Sunday, October 03, 2010

Ataques a propietarios Flor Lugo, Agustín Sagardía y Victorino Bernal


En Hato Arriba, el hacendado cafetalero Agustín M. Quintero Font Feliú (1868-1901) armó su propia contrapartida, ganándose el mote de «pie de la espada blanca». La espada blanca fue el símbolo de la burguesía españolista. Los guerrilleros campesinos de Hato Arriba para cumplir con las amenazas hechas contra Font Feliú, Victorino Bernal y Antonio Pavía, reclutaron vecinos de los barrios Cidral, Calabazas y Altosano.

Siendo María R. Marciana Font, hermana de Cheo Font y prometida de Cecilio Echeandía Vélez, Teniente Segundo del Quinto Batallón de Voluntarios, éste unió sus peones en la defensa de la propiedad de su futuro cuñado. Cecilio construía en cedro y aceitillo la casa, donde viviría con su prometida y ésta no fue quemada.

En el informe ante las autoridades judiciales, él identificó como atacantese incendiarios a Juan Mejías, Juan Vélez Mayo, Ramón López, tabaquero de La Corcovada, Fillo y Rafael López, Ricardo y Francisco Ríos, Pedro Valentín y Fermín Montalvo Valentín, Agustín Vélez y Narciso Tortilla.

Por razones de su juventud y las prerrogativas patrilineales, Echeandía Vélez debía ser el heredero principal de su familia y futuro terrateniente más importante del pueblo. Su padre, Pedro Antonio Echeandía Medina, tenía unafinca que cubría no menos de cuatro barrios: Magos, Guatemala, Robles y Bahomamey, con extensión aproximada de 2,000 cuerdas. Al conocer que la demanda de repartos de tierra, daba contenido a tales rebeliones sociales, Pedro Antonio nombró a Segundo V. (Nene) Esteves, simpatizante de las partidas campesinas, capataz de su finca de Robles. Cuando la partida sediciosa, al comando de Juan Mejías, se personó a quemar y preguntó por el dueño de «todo aquello», Esteves salió al brinco, diciéndole:

¡Yo soy el dueño ahora! ¿Qué pasa?

Del mismo modo, ocurrió con el negro Magín Sosa, a quien Pedro A. Echeandía lo hizo su hombre de confianza en la hacienda El Farayón de Bahomamey.

Hombres de ideario separatista como Esteves y el propio Avelino Méndez se volvieron, con tierras y poder, pro-anexionistas. Echeandía Medina, rico y pro-español de toda la vida, evolucionó del anexionismo esnobista (que predicara Barbosa) al unionismo político, una de cuyas tendencias fue el idealde independencia de Puerto Rico. Avelino Méndez se hizo republicano anexionista para apoyar la candidatura legislativa de su hermano Aurelio.

Pese a los continuados ataques a la residencia solariega de «Cheo» Font, enmuchas ocasiones, él dispersó las partidas a tiros, desde el techo, sin ayuda de nadie. En esta residencia, ubicada en la Calle Hostos del sector Pueblo, se albergaron sus hijos. Sus amigos Segismundo Torres Avilés, Victorino Bernal Toledo y sus fieles peones, al mando de Cirilo Hernández, hicieron la diferencia en su hacienda y la casa campera en Hato Arriba, protegiéndola de asaltos y quemas.

Un día que, camino a la finca de Hato Arriba, Cheo Font fue para una inspección, su capataz Cirilo Hernández le propuso el cambio de caballos. La sugerencia le salvó la vida.

¡Te conocen por El Indio, don Cheo!, dijo Cirilo, refiriéndose al caballo. Un guerrillero de La Javilla se los topó y lanzó a Cirilo un machetazo porque lo supuso Cheo Font. Como el cambio de monturas y bestias se había realizado, fue Cirilo el que cayó desplomado al piso, con una herida grave a mitad de cuello. [55]

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[Antes del siguiente fragmento, se cuenta sobre la contrapartida organizada por Cheo Font].

Ocurrido ésto, la partida de La Javilla que acompañó al agresor se movilizó rumbo a Añasco, al sector conocido como La Corcovada, para acciones contra la familia de Agustín y Teresa Sagardía, viuda de Félix Zagarramurdi, con haciendas en Añasco y Lares. En la Corcovada, se quemaron esa noche varias propiedades de Flor Lugo. Parte de los milicianos campesinos de La Javilla, se quedaron en los predios campiranos.

Habría otro golpe en la noche contra Victorino Bernal Toledo (1838-1918), natural de San Miguel de Abona, pueblo canario de la Isla de Santa Cruz de Tenerife. [56] Este había sido concejal bajo la administración de Jacinto Rodón, [57] antes del gobierno autonómico.

