Cuando no te veo es cuando más te quiero.
Secreto beso, te has arrinconado.
Has creído que el sol cerró tus ojos.
Has enmudecido haciéndote alharaca de estampida,
energía lanzada a la ciega ruta del momento.
Te dispersaste al punto que tocándolo todo, nada tocas.
Poco clamas y, como no me nombras,
te inadmito porque, en falsa inmensidad,
no me inoculas. Si no eres mío no estarás
al alcance ni sumido en mis manos
ni fluyendo en espigas.
Cuando no te veo, yo suelto la semilla
que más recuerda al beso.
Deambulo como tú, con labios sedientos y entreabiertos.
Busco la nada y muero, seco y más estéril que tú
que a la tierra dejaste con pisada de vuelo.
En espera de que me sueñes está
la dueña de una linterna mágica.
Por eso vuela, burla del aire,
pirueta de ciego instinto, y mírame
otra vez en la distancia.
Si yo te miro, con la rama del olvido por corona,
destróname, regálame el secreto de la noche.
5-16-1990 / El hombre extendido
Tuesday, March 11, 2008
Cuando no te veo
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