CONTENIDO
Tantra
De tu árbol;
Del amor por los árboles femeninos
Dhiana / Interiorización
Ha nacido esta lujuria gratamente
Alegrémonos
La chágara mística en la charca de 5-metoxi=-N-acetilyripamina
Kalû
El origen del beso
Me sonreirá
Detalles para desearte más
El afirmador del gozo
Como lengua enloquecida
El placer del naufragio
Dura que es tu costilla
Pero te amo
Coparticipación armónica
De la bitácora existencial
No es con mis ojos
La lluvia es nueva hoy
Esta lloviendo a cántaros
Levanta tu piernita
La palabra amorosa
En la cueva de Zoar
Romance
de Corinna Hartney
Oda al hentai y la sensualidad del arte animé
El proceso femenino
Invocación para el Día de los Enamorados
Juana: Brahamana de Chit
Busca a Juana
Domador del mulo
El guru convocador
Cachondez
Tu nombre
Amor in-mundus (1)
Amor in-mundus (2)
El amor existeOda al hentai y la sensualidad del arte animé
El proceso femenino
Invocación para el Día de los Enamorados
Juana: Brahamana de Chit
Busca a Juana
Domador del mulo
El guru convocador
Cachondez
Tu nombre
Amor in-mundus (1)
Amor in-mundus (2)
Las prostitutas
Vienen por tí y sufro
Rocío, la de enormes aretes
Viaja mi carne a ti
Querernos de todos los modos
Mi hija y tu
Homenaje a Hebe
Lo que yo adoro en ti
Celebracion autentica
Templo piruitarico
* * *
Tantra
Tantra: transformar el placer mundano en felicidad espiritual pues el cuerpo es recipiente para lo divino, no una fábrica de karma o depósito exclusivo de aflicciones: Vajrayana
Son
muchos los árboles
que vienen a tu ribera
a dejar cada hoja,
a enflacarse de otoño,
a pedirte amor
y ligamentos y raíces.
Son
tan dulces tus costillas unidas
a cualquier tallo, te
quieran o no
los comejenes que
repudias,
los iguales que aman,
los que sueñan
inútilmente parecerse a
tí para atraparte.
Si no tienen esa
suerte, corazón adentro,
es porque ya andas
conmigo.
No hay tonto que
replique para su provecho.
No
hay tonta que no se trepe
al tronco de nogal y no
se mueva hasta sacar
su pulidez y lustre al
pardo rojizo.
La voluntad del placer
es tan soberana,
tan soberana que
traiciona,
que separa, que
solve...
¡Qué no has hecho por
delicia de sexo!
a las mil y quinientas…
por más amor...
que te prometan el
forastero que llega
al templo, como metelón
entre vestales...
Donde quiera que sea tu
olor de hormona,
Se pregunta por tu
médula adrenal
y por las horas
tardías,
por tu concha y por la
forma de artesa
de tus babas...
y, si tenemos suerte,
tu soledad
y la mía se hallan...
*
De tu árbol
No existe más que el yo,
el yo que hierve en
resina alcanforada
cuando el amor se
vuelve un talismán
es decir, la mujer que
filtra el tabonuco,
o sale de cualquier
árbol
en que esté metida,
como Filis en el
almendro.
*
Del amor por los árboles femeninos
¡Qué maravillosas son las mujeres
que entran por los ojos
y que dejan su alcoiris
en las pupilas
y los pedazos de
estrellas, aunque fugaces,
como olor que no escapa
al tajalán que gruñe
hasta las trencas!
¡Qué maravillosas
cuando se convierten
en memorias para los
dedos
y nos desprecian, a
media talla,
porque han visto sus
sombras
derramadas sobre el
pecho como babas!
(Publicado en la revista Argos (México), Núm. 10, Abril-Julio del 2000, y en El Perro Andaluz, España, y en Hispanic Culture Review, Vol. VI, Number 1-2, Verano 1999-Primavera 2000)
*
*
Antes de que llegaras
El Kalû trepida lenta y misteriosamente
Dhiana / Interiorización
Tantra, la doctrina a través de la cual algunos tipos de enseñanza son extendidos o desarrollados,la acción contínua de entretejer: Arthur Avalon
Al
dios tribal de los altares
lo sacamos; ahora soy
el universo
de Dioniso, el hijo de
la paz,
sin Schopenhauer, la intrahistoria
de la serpiente y la
gacela,
el sustrato sensible,
liberante
de la vida y de la
muerte.
... y estoy triste,
mas lleno del aporte de
tus formas,
agradecido de que
vuelvas
como ciclo de luna y
menstruo.
Veo cómo se destroza
Apolo,
que fue el verbo, cómo
Démeter se cava en la
tumba
y yace en su ser vivo
y es trigo y vida, a
pesar de todo,
y la vid y la cebada
y el henazgo y el
reposo.
Semele
pidió del amado
¡grandeza, plenitud de
energía...
lujuria, detalles de
intersticios
y rincones en el átomo,
seidad entitativa del
Ser!
y orbitarse, no en el
valle más lumínico,
en los círculos
sagrados de Siva...
... ¡y esa es la
muerte!
3-19-1980
Ha nacido esta lujuria gratamente
Antes de que llegaras
yo era un loco de
verano.
Un chiflado mataperro
con mis días.
Vivía
por estas playas
(que parecen tan
simples:
sol y arena, agua y
caminos)
y, de súbito, cayó del
más alto nidajo
de la palma, el melón
lactoso,
tu presencia y me llevaste
a la mejana de la
fuente:
la sensación, Tu Carne.
Para
los hechos singulares
(que yo dí por creídos,
asentados
virtuosamente
verdaderos)
buscaste las segundas
intenciones,
la oscura
gramaticalidad,
el sendero verificador
de desviaciones.
Golpeaste
el idealismo subjetivo
sin piedad,
estremeciéndome
e hiciste del espíritu
de Berkeley
una masa apestosa de
mabinga
por la que siento
lástima.
Despojaste al paisaje
de sus bragas.
Todo ultrajaste con
asco y placer.
Diste propiedades
caprichosas
a lo que vestido estuvo
de inmaterialismo;
calidades sustanciales
a lo que había
inmanifestado
y vírgen en mi mirada,
pero vedado a mi tacto.
Por
eso ha nacido esta lujuria
gratamente, pero me
duele ir a imitarla
y ejercer songa. Ha
tomado tiempo
tener tu sangre fría.
Bajo
el sol de mi islilla
fui tonto y piadoso,
imperaba una inocencia
que no comprenderías;
pero sin esta
experiencia a posteriori
de quererte, Melpómene,
todo sería tautológico
y arcaico
bajo el sol y mis días.
6-7-1989
*
Alegrémonos
a Radharani, consorte eterna y dadora de placer
Alegrémonos, sin
embargo.
El lenguaje nos recobra
como a peces
y nos fluye hacia las
flautas y guitarras
y nos da burbujeantes
pianolas
como dientes y viva
delicia
entre las algas y las
conchas.
Cristalizada
en lago de símbolos
como diamante que sale
de la forja
de Vulcano, será la
piedra bruta,
la que hoy es palabra
estéril,
seca y cotidiana.
2.
Como
sangre que sustancia en sí
toda atracción y
espacio,
fluído de cada energía,
restablecedora de vida
y belleza,
lavadora del vestido
que se abre
y no encubre al apetito
que desnuda su empatía,
serán los prados del
lenguaje
y las hembras donde se
viva el hombre.
3.
Lavémonos para el día
de la Totalidad,
ha dicho el Nabî, que
la música amanezca
con cantos en los
labios de las vírgenes
de Pafos, propone el
Kalû.
Sumerjamos los pies en
las aguas
del aditon y las grutas
de Calcas y Cleros
para que comiencen las
cifras luminosas
con sonora expresión de
nuevas voces.
*
La chágara mística en la charca de 5-metoxi-N-acetiltripamina
1.
Siempre la veo en el agua
y digo: «Es Pez de mi Bazo,
apetito de mis gónadas, chágara
en el centro de mi abdomen»;
me gusta la noche porque viene
con fluidez de agua.
Ella viene y me come las sensibilidades
y me da su color naranja.
En mi plexo lumbar
deja sus besos; son huellas del alimento
que da para el sentido del gusto
y siempre la veo en el agua
en sus manantiales o charcas esplénicas
y, ¿quién iría a decir que me enamoraría
del pecesillo?, emocional, dulce,
caprichoso, al que llamo ‘Mi Alma’
de Hara, Svadhistana, apetito nocturno
por tenerla en la colcha, desnuda
sobre la cama, y saber entonces
que sí lame mi piel,
me endocrina emnociones,
humedece todo con su aroma.
2.
Ahora ella es el Centro de mis Sensaciones
y mis fuerzas vitales. De sentimientos origina
obtengo mi conexión cotidiana,
no, mejor decir, con la Existencia toda.
Ella me da conciencia de ser,
su propia sed de vivir y buscar alimento,
de ovarse, reproducirse.
¡Es tan rico descubrirla debajo del ombligo!
Y verla en friega, en labores,
porque es obrera en las fases
de la luz y la tiniebla.
Madruga con el reloj biológico
a segregar melanina y me transducta.
¡Qué pecesilla ovoidea es la que descansa
sobre una lámina cuadrigémina, mi cama,
y se va al techo del diencéfalo en mis ojos.
Por buscarla, floto a gusto sobre sus nubes lícuas
o nado en las aguas de ovogénesis,
aguas suyas, mis aguas y, por fin, me sujeta
por ciclos de vigilia. Convida
a no olvidar mutuos sueños.
3.
Siempre la veo en el agua
y digo: «Es Pez de mi Bazo,
milagro de la Copa liquiforme
y nada lo oxida».
Con ella no envejezco,
me siento pez, anfibio, reptiliano
con muchos fotorreceptores en el alma
y habitante eficiente de cada situación lumínica .
Vean que tipo de amor me tiene enamorado
de las vías neurovisuales, donde le veo
su alma femenina de Hara, Svadhistana,
al apetito nocurno de trepidar
en su epidermis, en dos pies,
como un humano.
Kalû
El Kalû trepida lenta y misteriosamente
y sube a las alturas de
los árboles
sin pretender existirse
y publicarse
más allá de la esencia
de las cosas.
Ni
será tránsfuga de la escena y el tiempo
que define la mera
ontología entitativa
de otros seres ni
fantasma del ay, doloroso
que vive siendo sin
ser-todo-lo-sido.
Cuando el bagaje de
nadie se objetiva,
interino en las
expectativas, el Nabî canta
y ahí-es... hecho
canción de cuna,
beso y cuidado de la
Tierra Madre,
seno mártir y
hacendoso, dulce e infinito;
ahí estuvo su poema,
maternal arrullo,
escribiéndose en
despedida
porque el Ser va
cerrando
sus años de
epistemología
al llegar la pubertad
de la palabra.
*
El origen del beso
... Expression and comprehension of emotion involves the right hemisphere more than the left... Neil R. Carlson
A
veces porque su rostro es muy hermoso
viajo en sus lóbulos
frontales.
Voy como en rapiña
skandalosa.
Amo tanto sus sonrisas
que me sumerjo en ella.
En la geografía que en
sus labios organiza
mi tesoro, cohabito.
En el
hemisferio derecho tendré
mi percepción
maravillosa
con la raíz biológica
del beso.
Entonces, he de ser un
explorador
de sus sustancias,
Skanda el guerrillero
que caza a sus sonrisas
cuando aún son amagos
en el rostro,
intenciones latentes de
energía.
¡Pero, claro que han de
ser mucho más!
Comunicación entregada,
al fin de cuentas,
¡las señas del amor
posible!
12-9-1996
*
Me sonreira
Me sonreirá para que yo
la bese...
porque su rostro es muy
hermoso
navego, en bulbo me
raquídeo
y en vulva fluyo y me
doy alas, vibraciones,
cilios, giros
serpentinos, encefalizo
y finalmente... ¡la
alcanzo,
mutuamente cautivados
en kutacha!
Salgo
al espejo donde ella es
la desnudez manifestada
y la percibo, de raja
en raja,
teja abajo.
Una albarrada de
piedras vibrantes,
calcio y minerales
exquisitos, su cuerpo.
Mis huesos se
alimentaron de reflejos espinales.
