Wednesday, April 07, 2010

Nueve días que cambiaron el mundo

a Juan Pablo II

«When John Paul II kissed the ground at the Warsaw airport on June 2, 1979, he began the process by which Communism in Poland-and ultimately everywhere else in Europe-would come to an end»: John Lewis Gaddis, en: The Cold War: A New History
Hermano, a cinco años de tu muerte,
los halcones te llaman «figura consecuente del siglo».
Suman al adjetivo Santo Padre, emisario divino;
hablan sobre tu peregrinaje
como nueve días que cambiaron el mundo
(¿recuerdas aquel viaje en junio de 1979?)
sin duda, viaje simbólico a Polonia, Juan Pablo.
Viaje significativo, especial y personal, para tí.

Con él, los halcones decretan una «revolución de consciencia»
y alegan que transformaste a Polonia y reconfiguraste
con tu ejemplo el paisaje político y espiritual
de la Europa Comunista; pero eso no es cierto.

Ahora te acreditan como quien ha derrotado
el comunismo. A Walesa ni lo mencionan
porque es un obrero, fue temerario y revolucionario
y no era un hombre de derechas, era lo que debe
ser un polaco, un obrero de Europa.

No son los halcones lo que cosecharán el mérito
de cuanto ha ocurrido, en Polonia, en Checoslovaquia,
en todo el viejo Bloque Comunista. Prefieren
que sea el Papa; todo lo sucio tiene que ser bendito
y respirar santidades; lo escondido y sucio
huele mal y hay que contrarrestar esos hervores
utilizando el sello de tu símbolo y tu apellido.

Hermano, si bien me asquea que te utilicen estas derechas
de explotación, sin moral y sin misericordia,
ahora que estás muerto, te agradezco que hayas ido
a Polonia. El pueblo quería verte y se lanzó a las calles
(habría querido abrazarte como uno de ellos)
y testificar tu investidura; dos tercios de los polacos
se quedaron en sus casas, pero escuchaban
la radio o miraban en la tele tu presencia.

2.

We must also recognize that America's popularity and influence have fallen in many of our countries as well. Public opinions polls, including the German Marshall Fund's own Transatlantic Trends survey, show that our region has not been immune to the wave of criticism and anti-Americanism that has swept Europe in recent years and which led to a collapse in sympathy and support for the United States during the Bush years. Some leaders in the region have paid a political price for their support of the unpopular war in Iraq: An Open Letter to the Obama Administration, Lech Walesa, exPresidente de la República de Polonia

A dieciseis meses de irse, se ablandaron corazones
de la burocracia y el movimiento de Walesa
creció en méritos; tú no te habrías apropiado
de señalar que Polonia tuvo una dictadura represora
y anti-obrera. En los puertos de Gdansk,
tras la huelga ilegal de 1970, cadáveres de 30 obreros
lo habían dicho, la voz ronca de Lech lo dijo primero
y en combate desigual, entre muchos y él, organizaban
resistencia, el cambio que te adjudican;
entre polacos, se apoyaba a estudiantes,
se protestaban aumentos en precios
en el sector alimentario.

Se produjeron esos hechos por no otras cosas que el deber.
Tú no descubríste el hilo negro; tus nueve días
en Varsovia, o donde quiera pisaste, no cambian la historia.
Eso de nueve días de milagros del Papa son embelecos
de biógrafos e inteligencias parasitarias y mezquinas.
Si vamos a hablar de consciencias dirigentes en Polonia
recuerda, subraya, no menosprecies
la de aquel electricista, nacido en Popowo,
esposo de Danuta, padre de muchos hijos.
El sí era el organizador.

Tú, Juan Pablo siempre tuvíte el culo
puesto en oraciones, en misas y protocolos,
no sabrías estar en estas batallas duras
de las calles y los puertos.
No tienes una idea de cómo Lech fue perseguido,
arrestado muchas veces y sacó valor y se fue en riesgo
al clandestinaje como organizador;
no se trata de un saqueador, delincuente,
terrorista, colocador de bombas, vendido a halcones.
Sus comités de defensa de obreros no son células
de sicarios, esbirros de derecha. Son vecinos
y obreros, que organizan sindicatos libres
en las costas polacas
Wolne Zwiazki Zawodowe Wybrzeza
y estos grupos se ganaron oficialmente el reconocimiento.
Afiliaron diez millones de trabajadores.

