Wednesday, March 12, 2008
En aras de aprehensión cualitativa
Como un perro de lujo, con sutileza esquiva,
jaurías experimentadoras se fijaron en el misterio
de los niños, el ser de los mellizos y los medio-ser
del enano. Adujeron que buscaban cualidades,
cosa concreta y algo, símbolos objetivos del ser.
Diagnosticaron a mujeres y llamaron sus partos
nauseabundos y, contra el llanto y la súplica,
las esterilizaron; se inventaron males in absurdum
y castraron a maridos rezongones,
a don juanes que halagan en la cama,
a macharrones, medio-simios, resistentes,
recios de boca, pero insaciables
con músculos viriles; compararon a los hambrientos,
al judío con los arios hiperbóreos y explicaron
la hipotermia, creyendo que tendrían
la posesión del mundo, a través y por medio
de todos los objetos, la materialidad
del algo como algo.
Se inventaron la belleza de las caderas anchas,
las piernas delgaditas, la Venus nazi, pálida, heroica
como santa del Valhalla y siguieron, en nombre de la ciencia,
aprehendiendo sobre las cualidades perentorias
cimientos de biológica eugenesia.
No contaban, en vano, las horas.
960,000 judíos habrían de asesinarse
en Auschwitz y el reloj, a paso acelerado
de botas militares, del hospital de la Barraca
a la cámara de gas y el crematorio.
1-8-2003 / De El hombre extendido
http://carloslopezdzur.blogspot.com/2008/03/la-aprehensin-metafsica.html
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