pajarraco, y cómo engendras
la hipérbola con magnitud dinámica!
La acción de tu amor, así descrita.
¡Cómo giras, me gusta,
con un punto de contacto en mí,
insinuándote a la cochambre de mi calle!
Tú, colocado arriba, esfera;
yo, de tronco, angulado,
sección de tus puños cerrados
cuando abro mis manos de vegetal, sediento;
tú, arriba, paraboloide;
yo abajo, vasija de cucho,
receptiva al estiércol sublime
de tus rotaciones;
tú, en la Constante de Plank,
enojado por el valor mínimo
de las secciones que intersecas;
pero aún feroz, echando madres
de bariogénica energía por los bofes,
metido hasta las trencas en orgasmo.
Yo, en curva para esquivar la pena
de que te irás hacia los mismos confines
por donde llegaste.
Te esperan otros cuerpos celestes.
Tú, en chifla porque existe la elipse;
yo, cundango, porque existe la espora
y el virus, la bacteria, líquenes
de bragas azules y verdosas,
y un mar que nos separa
y un cielo arrebolado de piedras
que golpean las espaldas
de mi mundo; en fin, mi geografía
que no te pertenece.
9-15-1990
De Tantralia / Primera parte: Devoción / Prajnaparamita / Etica
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