Del Ojo Samekh que verifica y apuntala
traigo mensaje; del Ojo de Ayín el que ata
con cadenas flojas y con garrote escondido
da recompensa o castigo, mi palabra se ha llenado
porque sus torres de arcilla son, así sus tronos,
sus instituciones, sus patrias.
Arcilla eres, hombre.
Arcilla tus Torres y tus prisiones.
Arcilla los vasos que llamé Kelim
con la promesa de hacerlos de Oro
y de Luz.
Jai amará a los vivientes
porque él es viviente y a los arrepentidos
los restaura a la Vida y sólo la vida
es dinámica de su Luz. En la pluralidad manifestada,
Jai los tiene con el secreto del Poder del Ser
y dos son las criaturas que él ve,
las que tienen el Opuesto en sí
y lo armonizan; las que olvidan el Opuesto
y viven sin raíz, sin deseo de recibir
la luz. Con agua se ablanda el corazón
de la arcilla; con fuego se endurece.
Con agua de la Jarra, se ablanda
y se endulza la arcilla en el Pozo profundo
y el Corazón dice: Tengo sed,
sed de luz, sed de Vav hajibur.
Con fuego se atiza el barro
para que sea una Espada ígnea,
voluntad y verdad, solidez,
consolidación, la Vasija de Kelim.
Profecía de futuro es mi palabra
que meditó en Teshuvá el cambio postrero.
No conoce la arcilla pasado feliz,
pero el Vaso es el futuro y el presente
su fragua. Destetados de la arcilla
serán los que amen el presente de Teshuvá.
Destetados serán los arrepentidos
que hoy comen el polvo en la oscuridad
y transitan el desierto con sed de agua
y de luz; destetados los que pasan por fuego
de prueba como Job y aún dicen
desde la cutre lepra del dolor,
«Aquí estoy», presto para el oro espiritual,
presto para ser verificado, apuntalado,
rediseñado en raíz.
Buenas nuevas traigo del Ojo de Samekh.
Buenas nuevas de Jai, el Viviente,
que observa, teja abajo, el presente
de Teshuvá.
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Indice: El libro de la amistad / Mandatos para los alfareros de Tiqquim Tareas de quienes gira la rueda del destino / Profecía de los pueblos hostiles / Bendición de los hijos de Abram
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