el mero gusto de la forma coseante.

*

Saturday, December 01, 2007

Schickung / Destinación

La angustia es la realidad de la libertad:
S. Kierkegaard

Bienvenidos los que creen
que el mundo es insufrible, cruel y oscuro.
¡Les tengo una noticia bienhechora, fenomenal!

La realidad depende de la cura, pero no lo real.
De modo que es posible jugar en el Gran Patio
del ser-tranquilizado y esconderse
de la angustia de ser libre.

¡Quieran, hijitos tristes, que con querer
se gana y se cuida lo alcanzable y llevadero!
¡Quieran que hay entes manifiestos
que agradecen el apego y la llevanza!

Serse por anticipado ya en el mundo
no siempre es soledad o berrinche.
Quieran, chicuelos esclavizados de contento,
darse al encuentro que, aún en las penumbras,
hay descanso y conusuelo.

En el gran patio óntico están las cosas
manifiestas, intramundanas.
No siempre son juguetes, pero bien
que divierten...

¡Abran los ojos, hijitos tristes,
vayan sin muina al circo cotidiano
y verán los ríos salvajes, esteros
y ninfas del julepe, retozonas!

... pero eso sí...
no se aparten del Uno.
La cura angustiadora vigila los portales
y está ofreciendo, por amor,
un ser sí mismo más amplio
que todos los patios y los entes:
el destino de la luminosidad.

7-7-1978

Del libro Las zonas del carácter / Sequoyah 1 / Sequoyah 2 / Sequoyah 3 / El hombre extendido / Heideggerianas