Con ella estuvo mi
corazón enardecido.
Anticipé su amor en el
lado externo de la carne,
en la ansiedad
interpretante de los gozos;
pero: ¿quién ha de
quitar la magia
a la anticipación de
sus besos?
¿Quien negará que su
mirada
se fundamenta en las
raíces de shakti?
15-9-1996
*
Detalles para desearte más
Nada de tu cuerpo
quedará sin lamido,
degustado...
el ombligo provocador,
el hondo abismo,
los senos tuyos que se
mecen,
con ritmo dulce y
juvenil de colegiala.
Sí, tú eres quien,
al examinar la
morondanga
del que viene y va,
inspiras mi recuerdo de
hartazgo,
me das para hoy y
mañana,
más nunca hartazgo
eterno,
cósmica abundancia;
nada entregas de este
mundo
que carezca de
hermosura rutinaria.
Diariamente brutal,
eres.
Entonces, pienso que,
con tu amor,
mi vida seguirá
vacía... y por eso...
lindo ombligo, ricas
nalgas, deseo
y nostalgia de amor,
¡eso eres aún!...
¡Es lo que quieres ser;
es lo que puedes
y lo que aún deseo
cuando me faltas!
*
Que la mujer que ríe
El beso que recién ha nacido
El afirmador del gozo
Que la mujer que ríe
redefina la eternidad con su presencia.
Que el niño hambriento clame por la teta
y chupe y se lacte.
Que el gozo baje de la altura ultramundana.
Que el tedio se quite los calzones.
Que la promesa sea como el rayo que fulmina
y Sémele ruede por los suelos
como atrabancada indígena de Cadmos
que pija quiere y caldos a la clueca
dan por cada rumbo.
Que en mil pedazos queden destrozadas
las continuidades continuas y sistematizadas
por el Uno de lo incógnito.
¡Mal rayo nos parta, una y mil veces!
Y que la Majestad cósmica
también se colapse, que se arreche
el berraco nabo del Vigía
en presencia de legisladores morales
y rateros y rajputas y lesbianas.
El afirmador no cesa de llegar a ser él
mismo.
*
Como lengua enloquecida
El beso que recién ha nacido
reclama su retorno al instante idéntico.
Se moverá como lengua,
golosamente enloquecida.
Y crecido, el beso quiere, yendo al
plexo
de los senos calientes, los pezones
y aún más sudarse ha de querer en el carmín,
lamer en grande y, si las manos del deseo
lo permitieran, apretará debajo de las nalgas,
jalará el clotis, se salará con chupetes
y caricias, vivo julepe
con dedos en lo incógnito.
¡Qué rico que, por afirmación,
revienten el sostén, a besos,
los hijos terrenales de Semele,
los guerrilleros de la Gran Madrugada!
Que el escote se prohíba de los senos
y que las manos democraticen sus tersuras
y las repartan a las bocacalles
bajo túneles y sobre las rampas
de las perspectivas...
Que con peplos abiertos,
bragas en las rodillas,
se abran las blusas
las colegialas, las meseras,
las libres y las esclavas,
las dejadas, las viudas
las casadas y solteras...
Que el broche de una promesa nada oculte.
Que el cierre de cremallera nada esconda
porque hoy la eternidad presente como loba aúlla.
La eternidad alborota como gata los tejados.
Su movimiento inestable es uno de pezuñas.
*
El placer del naufragio
No eres loca que coma
lumbre,
ni yo tu igual aunque
quiera quererte
y sepa que me quieres,
si es larga tu ausencia.
Pero no me redimes ni
me lloras
porque por cosas
mayores te vas al infinito...
Te
querré con la misma propiedad
con la que mis ojos te
han comido y perdido
en la tragedia
cotidiana y natural.
Que tú me olvidas.
Me
has gustado y no fue predecible
que te haya olvidado, a
veces repitiéndote...
¿Por qué sigo creyendo
que el amor
puede ser más que amor
y el placer, u
na puerta y un
naufragio?
Si,
en el mundo, tus milagros se vuelven
la accidentalidad tras
la antigua idolatría,
a penia, miseria de
timbal y patarata.
*
Dura que es tu costilla
Voy a aprender cuán dura es tu costilla
por causa de que te
encuentro para volver a perderte
y fingiré que te amo
menos de lo que te amo
para que confíes en tu
órbita
y para que me veas como
el sol, que se aleja
cuando otro ajeno
sistema planetario
está más cerca que mi
aliento encima de tus pechos;
pero te voy a seguir,
similar ronda del eje,
creeré que te iluminas
cuando yo soy oscuro.
Que la Luz por la que
giras
como si fuera tu lujo
perdido,
irremediable, no soy
yo...
Como si fueras una
tragedia, un suicidio,
un mal sabor divino,
una blasfemia
tracalera,
mi bien amada, te vas,
Kali te quitas,
destructora, de mi
vida.
*
Pero te amo...
Sé que te quiero porque eres única.
En el fondo, no me necesitas
para nada
y has rechazado de
manera igual
toda forma coactiva de
externa aproximación.
Me gustan las mujeres
como tú:
solipsistas,
anárquicas, sin dueño...
Daría algunos nombres
para mencionarte;
¿y a quién importaría,
después de todo?
El fundamento de
cualquier relación
se define desde tí y tu
red de autonomia.
Me cuelgo de tus
escupidos.
Conozco tu miseria de
araña
y la supremacía de tu
vagina irreverente.
Siquiera tiene la
evolución del patrio gobierno...
Hilas
mi abismo de plata y soy el suplefaltas
al que sólo has
compensado
con besos, distancias y
recelos.
El
mundo externo se subordina
a la única realidad de
tus pelos
y yo recuerdo que sudas
tu conocimiento
y se me antoja tu
calidez y tu sudor
como lo más bello del
torbellino de la historia.
Hemos sabido ser
cómplices,
con el susurro del
AUM...
*
Coparticipación armónica
Que mis nutrientes sean sus miradas.
Que me toquen en la
herida abierta.
Que me sanen en los
gritos profundos.
Que escupan sus islotes
de ígnea exploración
y ardientes sedes,
sombras para el sudor
que está en la rada, en
los puertos,
en la simiente posible
del pez.
Quizás cosechado en
espigas, rencorosamente,
o por amor, por telares
en friega,
han de darse, una vez y
por siempre,
motores encendidos y
manos de cosecha.
Aquí estoy.
Les llamo nubes,
aguacero, marisma,
bandera, barcaza,
galeones y nada soy sin rescate
de una hélice espiral,
mi hermana tierra.
*
De la bitácora existencial
Vean
del libro el mapa
de mi tiempo que se
pierde,
la ruta de mi avance,
insinuada de extravío
itinerante,
el preciso punto en que
me olvido,
el instante de angustia
que me encuentra.
La página es de sangre
como gloria.
El plasma es
tabernáculo,
shekinah de una pasión
o su agonía.
Y una dicha goteante me
persigue.
Un yo que más que
vivir, pervive dando coces,
a poco de llorar y va
cantando
su aguijón con alas de
mercurio.
Un ser con sus espacios
soy,
un ser-uno-con otros,
que se abraza al mundo,
se abre
con sus libros a la
madrugada.
El Uno es Quién y el yo
ontológico,
genoma interrogante.
(Publicado en Tertulia de Mizar,
Núm. 685, 20 de julio del 2000 y
en La Blinda Rosada, España, 9
de julio del 2000)
*
No es con mis ojos
Una parte de la gota que cayó en la tierra,
cuando el sonido más
fuerte y viril de Tu rayo
abrió los cielos de
Shada, sorprendió el Verbo,
me negó el vacío, fue
mi esperma,
retazo tuyo, ra(z)sa de
Tus Delicias.
Pero
no es con mis ojos que veré la gota
ni el nivel de Tus
Agnas ni el esencial punto
de tu luminoso Lingam
ni el Bindú sonoro
con que accesas mi vida
y convocas
a devoción ardiente; no
es tampoco
con mis dedos, y no
importa con qué mudras
que conoceré tus
humedades o las mías.
Si digo que te he
visto, seguro... te he desfigurado.
Si digo que te oigo, te
escuché mal citado
de un texto sonoro,
reinventado sin Tu OM.
Si
digo que te huelo, cerca estaré
del excremento de los
muladares.
Una parte de Tu Gota
cayó en mí vientre
para que sepa que existes
como el rincón
más oscuro de cualquier
despertar.
Tú eres el comienzo
cósmico del buddhi,
el reflejo del Manas,
la función del pensar.
Tú eres quien me llamas
Viviente, jiva-atman
y me extiendes,
entretejes, aconsejas
pónte en guardia,
reintegra tu consciencia
en Mí, la Fuente
Original.
Una gota cayó, sonó con
su gran ruido,
sobre mi endeble hoja,
un loto en la charca
de lo vivo, me dijo:
¡Despierta, Jiva,
te doy d(h)iana; sál
domdi, eh...saana!
*
La lluvia es nueva hoy
Haya llovido o no, llegaron a la orgía.
Y llueve a campo
abierto y, en las calles,
para que la gente llene
sus calderos.
Desde
los cielos
una dulzura, cándida y
jugosa, se vacía.
Casi todo corazón, como
si fuera excéntrico,
la intuición de las
cosas intenta. Las persigue
y, como por leche
santa, a todo adjunta
su fuerza y vida.
Ninguno está seguro,
¡pero la intuición les
basta!
La lógica, por
argumentativa, es tarro de clamores.
Está lloviendo a
cántaros.
Las garrafas se rebosan
caprichosamente,
llenas de desagravios y
empirismos.
La
libertad es la sustancia acuosa
tan fresca como pezones
pubescentes
y labios y lirios.
11-9-1997
*
Está lloviendo a cántaros
¿Cuál es la naturaleza de esta lluvia
que reparte viejo amor,
con nueva democracia,
por qué azota un dulce
trueno, su ánimo de luz
y desaparece, en
puntillas,
eyaculándose al parecer
sobre el gran cántaro
de los cielos abiertos
como muslos?
¡Está lloviendo a
cántaros!
El grandioso evento, la
lluvia misma,
es nueva hoy, ¿será
nueva mañana?
11-9-1997
*
Levanta tu piernita
Hari-vikrama-utthita-bandha
Siempre que vino a mí, trajo su compañía de lluvia,
oleajes de mar, olor de
marisma y menstruo. Y se metía
bajo mi sombrilla.
Buscaba mis caricias. Protecciones.
Nos escondíamos debajo
de los altos balcones.
O en zaguanes desde los
cuales podíamos ver la lluvia,
Y la calle desierta. Y
la sombrilla, escurriéndose.
En su curiosa
periodicidad, había una obediencia dulce.
En una esquina, eché mi
mochila y la suya; dos colegiales
éramos; ella, Lourdes
que olía a Luna, a ritos
de siega de los campos.
¿Y yo a qué olía?
Yo, a lo que busca Ser,
no siendo todavía.
A Indra, dios del
relámpago, mi voz y mi mirada.
Cuando Indra abre el
cielo con el trueno
o raja el firmamento
con sus luces, saca de lo oculto
los ojos de las cosas,
esclarece lo que vibra
debajo de las faldas: el
púbis de la niña,
mi pene alborotado, los
ojos buenos sin bizquez
de los soles, la noche
dulce, el beso de la vida
y, sobre todo, ella que
se abre, y deja que la toque.
La escondo un poco en
mí, pretexto que afuera llueve
a cántaros; pero más
llueven mis dedos curiosos en sus senos.
Llueve más la faena que
comienzo en su clotis.
Está muerta de pena,
esta pequeña luna,
que oye el OM OM de mi
Brahma.
«Levanta tu piernita»,
susurré en su orejita.
«Te sacaré la braga».
Y nos frotamos así, yo
chivo inspirado de Savitri;
ella, luz del alma,
Hécate en la puerta de mi gloria.
Estábamos de pie;
levanté una de sus piernas.
Sólo una le serviría de
apoyo,
me gustaba su muslo
terso en mi mano,
su afán de hundirse en
mi cogida,
su cerrarse, estando en
pie,
su enrosque, su ritmo,
su jadeo.
7-13-1980
*
La palabra amorosa
Ha sido una bendición
que me quieras.
Había olvidado que
nacemos
para alguna canción que
vive cada vez menos oída.
