Daría mil ladridos de mi carne
Yo, que no me pego al ser por cuenta propia,
sino que soy la echada, poder-ser,
y que empujo mi andanza estremecido
con mi piedra de congoja.
¡No estés triste, costal del ser y de palabras,
incrédulo expectante!
Queda tu perro fiel.
También es sisifesco y se divierte
con las mariposas.
2.
Es más fiel mi perro que mi ángel.
Por lo menos, él juega con las mariposas.
Su cola es un abanico de alegrías.
Sus fulgores son la verdad que resplandece.
Hay quien promete la Armonía
con estrellas eternas e invisibles y juega
a las escondidascuando cae la tarde.
Mi ángel es el espejo triste de las meditaciones.
Su anhelo en cuita yace en algún resquicio de la noche.
13-7-1986 / El hombre extendido
http://www.geocities.com/baudelaire1998/simposio3.html
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