Friday, May 28, 2010

Gustavo el maestro / frag. 10


10. Las sociedades calientes y la ilusión expansiva

En su casa, él abrió una ventana que sólo permitía ver una verja pintada del color de roble, con trenzados de metal. Al menos, abierta la ventana hay brisa ventilda hacia el interior y se hace agradable preparar sus planes, corregir pruebas y leer los Jounals entregados por sus estudiantes. Inspira una sonrisa suya algunos experimentos poéticos que encuentra. Para muchos, el estudio del español es una experiencia de ritmo y rima. La sonoridad musical del lenguaje los seduce. Se han formado en el inglés; son hablantes, hispánicos de segundas y terceras generaciones, así como adolescentes anglosajones, quienes se topan con el aprendizaje del español como un requisito más para graduarse.

Este es el idioma que han decidido descubnr. Tienen la opción de aprender francés, o alemán; pero eligen lo que parece un idioma creciente, más fácil de entrar en contacto con él y la cultura que se le asocia. En el Sur de California, el español se ha convertido en vivamente indispensable y los niños que saben sonreir, al aprender, y no son hablantes nativos del idioma, hallan que con el español se canta, se dibujan rimas y ritmos con sus tiempos verbales, que el pasado suele ser agudo y el presente llano y que los sonidos estrújulos son más difíciciles y retadores que los gerundios; pero, al final, más fascinantes. Se construyen musicales trabalenguas. El ritmo esdrújulo de las articulaciones más que un desafío de comprensióm de la gramática es un arte.

Gustavo ha mermorizado los rostro de algunos de los «raperos» en el salón de clases. Juegan con sonidos del español; hilvanan rimas sobre asuntos de su vida cotidiana. Aprueba, con placer, algunas chistosas construcciones. No son niños, con fines de ir a la universidad; no son prospectivos colegiales, alumnos de honor; pero, saben apreciar algo del español que aprenden. Festejan, con sus composiciones, la musicalidad y el arte a que el idioma se presta. Son ellos quienes dicen que los idiomas orientales, por monosilábicos, son monótonos por igual; otros, requieren un esfuerzo de pronunciación muy grande, hablan así, con choteo mimético, del alemán y el ruso.

De momento, se acordó de La Shakira, uno de los alumnos. «Gay» declarado, al que sólo se le reprende cuando olvida el código de vestimenta de la clase. Debe vestir como varón, no como hembra, cuando asista a la clase. Lo de «loca», o sus muchas alharacas, ya nadie se lo quitará. Cuando se despluma, es histriónico; lo fue el antiayer, cuando se preparaban y se asignan los journals. Lo fue ayer, con su defensa de la musicalidad inherente a los poemas, en cuanto piezas de lenguaje. La Shakira defendió algo que está presente y sugerido en el acento, en la voz, en el grito o gemir de la gente semita, sean árabes de Siria o del Líbano. «No sé cómo llamar a eso; tiene que ver con la sangre que corre por las venas. Está en Skakira, la colombiana; está, en todas las cantantes, o bailarinas de flamenco; a mí me gusta y no sé lo que es».

En cierto modo ya inquieto, entregado al quehacer rememorante por sus niños, Gustavo buscó la carta otra vez. La metió en el fajo, de tres o cinco hojas del «Journal» de su alumna «Niña de Guatemala». La ha motejado así, en honor a José Martí, al considerar un poema que éste dedicara a María García Granado en fecha de 1891. Le ha enseñado los versos que la aluden:

Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...

Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

La Niña De Guatemala, «María», le había explicado Gustavo a su alumna, fue hija de Miguel García Granados, Presidente de Guatemala en 1871. Para 1891, uno de los jóvenes e intelectuales que llegó a visitar la casa de este expresidente fue José Martí. «María debió querer mucho al poeta», comentó la estudiante, y Gustavo añadió. «Y José a ella. En el poema, recuerda el beso de despedida. Le besó la frente; pero dice; 'era su frente, -¡la frente / que más he amado en mi vida!' .. Cuando él se va, ella decide ahogarse, el suicidio».

La Niña de Guatemala que Gustavo ha conocido, nacida en la región de El Quiché, dibujó una despedida en una tarjeta. Es una carta cariñosa para Gustavo poque se regresó, con urgencia a su pueblo centroamericano. Alguien querido ha muerto en su familia. Parece que ella dijo que uno de sus tíios fue asesinado. La noticia flotó por la escuela; pero, no hubo tiempo de saber más. Dejó de ir, hasta que un día trajo la tarjeta, donde pintara a un hombre guatemalteco, con su vestidura típica.