¡Qué bien dices en qué
consiste soñar
(si es que soñamos)
el completo sueño que
escondemos!
¡Qué bien amas si
cantas
(porque conmigo cantas y
cantando me amas)
con obsesión
equivalente!
Habíamos
olvidado
(si es que olvidamos
por completo
que la dulzura no es un
mensaje difuso de la cara,
oscura y temeraria duda
ante lo incierto)
... acaso si... la
fulgurante risa sigue ahí
y me enciende los rostros
al futuro
y todas las pasiones
son visibles
(si es que todas
sirven, turbias o felices,
como sean, para dar
residuales luces
e ironías al pasado,
o al hoy, o a lo que
venga...)
Ha
sido una bendición
tu corazón que obedece,
si es posible que
obedezcamos
sin premeditarlo,
por debilidad que no
conviene,
por comportamiento
diseñado,
que parece destino...
No, ya aprendimos, por
palabra de amor,
a optar y se nos pega
la gana,
y somos desobedientes,
y lo que más conviene
es sonreír
aunque nos duela la
cara.
Había olvidado que hay
(y siempre hubo)
tantas fantasías. Tus
besos, por ejemplo,
que predican la
realidad de los músculos,
la dulzura de las
endorfinas, y no mencionan
que el amor existe,
pero está el viento de marzo
y su lluvia y tu
alfombra verde de prados
y tu piel suave, más
suave que el mundo,
menos esquiva que una
idea...
y existes, haya palabra
o no, para identificarte
y voy sensualmente por
tu adjetivo y tu verbo,
por tu cuerpo de onda,
por tu ser y sus partos...
(Publicado en Mizares, Núm. 683, 18 de julio del 2000)
*
Romance de Corinna
Hartney
Corinna
Harney se divierte
con la pólvora china.
Sabe cómo Gengis Khan
formó su imperio
mongólico.
Cuando ella se tendió
sobre mi cuerpo,
aplastó el califato
islámico.
Dejó las páginas en
llamas.
Todos
mis textos se cubrieron
con los escombros de
Bagdad.
Sentí el abismo entre
Roma y Oriente.
Todavía los pentagramas
de Arezzo
cantaban marcialmente
y Boecio en la cárcel
bordaba
su mortaja de
consolaciones
Por mutua cuenta, fue
que ella y yo
firmamos la Carta Magna:
hacemos la democracia
desde 1215.
Con el puro deleite de
sus ojos,
reliquias irlandesas,
y su maciza silueta,
sirena del desierto,
me convenció de que
haga anandas
con el Uno y estimule
su lalalana.
¡Qué sinceridad al
poner
las cartas bocarriba!
Siempre me observa
embriagado
de una culpa nata y por
eso
me desafía con más amor
que a nadie
por una terapia de
muslos oceánicos
y boquita de pez sobre
las Torres del Ovatio.
Cuando seca está la
lengua del espíritu,
me pongo a rasurar el
bello púbis de Sión...
¡pero, claro, es porque
en sus piernas,
en sus magníficos
cimientos de rodillas,
me cobijo y echo unas
clavadas en seco
al fondo de las charcas
de Urano,
y ella es la bienvenida
del cariño en mis
costillas!
Ella
es la mujer que yo ubico
bajo nevadas de cáctus.
Sus nalgas son tan
cálidas
que no dudo que estoy
bajo las ruletas de
neón de los casinos
y que mi ofertorio está
lleno de vellos
y mis sombras llenas de
barbas
y con largas orejas de
burro.
¡Azazel en el desierto
y Peniel sobre la cama!
Sileno no se enmascara.
Para encontrarse
conmigo,
Koré-Inna viajó muchas
millas
en su Lexus SC 300 '92.
Recobraríamos la Tierra
Santa.
Así que esparcí mis
rodillas
sobre la arena,
trayecto
hacia una colcha
mágica.
Frotamos lámparas de
anhelos.
Ella
fue, derechita, a abrir la cremallera
y con gesto noruego,
conquistó
a los bretones antes
que Marco Polo
saliera de Venecia.
Para
que yo fuese el cautivo
de sus glotonerías, me
embriagó
su boca, sin esfuerzo.
Su saliva roja fue
amrita.
Luego, en Las Vegas, se
quitó
todo, hasta las últimas
vírgulas.
Se evaporó de prendas.
Ocupó mi sangre.
Me invadió bien
prendida.
De lo que fue su escote
salieron dos palomas;
pero no dos harpagones,
enjutos y descoloridos
que son cosas del otro
jueves.
¡Estoy hablando en
serio
de la Summa Theologica!
es decir, dos dogmas
infalibles que,
después de chupadas
cual ejemplares tetas,
se multiplicaron
las feligresías y los
castillos
y los encuentros del
Medioevo
con la Gloria Shejiná.
Corinna
Harney es tan hermosa
del busto a los
talones,
de la obviedad a lo
insólito,
que Diana no permite
que sea sacrificada.
Se la llevó a la
Táuride, como a Ifigenia,
para que sea Playmate of the Year,
causa caussorum y
emblema estético
con botas vaqueras,
medias de malla,
tangas, sedas
vaporosas,
fino lingerie,
fragancia Savage...
Corinna
baila butt
como ninfa cherokee y
escapa
por rumbos de siringa y
cabras,
sirena del desierto,
poetisa que oye,
carrizo acuático que
canta,
ojos grises que sueñan,
azules caprichos de
órbitas y estrellas,
que son la pirotecnia,
la China misteriosa
hecha petardos, cielo
descuartizado
bajo tierra de santos
jinas que huyen del Nirvana.
En fin, ella y yo somos
poetas.
Escribimos con el polvo
sideral.
La entiendo cuando
dice:
¡Comenzaré a lamer de
tu estrofa!
Y demás está decir, que
es océanica.
La noche que llegó fue
Luna llena.
Según observé por la
ventana,
el sol copernicano
nucleó el universo
de la cama; pero yo
consulté
el calendario, a puro
beso,
succioné el mantram, a
la antigua:
¡man menos mens mana!
Sin sayal de penitente,
pedí
a la wahine el huevo
del mundo,
totalidad de continuum,
cosecha de magia
... y todo se redujo al
julepe espasmódico
y la sílaba, el remezón
del clotis,
el bocado que me llenó
de pelos el alma
Ite missa est, sácate
al coño.
¡Es que fue la mamada
del siglo,
no cosa del otro
jueves!
Te voy a entregar el
pragmatismo,
dije a Corinna, es
decir, a la ninfa.
Tiene veinte años,
Lexus SC 300,
y ella se modela como
agasajo óptico,
pues tiene la bendición
de Diana
y la codicia de
Orestes.
Ella
busca su príncipe dormido
y susurra con labios
que han hecho pajas
al imperio maya:
¡Despierta!
No
quiere que despierte
el que no es poeta.
Pero coge y lame
como apache apañera,
tupí y caraiba,
cuando gatea en sus
cruzadas
para rescatar la Tierra
Santa.
Maquiavelo está
despierto.
El sol guerrero no
duerme.
Codicia esas caderas
explosivas
que harían de la
ternura un berenjenal
y no digamos esas
vasijas de Nut
sin cobertores que gozo
en la tala,
a raya, chupa que
chupa,
sin que se pida
temperancia filantrópica,
o mínima intervención
estatal
si de mostrar the
topless phenomena se trata.
Tits without misery!
Al
final, yo afilo la realpolitik
antes que Falopio
describa los condones
y Ponce de León
descubra La Florida.
Y ella en la boca
recibe el obelisco
y yo en los dientes la
raja pegajosa.
Corinna
sabe su trabajo
y no compra
indulgencias de los Fugger.
Conmigo muere,
extractora del jugo
de mi texto vertical
tan prometido:
lava a lengüetazos el
telescopio
sobre cristales de
deseo muy diamantinos,
duras arterias de
dicha, profunda certeza
de pasiones.
Hosi-a-nna, sálvame la lalalana...
El lenguaje nace del
ritmo.
Tañemos címbalos y nos
cimbramos.
Panderetas y nos
pandeamos.
Chingamos ya en
Singapur
y nos cingamos,
sonajeros a toda matraca.
¡Corinna sí que sabe de
lenguaje!
Cuando pegó 95 tesis
encima de mi estómago,
en 1517, con saltos y
agazapadas, su protesta
se llamó la Gran
Reforma, propuso
su propia novedad de
izar el ano en aras
de metáforas in situ,
aquí en los muelles
de la folla blanda y la
nalgatomía.
Y
logrado el acomodo, se lubricó de unción
y como mula de tiro,
recibió Su Padrenuestro.
Después navegó sobre mi
ombligo
leyéndome la Dieta de
Constanza.
Yo
regresé al Puerto de Palos
por provisiones de
huelva, ovas
o como se diga...
no por otra cosa,
capear sus temporales
y cotejar el axis mundi
antes de largarla
con un palo de mesana
por la candonga
triangular llena de rizos.
De tortas como éstas,
descúbrase América.
Sírvase el Africa.
Dóblese la pólvora mojada.
Corinna sí sabe galopar
sobre las olas.
Echó su vela carajada a
cruz y vera
y del botalón hizo su
festín de samskaras
para mi cama de agua.
Cosa
no fue del otro jueves
que el Obispo Waldeck
rechazara los suspiros
de Münster,
los versos tántricos,
el hambre poligámica,
il fellatio, seminen in ore,
il anus impregnatus,
y la boca de Corinna en
mis escrotos sálmicos
colgantes bajo el Arco
de Triunfo.
Y también su jardín de
la gracia,
con hespérides y nabos,
y Lutero de ojandra,
mirón y puñetero.
A
todos desafía para que se disuelvan
en las páginas de
textos incomunicados.
En cambio, yo propuse
volteándola de tirón
ante el pasado:
¡el motín de La
Bastilla!
tomar por asalto su
trasero,
túrgidas curvaturas que
Gèricault
no ha pintado todavía,
pero que, si por la
rampa
al por mayor en lamidas
permito,
truenos de Anu
profetizan
la Venida de volada y
la ira del Magnífico
... hossi-a-nna,
sálvese quien pueda,
cosa no es del otro
jueves.
Ahora
me aferro al cosmos escindido
de su nalgatorio porque
escribo
sobre el futuro y el
amor.
Si yo fuera Mirabeau,
mudaría
Versalles a París,
redeclarando los
Derechos del Hombre
sobre esas tapias de
tersura
que se llama el
pedorrón del Terror.
¡Váyase al diablo
ilusionismo,
Delendas est Cartago y
los discursos catonianos
en versión jacobina,
hordas de canallas
tan cortezes, tan pizarros,
napoleónicos,
tan generalísimos, tan
francos, tan pinochetiles!
A
merced de sus caderas, soy cautivo
de sus movimientos
audaces y maravillosos.
Sus muslos son pilares
del décimo universo.
Y para escribir el
grand finale,
la ida y la venida,
ultimamos
la jodienda astral bajo
ese túnel
que se abre en Las
Vegas,
zona rosa de piel que
son las nalgas,
tus nalgas, bailadora
de butt, Corinna.
Estoy
hablando en serio
sobre la Summa Theologica
cuando meto mis güevos
bajo su rabadilla
en aras de la gloria shekinah
y leo de sus poros la
Historia,
oliéndole las gracias,
colocándola in supina
positionis
para mirar sobre sus
hombros
clavándola tras sí
hasta que la poesía nos
diga
¡placer, nunca te
vayas,
amor házte placer
hasta que el cuerpo
aguante y el divino
joder se repita!
4-12-1992
(Publicado en Tertulia de Mizar,
Núm. 626-626, 22 y 23 de mayo del 2000
y SerPoeta.com, el 4 de Mayo del
2005)
*
En la Cueva de Zoar
En la Cueva de Zoar, voy a cavarte.
Te voy a comer como una fruta.
Isis celestial serás para mis manos.
Astarté ardiente serás para mi boca.
Subiré a tus muslos, penetraré los cielos.
Míos serán tus pechos y tus nalgas,
tus curvas deliciosas, mías.
Nunca diré: ¡No te quiero;
o que una ofrenda de fuego te consuma!
Vén, no tengas miedo,
tú, la más pequeña de mis hijas.
La tierra es horno nauseabundo.
Sobre llanura envilecida llovió el azufre.
