Saturday, April 30, 2011

Sale el 'Canto al hermetismo' de López Dzur



Video: Canto al hermetismo / de LOPEZ DZUR

RIO PIEDRAS: Durante la segunda presentación del lanzamiento de 15 libros que coloca en el mercado la nueva editorial Colección Maravilla, el autor Carlos López Dzur estuvo presente y presentó su libro junto a otros compañeros del emprendimiento editorial. Los gestores de la Colección Maravilla son dos artistas multidisciplinarios: Néstor Barreto, también poeta, Teo Freytes y el planificador, Jorge Carbonell.

La primera presentación se realizó el 6 de abril del 2011 en Cabaré / Río en la Avenida Ponce de León en Río Piedras. En esta segunda presentación, se hallaron Angel Luis Méndez, Alberto Prieto, Carlos López Dzur, Chiara Merino, Enrique Puig, Esteban Valdés, Héctor Babilonia, Roberto Net Carlo, y sus gestores, Teo Freytes y Néstor Barreto.

De lo conversado con López Dzur y su libro, supimos que se ha residenciado recientemente en Puerto Rico, después de 32 años de ausencia de su patria. Néstor Barreto lo presentó como un educador universitario, multicultural, filósofo heideggeriano y cultivador de los géneros del cuento, la poesía y la crítica. El poemario que la Colección Maravilla publica de López Dzur es «el primer cuaderno que contiene su meditación política e histórica sobre el llamado American Dream». López Dzur ofrece su desmitologización pública del proceso mediante el cual la clase media y pobre de los EE.UU. ha ensoñado, con profundo autoengaño, anhelos que a duras penas se cumplen. El libro es, por ende, ataque de desenmascaramiento del hermetismo como política falsaria, demagógica y de puertas cerradas.

En política parlamentaria, se menciona a menudo un hermetismo que consiste en la creación de mecanismos obstrusivos y laberintos de interminables trabas para que no se acceda a información básica sobre el manejo legislativo y no se pueda cumplir con los estándares de transparencia y legitimación que el pueblo merece entre quienes se representan. El hermetismo mantiene la información en reserva; obstruye la referencia pública sobre temas importantes, con lo que el silencio se vuelve contra un pueblo. Si queremos una lectura política de este libro de poemas, en el «Preámbulo», comienzan las claves. Hay una invitación a buscar la voz que no calla, que es valiente, con la cual puede emprenderse una causa común y sustancialmente beneficiosa. Entonces, esa voz sería la del político / dirigente responsable / el revolucionario / dispuesto a escuchar a su pueblo y tomar acción por y con él:

busquen aquel
cuya voz esencial haya sido: ¡Habla!
Te escucho. Dáme tu palabra
y tu dolor manifiesto, pongámonos
en la presencia y la esperanza.
¡Actuemos, unámonos para que no haya
quien nos silencie y nos calle!

[Canto al hermetismo, 1]

Pero hay una segunda clave en el poemario, si la lectura que se pretende no es social-política. El «Yo miedoso» y los marcos artificiales y logificados de mutismo y silencio, si bien son conspiracionales contra el Estado, también lo son contra el Yo individual mismo. Los herméticos crean a los Don Nadie con sus engaños, a ilusos y cobardes.

Han plasmado al Don Nadie, al Yo miedoso,
iluso, satisfecho, unificado en sus marcos artificiales,
logificados por mutismos y seudo-conspiraciones.

Nada escuchan, nada comunican
cuando el clamor es organízate y habla;
habla aunque te duela la mentira de la boca
y la verdad te desangre y te saque los dientes.

[Canto al hermetismo, 3.]

La demoledora palabra antihermética que trae López Dzur salpica con su crítica otra corriente que con el sello de hermetismo pulula en la historia, o los predios de las superestructuras ideológicas de la humandad. En este caso se trata, del falso esoterismo, o de lo que colocan las trabas al conocimiento objetivo, anteponiéndo «fábulas, fuegos fatuos del mundo interno». Recordemos que también se conoce como hermetismo cierto «conjunto de creencias filosóficas y religiosas, basadas principalmente en escritos atribuidos a Hermes Trimegisto» u otras escuelas iniciáticas que instruyen sobre «despertares de la Potencia Oculta que está en nosotros» a través de iniciaciones mántricas, planetarias, lumínicas y de ascenso jacia la «Palabra Perdida» en el Océano sin límites de la Vida.

Antes de echar andanadas contra el hermetismo espiritual, en este libro concreto, prefere utilizar uno de los cuentos de hada coleccionados por los hermanos Jacob y Whilhelm Grimm. En este caso, uno de Charles Perrault (1628-1703), autor francés de la Cenicienta O La Zapatilla De Cristal. López Dzur sabe plantear la parodia y la malicia que contienen los cuentos de hadas, o aparentemente infantiles. Disfruta esos polémicos poemas de Perrault, como lo son El Siglo de Luis el Grande (1687), Paralelo de los Antiguos (1688) y los Modernos (1692), que arrancan la crítica de Boileau, por codificar ataques al principio de autoridad. De los Cuentos de mi madre la Oca (1697) de Perrault, López Dzur hace paradojas poéticas y paródicas moralejas sobre la decantada democracia estadounidense, las políticas de los Padres Fundadores y primeros constitucionalistas, los cuentos del pasado fosilizados en el Sueño Americano.