Como en su Journal, la única entrada que presentó, esta tarjeta indicia a una estudiante sobresaliente. Caligrafía esmerada, ortografía aprendida, buena acentuación y para escribir como ella lo hace, con ideas organizadas y cada vez más precisas en la exposición, desarrollo y conclusión, dispuso de interés y dedicación. Sólo así se comprende que su «Journal», sea uno de sus favoritos. Se lo iba a devolver; pero no regresó por él y ha decido conservarlo como un recuerdo, junto a la tarjeta de despedida. La habría besado en la frente, como Martí hizo con su propia niña de Guatemala.

Después que informa en pocas líneas, que el muñequito que dibujara representa a un guatemalteco, a que le puso el nombre de «Gustavo con traje típico y sombrero» menciona que lo ha vestido con su pantalón básico de lana, con el estilo de cuatro tiras. Ha incluído por accesorios: banda, saco, ponchitos y rodilleras. La camisa es descrita, con sus puños y cuello, bordado con un adorno popular, en acorde al pueblo de procedencia.

La Niña de Guatemala de su clase, a quien le habría gustado que se quedara en su clase, verla descollar, semestre tras semestre, presenciar el día que se graduara, ha sido la mejor que ha tenido. A su mente en formación, tan juvenil, ha reconocido como la más creadora. Fue su mejor alumna en casi un decenio. Otros maestros tienen el privilegio de tratar con los porcentajes de alumnos sin la presiones de estatus, como sucede en Mater Dei H. S., la prepa de la élite en la Ciudad de «Uncle Billy», la jacaranda y los sicómoros. Estudiantes ricos de privvy que, distinto a la Niña de Guatemala, la nacida en El Quiché e inmigrada a Santa Ana, han tenido que defender el rayito de luz que les sonríe. Quisieran quitarle hasta el lengua, donde mamaron las primeras palabras. Sea en español o en inglés, han querido quitarle hasta los héroes y modelos a seguir.

Cuando tuvo la oportunidad para decir qué siente, la alumna del Journal juntó la información, la organizó y elaboró conclusivamente. «Mi preocupación y enojo es que le quieran quitar el Premio Nóbel de la Paz a Rigoberta Menchú. Sus enemigos la hacen pasar como una mentirosa, que no se merecía el premio».

Le impresionaría de su escrito el tema y el nivel políticamente conscientivo que la alumna tuvo a los 17 años de edad. Gustavo opina que, idealmente, un@ adolescente que salga a los 18 años de la prepa, requiere su formación cívica básica. Debe tener el mínimo de responsabilidad social, siendo que, por ley, cumple la edad para elegir con su voto a funcionarios públicos. No es cosa de sonreir si se observa la imbecilidad como norma. Los mismos ciudadanos adultos se perpetúan políticamemente inaptos. Gustavo podría salir a la calle y preguntar a la gente: ¿sabe alguno quién es Rigoberta Menchú? ¿Saben de la Guerra Civil guatemalteca que 1960–1996, diezmó a ese pueblo?

Por eso, hay tantos guatemaltecos en este sur californiano... Pocos sabrán sobre lo que pregunto; porque, en una nación con los progresos en las comunicaciones como ésta, a más comunicación más sordera intelectual, más miopía ante el conocimiento, más aislamiento y confusión. «A la gente, una vez que se viene para acá, el país que dejó no les importa; unos, porque quieren enterrar el pasado. Esa es gente caliente y gente que calienta, que deja enojos en el país del que salió».

La niña de El Quiché escribe que los «hombres calientes» o todo lo convierten en ruido, o todo en eco. Lejanos ecos que disuelven el mensaje hasta la nada. Gustavo está impresionado con la idea que ella desarrolla y la terminología tan nueva e insospechada. En «hombres / grupos / sociedades / calientes», parece que mete a toda persona, no importa edad ni sexo, etnia o estatus social, que contribuya a la calma y la armonía. En este grupo de los «calientes», incluye a los que hicieron que sus padres dejaran su país. Menciona esta época en Guatemala tal como oyó a sus padres referirla, la época de «fusiles y frijoles». El gobierno de Ríos Montt formó patrullas de autodefensa civil, a la que llamaban PAC. En teoría las PAC debían ser voluntarias; pero no lo eran y, en el Norte, donde había más gente caliente, sea de la gente caliente en las guerrillas o la gente caliente en el gobierno, se reclutaba a la fuerza. Se quiso polarizar, militarizar y extender fusiles por todo el país. Difícilmente, llegaban los frijoles. La prioridad fue dar armas y tener un compromiso, demandado por el gobierno, de que como familia se está dispuesta a matar comunistas y guerrilleros. Tener un fusil del gobierno, de la PAC, y unas garantías de que sólo lo usarán contra comunistas, en defensa de la democracia.