En esta cueva el anarquista arde
como el custodio que cuida tu hermosura
y rumbo nuevo hallará
más allá de los montes.
Te daré un pueblo
con costumbres adorables: la Utopía
y fecundaré el vientre de tu porvenir
para que haya amonitas en valles
de abundancia y de justicia.
Tendrán tus hijos tu voz dulce
y seductora, mi visión que trasciende
las edades y el golpe de inmundicia
de mis días; pero no me embriagues.
No. Sólo díme: Ben-ammi, y yo iré.
Yaceré contigo.
Serás madre y en honesta certidumbre
nos veremos a los ojos,
orgullosos, rotundos, libres.
Voy a crear, según la costumbre
del amante, tu emergente progenie,
porque el sexo en amor es la sustancia
más apetecida del anarco, el que no duerme
mientras quede el deber, edificar
el corazón imprescindible, uno
que sepa declarar lo necesario,
lo deseado, lo más libre...
Te quiero, te deseo, te necesito.
Acuéstate conmigo
sobre la estela sideral de la justicia.
5-12 1990
Oda al hentai y la sensualidad del arte animé
No sé
si reír con incredulidad o festejar
esos enormes chorros seminales,
esa fecundia; no sé, no
sé si ahora admirar
los jabalíes que se
besan en la boca,
o esas leonas que se
buscan un macho protector
para que ahuyente el
violento que hostiga,
porque son quienes
matan por un rato de sexo.
¡Qué atroz es la
violencia genética!
... yo no quiero estar
en las orgías
de las focas
criminales, ni en la convocatoria
apareante de las
tigresas,.Que no sea yo la víctima
de los zarpasos cuando
se incentivan
por cópulas de un
segundo, o dos, o tres,
sea lo que duren estos
animales calientes
en cumplir la misión de
sus urgencias.
Me
atemoriza la cabra y la tigresa
por más atenta esté a
que el macho se le encime.
Entonces, que no sea yo
el que mate una cabrilla
que me dio sus amores.
No me hagas bestia,
Hentai, hazme gentil
con el beso.
Haz tierna la ocasión,
mis soledades.
Sería
terrible que naciera con avatar de león
siendo ya tan distinto
el tipo de alma que me cargo.
Terrible sino es ése.
Ser el león que ruge,
rey de la selva sobre
un colchón arropado
de frazadas de holanda.
A mí no me interesa,
hora tras hora,
pastar y cuidarme la
melena ni relajarme al sol
ni rugir fuertemente
para que ella me oiga.
Ellos matan las crías,
no comerá junto
a sus hijos. La comida
se les sirve aparte.
¡Pero cómo cingan!
En un día, entre asueto y asueto,
echan 100 palos a la misma hembra.
En un día, entre asueto y asueto,
echan 100 palos a la misma hembra.
El sexo es obsesivo,
polvo tras polvo,
una cópula cada dos
minutos,
y eso que duerme veinte
horas...
... entonces, no
bendigo a los que velan,
no con el alma que
tengo
hastiada ya del sexo.
2.
Oh, dios Hentai, que
habitas en la luz del sexo,
deidad del manga y el
animé,
¡qué romántica porno
nos das por evangelio!
Con muñecas de
resplandores animados
nos redimes la leche en
los derrames,
nos sobreabundas y nos
muestras
la belleza del coito,
sin inmediata violencia,
pero, a final de
cuentas, apoyas
una sublimación
maravillosa.
Es tu profeta un
artista seducido por el semen.
Es un cantor virtual de
los deliquios.
En la vida, la realidad
es más dura.
El dolor se nutre más
del pene
y la vagina es más
amarga
que cuando se ultraja,
se prostituye, o se arrebata
con violencia las
virginidades.
Te
bendigo, dios Hentai, porque con tus mentiras
te transformas en
feracidad y gentileza
aunque eres crudo en la
gráfica
de los placeres
prohibidos.
3.
Festajaré, con la verga
parada,
el ángel que llegó a mi
dormitorio.
Tiene pequeñas alas de
pétalos de orquídea.
Es un ente azulino,
casi celeste, suave,
seductor, muy femenino,
pero es zoofílico
y ha identificado un
animal humano
con las patas de
insecto y con el pene más grande
que el del piojo y, sin
embargo, ella es una flor
con cuerpo de muchacha;
es un ángel
del sexo femenino y ha
comenzado
a comerse a esa figura
insectívera
que es otra hembra,
posiblemente andrógina.
Y
Ella es quien ha montado en la otra
y quiere seducirla y parece
feliz con esa orquídea
y derrama su aroma y
origina ruiditos
de flor agitada de
brisa y gozo, vibra
en sus oídos. Como
voyeur, miro cómo
se agrandan y se
achican sus orejas.
Examino cuánto salta en
su cama
y que hay metonimias
en los placeres incomprensibles.
4.
Violencia hay en todas
las especies,
pero: ¿quién eres tú?
apariencia temible de
tentáculos,
verde madeja monstruosa
que atacas a Catwoman y
la masturbas
y la cingas golosamente
con esas lenguas
de la seijin manga,
¿quién te puede salvar
cuando esa masa
tentacular se vuelva Príapo
y no quiera salir de tu
jardín romano
y te muestre su cara
del hijo feo,
pero insaciable de
Afrodita?
¿Qué harás cuando el
amor y el señor
de las florestas, venga
con sus cómplices,
brute gang-bangers,
después de fornicar
todas las niñas-gatas
de Lampsaca?
Las amarra, las dedea
con ápices verdosos,
juncos parecen,
higueras trepadoras
y terribles, pero ella
sonríe, felina de naricita chata,
y yo que creí que
temería y no.
Está revolcándose de gusto como una puta gata...
Está revolcándose de gusto como una puta gata...
¿Podrá temerle después,
no como ahora,
si la faena ha
orgasmado sus nalgas,
si humedad le baja de
la vulva al ano,
lo deseará para
siempre?
«¿Quién, quién, te
salvará
de los tentáculos,
Catwoman?»
5.
«Cuando una especie necesita un valedor o guardaespaldas, el violento cada vez es más violento desde el punto de vista genético, de tal manera que la violencia lleva a atacar todo lo que se mueve. Es un claro ejemplo de que la violencia no engendra nada más que violencia en todas las especies»: Dra. Pilar Cristóbal
Oh,
hija de Bakunyu, Carnera tetona
de Las Rocosas, más
montañosos son
tus pechos estallantes
/ «bursting breasts» /
que afloran despelotes
de testosterona
en tus amantes,
carneros urgidos, más cimera
la paciencia alevosa
con que los dejas matarse,
oh, hija de Bakunyu,
se cornean, se muerden,
se destrozan.
Quieren estar
contigo...
y todo un mundo de
agresividad se evoca
porque tu busto es
hipotálamo de guerra
y el campo de batalla,
el sistema nervioso.
El eco de tu pisada, tu
sola presencia,
grita desde una cima,
lo que quieres:
«Just wanted to be loved by someone»,
pero los carneros no
saben tu estrategia,
los violentos se matan
y tú, con la sonrisa
tranquila, viendo ya
que el pacífico se esconde
porque vas a elegirlo.
El
agresivo se mata por pegar su boca
a tus picachos, a tu
sonrisa cabrona
tan dispuesta, a irse
con el manso
y tras ver la refriega
de las bestias
y los picados de
arañas, a lo tuyo...
satisfacer los deseos
del que estuvo
quieto y en reposo.
El si no quedó cansado
ni agotado en los
combates.
Es el adecuado amante,
el vencedor
después de todo.
5.
Como
hiena moteada, tú sí eres agresiva
sobre la colcha verde
del follaje.
¿Quién duda ahora que
seas la hija de Doujinshi
si cuando estás en
celo, te aseguras que estén
los chimpancés en fila
para que todos
te satisfagan. ¡Qué
linda es la pasión y qué abundante
son las anfetaminas que
debajo de tus trenzas
y de tu alto moño, con
cintas, hacen que tu corteza cerebral
dispare abundante
dopamina! ... y los tienes con placer
y deseo esperando el
turno que asignas.
Sin protesta,
tranquilos.
A todos disparaste tus
flechas / cupidines,
a todos entregarás
orgasmos.
Salaces son los
chimpancés que acuestas
y la pasión, confirmada
en la corteza cerebral,
te premia con el pene
del chango.
Son seis o siete. No
importa.
Eres toda una hermosura
del tálamo.
Eres un hipo que no
cesa, te afanas
como heroína titánica,
espasmódica,
toda tú... cum
squirting all over
and huge tits flapping
wildly
para que el río del
amor en las selvas
de Crazy Starfire, hija Doujinshi,
fluya con el gozo
personal y colectivo.
7.
¿Por qué lo haces,
hembra del caníbal?
¿Sé acabo la carne, el
alimento, y tienes miedo
que los machos comiencen
a devorar las crías?
¿Que no vale un ruego
de indulgencia
y estás queriendo proteger
lo tuyo?
Ahora te comprendo,
Mona Guerrera.
Apacientas a los
salvajes
con espada de tu
sexualidad destrampada.
Con razón se hincha tu
trasero
como una rosa morada,
roja de tantos
culimpinares.
Defiendes a las crías.
Entretienes al enemigo
con la calculada humedad
de los derrames; por
eso es pegajoso
el camino que conduce a
donde vives...
O las crías que esconde
donde el amante no sepa.
Ay, mira lo que me dice
el Hentai
de la ferocidad de tu
maternidad sobreviviente.
Demonios
genéticos te sacan la piel a tiras
A tí que no entiendes
de pecado,
sí de instintos. A tí,
que no tienes
sentidos de culpa y no
temes castigo.
Tú sí entiendes la vida
y me conmueves
y viéndote te amo, te
amo porque no tengo
que compadecerte, sino
dejarme llevar
por tu alegría y festejar
que te derramas,
mona, ardientemente...
orque para tí no hay vida eterna
orque para tí no hay vida eterna
ni garantía de ver
crecer tu progenie.
El sexo es tu única
ventaja,
por ser placer tan
puro. Tu alegría.
Es un premio tan
sagrado.
Es un soberbio y
primitivo diccionaro
de la risa... ay, mira
lo que me dice el Hentai,
que me regocije, que te
escriba unos versos
y no te llame puta.
8.
«El ansia de sobrevivir está grabada a fuego en todos los seres vivos y genera unas leyes. En la Naturaleza, el sexo puede ser una operación de alto riesgo»: Dra. Pilar Cristóbal
¿Quién nos contará,
Hokúsai, de la morada profunda
donde el fetiche reina
y «El sueño de la esposa
del leñador»
materializa sus tentáculos
y se compensa en la
erótica?
¿Quién narrará, o nos
dará las señas
sobre esos fuegos que
graban en los genes
urgencias de la memoria
evolutiva,
procesos que se
pierden, o se callan,
o se internan
profundamente en medio del peligro?
¿Quié que nos hable de
ese inconsciente
que guarda en un cofre
de vulva o genitalia
los orígenes tántricos
del chimpacé y los bonobos,
el miedo de la hembra
que fue de muchos machos
y confundió, en
calculada organización, adrede,
la paternidad de las
crías por la creencia
del que tal plan
evitará que un macho se abstenga
de matarla, o matar a
su hijos, en ausencia
de carne, su alimento?
¿Quién nos hablará con
imágenes por guía
en torno al manga
erótico del antiguo guerrero
y la anarquía sexual
con que una especie
se da sobrevivencia?
¿Quién juzgará,
reprobándolo que el hermafrodita
sublime sus placeres, si
no tú, profeta del Hentai,
que aludes a la
metamorfosis, a lo anormal
que no se socializa,
con el código de lo pudoroso
y clama, en cambio, por
tolerancia
o no ser sujeto al
riesgo o la represalia
de la muerte?
9.
Futanari,
cuando describes a mujeres
con escrotos o fálica
genitalia entre las ninfas,
te bendigo en el nombre
del bonobo
que se comporta como
hembra
y, en nombre de la
hembra que deja
que seas tú quien les
cuides las crías,
te doy gracias.
Si el macho dominante
siquiera es quien te ataca,
entendiendo que por
hembras no compites,
tampoco yo atacaré tu
visión, defensor del bonobo.