El Canto al hermetismo es una invitación a la osadía sincera, al hablar sin hermetismo sobre historia estadounidense, Padres Fundadores y American Dream. En rigor, un canto anti-hermético en que se recrea el cuento de «La Cenicienta» / de tal manera la Nación Estadounidense es la criadita que en el cuento de Perrault: «siempre andaba sucia y tiznada por la ceniza», por lo que sus hermanastras «le pusieron el sobrenombre de Cenicienta». López Dzur dice que las hermanastras y madrastra perversa en Norteamérica o en las naciones con poblaciones proletarizadas son las 'políticas' domésticas'.

Leer «Cenicienta» como una historia de perdón sincero y no entender el modelo social de su lectura es lo que López Dzur llama «sucumbir al hermetismo»; hay muchas cosas que deben pasar antes de que la niña Ceniciente / la Nación / ceda y ayude sin queja a sus hermanas a fin de que lleven una vida digna, juntas y con su madrastra. López coincide con la moraleja del cuento de Perrault: «No se debe despreciar al humilde, siempre tiene tesoros que no se ven». El Hada Madrina concede a Cenicienta valores, no belleza meramente externa. Hay interesantes textos para explicar la naturaleza del Hada y estos valores, que son adquiribles mediante las lecciones y asimilación del sufrimiento que le infligen los explotadores (sus propias hermanastras), quienes se creen más bellas y merecedoras. Mas al fin, quien llega a ser la reina, a obtener el «rico tesoro de ser admirada», como dice Perrault. es ella, la que fue criada, sucia y encenizada por desollinar los pisos en la casa de su madrastra. Cenienta es la clase trabajadora.

López Dzur no moraliza al estilo de Perrault, pero coincide en la idea de que el progreso es posible gracias a las artes tanto como a las ciencias, y que hay momentos históricos / o siglos / que tienen superioridad sobre otros en la experiencia particular de las cultura, e. g, el siglo de Luis sobre el siglo de Augusto. «Sería un hermetismo que se concluyera la moraleja como un mero consejo para buscar marido, rico y prestigioso, cazar al príncipe y calzarse en la zapatilla que no le sirve: 'Bellas, ya lo sabéis, más que andar bien peinadas / os vale en el afán de ganar corazones / que como virtudes os concedan las hadas, / bondad y gentileza, los más preciados dones». «Veo en esta pequeña historia una parábola social y doy como tarea al hermetismo dos cosas, sobre todo, corporizar las ideas, pluralizar sin esconder el conocimiento y consecuentemente que, cuando hay disponibles los elementos o símbolos, adecuados símbolos oníricos, saber que se mientan la consciencia cósmica y entender la crítica porque las zapatillas / valores para pisar firme se pierden, se ocultan, si no se sabe curiosear sobre el pie y la dirección que se debe ocupar para dignidad y admiración».

Para López Dzur, el Sueño Americano de las hermanas de la Cenicienta es soñarrera y mera propaganda de Nación Feliz; pero, en la vida de la Cenicienta lo que hay es humillación, explotación y menosprecio de parte de sus hermanastras. En ese sentido, con el hermetismo:

Ha sido glorificada la opinión del que domina,
el pensamiento de las élites. El narcisismo
que no renuncia al sinsentido y las directrices
que lo trazan desde arriba…

Cenicienta es la nación explotada que sigue callada. Sus enemigos pueden estar dentro de su propia familia, así como ser liderazgo encumbrado. Los poemas que dedica a Washington son duros: «Seguir callados, Padre de la Patria… / Usted también, Mr. Washington…» (CH, 5 y 6.) Mienta las inconsistencias de los Padres Fundadores de la nación estadounidense».

La primera parte del libro es una descripción de «El Ciego». Esta es LA Voz hablante que reconstruirá la interpretración nueva, no hermética, de la nación y democracia estadounidense. Veamos estos textos de la sección primera: «El ciego», que contiene 29 pormas.

Aquellos que nos observan, desde allí,
son los ojos de la patria, Padres de la Nación.
Todos tienen un rostro en piedra dibujado.
Un monumento que nunca se añeja.

Y más que su nombre histórico, su esencia se aúpa
en las Constituciones. Más reales que el mármol,
o el bronce de sus bustos, son las heridas abiertas
y los dolores que, en sangre, mancharon los campos
y ciudades. ¡Hijos de América, recobren esa memoria
en este instante! Es necesaria. Es indispensable.
¡La memoria heroica del pasado!

Observen allá los héroes de Lexington y Concord.
La Revolución directamente desatada contra el Parlamento.
Jorge Washington que selló la Independencia y declaró
una verdad que ojalá y perdure para siempre.

Observen allá: el Congreso Continental adoptó
una bandera, seis estrellas y franjas solamente,
pero éste fue el comienzo de los Estados Libres
tras la batalla de Princeton. La lucha en Saratoga
dispuso el triunfo con la esperanza firme.

Aquellos rostros representan los héroes con que el mundo
vio la aurora libertaria, aquellos que junto a Washington
se reunieron en Filadelfia y New Hampshire.

Nómbralos, pueblo, conmigo.
Son la verdad de un territorio que conoció
la esclavitud desventurada, las guerras del colono
francés contra los indios, los impuestos sobre el azúcar,
las Actas Intolerables, la ignominiosa presencia
del coloniaje británico y sus gendarmerías.