El padre de la niña de Guatemala era frío. Siempre dijo: «No hay que matar a nadie; sólo dedicarse al trabajo. No me tienen que dar frijoles; yo cultivo los míos y me los como en paz, junto mi familia en mi casa; yo ni creo en guerrillas ni me meto con nadie». Con esta filosofía ha vivido, la familia de la alumna. Ha confesado en el Journal que hizo para Gustavo, que cuando ella cumplió casi 4 años, su padre tuvo que emigrar. Las tropas de los calientes, los predicadores de «fusiles y frijoles», legaron a su casa a exigirle que tomara el fusil.

Entonces, él dijo que no necesitaba el fusil. A los calientes se le metió en el entrecejo aquel «No». Tarde o temprano, es el declaración de represalia. Se firma la pena de muerte. En 1984, con miles de sacrificios, la niña de Guatemala y su familia se establecieron en la Ciudad Más Pobre del Condado Már Rico. No les dio tiempo a vender nada. Inmigraban para huir, sin deber nada, sólo que no dijeron: «Sí. Queremos fusiles y frijoles de la PAC». Por fortuna, no fue mucho, materialmente dicho lo que la familia dejara en Guatemala. No eran terratenientes ni siqueira medianos propietarios. Gente fría, de paz. Ha sido triste porque ellos amaban sus campos, su país y a vecinos que se hicieron amados porque son «gentes que armoniza, gentes de los fríos». Los fríos han nacido en medio de las barbaries y, aún así, no matan a nadie. No participan, no polarizan. Dialogan, es cierto, y dicen que no a las armas; pero no quieren sumar a la destrucción, como Ríos Montt que en su breve presidencia, con el embeleco de la PAC, condujo el período más violento del conflicto de 36 años que desangró Guatemala.

«Una pregunta en la escuela, entre los vecinos, si alguien sabe sobre lo que ha pasado en Guatemala desde que me fui y ninguno informa nada, o quiere decir cómo van las cosas allá. Cuando alguien como Rigoberta Menchú, quien es de mi misma región de El Quiché, pero indígena de Laj Chimel, opina e informa, la tratan de callar, o la desmienten, o la llaman mentirosa».

A la postre, el mundo entero sabe que casi 200,000 civiles murieron y que, en su mayoría, fueron indígenas desarmados. Los mataban porque son presuntos guerrilleros izquierdistas y las armas de esos Escuadrones de la Muerte las dio el gobierno. Y, junto con fuerzas militares y paramilitares, cometieron una masacre tras otra, desapariciones forzadas y torturaron a gente fría, no combatiente, ni guerrilleros, sino gente que no tiene otra ambición que la paz. «Que los dejen tranquilos». Que los militares del gobierno se lleven su programa de PAC a otro lado y sus religiones. Al parecer, para quien dice que Ríos Montt es el jefe de los grupos «calientes» y sus «generales», ejecutores de violencia, la Iglesia y el evangelismo es parte de esa corrupción que viene de Ronald Reagan. Cuando el general Ríos Montt tomó el poder de Gatemala, a través de un golpe de estado contra Romeo Lucas, se recalentó la calentura con la «Iglesia de la Palabra», una secta de evangélicos. «Gente caliente de los evangélicos». Y esta cosas que sucedían, al año de que ella naciera, la intrigan. A uno o dos años de llegar a los EE.UU., a su padre le regalaron el libro Me llamo Rigoberta Menchú y así nació mi conciencia. Para escribir este Journal, ha tenido que oír que su padre que lo ha releído muchas veces y lo tiene como una Biblia, como un eco de la consciencia.. La manera, como su padre, ha trabajado para que la niña de Guatemala conserve el español, al tiempo que aprende inglés en la escuela, es leyéndole a la indita maya K'iche, que es Rigoberta. Quiere que su hija sea perfectamente bilingüe. «Cuando hable el español, que lo hable bien», la aconseja y un día, le ha dicho, espera que ella escriba un relato como el libro que le vino leyendo, escrito en 1983.

