Monday, May 10, 2010

Para hablar sobre libertad con Gabi

a Gabrielita
«¿Cuándo vamos a ser libres?», preguntó
mi hija (y ¿libre de qué o ante quiénes?)
Ella entra a un silencio y habla y no concreta
sus generalizaciones.
Entonces, igualmente contesto:
«Rotundamente libres, no seremos nunca;
relativamente, cuando no te falte
alimento o salud o ropa que te proteja del frío,
cuando hagas lo que realmente te gusta y dignifica
tu tiempo y veas que ninguno te obstruye,
cuando sepas hasta qué punto tolerar
las sutiles esclavitudes
y tengas la opción de entender
cuán profundamente benéfico es ser libre,
o saber que no lo eres del todo».


Pero libre, libre lo que se dice libre
no hay nadie; porque unos somos más esclavos,
tristes, destructivos, que otros y da tristeza
porque no lo merecen y, al verlos, oprimidos
les decimos imbéciles, criminales, malnacidos
y tal vez no lo son al grado que dicen y de que lo sean,
si la acusacón se validara, somos en parte culpables».

2.

Libres, lo que se dice libre, ninguno,
porque el dolor nunca se irá del todo
y cuando se envejece, la vejez se tornando
en cadenas, te va robando bríos,
y sujetando a sutil yugo.
Te impide que realices muchas cosas
aunque todavía quieras hacerlas.

Uno se echa al lado con tristeza y eso no es
ser libre, aunque sea necesario.
Un día se muere alguien que no quieres
que se muera y eso te dice que no tienes
el poder de evitarlo... cuando uno no es dios,
uno no es libre... Díme si quieres ser una diosa,
o si ya lo eres, y yo digo:
«Mi hijita es libre».

3.

Puede que la libertad sea una oculta parte
del presente potencial; pero el presente ahora
se llama necesidad por todos lados,
desigualdad estructural de todos los privilegios,
engaños idolatrados en la boca de tontos;
pero déjame hablarte sobre la parte buena
de esa esperanza que se llama ser libre.

Cuando la quieras en tí para ser al menos
profetisa de la Libertad, no te unas jamás
al que no cree en ella y vitorea a opresores
y aprende a distinguirlos. Los autores de esclavitud
ya no son tan fáciles de vislumbrar como en antaño.
Ahora discursan como redentores
y su frase favorita es «Sé libre»,
SER LIBRE, pero siguen construyendo
las falsas dependencias, las falsas intituciones...
sí, libre eres ante ellos para joderte
cuando no tengas mansedumbre.

4.

Uno se admite paradógicamente libre
para esclavizarse; las emociones son muchas veces
grilletes, oprobiosos y desconfiables grilletes
y hay que ponerles ritmo porque si no te matan.

Libre para que compres y consumas
cuando no eres tú quien estás en abundancia,
entonces libre para endeudarte
y pagar por lo que no necesitas,
libre dice el mall y los supermercados,
libre proclama la propaganda
y no eres libres para decir lo que realmente
ni sientes ni crees ni quieres.
Libres somos, en conjunto, para ser
capturados, confundidos, traídos y llevados
por las cosas, los manipuladores, las ilusiones
de menor cuantía, las inautenticidades.
La libertad puede ser un disfraz.
una hiena vestida de cordero.
Un embuste decorado con credibilidad
del ansia ingenua de confiarle.

5.

Pero, si has de comenzar a meditar el ser
de la libertad, así como yo lo voy absorbiendo
como un heideggeriano, el punto de partida
que sea ser agradecido.

Da gracias porque hay un Claror en el monte
y que en el fondo de las más apretadas tinieblas
se filtra una luz, hay una brasa encendida,
hay llama oscura en lo denso.
Hay abertura, señal, rumbo, lo alternativo,
dialéctica entre opuestos o polaridades.
Ten fe en eso: la sntesis libera.


06-12-2001 / Las zonas del carácter

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