Nómbralos, nación, porque han admitido
que la Tierra de esta América ha sido abierta
para todos y será generosa. El territorio es inmenso
y el cuáquero, el judío, el católico, el creyente,
cualquiera sea su procedencia, son dignos
de inmigrar, cantar conmigo. Han de ser libres,
en ejercicio productivo, todos bienvenidos…

¡Hombres honrados, serviciales, semillas
de generaciones nuevas, con futuro,
canten con regocijo los nombres señalados:
Washington, Jefferson, Hamilton, Adams!

Graben la Carta de Derechos en sus corazones.
¡Puede que fuera de sus consciencias
no exista dicha Carta para siempre!

2.

Congregáos y meditad, oh nación
sin pudor:
Sofonías: 2: 1

No dejarán esta verdad a merced del artificio.
No lo permitan. Desde un túnel del oído, oigan
que vale mil razones hacer condena
de los males pasados y romper las cadenas coloniales
y el poder injustamente impuesto. No dejen
la verdad a merced del artificio.

Con el uso político de retórica amañada,
caminan en peligro los patriotas,
la gente de buena voluntad
y su empresa de futuro.

No sean cómplices de los que trepidan en sombras,
cebados de hermetismo. Aquellos que, en 1776,
firmaron su Declaración de Hombres Libres
son los educadores; no los sabuesos
para el ultraje, el mordisco o el silencio.

Que haya fiesta hoy porque el Leviatán
se acerca, el mal tiempo, la Gran Tiniebla.
Fiesta en la consciencia, no en las calles.
¡Fiesta en medio del emergente luto!

Démos este recuerdo como meditación al mundo.
Abran el olfato grande, intensamente.
Y que el más ciego entienda
y traiga su perro bueno y finalmente diga:
Saquen de sus pechos el grito:
¡No seremos cómplices ni burguesía reaccionaria!
No dejaré esta verdad a merced del artificio.
Seamos otra vez los revolucionarios.

3.

Y el ciego, en pie, reunió a la gente
que lo conoció y vino oírlo. A variadas multitudes,
cuanto pudo, las reunió en la plaza.
En realidad, él era La Voz,
no las pupilas. En realidad, era el olfato,
no las narices y, en realidad, tenía en sí
todos los tiempos, arcaicos y arquetípicos,
tiempos de la sabiduría; en adición al presente.

Con toda la memoria y fuerza de su verbo,
leyó en su corazón la Gran Promesa,
el juramento firmado en Filadelfia
y principios consagrados en la Carta de Derechos.

Y, en realidad él era más antiguo que Vermont y la Unión;
en realidad, él era más que un ciego en la América del Norte;
en realidad, él era la Voz y la Conciencia del Mundo…

4.

Porque su rostro envejeció y no respetaban
sus ojos, el Ciego salió de la penumbra.
Se presentó con el valor de su entera autopresencia.
Y alegó: «¡Aquí me tienen! Con coraje que desafía
las ausencias, con dolor que a las peñas conmueve.
¡Vean! ¡Es necesario que confronten las cuencas
de mis ojos; vean mi boca que, si tiembla es por ira!
¡Vean mis pupilas que, no viendo comprenden!
¡Estoy en rabia y desilusionado! ¡Pero estoy
a la voz con el futuro!».

«Si yo dijera lo que escuché
desde que en mi sector de células me vieron,
si yo acusara a los que en mi camino
me palparon y me desconocieron, si yo acusara
a los que me sacaron los ojos,
de seguro que ya, sin gozo, temblarían;
y yo, que he temblado a solas,
ya no tiemblo; no es la hora de temblar
si me queda La Voz, el Oído, el Tacto
y el Noble Olfato. A veces un poco de lujuria
que a mis ansiedades calme o satisfagan».

«He visto a muchos cobardes y traidores:
Basta que diga uno: Benedict Arnold
y supe, no por verlo que era él,
no sabría describirlo. Sólo consta su delito.

El me dijo: No voy a matarte. Eres un ciego de mierda
y vio mis gestos en vibración sutil, huyó tranquilo.
Habría querido verlo en el espectro después de lo que dijo
pues yo dejé la caverna de los mudos,
me quise dar lo que soy, en realidad, no las pupilas.

Yo soy La Voz, el olfato engrandecido
desde los tiempos de la sorda, fría caverna,
el rescoldo afótico de lo súbito, rumbo a ninguna parte
y, sin embargo, existo y cada vez más poderoso…
porque sueño, protejo, me apiado, me educo»…

5.

… aviva tu obra en medio de los tiempos;
en medio de los tiempos házla conocer;
en la ira acuérdate de la misericordia.
Habacuc: 3:2

«Estoy buscando un Parlamento bueno.
Un congreso que escuche, un pueblo santo.
Un amigo del Hombre. Y véme:
mi vestido está raído y mi vara
es mi único objeto de sustento.

Una bruja en carne y hueso me persigue.
Me ha cegado desde tiempos milenarios.
No puede matar el hombre que hay en mí.
También tendrían que enfrentarse
al ángel bravo de mi perro.
O a un hada iluminadora, pero horrible:
la realidad que sangra en los cruces de camino.