«Ese año de 1983, antes de leer el libro, dijo mi padre que lloraba mucho; porque él nunca conoció a su país libre, o en paz, y se iba a morir sin verlo. Tenía que salir, con su esposa y su primera hija, y si llegaran a tener suerte, vendrían vivos y sanos a los EE.UU... 'Empezaré este Journal con la misma frase con que Rigoberta se presenta en una biografía. Me llamo Rigoberta Menchú y así comenzó mi conciencia'. Cambiaré su nombre por el mío; pero diré las mismas cosas; porque las que ella dice son las mismas que dice mi padre, aunque él no es un indio k'iche-maya. Estoy seguro que él no miente. Quiero hablar sobre cómo es la gente fría, que es la que me gusta, y quiero hablar sobre la gente caliente, que son las que encienden las guerras y se gozan en el sufrimiento del prójimo mientras dicen que llegan al poder por la voluntad de Dios».

Esto alegó Ríos Montt, el dictador, apoyado por la administración de Ronald Reagan de los Estados Unidos. ¡Qué educación tan diferente, desde su hogar, le dio su padre a la hija, comparada con la que recibiera Rosie! Al padre de mi alumna guatemalteca, lo llaman a decirle que en Guatemala la gente caliente sigue matando a sus familiares; a Rosie se le anuncia un premio «Educational Excellence Award» por un Concilio que premia el liderazgo de las Juntas Educativas en California. Sin embargo, de niña, Rosie debió criarse de forma muy diferente a la niña de mi clase. Y su padre debió ser uno muy diferente al que la alumna evoca en el Journal.

La educadora Rosie habla sobre sus estudios como alumna de honor en la prepa y en el colegio. Se graduó de Biola University, dizque Cum Laude, en Ciencias Sociales y con una subespecialidad en Historia Latinoamericana. Presume una Maestría en Liderazgo Organizativo y que ha creado una Comisión sobre la Juventud en el Condado de la Naranja. El padre de mi alumna la conoce. Le dijo en 1992: «Usted, que es guatemalteca y sabe cuánto ha sufrido nuestros país, ahora que ha sido galadronado con el Premio Nobel de la Paz y nos llena de orgullo, por su trabajo a favor de la justicia y los derechos humanos, hagamos que informalmete nos hable. Ayúdenos a traerla a esta ciudad; démole un homenaje, una carta que la felicite y anime. Grupos guatemaltecos de Los Angeles están haciendo lo mismo».

Y el No vino rotundo, con visos acusadores. Ella fue designada por el Presidente George W. Bush, Jr. a la Comisión de Casa Blanca que decide quién es adulto o joven meritorio y que hispánico debe ser tema, o conferencista que se invite a jkuntas escolares, foros comunitarios, reuniones con miembros de Gabinete, a niveles locales o regionales. Le presumió su poder a aquel padre campesino de El Quiché... Dijo que ha crecido. Cuida la imagen y con quién se vincula. Está bajo la lupa examinadora del grupo Asesor del Congreso RENEW y del Comité Central del Republican Party, «y usted comprenderá que 'I am a very vocal opponent of Communism; I learned that Mrs. Menchú is a leftist proxy. My father's cousin had his tongue cut off and was shot at the firing squad by the Communists». Pues, ¿a quiénes servían su padre y su primo? porque Guatemala, desde el '60 estuvo en guerra civil y al mando de tiranos... «I mean, I cannot help on this issue».

El no fue rotundo. Y el padre dijo: «Bueno, por lo visto, usted también caliente. Dejó allá la gresca encendida y se fue a expander sus horizontes». Mrs. Rosie pidió que él no tenga una mala impresión. No precisamente es que ella simpatizaría con Ríos Montt, «uno que anuló la Constitución de 1965», disolvió el Congreso, suspendió los partidos políticos y anuló la ley electoral. Admite que fue un dictador; «but, see... I' am a real-new born American Guatemalean. I came from that hell when I was a six-year old girl». El no fue tan rotundo que dolió cuando dijo: «Yo no tengo nada en común con Rigoberta Menchú»; y el padre de la niña, según consta en el Journal, le dijo: «Pues, yo sí. Lamento haberle quitado su tiempo. Creí que usted era de Guatemala; pero usted es del Limbo, señora».

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1. Preámbulo / 2. El Estado Dorado y Exitoso/ 3. ¿Cuál es «El divino tesoro»? / 4. La cazapremios que vive entre ratas / 5. La llaman Meteorito o La Gorda / 6. «Usted es un progresivista, no un trascendentalista» / 7. Dos papas podridas / 8. El certificado de defunción / 9. Un demonio vestido de santito / / Ver / 13. «Soy de donde mejor me convenga» / TEXTO / 23. Cuando no había princesas, sino hijas de puta / 24. La amistad y la política en el plantel escolar / 25. Amigo es el que aprende a oír / 26. Vivencias del padre del alumno laosiano

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