a FannyElla es la que sigue indicaciones.
La oyente es y de oídas aprendió
que soy rigor en la tierra de Geburah
y que el alma que de veras es libre
ama mi ciencia y mi arte.
Con las obras del fuego es que confiesa
sus amores e intima en mi lecho;
con la fuerza del amor me persuade
y me vence porque más poderosa
que la violencia es un beso
y el corazón que siente que hay sutiles refugios
que sólo la oyente anhelante ve y,
sin que dude dice que hay experiencias provechosas,
amores verdaderos, pese a que advierto y lo admite:
Este querer no es fácil porque yo soy la Ley
y quien mi voz escuchó tendrá que verme
y entender lo que viene.
Entonces, aseguro que el infortunio pronto se va.
Cuando el Ser es mutuamente deseado, no existe
el mal augurio, deja de existir el No.
§ § §
Misterios de lingam-yoni
¡Cómo lucha en tí, tensionada tu alma,
la cuerda de mi enlazamiento, cómo la vibro yo,
el enamorado, ungido de tus sedes, apto
para tus humedades y gemidos nutricios!
¡Como lucha el Amor y el Deseo antes
de orgasmar el equilibrio y el descanso
en este interno despertar de los gozosos!
§ § §
Donde me armas
Es en la tierra que llamaste Netzach
donde batallo y la contrariedad se asoma
y en mi mejilla un enemigo pega
para ver si la dulzura permanece
en mi cara; es en Netzach
donde la voluntad vale tanto
como la afilada espada de Zain.
En la cotidiana lucha, el deshonor
me busca, asaltándome si estoy desprevenido;
pero mi báculo no me abandona en las noches,
ni en los días de penunbra,
me apoyo en él para que venza el empeño
que repara, el Tikkun que bendice.
Pero es aquí, en la tierra que llamaste Netzach,
donde me hicíste guerrero y el premio
funde el intelecto y la intuición
y soy unitariamente trascendido.
§ § §
El supremo dolor
Si no aprendo a sufrir, ni entiendo
ni me plazco en esta soledad ermitañera,
indigno soy de Jesod y de subir
al Monte donde se visualiza
la Tierra Prometida y su abundancia.
De la miseria de hoy no quiero más porción
que la que toma sabiamente el prudente;
que sea alegría tu irrupción, Serpiente
de mis bendiciones, Teth, que me das
espada flamígera, dragón ardiente
en las zarzas; Oh, voz de supremo dolor,
házme luz porque en los riscos de la contigencia
desfallezco, pese a la razón, oh voz
de supremo dolor, voz de asociación idónea
y kairós oportuno, házme intuitivo
para aproximar mi andada
hacia lo que ha de ser.
De Teth mi serpiente /
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