En esta jerarquía, la
palabra hentai seiyoku
no es perversión
sexual, es la sola memoria
que nos ofrece sobre
las antiguas / presentes bestias /
todavía jugándose la
vida, la sobrevivencia,
en esos reinos donde se
es rey hoy
y mañana, vasallo, por
las guerras continuas
(donde alguno se ahorra
competir, agredir,
matar, para hilarse
tántricamente
con sus alianzas de
ayuda,
donde alguno se da la
autodefensa
sin la presión del
medio,
pero no así, todos...
... porque la selva es
dura
(y no todos son
gaviotas, ni monógamos estacionales,
y no todos, con
sexualidad activa, son quienes alivian
sus tensiones, se
relajan, o ceden la mitad
de su masa proteínica
por una parchada,
con el sexo), yo
escribo la oda a los dioses oscuros,
a los evangelistas, sin
moral, que presentan
su libro de la vida, el
sexo, y recurren
para hacerlo más grato
a ese humor cómico
(por no decir
pornográfico)
en el que el piojo
tiene un pene
cincuenta veces más
grande que el tamaño
de su cuerpo...
No sé
si reír con incredulidad o festejar
esos enomes chorros
seminales,
esa fecundia; si reir
cuando me entero
que hermosos
hipopótamos, con rostros humanos,
copulan dentro del agua
porque sus huesos
son muy frágiles para
dispararse el antojo
la posición misionera,
o lo perrito,
o treparse a una
hembra
en pataletas y con su
peso hundir la tierra
sobre la cual pensaron
verse cingando.
Oh,
qué inteligentes mensajes me dan tus muñequitas
de hipopotámica gracia,
en tangas y en falditas..
Se van al agua, como
parejas lujuriosas,
sólo asoman las cabezas
a flote,
pero en intimidad,
cuerpos en agua,
se gozan de lo lindo.
10.
Dios del Seijin manga,
dispensador del vídeo adulto,
yo sé que las medusas
viven pegadas a las rocas
y que parecen
paracaídas transparentes,
pero son seres vivos y
dentro de sus masas
están sus crías, yo sé
que pican,
que son urticantes al
intruso,
pero sólo tú me
disciernes el secreto
de todo lo baboso,
urticante, feces
de coprofilia. Es por
tí que comprendo
la lactación erótica,
las virtudes mamadoras
de la Familia Sagara...
tú haces hermosa
la urolagnia de esas
pre pubescentes lolitas
que orinan y se cagan
por el miedo
del incesto, las
punibles ataduras,
la actividad consensual
de lo kinky,
el sexo
no-institucional que alarma al ciudadano
y, sin embargo,
criminalmente, lo practican.
... pero en el Lolicon
todo es espectro.
La realidad criminal
está en la boca prohibidora
del que sustenta otros
vicios y maltrata a mujeres.
La selva dura, materializada,
la promueven
los femenicidas, el
tratante de blancas,
no tú. No tus
ilustradores.
Culpable
es quien produce, filma, recluta niñas
y adolescentes, el
chulo que regentea prostitutas.
Sí, él no sólo lucra.
Maltrata.
Y no ilumina ninguna
realidad oscura
de la vida.
*
El proceso femenino
1. Niñez
Hay mujeres con rostros
infantiles.
¡Que nunca envejecen!
Son como chavas, como
niños sin sexo,
golfiñas ariscas,
juguetonas, risueñas
con huesos ágiles y
originales ímpetu.
Y sus ojos, sus ojos
son faroles con llamas
que en la mirada
se encienden vivamente
y con los gestos florecen.
En sus rostros,
incansablemente dulces
y gentiles,
se ilumina la chispa
del espejo interior,
el ángel femenino, la
mujer encarnada.
Hay mujeres sin
malicia,
sin sucio en las
pupilas,
sin agresión que a sus
labios tuerza
con el asomo absurdo de
cualquier palabra.
De la infancia son las
caritas permanentes,
la doncellez que se
asoma, tan callada,
para el gozo de una
primavera que perdura
y así quedarse, a flote
en ella, para siempre.
¡Qué semblantes sin
años,
sin tristezas de
arrugas, sin hurañez amarga!
Tersas, limpias,
melódicas
en la piel del espíritu
como ninfas que cantan,
musas
al pie del Helicón más
cotidiano.
Y sus ojos, sus ojos
así miran, así
conquistan aún más,
así se comunican, así
descansan
cuando llega el día del
dolor,
la noche con empeño de
obstruir
al amor inmarcesible.
2. Adolescencia
Hay
amores que avanzan con paso
de nubes claras o
manantiales cristalinos.
Amores que no son
exactamente cielos,
pero entregan el alba.
Que no son agua.
Ni
exactamente nimbos, pero se elevan
como cirros a las
esferas altas
y refrescan los hondos
abismos de la carne.
Del hombre.
Son mujeres gentiles.
Eso tan sólo son:
la presencia de la
brisa que refresca
en figura de cuerpo
femenino.
Se materializan.
Semillas son de
estrellas en lo oscuro.
Se entregan como
consciencias
en calma que
descienden,
¡pero cuán altas
habitan y cuán adecuadas
son sus sombras para el
calor del mundo!
Y sus
ojos, sus ojos
son faroles y llamas en
la negrez hostil
y vive el corazón
varonil,
por su femínea luz,
encendido.
3. Adultez
Hay mujeres que son
versos vivientes:
el ritmo que camina,
descalzo,
la música que se forja
con palabras,
la bandera de la
sensibilidad que conspira
para volverse más amor
y más ternura.
La mujer se vuelve
hembra de tal modo,
moza con anhelo de mitosis
/ maithuna
y se escinde en la maña
señera
de la virtud que juega
y bendice.
La
mujer, su soledad divide en dos
por ser, de su hombre,
compañera...
y, entonces, anda con
el talle vertical
del árbol, cósmico
geotropismo,
y su vientre horizontal
se acuesta
lleno de curvas,
ninfíco de caderas,
húmedo en las raíces
y toda ella canta para
el tálamo
con el furor de las
savias / tattva uttama
que chupa de la tierra
y, en dúo de
complicidad regocijada
con el gameto, engendra
al canto
(la apertura de
Anahata, se abre a plenitud
de vida, tan digna en
vibraciones ganglionares,
efectiva desde el
timo).
y es madre de poesía
ctónica,
subterránea,
paraganglionadora, cardíaca.
y sigue en colectiva
humanidad
con sus hermanas.
4. Madurez
Hay
mujeres que son
evolución y síntesis
y, por tanto, futuro,
utopía cumplida y
realizada.
Niñas son para el niño.
Tiernas son para el
adolescente.
Adultas son para el
varón que escucha.
Sabias son para el
viejo que aprende.
Benditas son en la
muerte que clama.
Y son madres todavía para
el que,
a filo de espada,
muere,
o a para el que en pena
yace
o, en enfermedad,
padece...
y, para todos, puja la
esperanza
en su parto final
que es piedad y
consuelo.
Y sus
ojos, sus ojos
todo lo lloran, cuando
no lo comprenden,
y aún todo lo sanan
cuando es triste y
agónico
y lo olvidan y perdonan
cuando es infame,
envilecente.
Pero no aprende el
hombre necio a redimirse
y no sabe llorar cuando
ella llora y crece.
5. Desencarnamiento
Cuando
se van de la carne, son mujeres sencillas
y lo mejor del silencio.
Y las netamente
virtuosas y diáfanas mueren
después que, con hechos
inconfundibles,
todo han declarado y su
ternura
ha reconfortado en vida
a los ánimos vecinos
sin sacrificio, suyo o
ajeno. Al fin descansan.
Abraxa mística.
que no es tal, en rigor,
como no es nube ni
arroyuelo cristalino
ni paloma ni secreto
indecible...
Es la mujer real,
costilla celular de
mitocondria,
aposento idóneo, el
sábado encarnado
de una canción que hoy
es
el recuerdo que canta
y que, en la carne,
conmueve todavía...
Y sus
ojos, sus ojos
son inolvidables, tan
dulces
como el ayer más
tierno,
tan cautivantes como el
amor primaveral
que, en mayo, hace a la
flor más flor
y más ave al pajarillo
que se posa en la rama
y a la lluvia, llovizna
deseada para la tierra
seca,
vendaval de luz,
irisdicencia del ángel
que, en la zarza
ardiente del monte humano,
al árbol de amor
conecta a su alma.
6. Síntesis Cósmica
Hay mujeres que son la
eternidad:
cosecha concreta de la
heroica metáfora,
el orgullo del ser,
pulcros cuerpos que
ocupan pulcras almas,
feminidad en la piel
glorificada,
la alegría del infinito
en desnudeces suaves,
los ángeles eróticos
sin alas.
Estas habitantes de la
tierra,
nada esconden.
Son transparentes,
siendo celulares.
Son luz, aunque vivan
en lo oscuro.
Son la historia que se
corrige sin recelos,
lo más inocuo del Caer,
lo menos turbio.
Y sus
ojos, sus ojos
sonríen, desde sí,
porque son inocentes
y nada, sino luz,
guardan bajo sus párpados.
Y así miran, así
conquistan aún más,
se comunican, así
descansan
para entregar el
séptimo día
en el Shejiná del sexo
femenino.
(7.)
(La séptima sección de este poema es mi silencio. Un homenaje que mi voz no expresará, no sabe cómo. Sólo la mujer puede develar esta dicha, su Bhakti).
*
Invocación para el Día de los Enamorados
«El inconsciente humano, la zona más amplia y profunda de la psiquis, tiene todas las respuestas a cualquier posible pregunta sobre los orígenes del hombre»: Carl Gustav Jung
Todas las respuestas
quiero,
todo el almacén de tus
amores y fidelidades,
misterios que tengas
escondidos,
delicias que no haya
conocido mi conciencia,
la plenitud de tu
compañía, porque no soy feliz
y amor quiero, todo lo
que tengas que sea consuelo,
todo lo que me suma en
certidumbre,
todo el contenido de
esa alacena de tu cuerpo,
de esa vasija de luz y
tiniebla de tu alma
porque cuando vaya a
conocerte,
con el leño encendido,
sabrás que soy
un pene de fuego,
ladrón que va al Olimpo
y te roba el kerosene
de la vulva.
No me
interesa, si eres pequeña y juvenil
como una lechuguilla,
si son tus senos
grandes como melones, o
son chicos
como una guayaba, pero
sé cálida, dispersa
ese cariño sabio de tus
manos,
esa tibieza rica de tus
muslos, si navegas
en medio de mi cama...
estoy yendo por riscos
de mi pena y abriendo
grutas en mis soledades
porque yo sé que estás
en alguna parte
de este vendaval de mi
ignorancia
y mi camino andado.
No me
interesa este Día del Amor que sigas
escondida. Para eso
estoy yo.
Para buscarte. Para eso
es voy en friega
con mi pasión de
hallazgo,
mi maña de olfato y mi
esqueleto
husmeando tus rumbos,
desde dentro del pellejo
y desde afuera, donde
se dan más tumbos.
No me
importa si afeitaste tus axilas
y sexo, si tu pie es
delicado, o si ya está
encallecido por trepar
a las cúspides,
no me importa el tamaño
de tus manos
o si eres ruda con la
voz,
aunque sea sutil tu
palabra... lo que sé
es que quiero tu
presencia y eres más antigua
que los sueños, más
remota que los arquetipos
y que se te haya en la
carne, porque eres la Compañía
y el Otorgamiento, sede
de todas memorias
del género humano.
Eres
la líbido, la estructura
del amor que dejó de
ser tiniebla y alumbró
las pulsiones de la más
pequeña molécula,
oh Varona, carne del
Emet, supe que comíste
manzanas de sabiduría,
y quien está sediento
por este mal de
quererte, sólo contigo se cura
y vuelve a verte
encuerada, siseante, serpentina,
agitada por las ganas
de atrapar
dos cojones que satisfagan
tu menstruo
y soy yo, en este Día
de los Enamorados,
el pene de tu
ladronearía, el alma de tu memoria
diferenciada en mi
sexo, complemento
para tus emociones.
Yo soy el infeliz que
tú amas,
el varón perdido que se
antoja de la plenitud
de tu compañía, si es
que acaso te internaste
como Eurídice en el
infierno, pero yo tengo
el leño, el que sin tí
se apaga... es un garrote
en pena, no un
inconsciente colectivo,
no un simulacro para tu
vagina aislada.
