Wednesday, March 12, 2008
Perros bravos
Ladrarán los perros.
No los quietos, mansos, alegres de cola
como el tuyo. No los que tienen lenguas
de charca y babiney colgantes y te lavan la cara,
queriéndote, como yo al besarte en un rincón
entre bloques y varillas al filo de una verja,
vecina de la casa de Don Tano.
A perros como aquellos dimos la bienvenida.
Junto a nuestros pies reposaron e intenté el amor,
besándote en los pechos y la nalgas y echando dedos
en magreo como juncales, estrangulando
tu sed de primicial orgasmo,
tu alegría por mis labios.
Los perros que yo llamo temibles
asaltan a solapos. No ven sol en las bardas.
¡Muerden! Comen del sobrealiento
y echan el tablacho. Atacan en la carne
con dientes afilados y silencio perpetuo.
El hombre extendido
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