No pueden; pero me acosan y me roban
cuanto quieren. Voy a Providencia.
Sólo entonces me llevo mi mascota.
Esta vez daré mis razones en Rhode Island
porque allí, conocí a Roger Williams,
allí alabé su nombre, allí supe de sus méritos.

Muchos callan que existo y me vieron
y no me llamaron a su mundo… Yo desafié
el azar sin estructura y el eco de la mímesis …
Williams me dijo: «Eso es bueno».

Necesité otras solidaridades, datos acaso
de ajenos retos y me han abandonado,
siglo a siglo, me han dejado
con las manos vacías; aún más ignoto y solo…
por eso no me gustan los herméticos.

Y les odio, porque a mi soledad y desamparo
no han aportado nada, más aporta mi perro,
que ha sido fiel amigo, mi guardián…
¿Pero los demás para qué sirven, cínicos,
para qué, protagorianos, si en vano
en su justicia confío?

[Canto al hermetismo / frags.]

La segunda parte o final del poemario se titula La sandalia, con una clara alusión a la Zapatilla de Cristal del cuento de Perrault.

Libro revolucionario, desmitificador y valiente, Canto al hermetismose puede adquirir en las librerías de Río Piedras, entre ellas, La Tertulia o se puede pude pedir a los editores por correo electrónico: coleccion.maravilla@gmail.com La publicadora tiene sus talleres en San Juan Puerto Rico.

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La experiencia más bella del humano


... con los motivos de Teócrito,
con el espíritu de Virgilio / Publius Vergilius Maro

1.
Cada persona es distinta.
Distinto el frigio y el tracio, el bistonio
y el troyano... distinta es la tecné del ambicioso
cuando reclama su individualidad, su peculiar
ser y acomodo al estar, distinto de otros,
uno con menos engranajes y recursos,
mas en la Unidad de lo múltiple y diverso,
su mirada. Es distinta y lenta
la armonía con la que algunos /
otros / buscan su justicia
pues siempre están
en Hallazgo Primario...

2.

«... las culturas evolucionaron hacia una mayor complejidad siguiendo lentos procesos por fases, y hacia una menor complejidad dando pasos más radicales. A pesar de los numerosos y contingentes caminos seguidos por la historia de la humanidad, habría regularidades en la evolución cultural que pueden detectarse aplicando métodos filogenéticos computacionales». Thomas Currie y Ruth Mace

Hay una humanidad / con esencias
para edificar la experiencia más bella
y uno se equilibra en la balanza cósmica
o se cae. Deberá saberlo desde que nace
a fin de festejar lo que vendrá, en cuanto asoma,
pese a que se puede desgastar
en el camino y se escocota.
O ser a quien Poliméstor, rex Thracum,
despeñara con la garganta atravesada por espalda:
exanimem scopulo subiectas misit in undas...

Vaya a saberlo, cante su cautela
y vea lo más pronto posible, vivir es aprender.
La individualidad es sólo trayecto
y proceso de ajustes, a cuentas.
La persona ha de ser el fruto
y malo es no comerse la cosecha madura
sin esperar la dulzura de la experiencia más bella:
Ser persona, aunque existan los riesgos,
desafíos que oscilan entre lo bueno y lo malo,
entre el dolor y las satisfacciones,
entre la erranza y demorados éxitos.
Cada persona es distinta y no saberlo
es amargo y no madurarse
es como el canibalismo
ante el destino trunco.

3.

«El mundo físico posee una estructura dinámica que produce la enorme diversidad de seres y fenómenos que constatamos por los sentidos. Es un sistema plural en continuo cambio que, sin embargo, goza de un substrato interno que lo sustenta, rige y unifica»: David Bohm

Todo lo que vive, sintiente,
no es para perdición que nace.
Todo el mundo en algún trayecto de proceso
dijo: «¡Ayúdame!», ayúdame porque, vulnerable,
vivo y completaré alguna callada
instancia de perpetuamiento, mi valor,
la dimensión de valía de lo mío,
la experiencia más bella del logro que se esconde,
o meramente asoma y depende de esfuerzo
o mutuos colaboradores en trechos de pisada.
Nacimos y querer que alguien nos apiade
es el mejor indicio de solidaridad,
esencia de lo humano, «ayúdame»
porque soy digno y tal vez bueno para nada
en principio,
porque soy débil, pero soy ambicioso
y tengo fe en el ajeno auxilio,
ayúdame porque, en rigor, adivino
el ser-advenir comunitario.
Dáme una dirección, empuja esta piedra
fuera del tropiezo, combate junto a mí
el atolladero; te amaría con la gratitud del hijo
que supo que una madre lo pujó
cuando estuvo cautivo
en los oscuros mundos placentarios.

4.

Antes de hablar por impulso
sobre el Brutal Homicidio y la maldita sed
de oro (porque ese amor natural y bueno
del Hallazgo se mata, se saquea,
se olvida por ambición / quid non mortalia
pectora cogis / auri sacra fames!,
seré un poquito de sal, pizca de lamento
(voy a llorar la muerte de Elisa, Nemoroso,
diré mi amor de Salicio y tu rechazo, Galatea).
También voy a llorar a mi padre,
que me dio muchas riquezas antes
de las guerras de Troya.