Don Victorino era mediano propietario, con 60 años a la fecha del ataque. Había trabajado como mayordomo principal de la Hacienda Hato Arriba, creada por Feliú Font, patriarca de Clan Font, y quien llegó a Puerto Rico proveniente de San Feliú de Guixols, Principado de Cataluña. Don Victorino poseía unas 150 cuerdas de cultivo en el barrio Guajataca, sembradas de café, arroz, frutas yviandas. En sus tierras pastaban, 52 cabezas de ganado y había una gran cantidad de cerdos y aves.

Para la familia Bernal Toledo, el sacrificio de la yunta La Maravilla constituyó la primera advertencia de peligro. Iba a proteger sus dos bueyes hermosos, color amarillo, cuando decenas de hombres armados llegaron y desobedecieron su consejo: «Aunque se lo lleven to', pero dejen La Maravilla».

Antes de los incendios, tropelías de 'tiznaos' se concentraban en desnucar los bueyes y reses, los cortaban en las patas, hiriéndolos en los tendones. Entonces, ya había que sacrificarlos. La Maravilla dio mucha carne; aunque la mayoría se perdió debido a que el gobierno hizo una investigación y era tantala gente involucrada, beneficiada de la carne de la yunta, que «por miedo aque hallaran de la carne en sus hogares, se deshacían de ella, botándola», relataría Delfín Bernal.

La segunda ocasión que una partida campesina lo visitó, ya don Victorino había afilado su machete. Su propia hermana, doña Severiana Bernal, confirmó que se le atacaría por una delación de algún campesino que les apreciaba.Como precaución, él envió sus hijos con sus esposas a la casa de Cirilo Hernández, en el Sector Pueblo. Recogió varias pilas de arroz y de café y las puso ensacos sobre mulas y las envió a la casa de su hermana. Aseguró con trancas su almacén de provisiones y se ciñó su revólver, que no entregó a pesar de la ordenaza municipal que así lo pedía.

La partida fue organizada por campesinos del barrio Saltos. Sus principales dirigentes fueron José González Mercado, Rosendo Serrano y Eleuterio Pagán, reclutado a la brava en el barrio Robles. Don Victorino no tuvo más remedio que mirar calladamente el asalto y esperar que se dispersaran en retirada para proceder a salvar del fuego lo que pudiera quedar. La quema se realizó, principalmente, sobre corrales y el caserón del almacén. Efectivamente, desde un claro del cerro, frente a las tres edificaciones de madera de su hacienda, don Victorino Bernal y un peón de su crédito vieron el destrozo perpetrado por «más de centenar de jinetes y de gente sin montar».

Muchos traían las caras pintadas, lo que no era necesario porque hacia esa hora de la madrugada había bastante oscuridad. La partida se detuvo frente a la casa. Dos jefes o subjefes del grupo discutieron:

«No, no... A don Victorino no vamos a quemar».

La turba siguió de largo, al escuchar a Eleuterio Pagán, vecino de Robles, hacer una defensa del anciano.

Don Victorino se quedó en el claro del cerro en vigilia. No más de media hora después sintió otro furioso gentío, ruido de galopes y pisadas. Volvió una partida más crecida y enardecida que el grupo inicial. Se unió a la partida original una brigada que había quemado los almacenes de la hacienda y la casa de Cheo Font Feliú y lo dirigía el jefe guerrillero del barrio Hato Arriba, Joaquín Moreno. Hubo una fusión de grupos, al encontrarse entre los barrios Capá y Voladoras de Moca, con el cuadro incendiario de Pepino.

Muchos de los guerrilleros activos en este pueblo se daban apoyo numérico con guerrilleros de Utuado, Añasco y Camuy. Había células de rebeldes campesinos, mejor coordinadas que las partidas locales, con líderes como Juancho Bascarán [58] en Mayagüez, Julio Tomás Martínez, Fruto Porrata y Rufino Jiménez en Utuado.

Desavenencias como la surgida ante la opción de quemar la hacienda de Bernal Toledo, o sea, la discusión entre Serrano y Pagán, pudieran significar el fracaso de muchos otros operativos. Joaquín Moreno impuso lo que creyó el compromiso de la organización e hizo avanzar la partida. En el ataque contra Bernal, los guerrilleros se escurrieron hacia muchas direcciones. Picaron las escaleras de la casa para juntar leña que ardiera y extendiera el fuego.

Don Victorino salvó su vida ya que, al intentar disparar contra los guerrilleros que vio más cerca de sí, el revólver mascó milagrosamente las balas, sin delatar su presencia. Eran tantos que le habrían capturado y matado, al descubrir su escondite y su determinación a disparar.

Al ser buscada por las autoridades militares americanas, la cuadrilla agresora se refugió en el barrio Pozas, en la residencia de Fermín Montalvo Valentín. [59] Este destacó por sus habilidades de guerrillero y organizador. La casa y finca de Montalvo se convirtió en el cuartel de los guerrilleros anti-españoles que no quisieron salir de Pepino, ni dejar sus propiedades y familias, a pesar de la persecución militar. Al informar de las agresiones, el gobierno militar asignaba entre dos a cuatro soldados a la protección de los propietarios. Prácticamente, disueltos los organismos municipales y en estampida las Milicias de Voluntarios de España, la población estaba indefensa ante los actos de bandolerismo.

