REVERTIR LA VEJEZ / VIDA DE GUSANOS: 500 ANOS / ¿Cómo llegar a los 150 años? /GRATITUD / DEL ARROJAMIENTO / DEL ARBOL DE INNANA / VER / REVERTIR LA VEJEZ / VIDA DE GUSANOS: 500 ANOS / ¿Cómo llegar a los 150 años?/ LANOVIA SOSPECHADA / Ella / isla / Amada / TIERRA MIA / ESTE VINO QUE BEBO A GUSTO / ELLA SALTA LA CUICA / TANTRALIA / Discurso de la Rana / COMO UN COQUI DULCE Y AMARGO / DISCURSO DE ALBIZU EN LARES / UNAS MUJERES ESPECIALES A SU PASO / De TETH/ EL HOMBRE MUTILADO GRATITUD / DEL ARROJAMIENTO / DEL ARBOL DE INANNA / DE CARLOS A SU TOCAYO CARLOS BAUDELAIRE
TENGO UNA QUEJA, PESE A MI SUELO...
Si yo tuviera comunicaciones
con las duras raíces ancestrales,
si mis antepasados retorcidos
me retuvieran firmes desde el suelo...
Manuel Altolaguirre (español, 1906-1960)
A veces me quejo de mí, por no ser duro
como mi hermano gigante, el Olmo,
por no tener los ojos tan graves y filosos
para que teman las tinieblas,
pero, ¡qué va! aún tengo el suelo,
o el fango de la arcilla, y es mucho decir,
tengo ni suelo y los brazos extendidos,
mi prole, mis textos vegetales,
mis aves de utopía esperanzada,
mis sustentabilidasdes posibles
y el deseo de ser hermano tuyo,
la vocación de olmo,
«esa de lenta libertad» que conquistas
con tus hojitas tenues y pequeñas
como lágrimas que resbalan
por el rostro; pero, con todo, nada hay triste
ni muerto en tí. Todavía te invoco.
A menudo soy yo que vivo sin disculpa,
herido por la prisa de mis días
mientras eres tú quien disfrutas
«esa libertad lenta y tranquila»
que en mi caso me apura, me estremeces,,
y entonces, sí, te digo que me quejo de mí,
tan engañado, suelto, golpeado
y cautivo, ensombrecido.
04-6-1989 / CARLOS LOPEZ DZUR
TENGO UNA QUEJA, PESE A MI SUELO...
Si yo tuviera comunicaciones
con las duras raíces ancestrales,
si mis antepasados retorcidos
me retuvieran firmes desde el suelo...
Manuel Altolaguirre (español, 1906-1960)
A veces me quejo de mí, por no ser duro
como mi hermano gigante, el Olmo,
por no tener los ojos tan graves y filosos
para que teman las tinieblas,
pero, ¡qué va! aún tengo el suelo,
o el fango de la arcilla, y es mucho decir,
tengo ni suelo y los brazos extendidos,
mi prole, mis textos vegetales,
mis aves de utopía esperanzada,
mis sustentabilidasdes posibles
y el deseo de ser hermano tuyo,
la vocación de olmo,
«esa de lenta libertad» que conquistas
con tus hojitas tenues y pequeñas
como lágrimas que resbalan
por el rostro; pero, con todo, nada hay triste
ni muerto en tí. Todavía te invoco.
A menudo soy yo que vivo sin disculpa,
herido por la prisa de mis días
mientras eres tú quien disfrutas
«esa libertad lenta y tranquila»
que en mi caso me apura, me estremeces,,
y entonces, sí, te digo que me quejo de mí,
tan engañado, suelto, golpeado
y cautivo, ensombrecido.
04-6-1989 / CARLOS LOPEZ DZUR
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