Hallazgo sea mi dios viejo / nobleza del Tesoro /
porque para hallarlo nacimos, pese a todo,
y decir a él que, en el fondo, somos agradecidos,
como dijera el cantor rústico que evalúó
con dolor su amor fallido y de lo mejor de sí
hizo nostalgia; el Hallazgo nos devuelve
al niño distante de las églogas
y al señor que las pide para que sean
contadas las historias de los héroes más puros
que precedieron el Asesinato
(tu muerte, Polidoro, hijo de Príamo,
tus desposesiones,
varón de Mantúa, las traiciones del Tracio)
sobre los niños cantores de la ruralía,
no Impulsados por un espíritu avaro y ambicioso
ni por la frigia agresividad de quien
te muestra como huésped su palacio
y conspira para que el consejo del Padre
separarte
Phrygiisque removit ab armis
no sea posible y mueras...

5.


«La conformación de un estado cerebral cuántico
tras la acción de fuerzas no-locales, permitiría explicar
la experiencia mística como la acción directa de
la mente cósmica sobre una mente individual... al igual
que la materia genera estados macroscópicos de
coherencia cuántica, el cerebro podría aprovecharse
de estas propiedades físicas y cohesionarse formando
un todo. Esta hipótesis científica requiere buscar
interacciones físicas no-locales tipo Aspect-Bell que,
ajustadas al cerebro, permitan engarzarlo cuánticamente».
David Bohm

El Hallazgo Primario no es la certeza
de la Misión Dichosa; tendrás que hacerte
guerrero / ¡dulce amujerado Virgilio / Maro!
verte disparado de la rústica niñez
al épico artificio de asesinos, la victoria
en la Batalla de Filipos contra el ejército de Octavio
y asesinos del llamado modelo
de los patricios, Julio César...

Para que conozcas que en la coherencia cuántica
se esconde el engarzado de libertad verdadera
y ontología macroscópica, Octavio paga sus veteranos
con tierras expropriadas de ciudades,
despoja a quien te hereda, en tu tierra.
Te coloca ante el protector Mecenas
como ante una mística / sentido de tu vida
en que el ideal ha de ser / ser libre para siempre
y que, en el norte del Italia,
el mundo aunque parezca un caos
o sea el desierto de los despojados
o la arcaica memoria de la guerra de Troya
es tan sólo el Camino que contarías.
pastor, helenísticamente, con hexamétrica
bucólicas / geórgicas / églogas
porque sabes dudar, llorar lo perdido,
sentir lo nemoroso desde la ruralía, pero no puedes
dejar de hacer el trabajo.
El trabajo espiritual, el del guerrero
con el arma más letal contra la duda,
la CERTEZA.

Entonces, documentas que hay que realizar
una tarea con los Aires, los Ríos, los Soles,
las biomosas, apologando los campos
la hacienda de tu Padre, la propiedad macroscópica
de tu ser en el mundo y supe que cantas,
Arma uirumque tubo, a las armas heroicas
y dignos ideales político-sociales
de la Libertad y que describes que son
del hombre bueno su Pesáj...

6.

«Todos los animales son míos; muchos vagan por los valles, otros se ocultan en los bosques o se guarecen en las cavernas. [...] La leche, como la nieve, nunca me falta; una parte para beber, la otra cuajada.

[... hoc pecus omne meum est, multae quoque vallibus errant, multas silva tegit, multae stabulantur in antris [...] lac mihi semper adest niveum: pars inde bibenda servatur, partem liquefacta coagula durant», Met. 13.821-822]

El hombre, digno de la ruralía,
con el sabio rostro mecido en la atmósfera
y las interacciones físicas, no-locales,
y un sol central de Sirio que gobierne
con luz toda la galaxia, ha dicho
que los rayos solares descompodrán cada sustancia
en color, temperatura, sonido, magnetismo,
renovada energía, esencia libertaria.
¡Galas de blancura / presencia galateica!
Ha referido con palabras
de Virgilio, Séneca y Hesíodo.
que no se quiere en su mundo el peso de la ira,
que la lujuria es tan insana como el orgullo
o la codicia; tampoco querrá la pereza,
nada que disponga que dentro del sol
sólo se mueva el helio vaporoso y no vida mineral,
vegetal, animal y humana; concluyó
que espíritu y materia perfectamente se equilibran
y se encarnan como humildes aldeanos en los campos.
No pisarían como Polidoro, hijo de Príamo,
el palacio del verdugo tracio
ni construirían ciudades;
para verlas corromperse y arderse
como en Troya.
El mundo debiera ser otra vez blanco
como la leche y rico como el pasto
lleno de animales y él, polifémico,
dueño satisfecho, nunca más lamentoso..

7.

Deja el soliloquio, Nemoroso,
que ahora lo que estuvo umbrío como bosque
de pena se vuelve memorioso, Nemoris
de riqueza. Reacciona, Nemo, que la hembra
nereida abrió los ojos y ha mirado
hacia las fuentes inagotables,
ve inmensos tesoros disponibles
(donde todo lo que existe se renueva).

Reconstruye tu canción de amor,
no lamentes, Polifemo, que Teócrito ha pedido
el Nuevo Idilio para los seductores.
El amor se escribió para sus despertares,
predestinado fue, grabado ya en las almas
y Damón lo comunicó para las piérides,
Alfesibeo fue testigo:
«No todos lo podemos todo»; pero,
elegir lo grabado en alma de Nereidas sí es posible.
Despierta de la pena, Nemoroso,

Elisa / Galatea / nereidas amadas
con los ojos de cíclopes / profetas del Ajna Chacra,
no se mueren con la Muerte,
no se asocian a la excresencia del fósil.
Transformarse no acabará suS cuerpos,
no pausarán las trascendencias
y la otra vida es sustentabilidad,
eterno presente, digno del círculo dinámico
de vida, presencia biocombustible
de los viejos bosques que llamaste Nemoris
porque no descubriste consuelo,
sólo el fósil del desgaste
en sólido carbón,
en oscuro petróleo oleoginoso
y olor de gas, vapores mefíticos
que han sido acumulaciones lacrimosas
de arcaicos seres vivos que murieron
(¿quién supo a ciencia cierta cuántos millones
de años o de siglos han pasado?

Ya, fosilizado el tiempo, por la mente caprichosa
del lamento son meros rastros de carbón o hidrocarburos).
¿Quién dirá para un poema de Virgilio / Ovidio /
Teócrito / Savannaro / Garcilaso
lo que necesitas por consuelo, Nemoroso:
que hay energía de sol que no se gasta,
aire que muele los vientos,
imanes de amor, cuánticas visitas
de unidad que dan el adiós a los fantasmas
de las zonas pantanosas de los bosques
y las grandes masas de plancton marino
acumuladas en el fondo del mar?

8.

Con enlaces de alta energía
tu mundo volverá a ser
el más bello de los mundos,
tu experiencia de amor
no motivo de lágrimas.
Luz y oscuridad no significarán
el bosque umbrío, el alojo del monstruo
ante el trágico fin de la belleza...
Mira la alternativa, descrita
como la posibilidad de renovación.
La materia orgánica que se descompuso
parcialmente por falta de oxígeno
y por acción de la temperatura,
la presión y determinadas bacterias,
han sido depositarias de un secreto
y el Hallazgo Primario
son almacenes moleculares
con enlaces de alta energía.

9.

«La esencia del construir es el dejar habitar. […]
Solo si somos capaces de habitar podemos construir»:

Martin Heidegger

La experencia más bella de lo humano
es evitar que el habitar
caiga en el olvido.
Que la ética originaria se vuelva
desconocimiento nemorioso,
indeterminación del tener, insuficiencia
del pensar vivo y no sepa
ni Salicio lo que tiene
por constitutivo de su ser
ni lo sepa Nemo, el cíclope
al olvidar que el mundo
tiene su mundo – entorno
y hay nereidas en él...
Un mundo donde los partícipes
disfrutan de su apertura descubriendo
y asumiendo acuerdos antes de
llamarse habitantes.

10.

«El imperio de lo dispuesto quiere decir:
el hombre está puesto, interpelado y provocado
por un poder que se hace manifiesto en la esencia
de la técnica, y que él mismo no domina»:

Martin Heidegger

¿Qué haces tú del habitar [das Wohnen],
tú, inspector con ojo ciego, cristalino míope,
tú, con el pupilerío del apresamiento
y el Gestell de las bestias?
¿Protejes algo con la virtud del quehacer
schützen —que el marino-poeta llama
el 'para qué; de sus protecciones
en favor del mundo, ante la Cuatarnidad,
ante todo lo que quiera,
o no quieran, dioses? ...

El argonauta mienta
su combate a las imposiciones
desde una posición total que es la estructura
de caada emplazamiento, el dispositivo,
la disposición,
tu predisposición Nemoroso, medirá
transversalmente los espacio,
hará la casa, la vida....

11.

«... un escenario para representar nuestra vida»:
Martin Heidegger

Respeta el lugar donde pasta la vaca,
honra los lugares donde maúlla
y runrunea cada gato,
la tierra y el mundo que se abre
o se cierra dispuesta a que la midas
y sobre ella construyas que sea
comi un Arca, argonauta,
lugar para el salvamento
cuando el peligro se abunda,
lugar que te proteja y marque tus habitualidades
sin el riesgo de olvido y de la soledad
porque algún tendrá que cuidar de ti
y tú cuidar de él, ya que existe el regreso
aunque te vayas; siempre hay temples
vinculados a la soledad que ponerr entre paréntesis
y armonizarlos con estructuras internas
de acompañamiento y hay que hacerse
de complementos, porque en nemorar
en los bosques, en las islas oscuras,
en los abandonos es que sufre
como existencial solitario, auquel que se marcó
con su debilidad e inventó el desamparo,
histérico – heroico, que asoma
en constancia por su conciencia de muerte.
Busca, Nemoroso, un lugar
para representar la vida;
otorga el significado
que funda el habitar, cuidar y edificar
aquello es más anhelado, Cercanía.

12.

Lugar del habitar (Ort des Wohnens)

La experiencia más bella del humano
(la que lo intima y provoca el reencuentro
de sí consigo mismo) es la que da, por estancia,
su verdad en el ser, no sólo entorno.
Quiérese el hombre en su elemento originario,
en su Claror del ser, en su luz.

¡Cómo sufre Nemo, el umbrío,
retraído por falta de luz, ajorado por falta
de verdad, desabrigado porque su vivienda
no da seguridad, su morada no es refugio!

¡Cómo ha de buscarse
(a riesgo de echarse a la mar en dirección
a la Cólquida), esa verdad del Claror
que es más que el lugar del habitar,
refugio en el ‘estado de no-retraimiento’
y qué dichoso el Vello Sino
del púbis de la Compañía, el pleno otero
que potencia salvación en la intuidad
y peluda praxis de la solidaridad!

... por eso es blanca Galatea
como si fuera Lichtung , leche del Claror.
Verdad del ser y de lo inocultable,
lo iluminado en la luz, lo cercano
para lo que se ha nacido, alcanzado
«... no como un mero añadido,
como las sombras a la luz,
sino como corazón de la Alétheia».

____

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Tuesday, April 26, 2011

La conciencia trágica / La consciencia de placer



«La máscara trágica presenta su mundo severamente infeliz y amargo, tanto que en ese mundo puede haber crimen y autodestrucción. Entre representaciones iconogróficas de la musa de Melpómene una es con el puñal ensangrentado en su mano»: Carlos López Dzur

En rigor, trágico es sólo la ignorancia.
El polvo en los ojos, el oscuro signo
de catástrofe. Feo, experimentarse perversamente
en lo que no se comprende; misería es
presentir la no-inocencia del rechazo.

Trágico es sentirse perverso,
inverso, suplantado, incapaz de levantarse
después que alguno otro se impuso
torvamente caprichoso, y echó por tierra
esperanza, conocimiento, armonía...

No me gusta quien no mira de frente
cuando está ante otros
que no tensan así los ojos.
Por el contrario, llaman y bendicen
ante la trágica inminencia en lo posible.

2.

«El erotismo con Melpómene consiste en y, bien pudiera decirlo, George Bataille, enseñarnos que tras la máscara hay algo 'diabólico', no el placer, la falta de Dicha; la máscara trágica de la Musa es la existencia frustrada, el olvido del Ser de la Dicha y el placer. Visto así, el papel del erotismo ante ella, con ella y por ella, es devolverle su capacidad para la dicha mientras se le quita el puñal de la mano para que ni lo utilice contra sí misma ni contra quienes la rodean»: Carlos López Dzur

No me gustan las miradas
que agreden cuando pululan
los lugares oscuros... no me gustan
aunque sean ya los tristes, ya conformes
porque no comprenden o los irracionales
cansados por las galas de escandalosos.

Desconfío de los que deciden
ser en todo, violentos,
profetas de la conciencia trágica.
Puede que el punto culminante de la acción,
lo externa e indeseadamente posible lo callen,
pero lo cargan descriptivamente en la mirada,
perpetuándolo, temiéndolo,
preservándolo.

Por eso prefiero a quienes ponen
la mejilla al evento que les reta,
algo ya comprenden, cuota de dolor
distribuyen y admiten sin las horrendas dosis,
algo ya saben alcanzable y conveniente
después de lo trágico y tóxico a los ojos.

Por eso no desesperan... y, por ello,
dan la otra mejilla, la más fuerte,
y los elijo, me paso a sus filas
donde lo tenso se muere...
el amor no juega extremamente con la muerte;
sabe lo que duele el golpe en la mejilla
y sabe lo que consuela una lágrima
una vez ya caída y procesada...

Y es la mirada cristalina, limpia al fin,
la más limpia, la más fuerte,
única desautorizante del horror,
destensionada y armonizadora.

De «La Revolución profunda»

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La consciencia de placer


«En el mundo social de las melpómenes hay belleza, riqueza, abundancia, dinero, vestido, consumos, hombres, sexo, mucho circo y maroma, pero, en el fondo, mascarada... Pero, como mencioné, el erotismo es también una experiencia con la inocencia. Y las hijas de Melpómene son los cantos de sirena del mundo y uno va tras esos cantos. El hombre erótico es un inocente en manos de todas ellas. Nos quedamos con la creencia auditiva de Musa Melodiosa, la que con voz nos conmueve, y no se tiene miedo con ella. La lujuria nace gratamente y para ellas seremos el consuelo. El paño de lágrimas»: Carlos López Dzur

En rigor, trágico es sólo la ignorancia
y el placer tiene que saber la dosis adecuada
de momentos eróricos: esa tensión amada
de mejilla que pide azote y desafío
y esa distensión que la premia
como si fueran besos,
armoniosos perdones.
En distensión, la armonía se desnuda
voluntariamente accesible, como vagina
es devuelta al placer suspendido
y por la solución de los conflictos,
inicia lo que antes incomprendiera
en un texto prohinbido.

Lo que se explicita por imperantes temores
ya no es Eros, posible delicia. Así no aflora el Deseo.
Imágenes borrosas atemorizan, inquietan,
y lo perverso tensiona, cohíbe, victimiza
(ni siquiera del Deseo del amor se deja aroma).

El placer profundo, prolongado, en palabra
de misterio se cobija, con discurso de retórica
desnuda sus metáforas; pero no traiciona
la ternura, la Filía, la empatía personal
con que seduce, el control placentero
con que se arma.

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Wednesday, April 20, 2011

El Ojo del Viento / Lil / Poema ecológico

EL OJO DEL VIENTO / LIL

a Enlil, señor mesopotámico del Viento
y cuyo culto data de 3000 a. C.

1.

Cada casa de la montaña
está bajo el ojo que explora toda la tierra.
Mi ojo que parece una turbina azul
sobre la mar abierta...su mirada
que baja a 40 metros de profundidad
o sube con alturas de torre para jugar
con el viento a más de 100 metros
y diámetros de rotor de 130 aún mayores...

Cada casa en la montaña es como
mi pupila y sus pestañas, ¡ay! llámalas,
si quieres Tu Molino aerogenerador.
Ojito de vulturno en las ventiscas de Iberia,
ojo de Favonius, ojo que te apiada
en la escasez porque la esencia de su mirada
observa toda casa de la montaña
y aún en la Ciudad de Nippur donde
por primera vez yo dije...

«Yo soy el ojo del Viento, E-Kur,
en casa de la montaña, pero desciendo al bajío
porque soy ojo que explora la Tierra enteramente.
Leo las Tablillas del Destino
(la factura de todos los recursos,
tu miseria de consumo,
tu separación de los cielos de An
tu dolor eléctrico en la Tierra de Ki,
tus avatares en todo lo existente».

2.

Me gustaría que me llamaras molino
porque tengo aspas por pestañas
y soy el vigía que no puedo estar quieto
(vigía con brazos y ojos, con altura
y movimientos cuando me elevo sobre mi torre y giro).
Izo con banderas inefables la energía...
Entonxes, el golpe del viento pega en la lámina
del rotor que cargo.

Hay presión positiva de mi aliento por debajo del aspa
y produzco un resuello que por encima de ella
carga presión negativa en mis cuencas visuales.
Abanico de este modo mis ojos guiñándote vida
y pidiéndote amor por este espacio abierto
que yo me dí en la atmosfera después que separé
el día de la noche... me gustaría
que me llamaras Molino, porque yo soy
quien muelo la tormenta, dosifico la fuerza
y la violencia para que existas y consumas
lo que hay sobre la Tierra, ¡ay! amado,
hijo de Ki, no menosprecies el Viento
porque es padre de la Luna / Sin,
guardián de las fertilidades,
generador de sabias aguas de Enki...
y el primero que te amó soy
y quien te hizo promesa de abundancia
sobre los predios de Ninhursag
si alguna vez te vio destruirte....

3.

De las tablillas del destino, tomé este decreto:
Quiero ser la pestaña que abanique
el mundo con Su Mirada. Seré lo mejor del Cielo
que conozcas. Seré brisa, seré viento,
seré aire acariciador, no aire que salga
de amorffos abismos, imposibles de ver.

Seré Ojo para tí, torre elevada,
estructura que entiendas, redentor servido en técnica,
en pragmatismo... ¡ay, me gustaría que me llamaras!
Ojo de molinero divino, Eólico Molino, castillo de aspas,
ojo con que Lil guiña a Ki la Tierra
a contra cielo de An, en puntos cardinales
para tí forjados, explicados, entendidos
y tú, criatura mía, niña de mis ojos....
y si me llamaras Padre Viento, Enlil,
autor de los Molinos, arquitecto de ciencia
direccionadora, aerogenerador, tecnólogo de Eolo,
sacerdote de Bóreas y Ehécatl y Favonius,
te diré más secretos
(que datan de las separaciones
previas al Destino de Todo lo que Existe).
Con un beso de aire te potencio
el amor electrogénico.

4.

Si me llamaras tú Señor de Lil,
ojo del remolino con brisa acariciadora,
dios de los pestañares, o de las aspas
de los molinos, si me llevaras al hogar
en E-Kur, casa-montaña,
si consolaras a Ninlil, la violada madre
de la Luna,
yo te haría Kur-Gal,
una gran montaña para tus bendiciones
y no temerías a las tormentas
ni a los climas del enemigo perverso
ni a imperios que son autores de malogros
y deudas... dioses con el petróleo irascible
que daña los ozonos de tu atmósfera,
demonios sin la belleza limpia de tus suelos...

5.

Si me dejaras ser tu antena,
si oyeras con quien me enojo, por qué
no me placen los sacrificios fatulos
o los contaminantes,
nunca tendrías diluvios ni raza que te condene
a muerte energética, al hambre de entropía...
yo abro las Compuertas para misericordia,
no esquilmo al hombre que me ama ecológicamente
desde los tiempos remotos de Nammu
y el pacto de amor de Ninhursag...
si me llamaras dios bueno,
viento bueno del Ehécatl azteca, con aspas
que fuesen como las alas de Ollin,
yo te abanicaría el mundo, zona por zona,
de hemisferio en hemisferio, cuando lo quemen
las emisiones del efecto invernadero...

Toda la energía de mi aliento
te será renovable, energía de tu sustento.
Vientos con potencia de grado 3 te serán
bendiciones en el Mar del Norte,
en la isla de Tasmania y en los Grandes Lagos
y me levantarás los más bellos altanes
más y más molinos,
esa mi ofrenda, isla de vientos eólicos
y el Juracán aruaco de los Viejos Taínos
me será en las Antillas Mi Sacerdote Maestro,
el Brujo invocador de mi Nombre
y que pid mi secreto,
el Verbo, la Mirada, el oculto poder
de mi energía, eletrogénesis inagotable
surgida de mi aliento, briznas en megavatios
con que yo muela el viento y reconstruya
lo que se contamina
con los hidrocarburos.

De «La Revolución profunda»
de CARLOS LOPEZ DZUR