Te lo dije, como símbolo, Carlos. Doña Ana Catana es la sabiduría del búho. La soledad de la noche en los predios de la ley de la selva; fantasmagoría del México todavía bárbaro que se perpetúara con conspiradores callistas, pero ya vista con los ojos de una hechicera de corazones, como la señora Marchiel.
Era una niña encantadora, pese a sí... a su dolor. En aquel tiempo, hechizó a la pareja nacional. Cárdenas del Río se había casado con doña Amalia; pero, un día visitaron a Morelia y la vieron. Ella no podía quedar desapercibida. Entre aquellos primeros niños de Morelia, españoles que llegaron a México durante y, sobre todo, al terminar la guerra civil, Ana / Catita / parecía la más inquieta. La diabla. Ella fue una de las pocas niñas del embarque... Un barco cargado de exiliados llegó a Veracruz el 13 de junio de 1939. Ella fue una... Con los años, otros buques arribarían, como el Ipanema, Mexique, Nyasa y Champlain, y se cerca de 24,000 españoles se instalaron a lo largo y ancho de México. Lázaro Cárdenas les dio asilo. Ese Cárdenas al que la niña Ana Catana aprendió a llamar «Tata»... aunque fue muy claro, al ver a la Primera Dama, doña Amalia, que el hechizo no fue igual. Fue que, con cierta indiscresión o exceso de espontaneidad, le dijo a Amalia: —¡Si usted ama a las monjas y apoya a los cristeros, usted enemiga mía y de mis padres.
—¿Y?— Si no hubiera alargado ese «y», con tono interrogativo, si la Primera Dama no la hubiese juzgado con tal afirmación: —¡Dios, cómo te ha llenado de odio la guerra en tu país, siendo tan niña!, a lo mejor, Catita habría entendido.
—No se me ha llenado de odio, sino de amor...—.
El General se quedó mirándola con curiosidad para no olvidarla nunca. Amalia se quedó con la impresión de que una granujilla se había declarado su enemiga. ¿Quién le dijo que apoyaba a cristeros o se educó con monjas?
Oye, Carlos, sabía que éso iba a suceder. A mi querida Minerva no le gusta dar explicaciones del por qué su madre parece prepotente, dura, cuando en el fondo es toda corazón. No es que haya que aprenderse a citarla. Lo que importa es que se haya vivido junto a ella... Minerva la protege como una encarnación misma de la guerra, en la dialéctica de todos los d1as. Es mejor que antes que hablar sobre su familia el que venga se haga conocer. Tenga paciencia, cautela y espere. La supuesta antipatía de Ana Catana es más embeleco de envidiosos que verdad.
No tiene que ver con que su único hijo sea un esquizoide fronterizo. O la fama de jotito. Ella, así como Minerva, no tienen problemas con asumir eso. En su lugar, Minerva proteje la memoria de Ana Catana, sobre todo, porque la cree sagrada, lo mismo que cuando se cierra para no hablar de la sexualidad...
Acá, en el D.F., sucede que la gente se ha vuelto más chismosa e incompasiva que en la misma provincia, de donde ambas provienen. En la provincia y hablamos de Morelia, dos décadas atrás, es la envidia del pobre la que juzgara casi siempre y, por tanto, no perdona sus errores al que sube. Aquí doy el ejemplo de tres mujeres a las que se les guarda resentimiento. Ana Catana, Minerva, Caterina, y fue que subieron como la espuma... una en los negocios, una en las ciencias, otra en el showbiz.
Acá... no, yo no sé qué pasa acá, que somos tan violentos y, si Minerva es firme, como su madre, le ponen taras. Acá lo que se dice es: «Tres mujeres con huevos y un puto, con huevera». De las tres, es a Minerva a quien conozco mejor porque yo le ofrecí terapia clínica profesional. Le conozco su patología, sus potenciales y, ¿sabes? Ella hace honor a su nombre. Es una mujer que nació con destino de poder. Es una «Athene noctua» / Steinkauz der Minerva. Nació para tener alas y estar en lo alto, y ser llamada vírgen. dueña de sí misma, Atrine, la indomable, Escenias, la vigorosa, la recursiva Hippia... al parecer, Ana es y fue, en rigor, Doña Ana Catana. No viene su fortuna de golpe y porrazo como en el caso de los nuevos ricos. Lo eran y serlo después de la Guerra Civil y el embarco del Sinaia fue una ironía con las que el Destino posterga los milagros, porque es una familia buena. Es gente decente, Carlos, a las que la porquería y los buitres han querido manchar y no han podido.
Pero, Carlos, ya estás enterado lo que pasó a Minerva y lo que, un poco más y le rompe las alas a su alma. Los cuicos la violaron. Fue en 1968. ¡Pobre mujer! ... y qué bueno que eso se haya superado. Te encargo sutileza y bondad con ella, ah...
Se había acercado a la casa, a los incipientes negocios de Ana Catana, tras recibir una herencia millonaria, ese hombre que investigas: Porfirio Voisin. El dijo: a estas provincianas me las meto en el saco; supuso que no saben de mundo y que sólo son presuntuosas. Y está solas... La realidad habló cuando, sin esperarlo, a Ana Catana la reclamó Cataluña y se descubrió que viene de gente antiguamente poderosa de los Pirineos.
Mire usted a ese mercenario de Voisin, jactándose de que será él quien a las Marchiel-Possé las haría mexicanas a las buena, o por la mala. Aseguró que ya no significaban nada para España. Buscó corillo entre los suyos para que ellas metan de su cosecha y compitan a las nacadas. «Que pierdas el acento, mujer, para que te quiera el pueblo, y no seas fresa».
Gente coetánea a Minerva decía que los españoles eran una bola de incendiarios, comunistas, ateos, anarquistas, creadores del Virreinato... En Michoacán y luego en el Distrito Federal, fueron los herderos políticos de Cárdenas quienes dijeron a madre e hija, Ana Catana y Minerva, que se largaran de la provincia, vendieran todo, lo que tendrían en Michoacán... Vieron cómo la plebeyada de beatas, indígenas y cambujas, por razón de ser gente fina de España, no les trataban bien... ¿Qué va a gustar que venga a sus tierras una mujer letrada y hermosa? (Acá, entre nosotros, mediocre espiritualmente, incrédula de los milagros y la verdad).
Voisin fue el primero en abrir los ojos. Mujeres así son lucro: minas e hizo su esfuerzo por vender a la madre, cuasi cuarentona, a Díaz Ordaz como quien vende a La Tigresa. Sólo que esta puta es mujer fina... Hacerle espacios en la capital fue una promesa nomás, según dijo. Terminarán en Europa, a donde por derecho pertenece. Pero cuatro ojos ven más que dos y seis más que cuatro. Y la propia hija de Voisin con Doña Ana, le dijo: «Mamá, el vicioso de mi padre que no quiere más que tu dinero, no se divorciará jamás para llamarte su esposa».
Oye, Carlos, y las tres y el puto, lo mandaron a chingar a su madre.
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