También aprendí a oirte.
Como onda me trasciendo en el aire.
Presto mi ser a la palabra que se esconde.
Sin existencia no hay ser y quiero serte.
Si sobra ente, por mismidad, me voy de la mejana
con el mal de tierra y la nostalgia que se angustia
y busco tus ecos. Lamo en tí el musgo.
Hombre extendido en tu acaecer, descubro
y domino el temple que el mundo te infunde,
tu arrojo de veloz objeto
del movimiento surgido como bala.
Si lejos del blanco te dispersas que mi ser
sea tu ser-acompañante e iré contigo,
insistiré en buscarte.
11-9-1981 De El hombre extendido
http://carloslopezdzur.zoomblog.com/
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