Entonces, que no venga nadie a decir
que el mundo cambió con nueve días de tu milagro.
Cambia tu iglesia primero, Juan Pablo.
Hay mucho ladrón y pedófilo dentro y no te dejes
usar con esa prédica de un «Dios como único soberano del mundo;
Roma, como símbolo de la divinidad del Estado».
El milagro es el pueblo que desafía al Estado
cuando el Estado no funciona para el pueblo.
El milagro es Lech Walesa y la praxis cotidiana,
en sacrificio, en condena, mas valiente,
de la solidaridad. Y él es ruido, sin retóricas suficientes
para gobernar esa patria, sin creerse enemigos
como en antaño, pero es honesto y eso tú no se lo enseñaste
(eso es inherente; y en Roma, pocas veces
es posible ser honesto; Roma es, sobre todo, un Estado
y los pueblos buenos pueden vivir sin él,
o no necesitan que ni Roma ni el Stalin autorice
un pemiso de buen comportamiento o de decencia humana).

3.

«During the Nine Days of June 1979, John Paul II gave back to his people their history, their culture, and their identity. In doing so, he gave Poles spiritual tools of resistance that Communism could not match»: George Weigel, biográfo de Juan Pablo II

Nada que ver con los nueve días de tu gira
que Polonia cambie, nada con que tú te aparezcas,
para elecciones libres, para el trabajo político
necesario e indispensable.

Juan Pablo, que te impregnes de pueblo y del amor que da
Polonia, me gusta, lo aplaudo; pero no reclames que traes
lo que ellos no han perdido. Son ellos los que dan el ejemplo.
Son solidarios, aman su historia, su identidad, su cultura.
Y estaban escuchando a Walesa
y él, simple electricista, que no sabe latín
ni teología, sobre algo sabe: coordinar esperanzas,
legalizar lo prohibido, expresar Solidarnosc
y trabajar con obreros.

¿Qué diablos trajíste tú en nueve días que sea
más trascendente que la vida de obreros que Walesa
para beneficio de multitudes
instruyó que sean recordados como héroes?
Obreros mártires del 1970. ¿Qué necesita de tu presencia
un pueblo que estuvo organIzándose, con solidaridad,
pese a leyes marciales, a prohibiciones,
a dictados de ilegitimidad, quién podría enseñar
de la noche a la mañana, que «la solidaridad
no se puede dividir ni destruir, cuando es real y existe»,
como alma del pueblo?

Vas como quien dice: Venga esta ocasión y me paseo.
Total, Polonia es mi tierra de origen y al gobierno comunista
le conviene que vaya; pero así no es la idea.
Tú sabes más que eso. Tú sabes quiénes son
los halcones y cómo trabajan y urden
lo que ocurra en el mundo.
Diez años después, cuando ya te fuíste,
entérate que él estuvo en lucha y fue él con el grupo
lo que formaron el primer gobierno-no-comunista
en Europa del Este y fue antes de la Caída del Muro de Berlín
y fue antes que le ofrecieran un millón de dólares
para que se afeitera el mostacho con una Gillette
(y él era honesto y dijo que no, se lo afeitará por razones
personales y no para que lo tiente una forma de capitalizar
con la política); lo tientan los miembros del Sejm,
lo llaman autoritario, vendido a la policía secreta,
con campañas negativas le dicen el vulgar, el terco,
déspota, le echan lodo del mudslingin del propio Mississippi
pero su lugar él lo sabe, SLD,
la Alianza Democrática de Izquierda,
justo al lado de Tadeusz Mazowiecki,
el primer Primer minister — no comunista
en cuatro décadas; pero, mira los halcones.

Ahora que has muerto retuercen tus palabras.
Están esperanzados en vender milagros de nueve días.
Motivar peregrinajes que sólo conducen a fortalecer
el bloque de los nuevos halcones,
intolerantes, fascistas, mentirosos,
tomando a Dios y los valores cristianos
como punta de lanza, aunque son opresores infames,
vestidos de corderos,
pero siempre en explotación y guerra.

19-O3-1990 / El libro de anarquistas
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Indice: Teth / Ella me quiere pertenecer /Sequoyah 57 / Ella en la tierra de Geburah

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