Para la gente de Pepino, el desastre total (que fue la guerra) se materializó el 13 de agosto ya que, aún cruzando el río Guacio por el vado de Zapata (enel área hoy conocida como la Vega del Combate), la mayor parte de los 1,400 soldados españoles y puertorriqueños cruzararon, pero fueron tiroteadas y cañoneadas por los soldados del Mayor General Theodore Schwan desde las alturas de la Loma de la Maravilla, en un combate que duró dos horas, de 11:00de la mañana a 1:00 de la tarde. En tal ocasión, Schwan capturó a los coroneles Julio Soto Villanueva y Antonio Osés Mozo, al Teniente segundo Juan Hernández Martínez y otros 52 soldados. Aún aún, el informe oficial de muertos se redujo a 3 y 9 heridos del lado puertorriqueño y no se conocen bajas estadounidenses. [60]

En gran parte, la crisis de desilusión autonómica y separatista la produjo el revuelo causado por la acusación hecha contra Luis Muñoz Rivera, [61] líder mayor y co-fundador del autonomismo, cuando fue detenido por la Guardia Civil española. El fue apresado cuando regresaba de Barranquitas, vía Aibonito, tras visitar a su familia y se le acusó de pasarse a las filas invasoras. Esto sucedió el 3 de agosto de 1898.

Si uno de los líderes valientes, presidente del Gabinete Autonómico y comotal, jefe de la Guardia Civil, lo hacía a sólo dos días del General John Rutter Brooke desembarcar en el pueblo Arroyo, ¿qué habría de esperar de los criollos y peninculares?

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Bibliografía

Carlos López Dzur, Comevacas y Tiznaos: Las Partidas Sediciosas en San Sebastián del Pepino en 1898 [Outskirts Press, Denver, 2005], Parte II, «Ataques a propietarios Flor Lugo, Agustín Sagardía y Victorino Bernal», ps. 157-161

Comevacas y Tiznaos: Las Partidas Sediciosas en San Sebastián del Pepino en 1898 / Monografía / Carlos López Dzur / En SabeTodo.Com / Publicado Sunday 28 de September de 2003 y en Ilustrados.Com, en: Ver, publicado con el mismo título ek 28 de September de 2003.

[56] Entrevista con Delfin Bernal, 5 de septiembre de 1978. En su hogar en San Sebastián del Pepino, Puerto Rico). Ver Bibliografía en la edición de Outskirts (2005), ps. 239-248.

Entrevista con Delfín Bernal Serrano, realizada 5 de septiembre de 1978. Este fue hijo de Victorino Bernal Toledo (1838-1918), otra de las víctimas de las Partidas Sediciosas en Pepino. El narraría, en entrevista, sobre el ataque de los tiznaos a la casa de su padre, el sacrificio de la yunta La Maravilla y otras memorias sobre el años anteriores a 1898. Don Delfín contó que, en el pueblo de Hatillo, donde también hubo actividad sediciosa y antiespañola, sus padres temieron por sus parientes, como ellos, procedentes de Islas Canarias, a saber, don José Bernal Delgado García y Antonia Toledo González. Mencionó atropellos contra las familias Pavía Conca, Hernández, Vilella y Font. {Citado de SomosPrimos.com}

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HISTORIA PEPINIANA: CARLOS LOPEZ DZUR:
Notas sobre el magisterio en Pepino desde principios del Siglo XIX al XX / Literatos, poetas y narradores profesionales de San Sebastián del Pepino / Cartas de los lectores a la Página sobre Historia Pepiniana / Pepino: San Sebastián / Unionismo y anexionismo en Pepino / Don Jerónimo Ramírez de Arellano: poeta regionalista y baluarte de la pepinianidad / San Sebastián del Pepino: Convocatoria de Estudio / A 70 años de Bajo la sombra de un pino / Máscaras en Pepino / Convocatoria a la Historia del pepino / Enrique y sus aventuras / Los tipos folclóricos de Pepino y la cultura popular e histórica / De la época de oro del muñocismo al elitismo renovado / La Familia Segarra, López de Victoria y Su Conexión Histórica Pepiniana / Páginas históricas de Carlos López Dzur / Don Victor Primo Martínez / Don Primo El Caballero / Los tipos folclóricos de Pepino y la cultura popular e histórica (2) / Biografías de Pepinianos / Eladio Scharrón / Los Alcaldes en San Sebastián del Pepino (1800-2004) / Alejandro Alers / Evaluación de un pueblo puertorriqueño: La visión de Juanito Rosa Méndez / Comevacas y Tiznaos

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