Saturday, February 23, 2008

El vagabundo y el olvido

La verdad (que) es un sangrarse el corazón: Baltazar
Gracián,
Orácula manual, 1873

Acúseme quien sea el más excelso
de los hombres, el más ángel y más cristo,
de que he sido un vagabundo. La verdad
me sangró los talones; rompió mi boca
y mis dientes, caída tras caída y jetón,
en la sombra, me asomo a los espejos
y digo: ¡Cuánto cuesta una pizca sencilla
de tu esencia, un verso dulce

accesible a Tu Nombre y Cercanía!

Acúseme de una vida mal organizada
(de mirar al tiempo por encima del hombro).
No soy el más feliz, nunca lo he sido; nada dejo,
a excepción de estas mentiras puras,
verdades obsesivas, precarias,
como mis mismos pasos.

¿Dejé a otros una razón rememorante?
¿Qué da quien cultivó el olvido? Nada.
No supe lo que es mío. Y no cobré a ninguno,
pero doy, cuanto puedo, todo.

Que nada sea para mí. No quiero
la pesadez, el cansancio, la memoria.
Es por ésto que olvido. Por la verdad,
que me sangra, me he vuelto un vagabundo.

20-09-2000 / De El hombre extendido

Jon Huss
El filósofo machista



No comments: