Se va a sentar allí con la mirada en alto.
Siempre la Luna lo llama cuando amengua el día.
Será la luna quien se lleve su edad; proveerá
su plenilunio de penumbras; con un rayo de luz
dará la despedida y lo acomodará en el Seol.
Se va a quitar de allí, comiendo menos.
Todo nervios es. Tiemblan sus manos.
Sofocada está su voz desde hace años,
pero hablará sobre el noveno septenario.
Alegrías vivió; lo más amado se fue
antes que él; otras, vivas memorias, se alejaron.
Dice que un viejo de Antiguas Saturnalias
le dejó vivir y le hizo ver tanto.
Inventaron distancias y separaciones...
Cumplió ya... 63... lo suficiente; él comenzó
la edad con prisa, así querrá continuidad.
Las ganas de vivir reciprocan la muerte.
Aprendió poco y sus límites tiene.
Está enfermo y solo. Y, dulcemente admite:
«63 está bien. Ya no quiero vivir más».
Antes de acostarse consultó la Anciana
de los cielos, Selenita, y le dijo: «Ya voy».
3-12-1995 / El hombre extendido
http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-melancolicos-tristes/139142-hasta-cuando.html
Wednesday, April 02, 2008
El anciano
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