Tu
Memoria Objetiva y Creadora
no está conmigo; te
internaste profundamente
y fuera de mi alcance,
te llevaste el carbón
y dos piedras, tus
nalgas curvas
que cautivaron mi
frote, te llevaste la suavidad
de la llama, el ámbar
de la delicia.
En
frío me dejaste
pues te llevaste el
fuego, éter del Akasha,
virtud de la zarza
ardiente de la que nace
el sonido, tu gemido
que ama, y me incita
a cogerte... No me
dejes, Eva Congrio,
culo peludo de amores,
vaginita anhelada.
No te
hurtes de mis ojos, no te ocultes tras un vestido
hilvanado con hojas de
parra. Peca delante
de mis ojos, comparte
el conocimiento
de tu manzana. Tú eres
mi nostalgia
de paraíso y estoy
solo.
En el Día del amor y
los placeres,
en la efémerides de la
invención de compañía,
Adán está solo, Evé, y
no soy feliz
y amor quiero.
12-02-2002
*
Juana: Brahamana de Chit
Te llevaremos una vírgen de Orléans.
En una pira del Hijo la pondré.
En relatividad, ella abrirá los ojos;
en luz y oscuridad alternantes,
verá su mundo, su futuro, su libertad.
Ella conoce la verdad, la gloria de su honra.
Y es bella como canto en durgapuja,
como tambor y cuerda de vina.
Transparente, sonora, desnudez juvenil
tiene Juana, de arco asida, endorfina del Señor.
Aunque vista un pantalón de cambaya
y una raída blusa de cotín, maya ha de ser.
Como sat-sanga son sus arengas de prapatti,
Como invocación a Shakti, la consorte
de Siva y el ser, como gopi entre las vacas
y el prado. Es campesina.
¡Qué bella es Juana, la brahamana de Chit,
baba anand, bienventura sea porque en su doncellez
está Dios, y el Delfín la escuchado.
*
Busca a Juana
… pues, búscala,
con más prisa que corriendo, Joseph de Maistre.
Haz que venga como pordiosera de rabo largo
y felino mimo porque soy el amador dispuesto.
Seduciré a la amada, la quiero para mí.
¡Acierta a ver su paso por el mundo, vincula
su dulce positivismo radical a mis postulados
hic et nunc, a mi etrusco-bálano imperial!
Que me quemo de celos si otro la tocara
y no yo. Que un lombardo en Londres la compre
o me la entregue, con las nalgas suaves
pero sangradas como el pain-moufflet.
Persíguela, tiéntala entre martinistas de Lyon.
Jeremy Bentham, localízala hasta en Cloud-Cuckoo.
En los entresijos del Imperio, en cavernas
de brujas repulsivas y epigardos ocultos en wookey holes.
Traéla de una oreja si resiste, no importa
que te difunda la noción de que su alma es
siempre libre y no será para mí, no importa
que te diga que la muerte escapa a potestad
que sea mía o la que es suya, o no es de Nadie.
Amar es un objeto de fascinación
y, ¿quién hay tan libre que se consuma por entero?
No. Escucha, Sir Palmerson. Yavana me dio
la autoridad: John Locke, Quesnay, Adam Smith,
Enmanuel Kant, y firmé la Gran Convocación.
Ya van a preparar la Cruz, la segunda cruz
y las túnicas blancas y el vestido de púrpura violenta
confeccionado ha sido: ya van a cumplirse decretos
que el Cíclope exaltado animó:
echad la Linga al fuego y encended
el horno, Yoni en tracia ofrenda,
a la Gran Bestia de Tamas.
*
Domador del mulo
«There is nothing beyond Me»: Bhagavad-gita, 10.8
El Maestro de los sentidos indicó:
Mi nombre es Hrsikesa, domador del mulo.
Japa / Jara / jari / kesa. AUM…Y en la lengua
de quien cantó Su Nombre, en medio de la saliva,
según testigos, lapacharon los dioses / los cátodos
y danzó Krisna, el jari-jari kesa / A(a)(u) Om…
Enseño la Mocha al necio. El mundo es zoofílico,
falso, imperfecto, como ojo que no ve
y oído que no oye y olfato que no sabe de aromas
y sabor que no discierne la sal ni se regocija en la miel.
La aceleración rotacional o lineal
sentidos son, como presión al tacto,
como calor o frío, como tensión y extensión
de cada músculo y la presión de la sangre
en venas y en arterias e inflación en los pulmones;
como temperatura de la sangre en la cabeza
y oxígeno que visita las arterias y el pH líquido
cefalorraquídeo, pero, haya sistema reticular activador
o haya trauma en la sucesión del DNA,
sólo Brahma es verdad; sólo la Moksa
libera, sólo de la Vida
Ven y canta, relincha, mulo,
hoy viste un semidios, el Supremo Jari-jari,
el dulce Ketchup de Rama el Jubiloso
y el Eterno Gozador. Ven y canta:
No vale la pena vivir por vivir,
vivir sin más allá… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om….
*
El gurú convocador
(Para cantar, si es posible, a son de conga,
con cuatro, maracas, flauta y obóe)
A vencer las miserias del mundo animal
El viejillo convocó.
Hacedme reverencia y devoción.
La plaza-mundo-esfera llena estuvo
de cerdos y crianza caballar, gansos, buitres,
antro (de 8.4 millones de especies), campo
plantas, peces, reptiles, pájaros
y antropoides también… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om….
¡Pobre de tí! Mula muda, sorda mudha
del muladar, si no te beneficiaras de mí.
Soy quien destruye la tribulación.
No te quedes en la tribu del Des(e)ar,
sin dharma, sin rama ni penacho
al que se aferra el gozo.
… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om…
Soy el Restaurador. Swami, maitreya,
sin Metralla, Divina Gracia, tan solo.
Cantor coquipelado de un verdadero Ser
… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om….
más allá del objeto cognoscible de la Maya,
más acá de la síntesis de imagen
y del objeto en-sí de lo ontológico.
No vale la pena vivir por vivir,
vivir sin más allá… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om…
3-9-1979
*
Cachondez
El movimiento del ser quiere rebeliones
y bajo las cobijas se ha vuelto
el coito más cachondo,
la presencia del sexo más caliente:
la afrodisia, la ausencia de nostalgia.
La eternización de lo inmóvil es lápida,
pero esta cama es sudor, olor a semen,
entrega, bija del hibisco,
telares estambrados vulva adentro
por lo infinito temporalizado.
Vivir y pensar se han trenzado
con el lenguaje de la orgía
y con pasos de ménades, el dolor filosofa.
Afirmar el gozo y el dolor es querer
la eternidad con revolcones, se repudia
la trunca linfa, éxtasis de promesa,
la espera que es más fría que los polos
y fraternales sermones o consejas paulinas.
El acto de volver a comenzar está desnudo
y el pene no es una idea, sino un córrele...
y las piernas, aún no cansadas, se agitan
y ese vientre abierto
y sus caderas
son la vida.
5-9-1990
*
Tu nombre
Dhyana: meditación que favorece la costumbre a la corriente divina, recobrando para el individuo su aromonía con todo el universo y su alrededor; proceso de interiorización encaminado a lograrla transmutación del ser: Sir John Woodroffe
Aprendido
tu nombre, te habré dicho gracias
por primera vez y
estaré por admitir
que te he querido a
veces, que me has quitado
los mocos, que me has
herido el rostro,
que me dueles cuando no
me recibes
tanto como me duele que
no busques
en mis propios caminos
y navas...
No
que te quiera mejor como en ollas de Egipto
ni menos que te quiera
en andanzas de rogona,
pegostes nomás de adobe
y no que no tengas
marmita para cocer el rancho
a la tropa; sí que la
tienes y por eso te olvido,
porque los celos hacen
daño y mejor no tenerlos;
pero yo no aprendo a
recordarte
todo lo bien que
mereces
ni te amo todavía lo
suficiente
para que no me duelas.
Tu
nombre se ha confundido
con muchas cosas,
agradables y diarias:
la chava con
pantorrillas en alto,
encima y abajo de
metecos
y tobillos lujuriosos
que ríen,
con boca satisfecha y
sonrisa tan amplia.
*
Amor in mundus (1)
Antes yo hablaba de amor.
Lo definía.
Lo tenía en la boca como una cuchara.
De pronto me quedé sin alimento
y la palabra amor se quedó en el caldero
con las letras refritas y trilladas.
Las sustancias vacías se secan
en diccionarios viejos.
Sobre el amor, ya no sé ni añado nada
con gesto filosófico.
Queda una sartén
de truncas referencialidades.
Pero, contrario a ayer, ya no me saben
ni una de ellas, exquisitas.
El amor se pudrió sobre una mesa
servida con sublimidades.
Se hizo duro a los labios como sería un mendrugo
que en algún ayer fue pan y ternura.
3-12-1990
*
Amor in mundus (2)
El amor es un féretro hecho de palabras
si a la mujer no se la ama sobre el trigo.
Por eso no te nombro más, Amor,
para amarla hecho una espiga
y echar a la borda teoremas
cuando la beso.
Que no se adorne ni la mínima espesura
de su cuerpo; ya boté cacerolas
llenas de tecnología;
ya me deshice del mantel de los sistemas.
Mi boca está guisando amor sin las recetas.
Mi cuerpo está mordiendo el vientre
con hito de rodillas, sabrosas y brutales.
Está brotando semen por mis poros.
Un cotidiano placer de vuelta y media
se revuelca en tu colcha,
Amor, in mundus.
3-12-1999
*
El amor existe
Precisamente, el amor existe para ésto:
para que aprendas qué hermosamente llenas las pupilas.
Que eres la hembra que se adora,
la que colmas la cama de suspiros
y de tu calidez tierna y animal
mientras sudamos, desnudos y apetentes
por vida continuada, por nuevas melodías
de creación in extensa...
El amor es un sueño biológico, divino, misterioso,
plasmado con este material de cuerpos tibios,
orgullosos, erotizados... y tú, mujer,
la mitad más bella de este sueño...
Y yo, el que te despierto
para que sufras la perspicuidad de vida
que escinde al placer original y primario
robándole un pedazo con los años,
el trozo más encantador, no sé...
pero sí debo sugerirlo a fuerzas,
el más egoísta o caprichosamente turbulento
dentro de la piel, el que será mío.
Precisamente, el amor existe para ésto:
para que alguno de los dos recoja el signo
de la responsabilidad, lo imperativo,
el tiempo existencial con sus deberes
(el pago de la casa, manutención, la educación
de los hijos, la ropa, el hospital, las deudas);
las solidaridades:
que se enfermó la vieja,
que enviudó la fulana y tiene cuitas,
despidamos al que se va, lleno de anhelos,
al que no puede más con la penuria, tiende una mano.
Dialoguemos con el que tiene arrugas
y su angustia suspira.
Saldemos la cuenta de este amor y su dicha
porque ni tú ni yo somos imponderables
y juramos no sernos mentirosos...
El amor pone entre comillas muchas cosas
y uno imagina que pausa y no es cierto;
sigue eternamente envejeciéndose
en nuestros cuerpos y en nuestras causas
hasta que muestra el refilón
del horizonte óntico
y, en medio de él, perpicuidades.
Precisamente, el amor existe para ésto:
dividir el infinito en momentos de memorias iniciales
y coherencias sociales, sucesivas, de praxis.
El amor no quiere hacerse sencillo como un beso
ni ritual como el abrazo
ni lineal como cruce de miradas
o callado asentimiento
a corta distancia del encanto.
Aún así, existe aunque no haya más
el atractivo cuerpo
ni la inicial esperanza.
Precisamente, el amor existe para ésto:
para estarse juntos, a veces tristes,
confundidos, lerdos, apagados...
para marcar el final y el comienzo
una y otra vez, para entregarse,
a pesar de que nadie sabe
si habrá un mañana de luz, después del sexo,
o una eterna noche con sabor conocido de labios,
o solidaria complicidad de cuerpos...
(Publicado en Tertulia de Mizar, Núm. 627, 24 de mayo del 2000)
*
Las prostitutas
Cuando saltas delante de mis ojos,
cuando irrumpes, ente manifiesto,
y das en las pupilas,
eres un golpe de la brisa con aroma
y mariposa y noche y me encantas.
Por lo general, evocas el perfume
con tibia forma del muslo y armazón de huesos
relajados y fluídos. Tu estómago
cubrirá mi piel como arcilla que se lava
en barranqueras, o cascada
y mariposa y noche y me encantas.
Por lo general, evocas el perfume
con tibia forma del muslo y armazón de huesos
relajados y fluídos. Tu estómago
cubrirá mi piel como arcilla que se lava
en barranqueras, o cascada
que bañara dulcemente,
bien sea que huelas a yagrumo
a mis espaldas y te pierdas como gacela,
a mis espaldas y te pierdas como gacela,
apurada por tu rumbo de malezas o escondrijos.
No me gustas por eso
porque te vas y tu encuentro es más breve
que el silencio y menos duradero que la aurora.
... pero me gustas, zorra,
porque conservas la astucia de vulpeja
y husmeas la madriguera de la calle
en la ciudad mundana y en la plaza
del cuidado circunspecto, te temporas.
Te surtes con vestidos de lujo y de marrana, si te place.
Te engalanas, asqueada o cómplice, del orgasmo ajeno.
Te obsequias provocante y provocada.
Azuzas con lockeano sensualismo, te enciendes
como un motor de sexo, talonera.
¿Pero dónde, mujer, serás tú más amada?
*
Vienen por tí y sufro
Te juro que no te quise conocer,
quise decir, que no te quiero despreciar
seas lo que eres: desvergonzada
seas lo que eres: desvergonzada
estrella del deseo,
la pública deidad entre mariscos.
Vienen por ti los otros.
¡Tú sí tienes azúcar, de verdad,la tienes!
Tiviri-tiviri, panchanguera, pompi loca,
festejo social, cantas lujuria.
Eres el mejor trofeo, la noche, la hembra,
y por dólares te adquieren otros hombres.
¡Menos yo! Se te paga, pero... ¿te vendes?
No todas las veces, no todas.
Y de tu boca rota, sapos, ¡zape, zopilotes!
... cómo echas tu rollo y me gustas
brava e insolente, ¿lo sabes? en ocasiones.
Desde lo más hondo del ser y tu mar,
bajo tu nalgatorio, en tí y dentro,
hallé una niña, triste y violentada,
¡llena de máscaras!que busca amor
y aún no lo halla, pero te quiero...
la pública deidad entre mariscos.
Vienen por ti los otros.
¡Tú sí tienes azúcar, de verdad,la tienes!
Tiviri-tiviri, panchanguera, pompi loca,
festejo social, cantas lujuria.
Eres el mejor trofeo, la noche, la hembra,
y por dólares te adquieren otros hombres.
¡Menos yo! Se te paga, pero... ¿te vendes?
No todas las veces, no todas.
Y de tu boca rota, sapos, ¡zape, zopilotes!
... cómo echas tu rollo y me gustas
brava e insolente, ¿lo sabes? en ocasiones.
Desde lo más hondo del ser y tu mar,
bajo tu nalgatorio, en tí y dentro,
hallé una niña, triste y violentada,
¡llena de máscaras!que busca amor
y aún no lo halla, pero te quiero...
*
Rocío, la de enormes aretes
A Rocío M., en su cumpleaños # 23
Camina a alcanzarme.
Quiéreme; regocíjate.
Sumérjete en este manjar
maquillado, de gestos.
Que la pequeña, nuestra hija,
sea tu casa
y gózate en sus paredes.
Sus muros son piel tan delicada;
pero te dará gritos y sonrisas.
Las empalizadas mías
no has de tenerlas siempre.
Acógete a tus propios aretes.
Cuida tus huesos.
Han sido vulvas colgantes, tus joyas
(es que eres artefacto delicioso).
Tu compañía, para mí,
han sido trampas tendidas
y gózate en sus paredes.
Sus muros son piel tan delicada;
pero te dará gritos y sonrisas.
Las empalizadas mías
no has de tenerlas siempre.
Acógete a tus propios aretes.
Cuida tus huesos.
Han sido vulvas colgantes, tus joyas
(es que eres artefacto delicioso).
Tu compañía, para mí,
han sido trampas tendidas
para que
comience
a reir contigo ante el mundo,
ir a donde tú te escondes, verte
donde yo menos te quiero; pero...
donde te hallas como quisieras verte...
Me embromaste, amor,
porque metí mi cabeza a tu asador.
a reir contigo ante el mundo,
ir a donde tú te escondes, verte
donde yo menos te quiero; pero...
donde te hallas como quisieras verte...
Me embromaste, amor,
porque metí mi cabeza a tu asador.
*
Viaja mi carne a tí
Viajé a los botihondos de tus rutas,
en remos de tus brazos
sobre fluídos de tu caldo más sabroso.
Quise vivir de nuevo, como si fueses la raíz
que más se ama, que más busca destino.
(Cocinabas tus deliquios en los los míos).
¡Ay, chiquita, si ya me place lo que ví
si te quise por lo que ví, eras mis ojos;
si me hubieses dicho:
no me busques, poeta,
habría jurado que la poesía eres,
no lo incierto.
Por el deseo más visual y más mediato,
¡ay, ya me tuviste y me hallaste!
Sin ellas, sin tí, no hay tamboras
ni sirenas ni simulacros
ni lamento de acordeones
ni música norteña;
sin tí, sin ella,
no se hará glande la chiquita,
ni se inflarán las uvas fronterizas.
Al salvaje más absurdo,
lo pescas por sus ojos.
Fundaste pues la presencia de mi sexo.
Fundaste los varones de la tierra.
que más se ama, que más busca destino.
(Cocinabas tus deliquios en los los míos).
¡Ay, chiquita, si ya me place lo que ví
si te quise por lo que ví, eras mis ojos;
si me hubieses dicho:
no me busques, poeta,
habría jurado que la poesía eres,
no lo incierto.
Por el deseo más visual y más mediato,
¡ay, ya me tuviste y me hallaste!
Sin ellas, sin tí, no hay tamboras
ni sirenas ni simulacros
ni lamento de acordeones
ni música norteña;
sin tí, sin ella,
no se hará glande la chiquita,
ni se inflarán las uvas fronterizas.
Al salvaje más absurdo,
lo pescas por sus ojos.
Fundaste pues la presencia de mi sexo.
Fundaste los varones de la tierra.
2.
En las pantallas de neón, ah y en los moteles,
no se colman los mediocres gustos y melindres,
miedos o altiveces de la Raza.
Tienes que existir,
trapeadora de propinas del banquete,
barre-energía, aplasta puercos, saltacolcha.
Y, sin tí, se pronuncia en huelga
la hormiga, con sus celos: la culpa.
(Yo no tuve temores como ésos,
tardo soy para ver diablos azules, Rocío).
Pero a marisco me supo el hambre y el querer
y la primera noche con tu causa
en mis dedos, en aras de alimento,
cosechada en la osadía de palpar
tus desnudeces, imitándoles.
no se colman los mediocres gustos y melindres,
miedos o altiveces de la Raza.
Tienes que existir,
trapeadora de propinas del banquete,
barre-energía, aplasta puercos, saltacolcha.
Y, sin tí, se pronuncia en huelga
la hormiga, con sus celos: la culpa.
(Yo no tuve temores como ésos,
tardo soy para ver diablos azules, Rocío).
Pero a marisco me supo el hambre y el querer
y la primera noche con tu causa
en mis dedos, en aras de alimento,
cosechada en la osadía de palpar
tus desnudeces, imitándoles.
3.
Sin meseras, intramundanas,
se escribe con minúsculas.
Hay que gritarles en cuita:
¡seres a la mano!
Agasajadas a pupilas,
ellas nos llevan a los astros.
Un sabor que ella guisa no lo sazona nadie.
Son la mejor matemática, la cifra.
Y no existe el cero ni el uso de las tildes
ni la palabra sexo,
nada con plenitud ardiente
de bocado carnívoro.
Sin ellas, el ansia llega tarde.
Se teoriza en bruto sin probarlas,
sin pasarlas del plato a la cuchara,
del paladar a la boca, del espacio al alma.
No digas que eres poeta ni romántico,
me dijeron, si no te llevas esta noche
a una de ellas, noche de rocío,
ninfa vulgar y cotidiana
que bailará contigo
y se llenará con tu sueño,
de tus soledades y tu cama
y de tus gratas propinas
y de tu gesto
y tu olvido.
3-12-1997
*
se escribe con minúsculas.
Hay que gritarles en cuita:
¡seres a la mano!
Agasajadas a pupilas,
ellas nos llevan a los astros.
Un sabor que ella guisa no lo sazona nadie.
Son la mejor matemática, la cifra.
Y no existe el cero ni el uso de las tildes
ni la palabra sexo,
nada con plenitud ardiente
de bocado carnívoro.
Sin ellas, el ansia llega tarde.
Se teoriza en bruto sin probarlas,
sin pasarlas del plato a la cuchara,
del paladar a la boca, del espacio al alma.
No digas que eres poeta ni romántico,
me dijeron, si no te llevas esta noche
a una de ellas, noche de rocío,
ninfa vulgar y cotidiana
que bailará contigo
y se llenará con tu sueño,
de tus soledades y tu cama
y de tus gratas propinas
y de tu gesto
y tu olvido.
3-12-1997
*
Querernos de todos los modos
Tú y yo debemos querernos
de todos los modos posibles,
como amigos,
como amigos,
como hermanos,
como amantes,
como amantes,
como desconocidos.
Que sepa ella que eres querida
y no está sola; yo puedo ser su padre
y hacer que
ella nos ame por parejos.
Pero sin tí (y la niña que me llama)
no hay lágrimas ni ojos tapatíos
ni mi visita para hacerte
Pero sin tí (y la niña que me llama)
no hay lágrimas ni ojos tapatíos
ni mi visita para hacerte
la grata sombra.
No hay ceniceros
para mi cigarro
ni uñas pintadas ni colorete rosa
ni rojos labios
ni cautivantes nalgas, las tuyas,
ni insuantes pasos,
así caminas.
Nadie dice que hay leguis de moda
ni grandes aretes ni enormes relojes.
Ni sostén de boutique
ni pantaleta a media pompis.
Sin ella, sin tí... ni mariachis ni canción
ni corazón bajo mil llaves
ni camioneta gris
ni placer sobreviente.
ni uñas pintadas ni colorete rosa
ni rojos labios
ni cautivantes nalgas, las tuyas,
ni insuantes pasos,
así caminas.
Nadie dice que hay leguis de moda
ni grandes aretes ni enormes relojes.
Ni sostén de boutique
ni pantaleta a media pompis.
Sin ella, sin tí... ni mariachis ni canción
ni corazón bajo mil llaves
ni camioneta gris
ni placer sobreviente.
*
Mi hija y tú
Tu cuerpo es claro.
A pesar de tus máscaras, me siento amado,
y mi piel se despoja de chamarras.
y mi piel se despoja de chamarras.
Por tí me desnudo y bajo mi corazón a tus bragas
y te miro como una bestia de la tierra
a la que he dado crío y te amo, en la niña,
más que lo que yo mismo me amo.
Me has servido y has jugado
con mi alma, con mi piel exterior,
con mi curiosidad elemental y pupilaria.
Soy un animalillo que degradas.
Puede que sea difícil,
no para mí; lo digo fácilmente,
-te amo aunque no me entiendas,
me gustas vino tras vino,
cerveza tras cerveza,
y bebo de tu sabihondez rancia,
tu vulgar inocencia y ambición destrampada.
Estás llena de mundo, de sexo,
de hermosura, de obvias formas
con juventud, gracia y coquetería.
Serás la luna abierta, desde hoy,
en mis días tristes, rutinarios,
despersonalizados y oscuros...
¡te surtes en carne para estos días!
y he aprendido de tí,
gozo y sufro con tu mundo,
lleno de secretos y de otros hombres!
*
Homenaje a Hebe
Aquí pueden llegar los sedientos
de ideales, los cansados, los hambrientos
(de cambios y direcciones), aquellos en fuga
de jolgorios, tedio y oprobio, desalentados
por tanta recholata, incómoda, vulgar y envilecente.
¡Navegantes con hambre de futuro,
conocedores de la oscura noche del alma,
compulsivos outsiders, realengos
pese a la afinidad social y compasión al grupo,
aquí es la cita.
¡Vengan!
¡Se servirá del néctar de la Diksha!
Aquí se beberá la amrita gratis,
por gusto de transición contínua.
Hebe se inventó la resbalada.
Se ideó los túneles raquídeos.
Tropezó con el chasco
y repartió el deleite
de las copas sagradas.
Esta es la tala.
Aquí llueve el ritmo sobre la calle mojada.
Se lubricó un pedazo de cultura.
Se está en riesgo de recibirla en kundalini.
Anus en mole, átomos del aceite más puro
en la superficie del quiero y no puedo!
¡Caer de nalgas, levantarse y despedirse,
ab irato! Se denuncia, empero,
la incomprendida hebefrenia,
demencia precoz de cada pubertario:
¡la chiquilla está emputada
con tantas rascazones y martirios en vano!
2.
Comecandelas, anarquistas, ilusos,
inmaduros, quijotes, chalaos
de todo cromo: ¡vengan a tiempo!
Los todavía insatisfechos con las cortesías,
incrédulos, no convencionales, los que ladran
hasta morder del rabo remilgos y ortodoxias,
¡aquí es la cita!
Vengan por su nuevo sentido de individualidad.
Si están introspectivos por la luna nueva
y se les llama apopléjicos, turulatos, heboides,
zopencos, vitocos, idiotas, pendangos,
¡enteráos! Hebe se inventó
la rapada de coco,
el desgreñe,
la piojera,
el cartel provocador,
la iconoclasia.
Ella quemó el sostén
y tiró las pantaletas a los perros
y las águilas y los voyeristas.
¡Y le vale, le vale, le vale
tres cochos y diez remiendos!
porque ya vive sin mea culpa,
sin complejo, sin bochorno.
El susto ya pasó.
¡No cayó en balde!
José Clará y Ayats
(que es mi amigo en el mármol)
gritó: Juventa Vive y yo, con él, pigmalionaba.
José Llimona resolvió el Desconsuelo
al mirar la carita de tan modélica nymphette.
Creo que los tres la amamos cuando cayó
tan larga es y cuán cortamente fue vestida
entre las santas mugres del comportamiento.
En fin, que nos gozamos
las vasijas hechas trizas y a Hebe que brinca,
que patalea, que despotrica
y, por cuya causa, fluyó líquido
de eterna juventud a nuestros pies,
lavándonos con su tibia jalea de vulva
y agua celestial de luna llena.
¡Mentira que seamos enteomaníacos,
partida de vulgares voyeristas, yo y los cheos,
taumaturgos en la pedofilia del cincel!
Fueron devas que nos dieron
de la Gñana inaccesible,
un momento tan solo,
un instante,
y salimos del microcosmos,
dualístico y externo,
es decir, del agüite de estos días
sin mínima poesía
hacia la puerta de escape del samadhi,
donde Leda y el cisne
nos agarraron la polla.
Otros la culparon: ¡pobre Hebe!
¡Qué anárquica, qué torpe, qué imprudente,
qué excéntrica, qué impúdica, qué pelos!
Las copas son divinas, se quejaron,
El vino es ambrosía, mil años añejada,
gota a gota (¿y ellos qué saben?)
Pero nosotros, por devas devorados,
la quisimos más, la descubrimos,
la deseamos; la sentimos
en los lícuos arrecifes de las perlas
y en todas las tormentas de los polos,
así y tan punky, tan guácalamente impredecible
y taruga y adorable y la gloria hecha pendejera
por tanto musgo y limo pegajoso y barranqueras
de su cuerpecillo de hidríade,
supimos de su trotar de potrilla mañera
y de sus ganas de joder por amarnos.
3.
No lo sé, no me importa, ¿qué más da?
Se inventó el acomodo reológico del prâna
en nuestras copas... ¡es lo que vale!
¿Por qué con su salto sin pértiga hacia el alma?
Rara avis in terris, entre castas de rajputas,
así lo consumó, sin marometas
de tambores siderales ni torbellinos
de peroratas necias.
Fue el acto simple y súbito
por llevar las bragas en agaches del tobillo:
y, ¡qué obra maestra! cuando a címbalos
hizo un revoltillo con mi aliento y se inventó
the dishonest exposure.
Y los coros de ranas, pargos y guachinangos
(«comediantes» del Agora, como Nietzsche les llamara)
vieron su ombligo y dijeron:
«¡Qué asco!» y los prosudos sin raquis
se hicieron bolas a la vista del cóccix,
a la revelación de su magno coñazo.
Así es la turbulencia natural
de 50 billones de básicos instintos.
Los pobrecitos de hipotálamo,
santiguándose entre ellos, pidieron:
«¡Que sea sustituida de inmediato,
cubrid su endija, tapad su nalgatorio!»
Y los rebaños de la sadhana a Ganímides
ofrecieron el trabajo y él fue por las copas
de cualquier bebedizo, trago amargo...
mientras Zeus hizo vitatrones con el ego,
because the show must go on!
Entonces, La Ballena se llenó de gurudevas
y la flor de loto se destrozó sobre las lozas
y, siendo todos, amantes de utensilios
y mundarros cautelosos y códigos de moral
y gestos previsores, a Hebe la vistieron de hopalanda
y los pobres faquires le obsequiaron taparrabos
y las mojigatas ofrecieron sus velos
y alguna veterana comenzó una plegaria
en tiempo extra y fue cuando dijimos:
¡Nos cagaron!
Dizque su hermano, argumentó:
«Ven a la trincha; ayúdame o aléjate»
y verbalizó del shrutis su odio a la pudenda.
Fue que vimos el ojo más caliente de la hornilla
y adivinaron la katutsha en medio de las cejas
y fue que los vellos horizontes púbicos de Hebe
parecían avionetas y volaron como arañas al tejado
y por su tamal se reveló su doble torta
y el hazteallá se quejó: ¡Qué extravagancia!
ya que su clítoris fue tamaño escarabajo
(¡qué carnoso hesperidio para chupar en privado
y sus nalgas, dos joyas, duplicado deseo al chintamani
(¡qué hermosura! ... házme el favor, yo me la llevo)
y los richis se purgaron el nabo
como obreros del pulmón llenos de cuitas
y se vinieron cuando apenas se habían ido
y los chelas, bebechelas tan chalados,
sustituyeron la amrita por chicoria
y esa noche salieron vomitados
por acusar a la flor inmarchitable
cuando Hebe los puso parejitos,
inventándose, en fin,
que la corrieran.
4.
Así, tan desmadrosa, fue su Diksha
(y la nuestra). Quiso irse sola.
Salir por el ojo invisible de la esquina.
Verse renunciada de estos puercos de kama
para quienes la noche de La Ballena fue chasco.
Mas, digo yo, Hebe fue
lo mejor de miles de ocasiones:
relámpago en la matriz del mundo.
Se quitó el mandil y quedó en cueros
y lanzó la copa del Olimpo sobre el hombro
y cayó redondita como jarro de OM
que flota con su gracia y se arrenja entre olas
como loto en el cieno o la nenúfar
sobre colcha de espuma.
¡Qué agasajo lunar, qué wahine!
Hebe cruzó hasta la salida de los baños
porque su padre la aplastó como a una mariposa
y dijo, voz de trueno:
¡No sirves para nada, niña!
5.
Esta es la senda renovada de Hebe.
Sígala el que oye el sonido primario que ella invoca,
el que guste que sus pies sean refrescados
por la espontánea viña del ritmo de la lira.
Aquí es la cita y vengan todos,
excepto el hazteallá,
el bufón de precauciones saturninas,
el déspota, el sabihondo infalible
con cerebro de bula y privilegios de Papa...
(Basta que existan en los jolgorios del artha),
aquí que no vengan, ni consigo traigan
a los gananciosos, satisfechos de quemón,
ni a los veristas académicos, asalariados sin AUM,
ni a los remendones de posibilidades al azar
ni a los puritanos, cantores de puranas.
Que vengan mejor los de sucios pies
porque aquí, donde Hebe está,
el supernéctar es agua
y canción de torrentes,
revolcón de olas,
rock del salpiqueo, estrofa de lluvia fría,
derrame continuo, bautismo,
estanque y ánfora de versos,
sangre de profecía y vida,
ritmazo de meada, disparo de semen.
Lo mejor del caldo, la saliva,
el sudor, la adrenalina
lloverá sobre el cuerpo y desde el cuerpo
y el manantial será mano y pies
en pos de las doncellas
y la ninfa irá en pos del varón
que ama y comprende.
Aquí se riega ella, Juventud,
y con ella la regamos.
Las ninfas chapotean
y Venus trae el pomo hecho trizas.
Juventa se rebela contra renacuajos y guabinas;
pero algunos, sumergidos en gozo por su causa
y, por susto de su regazón,
en su lugar, llenos de pelos y vibra,
aplaudiremos.
Cortaremos su paso.
Con ella y por ella, larguémos al tubo,
a la cloaca,
al desmadre, a donde quiera
que se ubique su carajo.
Ella sí que es ambrosía
para los que escuchamos la lira de Apolo
y el canto de los manantiales.
¡Con ella, somos como ella!
jóvenes, desafiantes, enérgicos, impredecibles,
orgullosos, candidatos a otros oficios, lugares y ciencias,
donde el amor echa pelos y se cuelga de la estrella,
y danzamos así con las musas y las Horas
y vamos a las islas encantadas
en aras de las hembras de los mares
y salimos de La Ballena
¡despedidos!
pero llenos de porvenir y dignidad.
1-9-1993
*
Lo que yo adoro en tí
Life was written into de cosmic code:physicist Heinz Pagels
Siva
/ Universo, andrógino, niño y anciano citado
por metáforas antiguas,
más allá de forma y descripción,
si por algo te conozco
es la vida...
Siva / Nataraja,
temporal y trascendente,
si por algo te adoro es
por tu lengua azul
que chupa-tóxicos, que
recicla mundos.
Por
ser silencio y tambor, por estar en tí
quietamente absoluto, y
estar en tus amantes,
en Parvati, en Durga,
en la manifestación
oxitonizadora del amor
y la consciencia.
Lo
que yo adoro en tí es que estés calibrado
para dar la existencia
de la causa, el diseño del Todo.
Me inventaste,
partecilla viviente, en el principio
que te auto-organiza,
Tu mente me poseyó en el ser
y me tomaste en cuenta.
«Yo existo», me amó y
mi energía no se coaguló
en galaxias, me
arrastre contigo al deseo
y soy parte de tus
Gigantes Paradojas:
el diseño inteligente
de todo lo que existe,
el caos que se rescata
cuando tu voz
resuena en cósmicos
vacíos.
*
Celebración auténtica
En los días de fiesta, cuando me festejes,
no cubras una estatua de mujer o varón alguno,
Conejo de Pascua, o Caballo faludo,
con ricas vestiduras, no las adornes con collares,
brazaletes y anillos, ni las pongas sobre lechos suntuosos
y, al avanzar la mañana, la saques en procesión.
No. A lo que tenga vida, míralo entre las miles
de cosas, materia muerta o viviente
y aplícales el don que te dí, a las orillas
de mi divinidad. Dame tu corazón desnudo.
Detéctalo todo desde la cisura sagital profunda
en la interhemisférica y longitudinal cerebralidad
y festeja al dividirse en hemisferios, uno a tu diestra
y otro a tu siniestra el pliegue de la duramadre
y las arterias de mis ríos, porque en lo más hondo
de la orilla o la cisura, estará mi Templo,
el único que admito,
el único en que todo es santo
como mi presencia.
Allí todo lo quiero desnudo.como mi presencia.
*
Templo / Pituitarico
Soy el verdadero cuerpo calloso
y mi túnica son de fibras nerviosas blancas
y en esa orilla soy el que transfiero la memoria
de mi canto, mi Torá en la vida,
mis mantras, mis gemidos de orgasmo,
mis salmos, Tantrika.
Si no me miras allí, si no me buscas
como te digo, por blasfemia tengo tus procesiones.
De nada vale que cubras en los días de fiesta
una estatua de mujer o varón alguno,
Conejo de Pascua, o Caballo faludo,
idolones con ricas vestiduras, collares,
brazaletes y anillos, por más suntuosos
hayan sido sus nichos
antes de avanzar la mañana.
05-04-2000
*
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